Capítulo 12
Eryx parte I
Alyn es la mujer más hermosa que alguna vez haya visto, no puedo olvidar el día en que mis ojos la vieron por primera vez.
Cuando decidí regresar desde Grecia a este país, estaba pasando por una etapa difícil en mi vida. Mi madre había muerto hace poco más de 10 meses, y la mujer con la que había sostenido un noviazgo de más de dos años, mantenía una relación paralela con mi mejor amigo y solo lo supe, cuando un día decidí volver a nuestro apartamento antes de la hora acostumbrada y los conseguí follando en mi cama.
Sorprendentemente no sentí rabia en ese momento, al contrario, fue como si me hubiera quitado un peso de encima. En ese instante comprendí que nunca ame a Carolina, me había acostumbrado a su compañía, pero nunca existió amor entre los dos.
Ese mismo día tomé mi maleta y la llene con toda mi ropa y sin pensarlo dos veces tomé el siguiente avión con destino a New york.
Apenas cruce las puertas de la empresa de mi padre, no pude evitar sentirme fuertemente atraído por aquella hermosa rubia de ojos inquietos y mirada envolvente que me atendió al llegar.
El corazón no había dejado de palpitarme desde que la vi, y cuando la oí hablar me sentí paralizado y sólo quería quedarme allí y contemplarla el resto del día. Pero me mantuve estoico y en ningún momento demostré el efecto que ella había causado en mí. Inclusive fui agresivo y pedante con ella, porque me había afectado de tal manera que me sentí contrariado y muy confundido. Nunca antes me había sentido de igual manera con otra mujer y para mi esa experiencia fue reveladora y sorprendente.
No quería hacer el ridículo si me atrevía a decir algo y ella no me correspondía como deseaba que lo hiciera. Así que decidí alejarme cuanto antes de su lado, antes de que me acusaran de acoso laboral.
Mi pecho estaba convulsionado y mi cabeza era un lio de confusiones y pensamientos inquietantes. Quería volver con ella y probar esa deliciosa boca color de fresa que tenía mi boca hecha agua.Quería envolverla entre mis brazos para sentir el calor de su cuerpo y el olor de esa piel tersa y reluciente. ¡Por Dios! Esa desconocida me había vuelto loco como ninguna otra mujer y solo había necesitado de un par de segundos para lograrlo.
Tuve que detenerme por breves momentos en el corredor antes de entrar a la oficina de mi padre para que la hinchazón de mi pene bajara, estaba excitado como un maldito adolescente. Afortunadamente era la hora del almuerzo y todo el lugar estaba solo ya que los empleados se habían marchado a comer.
Luego de conversar por largo rato con mi padre, ella vino a la oficina por pedido de mi padre…tímida, asustada, hermosa y radiante. Pude admirarla por primera vez de cuerpo entero y lo que vi por encima de la ropa me volvió sediento y hambriento de ella.Luego pude darme cuenta, por todas las cosas divertidas y estimulantes que soltaba por su deliciosa boca, que no le había sido indiferente y que al efecto ella también había sentido lo mismo que yo sentí cuando nos vimos por primera vez.
Quería levantarme de esa silla, besarla y acariciarla y llevármela fuerza de allí para hacerle el amor, al menos durante el resto del día.
No fue hasta más tarde al quedarnos solos, que pude tocarla por primera vez y dejar algunos besos en su cuello… fue una maldita locura y la mejor experiencia de mi vida, aun cuando ella se resistió a mis intentos de ir por más.
Pero todo se volvió un maldito enredo, cuando Camile apareció en mi apartamento pocas horas después. Estaba totalmente fuera de sí y emocionada, agradeciéndome por haber vuelto para cumplir mi promesa de matrimonio.
Estaba entumecido por lo que estaba sucediendo en ese momento. Fue una promesa hecha por un adolescente de 15 años, uno que apenas empezaba a conocer la vida, que no tenía idea de lo que era el amor… por dios, solo fue una promesa juvenil sin ningún futuro posible, porque ahora yo no tengo ningún tipo de sentimientos por ella.
–Eryx, gracias por cumplir tu promesa, por hacerme tan feliz, nunca imaginé que volverías a mí, para hacerme finalmente tu esposa.
Se acerca a mí y me besa como si nos hubiésemos visto tan solo desde hace unas horas, como si nuestra relación realmente existiera y nunca nos hubiésemos separado. No puedo corresponder el beso por que el contacto con sus labios me sabe a nada.
Quedé completamente conmocionado ¿Acaso Camile se había vuelto loca? ¿Sufre dealguna enfermedad mental?
–Mi amor… quiero que vengas a casa conmigo para que conozcas a mi mejor amiga, es mi compañera de apartamento, no sabes lo feliz que estoy de que por fin pueda presentarle a mi prometido.
Joder, ahora como salgo de este atolladero, no tengo el valor para decirle que lo olvide todo, que para mí esa promesa hace muchos años que se extinguió, porque ya no siento nada por ella.
Me voy con ella sin embrago, mientras voy maquinando en mi cerebro alguna forma de salir de esta situación.
Llegamos a su casa, pero su amiga aún no ha llegado. Ella me invita un café, el cual no rechazo, porque quiero tomarme uno bien cargado para ver si así despierto de esta terrible pesadilla.
Pocos minutos después, oigo la puerta principal abrirse e inmediatamente se escuchan los gritos de una chica, provenientes de la sala. Me pareció que su voz se me hacía familiar, pero luego deseché el pensamiento, hace años que me fui de aquí, así que no tengo ningún conocido en este lugar.
–Ven cariño, Alyn acaba de llegar.
¿Alyn? Escuchar su nombre de nuevo hace que mi corazón revolucione a mil kilómetros por hora. Es una hermosa coincidencia, lamentablemente no es la mujer que deseo ahora mismo junto a mí.
Cuando salimos, me llevo la sorpresa de mi vida, la amiga de Camile no es nada más y nada menos que la mujer que hoy me dejó completamente hechizado. Está en ropa interior y verla con sus inmensos y redondos pechos casi desnudos hace que me empalme de inmediato. Bajo la vista para evitar mirarla, porque de seguro me delataré si Alyn voltea su mirada hacia mí.
Luego de una conversación entre ellas que se me hace casi eterna, Camile por fin nos deja a solas y aprovecho la ocasión para acercarme de nuevo a ella.
–¿Qué?- me grita con rabia.
–No sabía que tú eras la amiga de cami –le digo en un susurro–, lo siento, por lo de hoy ¿sabes? –veo dolor en su rostro por lo que acabo de decir, así que trato de enmendarlo, para que entienda que de lo que me arrepiento no es de haberla conocido, sino de estar allí con Camile, porque es con ella con quien realmente deseo estar.
–¿Que sientes? ¿que me haya enterado que eres el pringado prometido de mi amiga? Pues tranquilo no te preocupes por eso porque a mí no me importa –puedo ver el brillo de sus ojos y sé que está apunto de llorar. Así que trato de explicarle porque no quiero verla sufrir… pero no me da ni una sola oportunidad.
–Yo no… –Trato de hacerla entender, pero me detiene.
–Simplemente aléjate de mí y haz como si eso nunca hubiera pasado.
¿Qué la olvide? ¿Qué me olvide de la suavidad de su piel y de su delicioso aroma? Imposible, no podría aunque lo quisiera.
Luego de lo que pasó esa noche me excusé con Camile diciéndole que tenía que resolver un asunto urgente y me marché enseguida de su apartamento.
Durante toda la noche soñé con ella. La tuve entre mis brazos y me hundí dentro de ella. Le hice el amor una y otra vez, como tanto lo había deseado durante todo el día pero al despertar, pude comprobar que solo se trataba de un maldito sueño.
Esa misma mañana estaba determinado a aclarar las cosas, pero como siempre mis planes no resultaron como yo las había imaginado. Me levanté bien temprano con laidea de llegar antes de la hora, pero al entrar a mi oficina, recibí una llamada de papá para que acudiera de inmediato a su oficina.
Mi mayor sorpresa fue encontrar a Camile en la oficina con papá. Lo cual no auguraba nada bueno.
–Eryx gracias a Dios llegas. Déjame felicitarte hijo, tu novia acaba de decirme que están comprometidos, no sabes lo feliz que me hace que por fin hayas sentado cabeza y con una buena y hermosa mujer como Camile.
Nunca imagine que esta maldita loca pudiera enredar mi vida en tan solo unas cuantas horas. ¿Ahora como mierda salgo de este bendito dilema?
Mi padre se acerca a mí y me da un gran espaldarazo, mientras miro con incredulidad a Camile quien sonríe radiante y feliz por el desastre que acaba de causar en mi vida. Minutos después la muy perra se despide de nosotros, como si no acabara de destruir mi vida por completo. Como decirle a mi padre que lo que ella había dicho no era verdad. No tenía el valor de desacreditarla frente a él, porque no quería que papá se decepcionara de mí.
Salgo de su oficina completamente furioso, con ganas de destrozar cualquier cosa que se atraviese en mi camino, a tal punto que vi a Alyn cerca de mí y la ignoré para que no me viera en este estado.
Decido dejar la oficina para pasar el mal rato y regreso a mi apartamento. Tomo una ducha larga, para tratar de olvidar aunque sea por unos segundos todas las complicaciones de mi vida. Minutos después voy a mi habitación y me visto rápidamente para volver a la empresa.
Cuando salgo encuentro a Camile y a mi padre en la puerta de mi apartamento –maldita sea– esto apenas acaba de empezar.
–Hola hijo, te he estado llamando a tu móvil pero se encontraba apagado. Necesito que por favor vayas urgente al hospital y busques los resultados de los exámenes que le hice a los gemelos –mira su reloj– hoy tienen cita con el pediatra y he olvidado irlos a buscar. Por favor retíralos y luego llévamelos a la clínica Pontias, que es donde está el consultorio de su pediatra. Yo mientras voy por ellos y luego nos encontramos allí… ¿crees que puedes hacerlo?
Por supuesto que no podría negarme, mi padre es un gran hombre y siempre ha estado allí para mí.
–Por supuesto papá, no será ningún problema ir por ello.
Papá se marcha y me deja con la única pregunta que hasta ahora no he resuelto… ¿Qué hace ella aquí?
–Hola cariño, fui a buscarte de nuevo a la oficina pero no te encontré y como tu padre me dijo que venía a buscarte a tu casa, aproveche la oportunidad de venirme con él.
Es que acaso esta maldita mujer no tiene otra cosa más que hacer que acosarme.
–Lo siento Camile, pero como acabas de escuchar tengo diligencias que hacer, será en otra oportunidad.
–No te preocupes Eryx, no tengo nada que hacer, no tengo ningún problema en acompañarte.
Esto es una maldita pesadilla.
Como ella no tiene intenciones de desaparecer de mi vista, no tengo otra cosa más que hacer que llevarla conmigo, ya que se me está haciendo demasiado tarde.
Bajamos al estacionamiento y subimos a mi auto en absoluto silencio. No tengo ganas de hablar y mucho menos de escucharla.
Al llegar, aparcamos en una zona cercana ya que no encontramos lugar en el estacionamiento del hospital. Mi mayor sorpresa es que cerca de allí, en un cafetín aledaño al hospital, alcanzo a ver a Alyn en compañía de un hombre, conversando con él amenamente y en tono muy amigable. Siento la rabia reverberar dentro de mi cuerpo, nunca me he sentido tan furioso en mi vida… verla con otro hombre me llena de una ira desconocida que está a punto de sacarme de control.
Repentinamente Camile me toma de la mano, intento zafarme pero su agarre es fuerte y difícilmente me puedo soltar, a menos que lo haga con rudeza y no soy capaz de maltratar a una mujer ni aunque se lo merezca.
Observo la interacción calladamente, mis ojos intensos sobre ella como pidiendo una explicación. Aunque lo único que tengo ganas de hacer es tomarla del brazo, arrastrarla de allí y llevarla conmigo.
Estoy tan distraído que solo oigo cuando Camile me presenta al acompañante de Alyn. Tomo su mano y la apretó con fuerza, para hacerle entender al hijo de puta que esa mujer es mía y de nadie más.
Luego del incómodo momento, y de escuchar que el nombre del maldito es Alejandro, Camile se despide de Alyn y estoy a punto de decirle que se marche, que me quedo a esperar por Alyn, cuando recuerdo que mi padre me espera y no le puedo fallar.
Me marcho de allí y en contra de mi voluntad la dejo en compañía del idiota, mientras acudo en busca de los exámenes que papá necesita.
Luego de entregarle los exámenes a papá, Camile decide hacerse un chequeo con el ginecólogo y me entrega la llave de su apartamento para que la espere allá, ya que de seguro tardará en la consulta.
Aprovecho la oportunidad de escapar de ella y volver al apartamento para esperar allí a Alyn. Al entrar, escucho ruidos en el baño, lo que indica que Alyn ha vuelto de su cita con el maldito idiota. Trato de abrir la puerta del baño, pero está cerrada, así que decido esperarla frente a la puerta.
Cuando la llave del agua se cierra, sé que es solo cuestión de segundos para tenerla frente a mí.
–¿Qué haces aquí?
Verme allí la toma por sorpresa. Así que le explico, pero como siempre causo un enredo con mis explicaciones.
–Cami me dijo que volviera y la esperara aquí, la consulta tardará, así que aquí estoy.
Está completamente mojada y es tan pequeña la toalla que lleva a su alrededor, que puedo apreciar cada deliciosa curva de su cuerpo, es una maldita diosa. Solo con verla mi pene se hincha, deseoso de enterrarse profundamente en su cuerpo.
–Será mejor que vaya a vestirme.
Dice apenas en susurro y sé que está muy nerviosa.
–Espera –me toma del brazo y la detengo.
–¿Quién es ese hombre que estaba contigo? –le pregunto, apenas conteniendo la furia dentro de mí.
–No lo sé…
Maldición, esta excitada tanto como yo, puedo ver como su respiración se ha acelerado.
Me pego a su espalda y puedo sentir que mi cercanía no le es indiferente, la siento temblar apenas la toco.
–Dime Alyn… que significa ese hombre para ti. –muerdo el lóbulo de su oreja– y la escucho gemir bajito. Así que soy osado y voy por más.
Comienzo a besar su cuello y no puede evitar soltar un gemido, mis manos van inmediatamente a su cintura y me aferro a ella fuertemente. Comienzo a desprender la toalla y de repente la puerta suena, lo que hace que ella se aparte de mí y salga corriendo a su cuarto, mientras yo maldigo la inoportuna hora para que Camile se decidiera a aparecer.
–Hola cariño, que bueno encontrarte aun aquí, pensé que te habrías marchado.
–Ya estaba a punto de hacerlo Camile y siento decirte, que tengo que irme, la empresa está sola y mi padre me ha dejado a cargo, así que debo irme ya.
Intenta darme un beso pero la esquivo y me marcho de allí de inmediato.
Debido a que papá estaba en la consulta pediátrica con mis pequeños hermanos, estuve todo el día ocupado de reunión en reunión y no tuve tiempo de volver a ver a Alyn.
A las seis de la tarde me dirigí a su puesto de trabajo para invitarla a salir, pero ya se había ido. Quería aclarar las cosas con ella pero no tuve oportunidad de hacerlo. Así que no me quedaba otra alternativa que volver al apartamento para verla, aun cuando sabía que posiblemente Camile estaría allí.
Aún conservaba la llave que Camile me había dado horas antes, así que entre sin ningún problema. Cuando llegué a la sala, todo estaba en silencio, solo se oía ruido en la habitación de Alyn así que decidí esperarla hasta que saliera. Me senté en la mesa del comedor, donde mantenía una vista directa a la habitación de Alyn y encendí la laptop que estaba sobre la mesa. La había dejado aquí el día que vine por primera vez al apartamento de Camile.
Poco después escuche la puerta de su habitación y voltee a mirar y no pude evitar quedar sorprendido con lo hermosa que estaba. Llevaba un vestido sugerente, que se pegaba a cada una de sus curvas como una segunda piel. Era una mujer sorprendentemente sexy y seductora. Tenía todo lo que había deseado encontrar en una misma mujer.
–¿Piensas salir? –Le contesto desde la silla
–No es tu problema Eryx. –me responde de mala gana.
-Alyn por favor… solo te hice una sencilla pregunta y espero que la respondas. –Le hablo con autoridad, no voy a permitir que me conteste con evasivas.
–Por favor tú, Eryx… es mejor que dejemos esto hasta aquí, tú eres el novio de Camile y yo no estoy dispuesto a engañarla, no de esa manera Eryx – Me levanto de la silla y me voy sobre ella.
–No sé qué me pasa contigo Alyn. Solo sé que me atraes y me vuelves loco –me acerco a ella, mientras retrocede hasta que la arrincono contra la pared.
–Hay un magnetismo que me atrae a ti y no soy capaz de evitarlo, quiero tenerte Alyn, saborearte como deseo hacerlo desde la primera vez que te vi, conocer todos tus secretos… cada sabor de tu cuerpo.
Comienzo a besar su cuello y me lo permite, porque la he dejado sin voluntad para impedirlo. La hago temblar cuando con mi mano recorro la parte externa de su muslo hasta que alcanzo el dobles de su vestido. Luego me atrevo a más y coloco mis labios en la comisura de su boca y comienzo a dejar pequeños besos que me antojan de más.
–Ves el magnetismo que surge entre nosotros… ¿puedes acaso evitarlo? Porque yo no puedo Alyn… y entonces la beso como lo había deseado desde que la conocí y sus besos me saben a cielo. Gime deliciosamente y aprovecho la abertura de su boca para meter mi lengua dentro de ella. Recorro toda su dulce boca con mi lengua, mientras aprieto contra su pelvis mi pene hinchado. Cuando siente mi dureza sobre su coño, me toma por el pelo, al tiempo que responde a mi beso. Ella es todo lo que había deseado y mucho más.
La tomo de las nalgas y la hago enredar sus piernas en mi cintura, comienzo a frotar mi pene en su centro y con ello estoy a punto de explotar en un orgasmo. Mis manos recorren cada espacio de su cuerpo y me detengo en sus nalgas para apretarlas con frenesí. Estoy en el maldito paraíso, en el único lugar en el que deseo estar.
Pero toques en la puerta nos sacan del embrujo en el que nos encontramos y la bruma de pasión desaparece de un plomazo. Me pide que la baje y lo hago en contra de mi voluntad.
–Por favor abre la puerta, voy a mi cuarto a cambiarme y a retocarme.
Se aleja de mí y se va a su cuarto y la oportunidad de tenerla entre mis brazos se vuelve agua entre mis dedos.
Espero unos minutos hasta que la inflamación de mi pene disminuya y salgo a abrir la puerta.
La ira vuelve a encenderse dentro de mi cuando veo parado en la puerta al maldito hijo de puta que pretende quitarme a mi mujer, porque ella es mía sin duda, su cuerpo y sus gemidos así me lo han demostrado.
No lo invito a pasar, aun así lo hace sin invitación.
–Puedes decirle a Alyn que la estoy esperando por favor.
Este idiota piensa que voy a hacerle el trabajo, que con gusto estoy dispuesto a entorpecerle.
–¿Y a donde piensas llevarla?
–No creo que eso te importe, pero pienso llevarla a comer y quizás a un bar, todo depende de ella– responde el idiota con arrogancia.
–Si me importa… Alyn me importa mucho, crecimos juntos–estoy dispuesto a decir cualquier cosa que se me ocurra– es como mi hermana y no quiero a ningún idiota junto a ella.
¿Mi hermana… en serio dije eso? Maldición, no es lo que realmente quería decir.
–Oye amigo cálmate. –Ella no es una niña a la que puedas engañar, es toda una mujer que sabe lo que quiere, si acaso no lo has notado.
¿Que si no lo he notado maldito idiota? He podido palparlo con mis propias manos., tan solo hace unos segundos.
–No soy tu amigo –le contesto con inquina- solo te digo una cosa, si me entero que le tocas un pelo te la vas a ver conmigo –ella es mía y no voy a permitir que ponga un dedo sobre ella.
–¿Quien se las va a ver contigo Eryx Andreato? –su voz retumba en la habitación, volteo hacia ella y le demuestro lo enojado que estoy por lo que piensa hacer.
–El idiota que se atreva hacerte daño Alyn Davis.
Le digo con toda la propiedad.
–No tienes ningún derecho a meterte en mi vida Eryx, no soy tu asunto y no te he dado derecho para que lo hagas, preocúpate por Camile, ella es el único asunto del que debes hacerte cargo.
Me contesta con toda la rabia y decido no dar ninguna respuesta porque no quiero que se moleste conmigo.