POV’S Kenna:
Tanto silencio.
Camino al lado de Aston Wright lo más alejada posible de él y a él parece no interesarle mi distancia, pero, lo que me preocupa, es que no ha dicho nada, así que no puedo saber porqué me ha traído aquí.
Agradezco que haya soltado mi mano, pues, aunque se sea suave y se sienta cálida, me es incómodo que él sostenga mi mano con tanta confianza. Sé que ahora me voy a casar con él, pero no es porque yo lo quiera, es porque mi familia me vendió.
Es todo tan triste.
Me obligo a mí misma a continuar el “paseo” y ruego a todo ser divino que me oiga en el cielo que esto pase rápido. No entiendo ¿En qué punto todo esto empezó a salir tan mal? Tenía la vaga esperanza de escapar de esto al ser rechazada por Aston Wright, pero ¿Le gusto? ¡Eso es ridículo! Y que se comporte tan suave sabiendo que yo soy sólo una novia comprada también me molesta.
¿Qué pasa por su mente?
Lo miro de reojo y, aunque ya es de noche, la iluminación del jardín me permite ver su perfil recto y mandíbula masculina cubierta por un denso manto de vello. Definitivamente emana un aura varonil y autoritaria, pero no puedo sentirme cómoda a su lado y menos con este silencio tan incómodo que nos rodea.
Apenas es perceptible el sonido de los grillos que hacen una suave serenata y el tenue sonido de la noche, junto con las hojas que se mueven al compás del suave viento que ahora nos golpea. Es una noche tranquila y podría decir que un paseo en una noche como esta sería agradable, pero, sin lugar a dudas, la compañía no es para nada agradable.
Continuamos nuestro camino por la vereda de piedra rodeada de arbustos perfectamente cuidados con unas flores con sus pétalos un poco dormidos, pero desprenden un aroma muy delicioso y ellas son muy bonitas a pesar de que no se muestran con esplendor ya que se encuentran dormidas. Lo que me llama la atención es que en esta vereda sólo hay este tipo de plantas florales, aunque hay de diferentes colores, pero todas son del mismo tipo. Un lugar bonito, una compañía desagradable.
De pronto, mi mente escapa de la situación y empieza a volar. Me pregunto, si este paseo fuera en compañía de Aslan ¿Sería más agradable?
Mi corazón da un golpeteo y siento mis mejillas calentarse ante esa pregunta un tanto vergonzosa. No sé que le pasa a mi mente, parece que se averió, le falta una pieza, pues, aunque sé que no está bien, mi mente siempre evoca al hombre amable que esta noche trató de defenderme.
Parecía muy molesto.
Mi rostro se contrae al recordar su rostro esta noche, él se enfrentó a su madre por mí e incluso trató de librarme de este incómodo momento el cual estoy viviendo, pero parece que si voz no es escuchada en esta casa.
En toda la velada él parecía irritado, su cuerpo se hallaba tenso y sus ojos parecían centellear en ira, eso me extrañó. No pienso que ambos hermanos lleven una mala relación, pero parece que están en desacuerdo con la situación y eso me hace preguntarme.
¿Por qué Aslan estaba tan molesto?
No lo sé, pero se notaba que algo le irritaba bastante. Quizás se siente incómodo estando cerca de mí después de la conversación que tuvimos, pero, más que incómodo, lucía en extremo molesto y parecía que esa furia…Estaba dirigida a su hermano.
—Señorita…
Escucho la voz profunda de mi acompañante y eso me hace salir del mar de pensamientos en el que ahora me encontraba sumergida.
Giro a verlo y descubro como se detiene haciendo que yo me detenga unos pasos más adelante.
—Quisiera hacerle una pregunta y espero no importunarla— empieza a hablar mirándome de manera fija.
Entrecierro mis ojos mirándolo directamente sintiéndome un poco extrañada debido a sus repentinas palabras. Sabía que su comportamiento extraño se debía a algo, pero ahora temo que sea mucho más grave de lo que pienso.
—Por supuesto, señor Wright— hablo con formalidad, pues no siento que seamos lo suficientemente cercanos para hablarnos de manera informal— ¿Cuál es su pregunta?
Él guarda silencio por unos veces segundos y sus ojos permanecen en mí como si quisiera traspasar mi alma con tan solo una mirada.
—Por casualidad ¿Mi hermano y usted ya se conocían?— suelta esa pregunta como si fuese una bomba nuclear.
Sin poder evitarlo me tenso y palidezco enseguida, pues es una pregunta inesperada y extremadamente delicada. Esta pregunta me compromete, pues él no estaría haciéndola si no sospechara nada, pero sería mi final si se llegase a saber lo que hubo entre Aslan y yo.
¡No puede saberse!
Trago grueso e intento fingir tranquilidad.
—¿Por qué la pregunta?— cuestiono para saber hasta donde llega su sospecha.
Sinceramente no creo que sepa lo que pasó entre Aslan y yo, pues no hubiese aceptado casarse conmigo en esas condiciones. Aston Wright se ve que es un hombre intimidante y severo, aunque, hasta ahora, conmigo ha sido muy amable y educado, pero no puedo sentirme cómoda con el hombre para el cual me compraron.
Él ladea su cabeza como si tratase de leer un libro complicado y yo hago mi esfuerzo por mostrarme tranquila. Si dejo que vea mis nervios, entonces la sospecha será peor y sus preguntas jamás cesarán.
—No lo sé— responde después de un breve silencio dejándome boquiabierta ante tan vaga respuesta— Me pareció extraña la manera en la que mi hermano reaccionó, él normalmente es más obediente y, cuando no está de acuerdo con algo, decide callar e ignorar— habla pareciendo medir mis reacciones y yo muerdo mi lengua— Además, noté algunas miradas intercambiadas durante la cena ¿No sería raro no sospechar?
Es muy perceptivo.
Aprieto mis manos en puños, mientras mi mente se encuentra hecha un lío tratando de encontrar una salida a esta situación. Yo le pedí a Aslan fingir que no nos conocíamos, pero no fue sólo su culpa pues mi mirada también lo buscaba sin que yo quisiera realmente.
No sé que me pasa con ese hombre, pero difícilmente mi cuerpo reacciona cuando estoy cerca de él y eso es peligroso. Aston Wright parece un hombre muy inteligente al cual no se le puede engañar, pero creo que lo mejor sería fingir lo mejor posible.
—Nos conocimos hoy en presencia de su madre— miento lo mejor que puedo y me felicito internamente por mi voz neutral y carente de sentimientos— Cuando lo vi, pensé que él se trataba del hombre…Para el cual me habían comprado…
No me molesto en hacer que mi voz suene más suave en la última palabra, pues quiero que él entienda nuestras verdaderas posiciones.
Aston Wright decide guardar silencio, pero no deja de mirarme a pesar de que la última palabra la escupí con un atisbo de rabia y veneno. Este hombre se me hace muy misterioso.
—Por supuesto, de inmediato mi error fue corregido y me enteré que él se trataba de su hermano—me excuso tratando de desviar su atención— Si di una mala imagen en la cena, me disculpo, él…Sólo me causó curiosidad.
Sí, claro.
Aunque siento que mi voz ha sido convincente siento que en cualquier momento podría notar los nervios que ahora mismo dominan mi sistema.
—Sabe que pronto se convertirá en mi esposa ¿No es así?— vuelve a hablar de repente haciendo que se me hele la sangre por sus palabras cargadas de advertencia.
Por supuesto que lo sé, esa ha sido mi pesadilla en las últimas noches ¿Cómo podría olvidar un hecho tan atroz? Kenia me dijo que Aston Wright era un ser horrible, un monstruo espantoso, pero he visto que no es así, pues él es un hombre con un gran atractivo, pero no me gusta esta sensación de estar siendo obligada a algo que no quiero.
¿Qué más puedo hacer?
—¿Cómo olvidarlo?— pregunto con resentimiento— Fui vendida como una propiedad y ahora, supongo, que le pertenezco a usted ¿Eso es lo que trata de decir?
Es entonces que algo pasa, pero es tan rápido que ni siquiera soy capaz de saber si es un juego de mi imaginación o algo más. Veo el fantasma de una sonrisa en sus labios y por sus ojos veo pasar fugazmente algo parecido a la satisfacción.
El frío de la noche ahora se siente más intenso.
—No tiene que decir palabras tan fuertes— él empieza a acercarse y yo me tenso en sobremanera— Se convertirá en mi esposa y yo puedo prometerle que la haré feliz…
Lo dudo.
Hago una mueca y me planto en mi lugar para no retroceder, pero siento como si estuviese siendo acechada por un peligroso depredador.
—¿No cree en mi palabra?— me pregunta cuando solo nos separa un paso y yo lo miro con total recelo.
—Sinceramente es difícil de creer— me sincero y no aparto la mirada de sus ojos que me miran con intensidad— Si nos casamos será sólo porque me están obligando y no…
—Usted me gusta…
Sus palabras interrumpen mi hablar y hace que mi corazón se detenga por completo. Pensé que había dicho aquello en la mesa sólo para que su madre estuviese tranquila, pero ahora no hay motivo para que mienta.
¿Está jugando conmigo?
Aprieto mis manos a mis costados y lo miro con resentimiento. Al parecer a las personas a mi alrededor les gusta burlarse de mí, pero creo que esto va un poco más allá y me hace sentir en extremo molesta. Este hombre se ha portado caballeroso y amable, no me ha dicho ni hecho nada fuera de lo común, pero, aún así tengo una sensación desagradable cuando estoy cerca de él.
—¿Cómo puedo gustarle?— le pregunto en medio de una risa floja— Eso es absurdo, ni siquiera nos conocemos lo suficiente.
Él no me engañará.
Decir que le gusto ni siquiera inquieta mi corazón con sus palabras. Solo ha habido un hombre que con sus palabras ha hecho temblar mi cuerpo y mi corazón y ese hombre es precisamente la persona en la que menos debo pensar.
Él ladea su cabeza como si quisiera leerme, mientras lo veo entrecerrar sus ojos como si tratase de interpretar mis palabras. Ahora que está más cerca puedo ver cuan atractivo es y debo decir que sería de esos que dejarían sin aliento a las mujeres, pero yo no.
—¿Y por qué no me gustaría?— me cuestiona él y extiendo mis labios en una mueca— Tiene razón al decir que no nos conocemos lo suficiente, pero eso se soluciona de manera sencilla— su vida se vuelve más suave, pero yo no bajo la guardia— Creo que el primer paso sería tutearnos, pues es incómodo no tratarla con familiaridad cuando pronto seremos esposos ¿No te parece…Kenna?
Mi nombre…
Frunzo mi ceño y siento un frío extraño recorrer mi columna vertebral cuando mi nombre sale de sus labios. Es como si estuviese saboreando y poseyendo mi nombre con sólo una palabra. Nadie jamás me ha hecho sentir se esta manera a pesar de que llevo toda mi vida escuchando el mismo nombre.
—Yo…No creo que…
—Vamos, hay que intentarlo— me anima y tengo el presentimiento que no se rendirá hasta lograrlo— Tú misma lo has dicho, hay que acercarnos más para que nuestra relación vaya mejor ¿No quieres intentarlo?
No.
Muerdo mi lengua para contener esa negativa que estaba a punto de escapar por mi boca. Estoy atrapada, de esto no hay ninguna salida, pues no cuento con el apoyo de nadie, ahora solo me queda ser obediente e intentar llevar las cosas bien.
—Está bien…Aston.
Cuando su nombre sale de mis labios, veo el fantasma de una sonrisa en sus labios y su semblante se relaja mostrando una expresión satisfecha. Por muy molesta que me sienta, me siento todavía más cansada que molesta, así que solo quiero que Aston deje este juego absurdo y yo pueda ir a la habitación y tratar de descansar.
—Como lo supuse, mi nombre en tus labios se oye bien— expresa de pronto dejando una sensación extraña en mi cuerpo— Bien ya hemos dado el primer paso para ser cercanos, aún tenemos tiempo para serlo todavía más.
No quiero ser cercana al hombre que ve bien que me hayan comprado para él.
Aprieto mis labios y decido guardar silencio. De verdad esto es muy agotador, solo quiero que este día tan terrible llegué a su fin de una vez por todas.
Es entonces que veo a Aston apartar (por primera vez desde que llegamos aquí) la mirada de mí y veo que observa con fijeza los arbustos con las flores dormidas. Sin decir palabra alguna, él empieza a caminar hacia ellas dejándome a mí confundida.
¿Ahora que cosa planea?
Veo con asombro como, sin esfuerzo, arranca una de las flores adormiladas que es de diferentes tonos de rosados.
—¿Sabes que flor es esta?— me pregunta volviendo a su antiguo lugar, mientras me señala la flor en su mano.
Miro aquella flor que fijeza y sólo puedo notar que tiene muchos pétalos que van desde rosado claro en los pétalos exteriores y que se van oscureciendo hasta llegar al centro y que se halla apretujada, como si quisiera protegerse del frío de la noche. A pesar de todo esto, es una flor bastante bonita, lo dije antes, pero al tenerla tan cerca puedo ver que es cierto.
—No, no lo sé— admito después de evaluarla levemente y elevo mi mirada para verlo a los ojos.
—Son peonías— me responde y puedo ver una ligera sonrisa en mis labios— Mi madre las adora, por eso toda esta área está plantada de peonías en todos los colores.
Ya veo.
Miro a nuestro alrededor y, efectivamente, sólo puedo ver flores dormidas que acabo de conocer como “peonías”, creo haber escuchado su nombre, pero no sabía que lucían así.
—¿La señora Wright no se molestará por haber tomado una flor que ella adora?— le pregunto y su sonrisa crece.
—Mi madre sabrá perdonarme— responde— En la cultura asiática las peonías simbolizan el honor, la riqueza y la prosperidad, es por ello que mi madre las adora y quiso llenar su jardín con estás flores.
No me sorprende que esa señora haya tenido un motivo tan superficial.
Hago una mueca ligera, pero guardo silencio al no tener nada que decir al respecto. Lo poco que conozco sobre la personalidad de la señora Wright me hace saber que es una persona estricta y difícil, pero parece que también es vanidosa.
—Tómala— extiende la flor en su mano en mi dirección y yo lo miro sorprendida— Ahora mismo este ejemplar se encuentra dormido, pero me gustaría regalártelo porque…
—No puedo aceptarlo— me niego en un instante sin dejar que termine de hablar.
Con mis palabras, el semblante de Aston cambia por completo al verse rechazado por mí y no puedo evitar temblar, pues su rostro risueño ha cambiado por uno ensombrecido. Siento que no es buena idea aceptar un regalo suyo y mucho menos esa flor.
Siento que sería mi condena.
—Sinceramente, a mí también me gusta esta flor…—su voz ya no es suave, se oye más grave y su mirada también es un poco más fría, mientras mira la flor en su mano— Es hermosa, parece que quiere esconderse, pero, inevitablemente, atrae las miradas y algunos ojos…Son indeseables.
¿E-Está hablando de la flor?
Trago grueso, pues parece que Aston se ha enojado y ahora yo estoy asustada. Si él decide hacerme algo ¿Qué pasará? Lo mucho que puedo hacer es correr, pero estoy segura que pronto me alcanzaría ya que mi condición física no es buena.
Pero ¿Por qué ese cambio tan radical? Él hace poco era amable y risueño, claro, estaba un poco serio, pero creo que esa es parte de su personalidad.
De pronto sus ojos fríos vuelven a mí y me congelo en mi lugar como una estatua ¿¡Lo he ofendido!? ¿¡VA A GOLPEARME!?
—Así como con esta flor, lo que me gusta…Lo tomo y lo hago mío— su voz todavía se vuelve más grave dándole peso a sus palabras—Ten esto siempre en cuenta, Kenna…— da un paso hacia mí y mi respiración se estanca mientras cierro mis ojos esperando cualquier golpe de su parte— No soporto el rechazo.
Espero un golpe o alguna arremetida, pero ésta nunca llega, en cambio siento como algo es colocado encima de mi oreja derecha con mucha suavidad.
¿Eh?
Abro primero un ojo con cautela y descubro que Aston aún se encuentra frente a mí, con su semblante más suavizado, mientras su mano se encuentra extendida en mi dirección. Lo que sentí anteriormente es que Aston ha puesto la flor en mi oreja y ahora me mira con absoluta suavidad y dulzura.
—Sí, te queda muy bien…— expresa y veo como una pequeña sonrisa se extiende por la comisura de sus labios, mientras siento sus dedos rozar levemente mis mejillas— Aún dormida su belleza es hermosa, aunque se ve seriamente opacada por ti…
¿Cómo?
Frunzo mi ceño sintiéndome confundida por sus extrañas palabras. Este radical cambio también me tiene algo intrigada.
—Para nuestra boda quiero que todo esté adornado con peonías rosas…— habla sonando distraído y siento como todo dentro de mí se contrae— También tu ramo, quiero verte caminar hacia el altar con un ramo de peonías.
¿Por qué parece emocionado?
Mantengo mi expresión completamente neutral, pues esto no me emociona para nada y siento molestia que él hable tan animado de un tema como ese, pues él tiene conocimiento de que estoy siendo obligada a casarme con él y que mi familia me vendió.
—Sé por tu expresión que no te gusta mucho la idea…—vuelve a hacer y es en ese momento que aleja su mano de mi rostro— Lo entiendo, esta situación es extraña en gran medida, pero no te preocupes— su sonrisa crece un poco y, aunque es una sonrisa hermosa, no puedo evitar desconfiar de él— Yo…Haré que te enamores de mí, Kenna…