Capitulo 6

2079 Words
Capítulo 6 Estoy sumida en un sueño maravilloso. Besos recorren mi vientre haciendo que cada uno de mis músculos se tense deliciosamente. Fuertes manos me acarician como si quisieran arrancar la piel de mi cuerpo, haciéndome gemir profundamente. Sus dedos impacientes bajan a mi centro, tocándolo de manera precisa y en el punto exacto en que todas mis terminaciones nerviosas se conjugan para hacerme explotar. ¿Es lo que llaman el punto G? Por mi puede empezar a jugar con todos los puntos de mi abecedario. Abro los ojos, para confirmar que no es un sueño, él me sonríe, me tiene tan mojada que puedo sentir como mis fluidos chorrean y caen en charcos sobre la cama.Me da la vuelta de manera rápida y alza mis caderas dejando mi trasero a su entera disposición, lo acaricia suavemente y luego deja una mordida que hace que se me pongan los vellos en punta, se siente tan bien, jadeo y muerdo la almohada, lo escucho reír. Sus manos aprietan mis senos, pellizcando mis puntas hasta dejarlas bien erectas Luego baja con lentitud delineando mi cintura y mis caderas hasta que esta se posa sobre mi trasero, ronroneo, me da una pequeña palmada, que me hace chillar. –Pero que niña tan mala eres Alison- susurra al oído- mira cómo te tengo, y eso que aún no te la meto– no diré que soy fan de las conversacionessucias antes de tener sexo, pero sí que me ponen. Contesto con un gran jadeo. Me da otra nalgada que está al punto del dolor pero que mezclada con mí lujuria, me hace retorcer exquisitamente. Me sorprende introduciéndose en mí de una sola estocada, llenándome hasta el fondo de mi vientre y causando un gran gemido de mi parte. Cuando abro los ojos la mañana siguiente me siento muy cansada.Necesitomás horas de sueño pero la verdad no soy de esas que quedan tendidas como roca en casas ajenas y menos en la cama de algún hombre. Nunca he logrado dormir mucho cuando no me encuentro en mi cama así que decido que es hora de la despedida. Bostezó y me incorporo con pereza, el doctor no se encuentra en la estancia y yo estoy completamente desnuda, recuerdo como me despertó en la madrugada y no evito sonreír. Me levanto de la cama y siento un ligero dolor en mi v****a, es lógico después de toda la intensa actividad que tuve durante toda la noche. Tomo su camisa que se encuentra tirada en el suelo y la abrocho mientras camino hacia el baño. Primero hago pis porque me muero de ganas, creo que eso fue lo que me despertó, luego quiero cepillar mis dientes. Sonrío cálidamente cuando veo un cepillo nuevo sobre el lavabo, siempre tan caballeroso. Abro el envoltorio y me cepillo, lavo mi cara y salgo en busca del hermoso dueño de la casa. Cuando llego a la sala, no puedo apartar mis ojos del cuerpo musculosos que se encuentra parado en el balcón. Lo observo detenidamente mientras habla por celular. Lleva puesto un chándal bajo su cadera que le queda algo suelto y muy caliente. Tiene una espalda muy sexy, como la de un nadador, y la verdad es que amo a los nadadores.Tiene un cuerpo de infarto. –Si lo sé mamá –lo oigo murmurar– cuando tenga tiempo te lo juro…. Vale… si tendrás muchos nietos… si te los daré antes de enterrarte… estoy muy ocupado para tener citas… por Dios mamá. Decido hacer una de mis travesuras y de manera silenciosa me acercó a él y lo abrazo por la espalda mientras dejo besos en su cuello y en sus hombros. Él se remueve para que lo deje girar –aún sigue hablando con su mamá–cuando lo hace, me mira con intensidad y me sonríe, luego me abraza por la cintura mientras esconde su cara en mi cuello. –Hola mi doctorcito sexy. –lo digo fuerte y con toda la intención para que su madre me oiga. Entrecierra sus ojos y alza su ceja al captar mi verdadera intención. –Si mamá, hay una chica conmigo –rueda sus ojos– no mamá… no la he dejado embarazada. Mamá no le diré a una chica en la primera cita que se case conmigo… si sé que para tener hijos no hace falta estar casado –me rio en voz baja, ¿todas las madres son así de intensas?–vale te amo… si se lo pediré, nos vemos el domingo. Cuelga la llamada e inmediatamenteme atrae contra su cuerpo, sonríe y luego deja un duro beso en mis labios. –Eres una niña mala y traviesa… ¿lo sabes? –sonrío y pongo cara de niña buena. –No sé a qué te refieres… siempre he sido una chica obediente y bien portada. –¿Debería castigarte por lo que has hecho?- su mirada ha cambiado y ahora es hambrienta y desafiante. Pero me muero de curiosidad por saber, cuál sería el castigo al que está dispuesto a someterme. –Tal vez he sido una niña mala y me merezco un gran castigo –le digo en forma provocativa, mientras me alzo en punta y deslizo mi lengua sobre su boca. –Preciosa… no sabes lo que has pedido. Me monta sobre su hombro como un hombre de las cavernas, mientras chillo por la sorpresa. Me lleva de regreso a la habitación y me lanza sobre la cama. Me deja allí tendida y se dirige hacia su vestier para sacar de una de las gavetas unas cuantas de sus corbatas. ¡Madre mía! A este hombre le gustan las cosas guarras… pero quien soy yo para negarme a las nuevas experiencias. –Siéntate a la orilla de la cama y extiende tus brazos –¡joder! como me pone que un hombre tome el control. Hago lo que me pide. Envuelve una de las corbatas y las ata fuertemente alrededor de una de mis muñecas. –Acuéstate en el centro de la cama, lo más cerca que puedas al cabecero. Luego sube los brazos sobre tu cabeza. –su voz me hace estremecer. Su tono emite gran dominio y autoridad… puedo sentir como mi coño comienza a humedecerse.Obedezco como si fuera la sumisa de Christian Grey, calladita y dócil. Él se acerca a mí y toma el extremo suelto de la corbata y lo pasa por uno de los barrotes del cabecero, le da unas vueltas y luego toma mi otra muñeca y ata el extremo libre alrededor.Camina hasta el pie de la cama y toma el resto de las corbatas para atarlas a cada uno de mis pies. Finalmente las ata a cada extremo de la cama, dejando mi coño expuesto y a su entera satisfacción. –Si pudieras verte como ahora te veo… ¡Mierda!... te ves caliente y hermosa. Se quita el chándal y va hasta la mesita de noche y extrae un paquete de condones. Saca uno del empaque y envuelve con él su empalmado pene.Mi boca está seca con solo observar cada uno de sus movimientos. –Ves cómo me pones preciosa –su voz es gruesa y pesada– mis venas están a punto de reventar y mi pene está a segundos de sufrir un infarto por tanta presión. Jadeo… sus palabras guarras logran su cometido y la forma en que sostiene y acaricia su pene me vuelve loca. Solo les puedo decir que su boca obró de maravilla y me llevó al séptimo cielo. Y fue el mejor castigo que he recibido en toda mi vida, con seguridad trataré de portarme mal con mayor regularidad. –¿Tienes hambre? –abro mis ojos cansados. Su hermosa mirada está sobre mí y su sonrisa resplandeciente se extiende por toda su cara. –Si mucha…. pero creo que debo irme –le informo y el alza una ceja– no es por ti, no hiciste nada malo todo lo contrario, solo que he quedado con mi madre y ya sabes cómo son las madres cuando se les mete una idea en la cabeza. –Lo entiendo- suspira- pero primero ven a desayunar, no me sentiría nada bien al dejarte ir sin que pruebes un bocado, así que insistiré hasta que lo hagas. –Me da un beso casto sobre los labios– Y menos luego de haber robado todas tus energías. Alejandro es un hombre sorprendente y tiene todo lo que cualquier mujer puede desear. Es atento, complaciente, todo un caballero y un excelente amante, no podía pedir más de él. <<pero no es Erix Andreato… me grita ese pequeño diablillo que se ha colado en mis pensamientos, le doy una patada y lo envío de vuelta al infiernos junto al maldito Eryx>> –Oh, es usted todo un caballero doctor. –Ni te lo imaginas Alyn. –me contesta serio y decidido. Luego de un desayuno rápido me arreglo para ir a mi casa a cambiarme y luego ir a casa de mi madre. Él insiste en llevarme pero me niego, luego de pasar la noche a su lado necesito mi propio espacio para aclararme, no es como si estuviera arrepentida, solo que necesitaba mi espacio personal. Le p**o al taxista al bajar y luego me dirijo rápidamente al ascensor. Tengo treinta minutos exactos para llegar a casa de mamá o mi celular no parará de sonar en toda la mañana. Al llegar, la casa está silenciosa, así que supongo que estoy sola. Entro a mi cuarto y me quito la ropa, luego tomo una toalla, pero decido salir desnuda hasta el baño, total no hay nadie que me pueda ver. A tan solo unos pasos del baño, oigo la puerta de la habitación de Camile abrirse y volteo sorprendida para encontrar a Eryx parado frente a mí, llevando solo su bóxer. ¡Mierda! Su cuerpo no sólo es sexy sino también caliente. El cuerpo de Ale está de infarto… pero Eryx Andreato ha roto todos los moldes de la perfección. Puedo notar como sus ojos hambrientos me recorren fijos y lentamente de pies a cabeza, hipnotizándome con su mirada como si fuera una serpiente ante el sonido de una flauta. Cierra la puerta silenciosamente y se acerca a mí en tan sólo dos zancadas. Me empuja dentro del baño y cierra la puerta, con el pasador. Mi corazón esta acelerado y mis nervios a punto de hacerme desfallecer. –Acaso quieres volverme loco –sus labios recorren mi cuello con desespero– ¡por dios!, eres perfecta. –no puedo hablar, cuando estoy bajo su control toda mi cordura desaparece y solo soy un montón de músculos y piel dispuesta a satisfacer sus antojos. Sus manos comienzan a recorrerme, moviéndose bajo mis muslos hasta alzarme y sentarme sobre el lavabo. Extiende mis piernas y se mente entre ellas, Todo mi cuerpo se calienta en segundo y caigo rendida bajo su seducción. Su mano se mete bajo mi mentón para rodear mi cuello, buscando el espacio para que sus labios puedan jugar con mi piel. El calor se extiende por mi coño y comienzo a humedecerme –gimo cuando su lengua se mueve por mi cuello y el lóbulo de mi oreja, y eso lo vuelve loco. Enseguida sus labios están sobre los míos. Me quedo sin fuerzas cuando su lengua se interna en mi boca y me dejo llevar. Amarro su cuerpo con mis piernas y lo atraigo hasta mí, para sentir su dureza en mi centro. Sus labios me abandonan dejándome vacía, pero enseguida se posan sobre mis senos para chuparlos alternamente, lamiendo, chupando y mordiendo, mientras sus manos vagan libres sobre mi piel. Mis caderas se contonean desesperadas buscando alivio, sus bajos gemidos se cuelan suavemente por mis poros haciéndome enloquecer. Me olvido de todo, porque ahora es mi cuerpo el dueño absoluto de mi control. –¿Ves como juntos somos perfectos? – Me besa de nuevo y no me resisto– estamos hechos el uno para el otro nena. Su lengua juguetea de forma maestra en mi boca y su pene empalmado hace presión exquisitamente sobre mi coño. Lo deseo ¡por dios! Deseo tenerlo dentro de mí, porque lo que él me hace sentir nunca lo he probado en brazos de otros hombres. –¿Eryx estas allí? La voz de Camile se cuela y revienta nuestra burbuja de pasión, llevándonos al infierno en tan solo unos segundos, ¿Qué mierda estaba haciendo?
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