Capítulo 3
Okey ¿en qué quedamos?
¿El doctor sexy?Ahhh, sí, volvamos con el asunto del doctor.
Les recomiendo a todas las mujeres ver la vida según Alyn, o sea, esta misma que viste y calza, para los que aún no entienden… yo.
¿Se preguntaran a que puta cosa se estará refiriendo? No se angustien que ya les explico.
Por dios… pero no se alboroten y vayamos paso a paso.
Tengo una edad en donde se me podría considerar algo inmadura, pero les aseguro que la inmadurez no va de la mano con la edad, que se los digo yo. Incluso, algunos podrían pensar que no soy digna de confianza porque me ven como una niña, que no los engañe mi apariencia, porque podría poner tu mundo patas arriba con tan solo un chasquido de mis dedos.
Bueno la cosa es que hace unos cuantos años atrás, comencé a poner muchas cosas en duda, y no confié tan ciegamente en lo que me decían. Así que comencé a explorar el mundo a mi propia manera ya vivir mis propias experiencias. Eso de que te mires en el espejo del otro para que no cometas los mismos errores, no va conmigo ¡qué va!Yo soy del tipo de ensayo y error, por supuesto que oigo los consejos, aunque a veces se vayan por el otro lado de mi oído.
Y no vayan a pensar que soy una absoluta zorra por lo que a continuación les voy a contar, no se confundan, simplemente soy una mujer madura en el cuerpo de una niña que sabe lo que quiere.
A los hombres los vuelve loco una mujer que no se ande con tapujos, que vaya al grano y no me refiero que te acuestas con ellos en la primera cita, ¡joder! por lo menos espera hasta la segunda,sino que no teman hablar abiertamente sobre el sexo o sobre hasta dónde estás dispuesta a llegar a la hora de ir a la cama.
¿Para que poner mil trabas? A la final no vas a terminar con ellos encima, entonces, para que perder el tiempo con tanto parloteo.
Los pone de rodillauna mujer con coraje, atrevida pero de una manera cautelosa,no de ese tipo de perras sin escrúpulos que deja nuestro genero por el piso, joder como me sacan de quicio. A los hombres les encanta que las mujeres seamos descaradas pero con ese toque de sensualidad y elegancia que nos hace parecer interesantes y misteriosas, es algo difícil por supuesto, muchas se confunden y se van a los extremos opuestos, o son muy cerradas o demasiado abiertas.
Yo decidí quedarme en el medio. No me interesan los extremos, soy una mujer que sabe lo que busca y como puede encontrarlo. Solo debo mover cada una de mis piezas y ¿Cómo es eso?...ustedes se preguntaran, sencillo:sé cómo seducir sin necesidad de mostrar piel o cómo hacer para subir la libido de los hombres sin tocar un centímetro de piel.
Ahora, vayamos al grano con el asunto del doctor ¡madre mía! Si pudieran verlo, sabrían a qué demonios me estoy refiriendo.
Cuando detecto en mi radar algo que quiero, simplemente voy por ello.
Es por esa razón que en el momento en que el dios del espéculo, disculpen si lo olvide, pero resulta que mi doctorcito es ginecólogo… ¡bendita suerte la mía!
Como les iba contando, en el momento en que él me hizo la invitación, no lo dudé ni un segundo. Si mi diosito lo estaba poniendo en mi camino… ¿quién era yo para rechazarlo? Así que nos fuimos por esa taza de café.
– ¿Invitar a todas las chicas que conoces a tomar un café, es un gancho efectivo?- le pregunto con sorna y él sonríe.
–Solo a las chicas lindas –sonríe con descaro. Quizás otra chica estaría ofendida ante esta repuesta pero no yo, me lo tome con gracia.
– ¿Me lo tomo como un cumplido?- el ríe y muestra una linda sonrisa.
–Sí, eres linda… porque negarlo, si es cierto.
–Ok doctor sexy, cuéntame más de ti. –me encanta conocer a los hombres que son de mi absoluto interés.
– ¿Qué quieres saber chica linda?- otra se hubiera sonrojado, yo en lo absoluto, no soy de esas.
–Todo, empezando por tu nombre. –aguardo expectante mientras mi mirada esta enganchada a la suya.
El me ve con mirada penetrante, una de esas miradas que te echaría Christian Grey antes de hacer volar todas tus neuronas, y aunque no sé si mi doctorcito tendrá en su arsenal las mismas técnicas que el señor Grey, no dudaba que él tuviera sus propios métodos para hacerme ver las estrellas y el mismísimo firmamento.
–Me llamo Alejandro López, mi padre es latino y mi madre británica. Llegué a Estados unidos cuando tenía 15 y desde ese momento me quedé a vivir en este país. Estoy soltero, no tengo hijos, lo que si tengo son hermanos y sobrinos -hace una pausa mientras sonríe como si esta fuera la mejor parte de su vida- 3 hermanas y 2 hermanos para ser exacto, todos mayores que yo, así que soy él bebé de la casa –vuelve a sonreír– y 10 sobrinos cada cual único a su manera. Toma un sorbo de su tasa de café y luego sé que es mi turno al bate.
–No me gusta hablar de mi vida, pero para ser justos yo pregunte primero así que, haré una pequeña excepción. Me llaman… –me interrumpe.
–Te llaman… ¿cómo es eso? -me pregunta y ruedo los ojos.
–Me llaman porque obviamente yo no me llamo a mí misma- sonrío por la broma y el suelta una carcajada, es la cosa más hermosa y agradable que he visto este día.
–Tiene su lógica. –me dice aun con la sonrisa en su rostro.
–Como te decía, me llamo Alyn Davis. Mi padre es 100% americano o un gringo como le dicen en mi país.
– ¿Tu país?- parece confundido y no lo culpo, no sabe en lo que se metió cuando me invito a tomar un café.
–Yo no te interrumpí –le digo con regañina– pero sí, en mi país. Mi madre es venezolana, nací en Venezuela y pase mis primeros años de vida en ese país, un hermoso lugar debo decirte. Soy hija única, no tengo la dicha de tener hermanos y menos sobrinos, se podría de…
–¿Alyn?- me volteo y me quedo pasmada. Delante mi están Camile y Eryx.
Mi vista recae en sus manos unidas y luego en el brillo que ella tiene en sus ojos, un brillo que reconozco, porque lo he visto en mí, luego de haber tenido sexo.No puedo evitar sentirme morir,y aunque quiero evitarlo a toda costa, no puedo hacerlo. Sé que debería estar feliz porque él es su novio y ella es mi amiga. Él ha cumplido su promesa de volver por ella, pero demonios, siento que se me ha clavado algo en el corazón y es una sensación que nunca había sentido y que no me gusta de ninguna manera.
–Cami- respondo al fin, mientras ella arquea una ceja.
–¿Quién es el caballero?- indaga mientras Eryx nos ve fijamente, causando que me ponga algo nerviosa.
–Alejandro ella es mi amiga Camile –le indico– Cami él es Alejandro, un amigo–¿amigo?, pero si lo acabo de conocer y hasta hace solo 5 minutos no sabía ni cómo se llamaba– y él es Eryx, su novio. –cuando lo digo, un gran nudo se atraviesa en mi garganta y se me hace imposible tragar.
Eryx le da la mano y no puedo dejar de notar, que le molesta haber conocido a Alejandro, pues no debería, yo no soy su asunto y mucho menos los hombres con los que salgo.
– ¿Qué haces aquí? –me pregunta– y es cuando caigo en cuenta que estamos en la cafetería del hospital y que ella está aquí, así que me preocupo de inmediato.
–Solo tomándome un café y conversando con Alejandro y tú ¿Está todo bien contigo? – le pregunto preocupada.
–Tranquila bobita, solo vengo por un chequeo de rutina, todo está bien –me asegura y luego ve de nuevo a Eryx– mejor los dejo solos para que sigan en lo suyo –sonríenos vemos más tarde en la casa, claro… en el caso de que vayas –mira a Alejandro y me quiero morir por su insinuación.
–Claro lo que digas Cami. –le contesto avergonzada.
–Adiós Alejandro, un placer conocerte.
–El placer es mío Camile, hasta pronto.
Decido ignorar todo lo que pasó y me concentro nuevamente en mi doctorcito, aunque mi atención ya no está en el al 100%, debido a que Eryx vuelve a ocupar el 90% de mis pensamientos.
–¿Alguien importante? –me pregunta Alejandro, tratando de recuperar mi atención en él.
–Es mi compañera de piso y mi mejor amiga. –es todo lo que puedo decir.Mi cuerpo está aquí pero mi mente se ha ido a volar lejos.
–Volviendo a nuestra conversación anterior… ¿sería poco caballero si pregunto tu edad? –no me gusta que lo hagan, pero con el siento que puedo hablar con franqueza así que no me cohíbo de responder.
–Esa es una pregunta que no se le hace a una dama. –sonrío y él se da cuenta de que solo le estoy tomando el pelo.
–Es cierto, pero me intriga, porque además de hermosa, te ves bastante joven.
–Solo en apariencias mi sexy doctorcito, tengo 24 años.
–Entonces me libro de una acusación por abuso de una menor –sonríe divertido, mientras yo río a carcajadas.
–Para nada, soy en apariencia joven, pero segura de lo que quiero y cuando lo quiero. –lo miro sugerentemente y el me devuelve su mirada implacable.
–Me gusta una mujer segura de lo que quiere –me responde seguro.
–Y a mí un hombre seguro de sí mismo. –sonrío.
–Y… ¿cuál es tu edad? Creo que tengo el justo derecho a saberlo.
–No es ningún problema con eso, tengo 35.
–Un punto a tu favor, me encantan los hombres maduros.
–Me encanta, que te encanten los hombres maduros. –responde sonriente por el juego que nos traemos.
Luego de una fructífera conversación, mi doctorcito sexy debe volver a sus consultas. Intercambiamos números y salgo del hospital con una sonrisa en la cara. Eryx de nuevo vuelve a ser un asunto del pasado, cosa de un momento de embobamiento, pero nada de qué preocuparse. Él es el novio de mi amiga y me esforzaré por apoyar su relación con él.
–Vuelvo al apartamento, luego de un día ajetreado y voy a mi habitación. Me desvisto y decido tomar una larga ducha en la bañera. Así que salgo de mi habitación envuelta en mi pequeño paño y me voy al baño que compartimos Lilly y yo.
Una hora después, salgo del baño y me sorprendo al encontrarme de frente con Eryx.
–¿Qué haces aquí?
–Cami me dijo que volviera y la esperara aquí, la consulta tardará, así que aquí estoy. –me repasa con su mirada de arriba a abajo y puedo sentir como mi piel se eriza.
Eso significa que estamos solos ¡joder! y yo desnuda y con las hormonas alborotadas. ¡Maldición! Es el novio de mi mejor amiga, no debo olvidarlo.
–Será mejor que vaya a vestirme.
–Espera –me toma del brazo y me detiene.
Cuando su mano hace contacto con mi piel, todo mi control se va a la mierda. Un deseo intenso recorre todo mi cuerpo y no lo puedo detener. Lo siento acercarse a mí y se pega a mi espalda, para hablarme cerca del oído.
–¿Quién es ese hombre que estaba contigo? –su voz es gruesa y apenas en susurro.
–No lo sé… –estoy en el limbo y no sé a qué estoy respondiendo y tampoco que pregunta hizo.
Se pega más a mí y puedo sentir su pecho pegado completamente a mi espalda –respiro profundo y él lo percibe.
–Dime Alyn… que significa ese hombre para ti. –muerde el lóbulo de mi oreja– y eso es todo, estoy perdida.
Comienza a besar mi cuello y no puedo evitar soltar un gemido, sus manos van inmediatamente a mi cintura y se aferran a ella fuertemente. Por primera vez cedo mi control involuntariamente y un hombre es capaz de convertir mi cuerpo en llamas ardientes, una llama que se había apagado y que solo estaba a la espera de la chispa que la encendiera.
Comienza a desprender la toalla y de repente la puerta suena y regreso al mundo de la realidad. Me aparto de él y salgo corriendo a mi cuarto con el corazón a mil e inmensas ganas de llora, porque estuve a punto de olvidarlo todo… con el novio de mi mejor amiga.