Capítulo 13

3160 Words
POV’S Kenna: ¿¡QUÉ!? ¿Mi…Mi cuñado? ¿¡Él es el hermano de mi futuro esposo!? ¿Cómo…Cómo es esto siquiera posible? No, no puede ser, me niego a creerlo. Estoy en negación total, pues esto no me puede estar pasando a mí. Es muy grave, me acabo de enterar que el hombre con el perdí la virginidad se convertirá en mi cuñado ya que sus padres me compraron para que me casara con su hermano. De verdad mi vida es un completo caos en ese momento. —Mi otro hijo, Aston Wright, por desgracia no pudo presentarse ya que está con mi esposo atendiendo algunos asuntos…—continua hablando la señora Wright sin ser consciente de mí palidez y reciente debilidad— Podrán conocerse en la cena… Ella habla y habla, pero yo no le presto atención a ninguna de sus palabras y sólo me dedico a mirar a Aslan en busca de alguna respuesta, pero él sólo aprieta sus labios y me mira fijamente con sus ojos azules ¿Él lo sabía? ¿Sabía que me compraron para su hermano y, aún así, se acostó conmigo? Sé que fui yo quien insistió porque creí no tener alguna salida, pero él, sabiendo que me convertiría en su cuñada ¿Por qué aceptó? ¿Quería burlarse de mí? Ay, no. Ahora todo es más grave, si se llegan a enterar de que Aslan y yo pasamos la noche juntos y que él se llevó mi virginidad, entonces estaré en muchos problemas con mis padres y con la familia Wright. Se suponía que nunca más lo volvería a ver, era la aventura de una sola noche, un sueño solamente y, aunque lo estuve pensando mucho, jamás pensé que lo encontraría así y en semejante situación. Ahora mismo quisiera que me tragase la tierra y que no me escupiera nunca ¿Cómo se supone que haga esto sabiendo que el hombre con el que tuve sexo será mi cuñado? No, no puede ser. —Mientras estés aquí tendrás que seguir mis órdenes ¿Entendido?— me pregunta con voz cruel y firme, mirándome de una manera aterradora, como si estuviese criticándome de manera severa. Sólo soy capaz de asentir ya que he perdido mi voz ante lo sucedido y evito con todas mis fuerzas mirar al hombre que se halla con su mirada perdida en mí, pues, si lo veo, me pondré más nerviosa y estaré delatando que algo pasa entre él y yo. No me conviene que alguien se entere de lo que vivimos Aslan y yo, así que, lo mejor, es fingir lo mejor posible que nada me pasa y rogar porque él también se comporte como si no me conociera. —Recibirás educación de mi parte para que seas la esposa adecuada para mi hijo, porque sinceramente dudo que tu familia te haya dado una educación de calidad…—hace una mueca mientras suelta esas palabras llenas de arrogancia y yo sólo puedo permanecer callada— Supongo que debes estar cansada, te mostraré cual es tu habitación. Ella hace una seña con su mano haciendo que unas personas que estaban ahí se acerquen al auto, supongo que bajarán mis maletas y la señora Wright me lanza una última mirada llena de crítica y se gira con elegancia sobre sus tacones para que yo la siga. Sin poder evitarlo la sigo obedientemente, no puedo hacer nada. Mis padres me vendieron y debo obedecer. Es increíble que mis propios padres me hayan vendido para que yo viviese en este infierno. No sé lo que va a pasar, estoy tan aterrada y ahora todo es peor al saber que él hombre con el que me acosté es hermano de mi prometido. Nunca puedo tener suerte. Obligatoriamente paso por el lado del estético hombre y, al hacerlo, por simple curiosidad lo miro de reojo y noto como nuestras miradas se conectan y siento como todo mi cuerpo se estremece de pronto. Esos mismos ojos me miraban con dulzura y pasión cuando nuestros cuerpos se mezclaban, ahora no soy capaz de descifrar que es lo que ocultan esos bellos ojos azules. Tengo que olvidarlo. Aparto mi mirada de él y camino rápidamente para seguir a la señora Wright quien ya se ha adelantado mucho y ya ha subido por completo las escaleras que se comprenden en alrededor de 5 o 6 escalones. Mis piernas tiemblan tanto que se me complica subir las escaleras y, cuando ya voy por el tercer escalón, tropiezo accidentalmente y pierdo el equilibrio. ¡Lo que me faltaba! Ahogo un grito y cierro los ojos esperando el doloroso golpe, pero éste nunca llega y sólo siento como me sostienen unos firmes brazos, mientras un cautivador aroma llega a mis fosas nasales. No me digan que… —¿Está bien?— me pregunta una voz ronca que hace que todos los bellos de mi cuerpo se ericen como si fuese la piel de una gallina. Es Aslan… Sus brazos rodeando mi cuerpo me abrazan con fuerza sin intenciones de soltarme y eso me inquieta terriblemente pues podría levantar sospechas maliciosas. —Sí, gracias a usted— le sigo el juego e intento que me suelte, pero no lo hace y sólo me pega más a su cuerpo— Ya puede soltarme… —Tenemos que hablar, señorita— susurra cerca de mi oído y doy un respingo pues puedo sentir su aliento rozando mi piel— Hay cosas que quiero aclarar… —No hay nada de que hablar— susurro alterada sin girarme a verlo y vigilo que la señora Wright no nos esté viendo— Por favor suéltame y no me comprometa. Se supone que él y yo no nos conocemos ¿Cómo podré explicar esto? Y peor aún ¡Él me está abrazando por la espalda! Cualquiera podría decir que me está sosteniendo para evitar que me caiga, pero si ven que duramos tanto abrazados levantaremos sospechas. —Iré a buscarla sin que nadie se entere— vuelve a susurrar y esas palabras me caen como un balde de agua fría— Necesito hablar con usted. Este hombre… Desesperada para que me suelte decido sólo asentir y de inmediato él me suelta, ni siquiera miro hacia atrás teniendo que, al verlo, él vuelva a aprisionarme. No me demoro más y comienzo a subir las escaleras, pero está vez con más cuidado ya que temo tropezar de nuevo y volver a ser sostenida por el hombre que ha atormentado mi mente con su recuerdo todos estos días. No sé que quiere decirme, debería fingir que no me conoce y sólo olvidar todo lo que vivimos, no tiene sentido el que quiera hablar conmigo ¿Qué tiene que decirme? Ya todo quedó más claro que el agua. Lo que hice por impulsividad fue un error y le entregué mi virginidad al hermano de mi prometido. Nada está bien, si se llegan a enterar de esto… No sé de que serían capaces de hacer. Sacudo mi cabeza suavemente para alejar todos los pensamientos que ahora mismo me atormentan e intento fingir tranquilidad. Cuando llego a la cima de las escaleras veo una enorme puerta de madera abierta de par en par y la señora Wright se halla parada en esa puerta esperándome con un gesto de completa impaciencia. Trago grueso y me acerco con rapidez. Creo que será muy difícil complacer a esta señora y obedecerla será completamente agobiante, pero no puedo hacer nada porque ahora soy como una propiedad más de esta familia, soy similar a un mueble o una linterna que ellos compraron. Me da náuseas sólo pensar en eso. —¡Eres demasiado lenta!— exclama harta la señora Wright cuando llego hasta ella, mientras me mira con su ceño fruncido— Veo que será completamente difícil educarte para que seas digna de ocupar el puesto de esposa de mi hijo… Me recrimina cruelmente y yo lo único que puedo hacer es quedarme callada y resistir en silencio todos sus ataques. —Te recuerdo que si a mi hijo al final no le gustas, pues el negocio se cancela…—me señala y me mira con crueldad— Y si no lo satisfaces y no quiere casarse contigo, lo siento por ti, pero tú y tu familia quedarán en la calle… Lo sé. Aprieto mis manos en puños y, aunque suene cruel, es la verdad, por eso mis padres me vendieron. Si llegase a no gustarle al señor Aston Wright, entonces no me casaré con él y el trato se cancela y me devolverían a mi familia; eso sería una tragedia para ellos ya que recuperarían a la hija que tanto odian y perderían todo el dinero que ofrecieron los Wright por mí. Es terrible, eso es cierto, pero secretamente deseo no gustarle para nada a Aston Wright. Seríamos pobres después de eso, pero también yo sería libre. —Créame que entiendo, señora— hablo por fin con mis ojos llenos de lágrimas que no estoy dispuesta a derramar— Después de todo el dinero es el motor del mundo, con él puedes comprar todo, hasta una “novia”…— no puedo evitar que la última palabra salga empañada de veneno— Pero no tiene que preocuparse, me compraron como se compra un trozo de carne en una carnicería, así que conozco mi lugar. Ella me mira largamente con sus ojos color miel y expresión completamente seria y sombría. Quizás debí mantenerme callada, pero no pude soportarlo, en esta casa tendré que soportar humillaciones y comentarios hirientes de esta señora, así que debo armarme del valor suficiente. —Es bueno que lo sepas— habla elegantemente alzando una de sus cejas— Puedo ofrecerte el trono de una verdadera reina o un rincón en el establo donde se revuelcan lo cerdos. Decide dónde quieres estar. Sus palabras hacen que un escalofrío me recorra de pies a cabeza. Sé muy bien lo que quiere decir, es prácticamente una amenaza clara y precisa y más con esos ojos que me miran con rabia. —Sígueme, no hay tiempo que perder— se gira sobre sus tacones e ingresa en la gran residencia. No pierdo el tiempo y la sigo obedientemente entrando por la enorme puerta de madera que da la bienvenida a un lugar que parece casi mágico. Al parecer, la estructura que rodea la vivienda es como una muralla que protege la privacidad de todo, pues, veo que la verdadera mansión se encuentra dentro de estas murallas que son como una fortaleza. Ante mis ojos se halla un enorme y verde jardín tan bien cuidado con árboles en formas peculiares que parecen haber sigo talladas por un artista. El piso es de piedra y tiene varios senderos en diferentes formas geométricas que se abren paso por el jardín, pero la señora Wright toma el camino derecho, así que ese es el que yo tomo. Al centro, hay una fuente bastante bonita que parece haber sido hecha por un talentoso escultor y no puedo evitar quedar maravillada con este lugar. Es claro que estoy acostumbrada a estar rodeada de lujos y a ver cosas que parecen ser magníficas para cualquiera, pero este lugar evoca un aire antiguo, como si se hubiese quedado detenido en el tiempo. Claro, eso no quiere decir que esté descuidada, todo lo contrario, está tan bien preservado su estilo antiguo ligado con un poco de modernidad que me deja un momento boquiabierta. —A partir de mañana inician tus clases…— habla la señora Wright sin detenerse y yo sólo puedo ver su espalda— Quiero empezar lo más rápido posible para poder fijar una fecha para la fiesta de compromiso y, además, fijar una para la boda… Esa odiosa boda. Aprieto mis labios con fuerza queriendo tragarme mi lengua y morir en este momento. Sé que ellos quieren que la boda sea pronto y yo sólo estoy deseando no ser el tipo de mujer que Aston Wright quiere a su lado, para así poder librarme de este gran acto de circo. —Cenarás con nosotros esta noche— habla en tono autoritario y no como una pregunta— Así podrás tratar un poco a mi hijo y que él sea quien decida si quiere casarse contigo o no. Ojalá diga que no quiere. Camino tras de ella en silencio, mientras me habla de la majestuosidad de este lugar que es una de sus propiedades más preciadas. Habla de su historia y de que le gustó porque evocaba tiempos antiguos, tuvo que remodelarla porque habían cosas dañadas, pero, que aún así, le gusta mucho este lugar por su entera privacidad. La verdad es un lugar bastante bonito, la mansión en sí parece un castillo y con estos muros que lo rodean mucho más. Mientras ella habla y nos adentramos más en el lugar, mi mente se pierde pensando en todo tipo de cosas. Una parte de mí desea que Aston Wright diga que no le gusto y que no quiere casarse conmigo aunque eso signifique la ruina total de mi familia, pienso que lo más probable es que yo no le guste, pero no puedo saber eso con certeza. Está el asunto de Aslan Wright, mi futuro cuñado. Sin poder evitarlo hago una mucha al sentir mi corazón intranquilo. Él dijo que me buscaría porque quiere hablar conmigo, pero yo no quiero que se me acerque. Se me hace verdaderamente difícil estar cerca de él y no recordar lo que pasamos juntos, recordarlo tocando y besando todo mi cuerpo. No puedo olvidarlo y sé que debo hacerlo para que nadie sospeche de lo que pasó entre los dos, sería muy comprometedor si así fuera. Mis ojos curiosean todo el lugar cuando enteramos a la verdadera mansión después de pasar por todo el jardín. Cómo era de esperarse, todo se encuentra perfectamente adornado con muchos cuadros de artistas reconocidos y artefactos que puedo apostar que son obras originales y que valen más de lo que mi mente puede calcular. Puedo ver que le gusta el arte. La diferencia entre este lugar y mi antiguo hogar era que mi madre prefería gastar millones en obras de arte modernas y no en obras antiguas como lo veo aquí. Este ambiente me hace sentir que viajé en el tiempo y no es una mala sensación. Aunque tiene un aire antiguo es un lugar bastante bonito y no es anticuado ni polvoriento. Es bonito…Aunque también agobiante. Me encojo en mi lugar sin saber para donde mirar y es que, aunque he vivido toda mi vida entre lujos, nunca me gustaron y siempre me hicieron sentir vacía. No me gusta sentirme así, pero, debido a mi posición, es algo a lo que ya debería estar acostumbrada. Nunca he podido escapar de mi jaula de oro. —Dormirás al lado de la habitación principal que es la que comparto con mi marido— habla de pronto la señora Wright sacándome de mis pensamientos— Estarás muy cerca de mí para poder vigilarte, ninguno de mis hijos vive aquí, pero a veces deciden quedarse largo tiempo para hacerme compañía y es por ello que debo mantenerte muy cerca. Esa información me sorprende, pero, a la vez, me alivia mucho. Pensé que los hermanos Wright vivían aquí y me inquietaba pensar eso porque, aunque no conozco al hermano mayor, él se convertirá en mi esposo y es incómodo para mí pensar que me compraron para él y, en el caso del hermano menor, pues nuestra historia es complicada y me da mucha vergüenza verlo. Me alivia que sólo los veré aquí de vez en cuando, pero no puedo bajar la guardia. Empezamos a subir las escaleras que nos dirigen a la segunda planta y, aunque no llevo mucho tiempo aquí, ya me siento cansada y con ganas de estar sola en la habitación. —Es esta— me señala una puerta de manera color blanco y yo la miro largamente— Esta será tu habitación en toda tu estadía aquí que, espero, sea muy poco tiempo. Mis ojos se desvían a la señora que yace de pie frente a mí con su mirada llena de frialdad, como si para ella yo fuese algo insignificante. Claro, soy sólo un objeto que compraron con su dinero. —Gracias. Es lo único que digo entre dientes y no espero más para abrir la puerta y así poder ingresar a la habitación y liberarme de la mirada de esa señora. Ante mí se presenta una habitación bastante grande, Incluso más grande que la que tenía anteriormente, con paredes en color gris y una enorme cama con sábanas blancas. Veo que hay dos puertas igual de blancas que la puerta de salida, presumo que una de las puertas es el armario y la otra es el baño, tiene muebles color negros en un rincón y un tocador de manera blanca que se encuentra totalmente vacío. Supongo que está habitación no ha sido habitada por nadie en todo este tiempo. Se siente muy fría… —Te dijera que redecoraras esta habitación a tu gusto, pero no tiene caso— escucho a la señora hablar a mis espaldas— Si te llegas a casar con mi hijo dejarías de vivir aquí y vivirías dónde sea que él te llevará, así que está será tu habitación de manera temporal. Nada de lo que hay aquí es mío. Muerdo mi labio y siento que de nuevo me invaden las ganas de llorar. Mi futuro es tan incierto que me da miedo, este lugar no está mal, es bastante espacioso y bonito, pero se siente tan frío que hace que todo mi cuerpo tiemble de miedo. —Enviaré a una chica de mantenimiento para que esté a tu entera disposición— me informa y me giro a verla. Ella permanece en su lugar como una elegante y fina estatua— Te dejaré descansar hasta la hora de la cena. Hasta entonces. Se despide de mí y se va sin siquiera dejarme responder. Presiento que serán difíciles mis días al lado de esta señora, pienso que tiene un temperamento demasiado fuerte y es por ello que complacerla no será nada sencillo. Suspiro con cansancio y cierro la puerta para poder estar en tranquila soledad. A un costado de mi habitación veo mis maletas y sé que tengo que acomodar mi ropa, pero me es difícil. La verdad, pensé que sería peor, pero, aunque es un lugar decente no puedo evitar sentirme en extremo incómoda. Sé que nada de lo que hay aquí me pertenece y que, algún día, tendré que dejar este lugar para seguir a mi “esposo” y, aunque me muera de miedo, debo aceptar mi destino sea cual sea. De pronto, haciendo que de un respingo del susto, escucho a mis espaldas la puerta ser abierta de repente y me giro aterrada hasta que mis ojos caen en unos ojos azules que conozco muy bien. ¿Qué hace él aquí?
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