POV’S Kenna
¿Qué hace él aquí?
Mi cuerpo empieza a temblar al reconocer a Aslan entrar como un ladrón en mi habitación y, sin ser consciente, empiezo a retroceder muerta del pánico de verlo entrar y cerrar la puerta a sus espaldas.
—¿Qué…Qué hace aquí?— titubeo sin querer mientras lo miro desconfiada
¿Por qué tiene que entrar de esta manera a mi habitación?
Trago grueso y siento como mi pulso se altera cuando sus ojos caen en mí. Aunque no quiera, sigo recordando que, con el hombre que se encuentra frente a mí, tuve mi primera experiencia s****l. Él es el único hombre que conoce cada rincón de mi cuerpo, incluso más de lo que yo me conozco.
—Usted y yo tenemos un tema de conversación pendiente— me dice mirándome de manera muy fija.
—Así es, usted me dijo que tenía no sé qué cosas que hablar conmigo— le digo sin detener mi retroceso, pues él no detiene su andar tampoco— Pero jamás pensé que entraría de esa manera a esta habitación…
Veo que él se detiene, así que yo también lo hago y veo como él entrecierra sus ojos para mirarme de una manera extraña.
—¿No sabe de que cosas debemos hablar?— me pregunta incrédulo y yo aprieto mis labios— ¿Acaso olvidó que ciertas páginas de esta historia las compartimos juntos…?
—Sí, sí lo olvidé— miento de manera descarada, pero intento lo más posible que se oiga real— Y usted también debería olvidarlo— lo señalo con mi mirada— Y no debería acercarse mucho a mí, podría levantar sospechas y los demás pensarían que ya nos conocemos…
—Nos conocemos— asegura y yo me convierto en piedra— Y nos conocemos muy bien ¿No lo cree?
¿Lo ofendí?
Vuelvo a tragar, pero esta vez en seco. No parece molesto, no podría describir a ciencia cierta cual es la exacta expresión que ahora mismo domina su semblante, pero me atrevería a decir que luce…Dolido.
Eso es absurdo ¿Por qué estaría dolido? Sólo fue una noche insignificante para él, pensé que ya no me recordaría, pero parece que me equivoqué. Estoy más que segura que, con ese rostro y ese cuerpo tiene encantada a millones de mujeres, así que una noche no significa nada para él.
—Creo que, debido a nuestra reciente situación, lo más conveniente es empezar a tutearnos ¿No te parece, Kenna?
Kenna…Kenna…Kenna…
Todo mi cuerpo se estremece al oír mi nombre salir de sus labios ¿Mi nombre fue tan sensual alguna vez? Lo dudo, pero eso no es lo importante ahora. No puedo dejar que este hombre tenga tanto poder sobre mí y más porque está muy mal visto y porque él es el hermano de…Mi prometido.
Pero ¿Cómo sabe mi nombre? No me digan que lo supo desde antes, entonces ¿Él ya me conocía cuando se acercó a mí en la fiesta?
—Por favor, no me mires así— él eleva ambas manos mostrándose indefenso— Tu rostro es más claro que el agua cristalina de un manantial— una sonrisa dulce se posa en su rostro y esa sonrisa hace que mi corazón se acelere— Me enteré hoy de cual es el nombre…— su sonrisa decae un poco— De la futura esposa de mi hermano y no sabes lo sorprendido que estuve de verte bajar de ese auto hace un momento…
Es sincero.
No sé porqué soy tan débil ante sus ojos y su mirada. Si me estuviera mintiéndome ahora mismo, sin importar qué, le creería. Con esa mirada no puedo evitar creerle, tiene una mirada tan sincera.
—Y no sabes lo sorprendida que estuve yo al saber que eres hermano del hombre para el que me han comprado— sin explicación, me empiezo a sentir triste también— Entiendes mi posición ¿No es así?
Veo como él aprieta sus labios y asiente con pesar. Por algún motivo, me siento mal y creo que él también, pero no se puede evitar. Creo que, aunque fue sólo una noche, él quedó como un lindo recuerdo en mi mente y ahora ese recuerdo se materializó de una manera un poco extraña que me hace sentir todavía más extraña.
—Te convertirás en la mujer de mi hermano— me dice en un tono extraño, como si le molestase la idea.
—Sí— acepto sin poder evitar fruncir mi ceño extrañada— Por supuesto, tu madre me dijo que eso sucedería si yo le gustaba, aunque lo dudo.
De pronto él suelta una risita floja y lo veo pasar su mano por su cabellera castaña. Lo bueno es que se detuvo y ahora estamos a una distancia prudente, aunque el lugar no es para nada prudente.
—Es imposible que no le gustes— murmura.
—¿Eh?— no puedo evitar preguntar y no es porque no haya oído lo que dijo, sino que no creo haberlo entendido en su totalidad.
—No es nada— niega con la cabeza y me sonríe, pero es una sonrisa bastante apagada. Quisiera saber lo que pasa por su cabeza—Sólo…Es difícil.
Mi ceño fruncido se profundiza ante palabras tan extrañas. Sus brazos caen a sus costados y puedo ver una expresión de derrota, como si hubiese sido abatido por algo más grande que él.
—¿Qué es lo difícil?— quise saber, aunque sé que no me corresponde indagar.
Su mirada cae sobre mí y hay algo que no soy capaz de descifrar en esa mirada ¿Por qué el ambiente se siente tan distinto? Sé lo que esto significa, pero no quiero sobre pensar en ello.
—¿Quieres que te cuente un secreto?— me pregunta de repente y veo que da un paso al frente, eso hace que me ponga en alerta, pero, por algún motivo, mi cuerpo no se mueve— Yo, desde esa noche, no he podido sacarte de mi mente…
¿Qué?
Mis mejillas se tiñen de carmín y mi pulso se descontrola al oírlo decir tal cosa ¿Cómo puede decir eso con tanta tranquilidad? Y, creo que lo que más me afecta, es saber que él ha pensado en mí así como yo he pensado en él. Quizás me está engañando, pero no veo porque lo haría.
—Te he tenido atrapada en mi mente desde nuestro primer encuentro, quise buscarte, pero tan patético fui que ni siquiera pude preguntar tu nombre— continúa acercándose, pero sé detiene cuando sólo nos separan dos pasos nada más— No tenía siquiera una pista de la mujer que me había hechizado, pero ahora te tengo frente a mí ¿Cómo crees que me siento?
Confundido.
Aprieto mis labios al pensar en eso, pues así me siento yo. Yo tampoco he podido sacarlo de mi mente por más que lo he intentado, planeaba guardarlo como un buen recuerdo, pero ahora ese recuerdo se hala encarnado frente a mí, mirándome de esa manera que convierte mi corazón en un tambor resonante.
—Entiendo como te sientes— hablo tratando por todos los medios de no tartamudear en el proceso— Esta fue una mala jugada del destino, yo…Pensé que después de esa noche…No nos volveríamos a ver.
Esa es la verdad.
Alcanzo a ver como él aprieta sus manos en puños y parece que le ha caído un balde de agua fría ¿Por qué parece tan afectado? Se supone que esto no sucede con las aventuras de una sola noche o, al menos, eso pienso porque sólo he tenido una aventura de una noche.
—¿Estás decepcionada de verme otra vez?— me pregunta en tono decaído y yo mantengo mi mirada fija en su rostro.
Nuestros ojos se conectan y ya no puedo apartar la mirada. Es como un hechizo, algún tipo de encantamiento que me impide dejar de ver esos ojos azules que reflejan sus emociones más claramente que el agua pura de un manantial. He visto tantas cosas en esa mirada en tan poco tiempo que tenemos de conocernos, he visto dulzura, nerviosismo, seducción, algo cercano al cariño y lujuria, ahora parece triste sin razón aparente.
Debería decir que sí lo estoy para que así él se aleje de mí. No nos pueden ver juntos, se supone que nos presentaron hoy y estar así me compromete muchísimo, pero, por algún motivo, no tengo la suficiente fuerza para ser tan cruel con él.
—Sí, estoy decepcionada— admito en voz franca y parece que mis palabras son como un puñal que se clava en su pecho
¿Cómo lo sé? Simple, su expresión es muy fácil de leer. Tal parece que no soy la única que revela sus emociones a través de sus expresiones. Se ve muy decepcionado y triste por lo que he dicho.
—Es así— es lo único que dice con apenas un hilo de voz sosteniendo sus palabras.
De verdad que este hombre actúa extraño.
— Estoy muy decepcionada al saber que eres hermano de mi futuro esposo…— termino la oración y veo como de inmediato su semblante cambia de manera radical notándose sorprendido— Sinceramente, tenía ganas de volver a verte sin razón alguna, pero fue para mí muy sorpresivo todo, sentí que me cayó un balde de agua fría al verte aquí— mis ojos se cristalizan y es que me he estado sintiendo muy sensible con todos los cambios en mi vida— Por un momento pensé que serías mi esposo, pero no, eres su hermano…
—Kenna…
—Por eso hay que distanciarnos— respiro profundo y lo enfrento con seguridad de lo que estoy diciendo— Levantaremos muchas sospechas si nos ven hablando juntos cuando, supuestamente, hoy es el primer día que nos vemos ¿Cómo lo explicaremos si nos llegan a ver?
—Yo lo entiendo— acepta él en medio de un suspiro— Pero me es muy difícil fingir que no te conozco cuando…—de pronto se frena y sus ojos caen de nuevo en mí— Cuando eres imposible de olvidar.
Lo dice por la noche que pasamos juntos.
Mi cuerpo entero tiembla sin control al pensar en ello. No entiendo porque pasa esto, sería mucho más fácil si él fingiera que no me conoce y simplemente me ignora, pero tengo miedo de caer en su propio juego, un juego prohibido que puede atraparme ¿Qué pasará conmigo si termina gustándome lo prohibido? No, no puedo dejar que eso suceda, debo detener las cosas antes que se salgan de control.
—Tenemos que olvidar lo que pasó— le digo lo más segura que puedo estar ahora— Mi situación actual es complicada, me compraron para convertirme en la esposa de tu hermano…— mis palabras se vuelven amargas— Soy una simple propiedad adquirida a través de un sucio trato de intercambio y, te pido por favor, no hagas esto más difícil de lo que ya está siendo.
Su rostro se contrae en una dolorosa mueca y veo como sus hombros caen. Quisiera que las cosas no fueran así, es más, de verdad hubiese querido que ambos nos conociéramos en otras circunstancias, pero no puedo permanecer cerca a él, temo no resistir y caer en un juego peligroso. Él tiene que alejarse.
—¿Eso es lo que quieres?— me pregunta mirándome directamente a los ojos, como si estuviese buscando alguna duda en mí.
Es ahora o nunca.
Respiro profundo antes de hablar.
—Sí— expreso con firmeza aunque no sé si esa misma firmeza la sienta realmente por dentro— Finge que no me conoces, si me ves cerca aléjate, haz…Haz como si yo no existiera para ti.
Al final flaquee en un poco, pero creo haber hablado en un tono bastante convincente o, al menos, eso espero. Quisiera decir que, en el futuro, llegaremos a ser buenos amigos, pero creo que eso no se podrá. Mi cuerpo se intranquiliza cuando él está cerca y mi corazón se desboca, eso no es normal, así que, lo mejor, es ponerse mucha distancia entre nosotros.
—Será difícil— confiesa de repente con una sonrisa triste en su atractivo rostro— Pero, si eso es lo que quieres, entonces lo haré— acepta con mucho pesar, llenándome a mí de dudas— Siempre haré lo que tú me pidas— mi corazón se estremece al oírlo— Lamento todo lo que has tenido que sufrir por culpa del egoísmo de mi familia…
Su disculpa es tan inesperada que me deja sin habla ¿En serio se está disculpando en nombre de su familia? ¿Por qué lo hace si él no es el culpable?
—Ahora mismo debemos ser los villanos a través de tus ojos y, quizás, sea así— continúa hablando— Yo haré hasta lo imposible porque tu estancia aquí sea lo menos desagradable posible y, como me pediste, fingiré que no te conozco— aprieto mis labios y, en lugar de sentirme tranquila, me siento un poco extraña— Lamento todo lo desagradable…Adiós.
Sin más él se gira sobre sus talones y camina hacia la salida. Por un breve minuto, tuve el impulso de detenerlo sin razón alguna y me voy a mí misma extendiendo mi brazo en su dirección involuntariamente, como si mi cuerpo quisiera que él se quedara, pero ya era muy tarde. Él ya se había ido y me había dejado…
Completamente sola.