Vlad apenas y pudo dormir. Su preocupación por lo que estaba pasando en su mundo le quitaba el sueño. ¿Así de preocupado estaba Jehová siempre por cada mundo? Ahora empezaba a entender por qué había desaparecido... Miró a su lado y vio a una durmiente Jelena. Quien la viera así, sin conocerla, creería que es una inocente mujer que no comete pecado alguno. Pero como si no le bastara con follar cada fin de semana con un varón diferente en el club de Lucifer, anoche estuvo a punto de hacerlo con Raquiel, sin el consentimiento de Alec. Vlad sabía que no debía meterse en la vida privada de su hermana. Sabía que con quien follara ella no es problema suyo, pero no evitaba sentirse celoso cuando el implicado en cuestión es su ex novio, al que todavía ama con toda el alma. Pero él no estaba eno