–Ya estoy lista cariño, podemos marcharnos.
Oírla llamarlo de esa manera me revienta por dentro, pero no puedo hacer nada… por ahora.
Una vez que se van me marcho del apartamento antes de que Camile aparezca. Tomo la computadora y salgo rápidamente para seguirlos y ver a donde lleva a mi Alyn.
Los sigo hasta un restaurante italiano e increíblemente espero hasta que salen de allí. Luego entran a un bar, pero lamentablemente tengo que irme antes de que salgan, debido a que alguien llamó a la policía al pensar que era un acosador.Estuvieron a punto de arrestarme así que no tuve más opción que irme a mi apartamento.
Paso toda la noche sin dormir pensando en ella junto al maldito Alejandro. Me nuero de celos al pensar que pueda tenerla y yo aquí sin poder impedirlo.
Me levanto de la cama y voy por una botella al bar. Comienzo a beber un trago tras otro, sin parar, furioso por no poder evitar que Alyn se marchara con ese maldito. Me cambio de ropa y completamente borracho cometo la imprudencia de irla a buscar a su departamento.
En varias ocasiones estuve a punto de estrellarme y acabar con mi vida, aun así, eso no me impidió ir en su búsqueda.
Me estaciono frente al edificio como puedo y bajo del auto completamente tambaleante. Subo al ascensor y en pocos segundos estoy parado frente a la puerta de su apartamento.
Saco la llave de mi bolsillo y logro abrir con dificultad. Me dirijo al cuarto de Alyn y abro la puerta, para conseguir su cama vacía. Así que supongo que se quedó a pasar la noche con él.
Me acuesto sobre su cama para sentir su olor sobre las sabanas y el dolor que hay en mi pecho es demasiado intenso. Siento por primera vez una lagrima rodar por mi cara y me dejo caer sobre su cama, tomo sus sabanas y me envuelvo con ellas, cierro los ojos imaginando que está a mi lada y en pocos segundos me quedo completamente dormido.
Un terrible dolor de cabeza me despierta y al abrir los ojos no reconozco el sitio donde me encuentro. Luego recuerdo que vine al apartamento de Camile y me quedé dormido en la cama de Alyn. Miro alrededor y constato que no es su cuarto. Mi corazón comienza a palpitar cuando noto un cuerpo a mi lado y compruebo que se trata de Camile que duerme junto a mí.
¡Maldición! ¿Qué mierda he hecho ahora?
Me levanto rápidamente de la cama sin hacer ningún ruido para no despertarla y me impresiono al ver que solo voy vestido con un bóxer. Cierro los ojos tratando de hacer memoria sobre lo que sucedió luego de quedarme dormido en la cama de Alyn, pero solo hay lagunas en mi mente.
Busco mi ropa pero no la encuentro por ningún lugar, así que supongo que está en el cuarto de Alyn.
Salgo de la habitación y me quedo con la boca abierta cuando consigo a Alyn completamente desnuda frente a mí. Su cuerpo es grandioso y sus rosados picos están tersos e hinchados en medio de esos voluptuosos y hermosos pechos. Lleva su coño completamente depilado y su cintura es la cosa más pequeña y perfecta que jamás haya visto. Es todo un monumento, una hembra en todo el sentido de la palabra.
Cierro la puerta de la habitación de Camile silenciosamente y me acerco a ella, esta vez no voy a dejarla escapar. En tan sólo dos zancadas,la empujo dentro del baño y cierro la puerta, con el pasador.
–Acaso quieres volverme loco –mis labios recorren su cuello con desespero– ¡por dios!, eres perfecta.
Susurro hechizado e hipnotizado por la belleza de mi hermosa diosa.
Mis manos comienzan a recorrerla, moviéndose bajo sus muslos hasta alzarla y sentarla sobre el lavabo. Extiendosus piernas y se me hace un nudo en la garganta cuando veo su perfecto y delicioso coño rosado completamente mojado. Sus labios vaginales se separan dejando expuesto su pequeño botón y eso está a punto de volverme completamente loco. Me meto entre sus piernas, luego meto mi mano bajo su mentón para buscar espacio hacia su cuello y besarlo suavemente –gime cuando mi lengua se mueve por su cuello y el lóbulo de su oreja, y eso me vuelve loco.
Enseguida mis labios están sobre los suyos. Me interno en su boca y absorbo hasta el último de sus gemidos.Ella sorpresivamente se amarraa mi cuerpo con sus piernas y me atrae hacia ella, y aprovecho el momento para frotar mi dureza contra su centro. Los dos gemimos dentro de nuestras bocas, lujuriosos y completamente excitados. Dejo de besarla para llevar mi boca a sus turgentes senos, los cuales he querido probar desde el primer momento. Los venero alternamente, lamiendo, chupando y mordiendo, mientras mis manos vagan libres sobre su piel. Segundos después mis dedos alcanzan su delicioso coño y los deslizo por su resbaladizo canal, sus gemidos no se hacen esperar, la beso rápidamente para evitar que Alyn pueda escucharnos.
Sus caderas se contonean desesperadas buscando alivio, restregándose deliciosamente contra mi pene erecto y completamente hinchado, gimo sin control dentro de su boca, extasiado de ella, feliz por tenerla entre mis brazos y a punto de hacerla mía.
–Ves como juntos somos perfectos –la besa de nuevo y sale a mi encuentro– estamos hechos el uno para el otro nena.
Mi lengua juguetea con su boca y mi pene empalmado hace presión exquisitamente sobre mi coño. Meto mi mano dentro de mi bóxer para sacar mi pene y hundirme dentro de ella, cuándo la odiosa voz de Camile nos interrumpe, evitando de esa manera que la haga mía.
–¿Eryx estas allí?
Puedo sentir como Alyn se tensa de inmediato, en cambio yo estoy dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias, con tal de hacerla mía. Coloco un dedo sobre su boca para evitar que hable.
–Si cielo, estoy aquí, en un momento estoy contigo.
¿Cielo? ¿Pero qué coño? Esas palabras salieron equivocadamente de mi boca, cuando tenía toda la intención de pronunciarlas para Alyn.
Alyn trata de bajarse del lavabo, pero se lo impido.
–Vas a tardar –pregunta la maldita entrometida.
–Sí, solo ve a la cocina y prepara el desayuno mientras termino aquí.
Espero que con eso, se largue de una vez de aquí y nos deje tranquilos.
–Está bien, pero no tardes.
La escucho alejarse y vuelvo decidido a continuar con lo nuestro. Ella intenta volver a escapar pero lo evito nuevamente.
—Me vuelves loco preciosa —aprieto mi cuerpo contra el suyo— ya no puedo contenerme cuando estoy cerca de ti —hunde mi lengua en su boca y la hago gemir de nuevo— tu piel al desnudo es perfecta, no sabes cómo deseo estar dentro de ti. Pero este no es nuestro momento, habrá otras oportunidades.
Abre los ojos conmocionada por lo que acabo de decir. Sonrío y me alejo de ella no sin antes volver a mirar su maravilloso cuerpo desnudo, hundiendo mis dedos llenos de ella en mi boca y chupándolos lentamente bajo su intensa mirada, luego la beso para que sienta su sabor en mi boca y salgo de allí, antes de que la molesta de Camile vuelva a venir en mi búsqueda.
Me voy hacia la cocina para pedirle mi ropa a Camile, no quiero permanecer ni un minuto más aquí mientras ella este dentro del apartamento.
Cuando llego la veo con mi camisa puesta y eso me enfurece completamente, pero me contengo y pongo mi cara de póker.
–Camile podrías buscar mi ropa por favor, tengo asuntos pendientes y necesito irme antes de que se haga demasiado tarde.
–En un momento la busco Eryx, mientras tomate una taza de café.
Me incomoda su mirada sobre mi cuerpo, no encuentro como decirle que aleje su mirada de mí. Afortunadamente sale de la cocina para ir por mi ropa.
Camile está tardando demasiado así que decido salir de la cocina para ir y obligarla a que me de mi ropa. Salgo en el preciso momento en que Camile le hace unas preguntas incómodas a Alison.
—Así que... ¿es bueno en la cama?
Espero a que responda, pero no estoy seguro si quiero oír su respuesta.
—No te imaginas.
Y allí está la respuesta que tanto temía. Mi pecho se agita, dolido y amargado, al saber que ella se acostó con ese maldito.
—No te preocupes por Eryx, Ali —Camile se acerca mí y me abraza de la cintura, enseguida siento gran repulsión por su contacto— entre él y yo no hay secretos.
¿Pero qué coño acaba de decir? ¿Pero siquiera hemos hablado de nada?
—Será mejor que me vaya, ya se hace tarde—dice apresurada.
Ardo de rabia de solo pensar que él estuvo dentro de ella, que tocó y poseyó lo que es mío.
—Vamos Alyn no te cohíbas por mí y cuéntanos cómo te fue con el doctor.
—Se lleva el trofeo al ganador. —Contesto con saña.
Voy contra ella sin importar que delante de nosotros se encuentre Camile.
—Entonces los concursantes no eran los indicados, tal vez dejaste por fuera al candidato correcto. –mi mirada lleva cargas de reproche.
—Cielo, por supuesto que no —responde Camile— yo personalmente me he encargado de buscarle a Ali al chico correcto para ella, pero mi querida amiga es algo quisquillosa. —sonríe con diversión.
Maldita idiota, cuando aprenderá a cerrar su maldita boca.
—Puedo encontrar yo misma a mi posible pareja, no es necesario que sigas insistiendo Cami. — contesto Alyn molesta.
—Solo no quiero que pierdas tu tiempo Ali, no quiero que el día de mañana te arrepientas de esta vida que llevas… yo me preocupo por ti, por eso siempre te estoy buscando buenos partidos…
—Camile tus partidos no me gustan —le confiesa— la verdad es que el último me invito a su casa, así que tus amigos también se quieren meter en mis bragas.
Su comentario termina por hacerme explotar, no estoy dispuesto a escuchar sobre sus escarceos amorosos. Así que me marcho de allí para buscar mi maldita ropa.
Por fin la encuentro metida en una de sus gavetas. Me visto rápidamente y enseguida voy por mi camisa, que por supuesto lleva Camile sobre su cuerpo.
Salgo de su habitación y solo encuentro a Camile, Alyn ya se ha marchado. Mi cabeza comienza a elucubrar ideas de a donde se ha marchado un sábado por la mañana.
–Camile puedes por favor devolverme mi camisa, necesito irme, ya voy demorado.
Extiende una sonrisa en su cara que me resulta macabra, más que seductora, y se quita la camisa para quedar completamente desnuda frente a mí. Pero contrario a lo que ella piensa, no despierta ningún interés en mí.
Cojo la camisa de su mano y me la pongo rápidamente para salir huyendo de aquí, ya que no tengo intensiones de quedarme a averiguar cuáles son sus pretensiones… aunque puedo imaginar perfectamente lo que quiere de mí.
Se acerca a mí en modo seductor y desliza sus dedos sobre mi pecho.
–Querido –su voz me resulta estridente y repugnante– porque no nos quedamos juntos retozando en mi cama toda la mañana.
Me siento asqueado con su absurda proposición.
–Lo siento Camile, no puedo quedarme ni un minuto más y sin otra palabra que decir, me doy la vuelta dispuesto a largarme de una vez, hasta que la escucho hablar.
–Los padres de Alyn me han invitado a un almuerzo hoy y me gustaría que me acompañaras –ni lo sueñes– Alyn estará presente y me imagino que llevará a Alejandro con él.
Sus últimas palabras captan toda mi atención… así que el maldito idiota estará presente, pues no se la voy a poner fácil esta vez, voy a luchar por lo que es mío y nada va a detenerme.
–¿A qué hora quieres que te recoja Camile?