Capítulo 14
Ares parte III
Toda la noche sueño con ella y con la tierna imagen de nuestra preciosa bebé. Jamás pensé que mi vida podría cambiar de esta manera, y estoy más que satisfecho con ello.
Si todo se da como lo espero, dentro de poco me convertiré en un orgulloso padre y si esa posibilidad se convierte en una realidad, estoy dispuesto a dar el siguiente paso y convertir a Ali en mi hermosa mujer.
Muy temprano en la mañana, me levanto ansioso y emocionado por volver a verla. Me visto rápidamente y en mi desespero olvido hasta de desayunar. Bajo al estacionamiento y subo a mi deportivo, creo que debo ir pensando en cambiarlo por un vehículo familiar y en comprar una silla para bebés, debo pensar en la seguridad de mi futura familia.
Mientras me desplazo en mi vehículo, activo el manos libres y llamo a una floristería, quiero pedir un hermoso ramo de rosas rojas para mí amada Alyn y que lo vea en su escritorio a penas al llegar.
Maldición –sonrío– jamás creí que a mis 34 años podría enamorarme de esta manera. Lo cierto es que no quiero seguir desperdiciando mi vida, viviendo en un mundo vacío y sin sentido, quiero y deseo aspirar a algo más, luchar por nuestro futuro,una vida con ella y nuestros hijos.
Cuelgo la llamada y ahora solo espero al momento en que logre ver su pequeña cara de ángel.Entro al estacionamiento y aparco en mi lugar habitual. Bajo con el corazón en la garganta, he llegado 1 hora antes de la entrada reglamentaria, así de desesperado he amanecido por tan solo ver si bella sonrisa.
Cuando las puertas del ascensor se abren, solo puedo ver su sitio vacío, me detengo en su escritorio y comienzo a hurgar entre sus cosas. Sé que no debería hacerlo, pero me importa una mierda, solo quiero saber más sobre ella.
Abro la gaveta y sonrío al ver los diversos objetos que guarda allí. El empaque vacío de una caja de chicles, algunos caramelos, libretas de nota, un tampón, un libro de portada negra, pero lo que me atrae entre todas sus cosas, son las bragas negras perfectamente dobladas que se encuentran ocultas en un rincón. Las saco de la gaveta y las llevo hasta mi nariz para aspirar su olor inigualable y eso me transporta a la noche que pasamos amándonos en el apartamento de sus padres.
Guardo las bragas en mi bolsillo y luego extraigo con curiosidad el libro que hace rato pude percibir. Cincuenta sombras de Grey, el nombre no me dice nada, ni la corbata plateada de su portada, así que lo abro al azar y válgame dios… ¿acaso es esto lo que espera Alyn de mí?
Continúo leyendo y mis ojos no pueden separarse de la lectura, mi imaginación comienza a volar… si esto es lo que espera, entonces es lo que recibirá. Miro mi reloj y observo que me distraje más de veinte minutos con el libro, así que lo guardo antes de que Alyn llegue y me sorprenda con las manos metidas en su gaveta.
Mi teléfono suena, es una nota de mensaje en la que me indican que el pedido está a punto de ser entregado. Decido esperar en la recepción hasta que llegan y recibirlo yo mismo.Aún falta media hora para que los empleados lleguen, así que Alyn se sorprenderá al encontrarlo en su escritorio.
Las puertas del ascensor se abren y un chico con el ramo más sorprendente se acerca hasta mí.
–Buenos días, entrega para la señorita Alyn Davis.
–Yo las recibiré por ella.
Firmo la nota de entrega luego de dejar las flores en su escritorio, le doy una propina al chico y luego de que se marcha, leo la nota que le envié junto con el ramo. Sonrío conforme porque es justo lo que pedí que escribieran.
Me marcho a mi oficina luego de que mi objetivo se ha logrado y solo espero a que ella llegue, inquieto por ver su reacción.
El bullicio normal que se produce en la oficina cuando los empleados llegan, me advierten que mi nena ya debe de haber llegado y encontrado la sorpresa.
–Industrias Andreato, buenos días.
Escuchar su voz me llena de una especie de emoción, que no sé cómo identificar, pero es una de las cosas extraordinarias que ella me ha hecho sentir.
–Cariño, ven a mi oficina de inmediato.
Sus pasos se oyen repiqueteando sobre el porcelanato, al mismo ritmo en el que lo hacen los latidos de mi corazón.
Me levanto de mi silla antes de que entre y solo basta que dé un paso dentro de mi oficina, para que mis manos vayan a su cintura, la atraiga hasta mi cuerpo y la bese con desenfreno y ansiedad. Ella se deshace entre mis brazos y corresponde al beso con la misma desesperación.
–No sabes cuánto te he extrañado preciosa, estaba esperando el momento de tenerte entre mis brazos.
La vuelvo a besar porque sus labios hinchados por mis besos me incitan a volverlo a hacer. La hago gemir y ese delicioso gritico es suficiente para que mi cuerpo se vuelva loco de necesidad, así que cierro el seguro de la puerta porque voy a cumplir la mayor fantasía que desee hacer con ella desde el primer día en que la conocí, follarla sobre mi escritorio.
La volteo y la acuesto boca abajo sobre mi escritorio. Verla en esa posición tensa mis bolas y hacen que mi pene se endurezca como una barra de acero. Meto mi rodilla entre sus piernas y las extiendo de par en par, trago grueso cuando veo su culo redondo y respingón apretado bajo su seductora falda. Levanto su vestido hasta que la dejo enrollada en su cintura, mi boca se hace agua cuando puedo ver la línea de su raja a través de la transparencia de sus bragas blancas. Pronto ese culo delicioso también será mío.
–Que culo más delicioso y perfecto y es todo mío.
Sin más espera y como un maldito depredador, vuelvo a romper sus bragas como lo hice la primera vez. No puedo evitarlo, ella me transforma en un hombre hambriento y necesitado.
Su curiosidad traviesa, la obliga a voltear para observar cada uno de mis movimientos, entonces la sorprendo cuando llevo sus bragas a mi nariz y las huelo profundamente. Su boca se abre debido a lo excitada que ese acto la ha hecho sentir, es hora de que explore lo mojado que debe estar su pequeño coño.
–Abre un poco más las piernas para mí cielo.
Ella lo hace de modo apresurado, evidenciando que su ansiedad es tan grande como la mía.
Me inclino y mi boca queda a la entrada de sus deliciosas nalgas. Mis labios recorren su piel, mientras siento el palpitar de mi pene entre mis pantalones, dejo besos cortos sobre la tersa piel. Subo mis manos impaciente por tocarla y acaricio cada tramo de piel con las yemas de mis dedos. Llevando escalofríos a lo largo de mi espina dorsal.
–Al fin voy a descubrir ese delicioso sabor que sé hay en tu pequeño y adictivo coño.
Sé que antes lo he hecho, pero no estaba completamente sobrio para degustar como he querido hasta ahora su sabor, esta vez quiero ser consciente de ello y dejar grabada su dulzura en cada papila de mi lengua y en toda mi boca.
Con premura pego mis labios a su coño y algo se incendia dentro de mí. Apenas deslizo mi lengua por su canal, sus bajos griticos salen desesperados, enloqueciéndome y dejándome ganas de más. Absorbo su clítoris una y otra vez y lo chupo, tratándolo de estirarlo lo más que puedo, como si quisiera arrancarlo de su piel, ella se contorsiona apunto de romperse en mil pedazos. Lo amo de mil maneras y luego hundo la punta de mi lengua en su cavidad, tratando de llegar lo más profundo que puedo.
Está a punto de estallar, puedo sentir como comienza a tensarse, es cuando penetro su v****a con dos de mis dedos y la hago temblar. Doy mi estocada con pequeños mordisco sobre su clítoris, al tiempo que meto y saco mis dedos rápidamente… sus ruegos no se hacen esperar.
–Eryx… por favor…
Acelero los movimientos y segundo después la hago estremecerse en un orgasmo que la deshace completamente. Me retiro de su v****a y alcanzo su boca para evitar que sus gritos se oigan en la oficina, al tiempo que le doy a probar de sus propios jugos.
–Sujétate del borde de la mesa cariño.
Es mi turno, mis bolas están que estallan y mi pene ya no puede hincharse más. Mientras atraviesa su clímax, desato mis pantalones y saco mi pene erecto y me impulso de un solo empuje dentro de ella. Me siento en el paraíso, su cálido coño me da la bienvenida a casa, porque estando dentro de ella, me siento como si fuera el único lugar en el que deseo estar. La embisto implacablemente, al punto que las cosas que están sobre mi escritorio comienzan a caer al piso causando sonidos estridentes que pueden percibirse fuera de la oficina, aun así, me importa una mierda que lo sepan, porque ella es mía, es mi maldita mujer.
Le hago el amor como nunca a nadie, con profundo amor y con los sentimientos que hay sembrados dentro de mi corazón desde que ella apareció en mi vida. No tardo en caer desarmado por un orgasmo que catapulta todos mis sentidos, el mejor de mi vida, porque cada vez con ella es más intensa que la anterior, porque ella ha logrado capturar mi corazón y mi propia alma, convirtiéndome en un hombre nuevo, uno que ahora sueña con posibilidades.
Caemos rendidos y agotados, pero satisfechos por el gran orgasmo y con la intensidad de nuestros sentimientos.
–Ven conmigo al baño cariño, déjame limpiarte.
La tomo de la mano y la llevo hasta mi baño. Tomo una de las toallas que hay en el gabinete que está sobre el lavabo, la humedezco con agua tibia y limpio los restos de semen que he dejado en su v****a. Las posibilidades de dejarla embarazada son cada vez mayores y una vez que lo haga la haré mi mujer para toda la vida.
Al terminar de asearla acomodo su ropa y luego la sujeto del rostro y la beso apasionadamente, porque los pensamientos que tengo hacen hinchar mi pecho de orgullo y satisfacción, ella es la mujer de mi vida, la única que ha existido, la ideal y perfecta para mí.
–Eryx, no puedes seguir acabando dentro de mí, joder… ¿Acaso pretendes dejarme embarazada? Sabes que no podemos, imagínate la catástrofe con una decisión como esa.
–Tranquila preciosa, lo tengo todo resuelto.
Le doy un beso y me separo de ella, saco la bolsa blanca que llevo dentro del bolsillo interno de la chaqueta. Dentro de ella la caja rosada de la pastilla del día después. Me la arranca de la mano y mientras la dejo en el baño, salgo en busca de un vaso para que se tome la pastilla. Lo que ella no sabe, es que cambié la píldora por una para el resfriado común. Espero que me perdone si algún día se llega a enterar.
Quito el vaso de sus manos y la beso de nuevo, porque estoy ansioso por el día en que me comunique que estamos esperando un hijo, es el mejor regalo que alguna vez Alyn me podría dar.
–Voy a cuidar de ti preciosa, eres mía y yo me preocupo por lo que es mío.
Salimos del baño y vamos hasta la oficina, me acerco a la puerta y destrabo el seguro mientras que ella va hasta mi escritorio y organiza el desastre que dejamos sobre él.
Una vez que las cosas están en orden, hablo bajo para evitar que alguien escuche nuestra conversación.
–Hoy mismo hablaré con Camile… voy a terminar lo nuestro, yo no la amo y no estoy dispuesto a seguir con esta farsa.
Le hablo con el corazón en la mano, porque no estoy dispuesto a esconder mis sentimientos por ella, la quiero conmigo, que todos sepan que ella es mi mujer.
—No puedes dejarla Eryx —sus palabras me confunden— no podría vivir con la culpa de ser la causa por la que hayas decidido abandonarla.
—Pero no la amo cielo... quiero estar a tu lado, para amarte y darte todo cuánto mereces —me acerco más a ella y la tomo del rostro— no puedo continuar con ella cuándo es contigo con quién deseo estar Alyn, es a ti a quien verdaderamente necesito.
La beso para borrar las dudas que hay en su cabeza, para que sepa que no estoy dispuesto a dar un paso atrás en esta decisión, voy a luchar contra lo que se interponga en nuestro camino, inclusive contra ella misma.
—Por favor nena, no me obligues a estar con ella, no lo soportaría —pego mi frente contra la suya— no deseo tocarla, ni quiero volver a besarla porque mis besos y mi amor te pertenecen... maldición Alyn, luchemos juntos por nuestro amor, estoy dispuesto a dejarlo todo por ti y a llevarme lo que sea por delante con tal de tenerte conmigo.
—Te amo tanto Eryx Andreato... no sé qué va a ser de nosotros pero lo cierto es que no quiero perderte.
Esta vez es ella quien me besa y sé que no hay nada desde este instante que pueda separarme de ella.
Sale de mi oficina y mi felicidad no puede ser más grande, la amo y la quiero conmigo y desde el momento en que aclare todo con Camile, me llevo a Alyn a vivir conmigo a mi apartamento.
Instantes después la puerta de la oficina se abre, mientras estoy distraído leyendo correos de trabajo en mi computadora, pienso por un momento que es Alyn que ha vuelto, pero mi decepción es grande cuando quien se encuentra parda al frente de mí, no es otra más que Camile.
–Hola Camile, no te esperaba, por aquí.
Ni ahora ni nunca.
–Quería darte una sorpresa cariño.
Rodea mi escritorio y se acerca con la intención de darme un beso pero volteo la cara.
Ella se incorpora y me mira intensamente, incluso pienso que hasta con cierta rabia.
–¿Que pasa Eryx?¿porque me rechazas?
–Necesito hablar contigo Camile, debemos aclaras las cosas de una vez por todas.
–¿A qué te refieres?
Su mirada es cautelosa, pero puedo notar la ansiedad que hay en su mirada.
–Sobre nosotros Camile o mejor dicho sobre tu y yo, porque nunca ha existido un nosotros.
–No puedes hacerme esto Eryx, no puedes romper tu promesa, no pue…
De repente pierde el balance, está a punto de caer, si no es porque la sujeto antes de que lo haga.
–Por favor Eryx dame un vaso de agua.
La llevo al baño y la siento sobre el váter mientras sirvo agua en el mismo vaso en el que le di a Alyn hace minutos. Volteo mi rostro hacia la puerta cuando siento la voz de Alyn gritar en mi oficina, Camile desabrocha algunos de los botones de su blusa y se airea para buscar algo de aire y recuperar la estabilidad.
–Cami, Eryx…
La tranquilidad vuelve cuando oigo su voz a través de la puerta.
–Ya te encuentras bien Camile, podemos salir.
–Si Eryx, ve adelante por favor.
Asiento y salgo del baño con una sonrisa de par en par, al saber que ella me espera del otro lado de la puerta. Pocos segundos después oigo los pasos de Camile detrás de mí, pero mi atención está totalmente sobre la mujer que amo.
Cuando salgo el rostro de Alyn es de profunda tristeza, lo que me angustia de inmediato y me llena de preocupación. Veo sus ojos brillantes, como si estuviera a punto de llorar. Trae una bandeja con café en sus manos y la deja sobre el escritorio, da la vuelta para irse, lo que me llena de confusión. Cuando intento ir tras ella para averiguarqué le pasa, es Camile quien interviene impidiéndome hacerlo.
–Espera Ali. –Cami la detiene antes de salir.
Pero Alyn se queda de espalda, no voltea mientras ella le habla.
–Esta noche voy a quedarme con Eryx en su departamento, no te preocupes por mí si no me ves llegar.
Pero… ¿Qué mierdas está diciendo? Esta mujer está loca como una cabra.
–Está bien Cami, gracias por decírmelo.
Cuando intento explicar y aclararlo todo, Alyn abandona la oficina dejándome con la palabra en la boca. Mi corazón palpita aterrorizada pensando que tal vez Alyn asumió una idea equivocada sobre mí y Camile.
–Que mierda acabas de decir Camile, porque has inventado tal mentira, que pretendes con ello.
La furia recorre mis venas como pequeñas agujas que se clavan sobre mi piel.
–No voy a permitir que me dejes Eryx, sé muy bien lo que pretendes, los oí a ti y a Alyn a través de la puerta cuando apenas llegué, las flores sobre su escritorio y la tarjeta con tus iniciales en ella no me dejaron dudas sobre lo que estaba pasando y me lo confirmó la conversación que escuche hace un momento entre los dos. Pensaron que me verían la cara malditos hipócritas, se estuvieron burlando de mí y me las van apagar, si le cuenta a Alyn que lo sé todo, te juro que la destruiré y solo tú serás el culpable de ello.
–Eres una maldita zorra Camile, jamás podría ligarme con alguien como tú y cuando decidí irme luego de mi promesa de casarme contigo, fue porque un par de horas después que lo hice, estabas practicándole una felación a tu mejor amigo, no me quedaron dudas de la clase de mujer que eras, por eso decidí irme de esta maldita ciudad, porque me daba asco mirarte y saber que alguna vez había sentido algo por ti.
–Pues tendrás que aceptarlo Eryx, no te desharás tan fácil de mí.
Sale de mi oficina antes de que pueda contestarle, así que decido seguirla, más furioso que nunca.
–Nos vemos esta noche cariño, estoy ansiosa por pasar la noche contigo, entre tus brazos.
Maldita hija de puta, todo este tiempo lo ha hecho solo para hacer sufrir a Alyn y confundirla con todo.
Camile se acerca a Alyn y la abraza como si de verdad sintiera aprecio por ella, maldita puta manipuladora.
–Ali… nos vemos mañana, tal vez luego no pueda despedirme de ti, me iré temprano a la casa de Eryx.
No puedo soportar la mirada de decepción en los ojos de Ali, eso me parte el corazón, porque seguro estará pensando que la he engañado, cuandotodo mi amor es solamente para ella.
–Hasta mañana Cami.
Camile me toma desprevenido mientras estoy concentrado en Ali y me rodea el cuello y luego me besa, intento separarme pero la zorra se aferra a mí con fuerza.
–Te amo cariño, te veo esta noche.
Puta rastrera. No respondo a su beso, ni a sus palabras, al contrario la detesto más que nunca. Momentos después se va, es entonces cuando aprovecho la oportunidad para aclarar las cosas con Alyn y contarle lo que está sucediendo.
–Nena no es lo que tú piensas. –Susurro bajito para que nadie más lo escucho.
Trato de explicarme, pero me ignora.Cuando intento hablar de nuevo, mi padre me interrumpe y evita el tenso momento entre los dos.
–Eryx hijo, te estaba buscando, necesito hablar contigo… por favor acompáñame a mi oficina.
Estoy a punto de decirle que me espere, pero su insistencia es por un asunto de importancia.
–Hola papá… ¿tiene que ser justo ahora?
–Sí, es un asunto urgente y tenemos que resolverlo antes del mediodía.
–Alyn buenos días, por favor que no nos interrumpan y no me pases ninguna llamada a menos que sea un asunto de suma importancia.
–Buenos días señor Andreato –sonríe, aunque esta no alcance a llegar a sus ojos– como usted ordene.
Papá se va y yo demoro un poco más en seguirlo con la intención de pedirle a Alyn que me dé una oportunidad de explicarme.
–Por favor nena… espérame a la hora del almuerzo, tenemos que hablar sobre lo que pasó.
No me mira, pero sé que me ha escuchado claramente.
–Señor Andreato… ¿necesita que lo ayude en algo más?
Me trata como si entre nosotros nunca hubiera pasado nada y eso me rompe el corazón. Me ignora totalmente y no tengo otra salida que irme y dejarla allí en contra de mi voluntad.
El asunto con mi padre me lleva toda la mañana, estoy a punto de enloquecer hasta que mi padre da por concluida nuestra reunión y enseguida salgo en busca de mi nena. Cuando llego a la recepción me llevo la gran sorpresa cuando consigo al maldito de Alejandro junto a mi mujer.
Se acerca a ella y la besa sobre los labios, despertando toda la furia dentro de mí.
–Hola Ale. –Responde nerviosa.
–Lista para irnos… te quiero llevar a un sitio especial, estoy seguro que te va a gustar.
Sobre mi maldito cadáver, no te la llevaras a ningún lugar, ella es mía… mi mujer.
Ella asiente aceptando su invitación, así que decido participar para impedir que se vaya con él.
–Alyn necesito hablar contigo un momento.
–Lo siento señor Andreato, tendrá que ser luego de que vuelva de mi almuerzo con mi novio.
Pero… ¿Qué mierda ha dicho… su novio? Acaso ella no sabe que es mía y de nadie más.
–Estoy lista Ale… podemos irnos.
No voy a permitirlo de ninguna manera.
Pero se aleja de allí sin decir nada más y nada puedo hacer porque no puedo provocar un escándalo en plena recepción de la empresa de mi padre. Aprieto mis puños de impotencia, mientras la veo marcharse con él.
Vuelvo a mi oficina, contrariado y dolido por la actitud de Alyn y aunque entiendo por qué lo hizo, no puedo a