Capítulo 18

2783 Words
POV’S Aslan: Es…Muy irritante. Aprieto con fuerza mi mandíbula y los cubiertos en mis manos también, pues hago un gran intento de contener esta ira ciega que toma el control de mi cuerpo como una tormenta feroz. ¿Por qué estoy tan molesto? La verdad, la respuesta es mucho más complicada que la pregunta en sí. Hasta ahora no ha habido nada que tenga sentido para mí. Para empezar… Mis padres compraron una novia. Mis ojos buscan inevitablemente a la persona que se encuentra frente a mí luciendo tan frágil y afectada, como si su mundo se estuviese destruyendo. Mi corazón se contrae al verla así, pero es comprensible. Mis padres hicieron algo tan aberrante como comprarla y sus padres hicieron algo tan terrible como venderla. No tiene nombre lo que hicieron y, lo peor de todo, es que parece que yo soy el único que piensa que esto está terriblemente mal. Mi mirada cae ahora en mi hermano que se encuentra sentado al lado de ella y él no despega su mirada de Kenna a pesar de que ella luce incómoda al ser observada por él. Mi ira y enojo incrementan su intensidad, pero no puedo hacer o decir nada. A Aston le gusta Kenna. Eso era algo inevitable y, la verdad no me sorprende ¿Cómo podría no gustarle Kenna? Ella es una mujer de pensamientos y sentimientos hermosos, además su belleza no tiene ninguna comparación. Hay mujeres que poseen sólo belleza externa, que son sólo una flor hermosa sin olor o con olor desagradable, pero Kenna es una flor hermosa y rara, es una persona en extremo hermosa físicamente y también alberga belleza en su interior. Quizás nadie más conoce la faceta que ella me mostró a mí. Aprieto mi labio con fuerza y siento como mi corazón se inquieta al recordar aquella noche. La verdad, jamás pensé que esa noche me encontraría un hada tratando de esconderse en la soledad y terminó abrazándome. Cuando conocí a Kenna, sin lugar a dudas, pensé que era una mujer interesante, me gustó bastante desde el principio y pensé en conquistarla poco a poco, pero entonces ella me pidió de golpe que me acostara con ella. En ese instante mil cosas pasaron por mi mente. Me sentí sorprendido y un poco triste, pues pensé que ella era de esas mujeres que les bastaba sentir calor en la cama y no en el corazón, pero luego me enteré que era su primera vez y no saben lo impresionante que fue eso. Es decir, no todas las noches ocurre lo mismo que me ocurrió a mí aquella noche, fue entonces que me sentí todavía más intrigado. Ella tiene unos ojos negros tan claros e inocentes, así como el cielo nocturno adornado con la luna, en un instante me vi siendo preso de esos ojos tan hermosos. Me dijo que tenía miedo y yo pensé que estaba siendo obligada por un impulso, así que traté de convencerla de desistir en su idea, pero había algo en su mirada que me hacía saber que no se rendiría. Entonces dijo algo que sentí que me cayó como una patada directa al hígado, ella dijo que si yo no aceptaba iba a buscar en otro hombre lo que yo le negaba. Yo no quería eso. Sinceramente me dejé llevar por dos sentimientos intensos e instintivos. El primero, fue el sentimiento de querer adueñarme de aquella mujer hermosa que se apareció como seductora ninfa aquella noche y el segundo fueron los celos, pues me la imaginé a ella pidiéndole lo mismo a otro hombre y debo decir que esa imagen no me gustó para nada. Pero ahora… —Perfecto— salgo de mis pensamientos al oír a mi madre— Entonces podemos proceder según lo planeado ¿Te parece bien, Aston? Aprieto todavía más fuerte los cubiertos entre mis manos sintiéndome enfermo. No me gusta para nada esto. Cuando me enteré que mi madre iba a comprarle una esposa a mi hermano me opuse rotundamente, pero nadie me escuchó, pues mi madre ya lo había decidido, aunque yo no sabía quien había sido la mujer que había sido vendida como si de un objeto se tratase. —Seguro, mamá— responde mi hermano sin dudarlo haciendo que me enoje— Estoy ansioso porque ocurra, así que espero que sea lo más pronto posible. ¿Por qué nadie ve que Kenna lo está pasando mal? La miro preocupada, pues luce pálida y soy capaz de notar el temblor en su cuerpo. A leguas se nota que Kenna no quiere esto ¿Por qué ella no puede decidir? Si hubiese sabido que la mujer que mi madre había comprado era alguien como Kenna, hubiese insistido más para convencerlos en desistir semejante locura. Pero me rendí muy pronto. Al ver que nadie me escuchaba decidí que era mejor ignorar todo lo relacionado con “esa” mujer. Los Wright hemos sido durante todo este tiempo discriminados por nuestros orígenes humildes, a diferencia de todas las familias a las que frecuentamos, nuestro apellido no proviene de la más alta sociedad, ni tenemos “sangre azul” así que los menosprecios son normales, pero gracias al esfuerzo de mi padre, nuestra riqueza creció al punto de no tener comparación. Cuando era niño, aún vivíamos algunas carencias, pero a mí no me importaba. Tenía amigos sinceros, tenía felicidad y, aunque no tenía juguetes lujosos, eran juguetes divertidos con los que sí podía jugar. Después de que nuestra fortuna empezó a crecer, mi madre fue alejando de mí a los amigos que yo tanto quería y me obligó a interactuar con los hijos de los millonarios que no pueden ser rosados por una simple hoja porque sienten asco de la vida. Mi madre empezó a ser más severa con nuestra educación y etiqueta para que nadie se atreviera a burlarse de nosotros, gracias a eso ahora estamos bien posicionados en la sociedad y, aunque hay algunos que aún nos miran con desprecio, el dinero de mi familia los seduce y hace que nuestra “sangre roja” sea lo de menos. Pero a mí no me importa la sociedad. Asisto a limitados eventos, pues para ello tengo que ponerme una máscara hipócrita y sonreír para que no se atrevan a señalarme. Mi madre insiste en que haga amistad con las jóvenes solteras de la sociedad para que pueda, algún día, casarme con una de ellas y así aumentar el prestigio de la familia, pero no haré eso. He renunciado a mucho por ella y me he obligado a hacer cosas desagradables por obedecerla, pero eso algo que no puedo hacer. Cuando supe que la mujer que habían comprado pertenecía a la familia Phillips, no pude evitar hacer una mueca, aunque no sabía que la esposa de mi hermano sería Kenna. No hay nadie en la sociedad que no conozca a dicha familia, de hecho, yo (cuando asistía a algún evento) siempre los veía y los oía presumir de su riqueza y su prestigio, también conocí a la hermana de Kenna, Kenia Phillips, una mujer indudablemente hermosa, pero sumamente insoportable. Es tan diferente a Kenna. —No se diga más— sentencia mi madre sacándome de mi burbuja— Quedó decidido, tendremos una boda inigualable que superará cualquier otra y elevará el apellido Wright a las alturas, de eso me encargaré yo. Muerdo mi lengua con fuerza para contenerme, pues me siento extremadamente molesto. Mi padre guarda silencio y es que él jamás se opondría a alguna decisión de mi madre, además, a Aston le gusta Kenna así que él será feliz. Pero ella no. Veo de reojo a mi hermano como luce satisfecho y su satisfacción me irrita todavía más. Es increíble que sea tan egoísta. —Me disculpo con ustedes, madre— de pronto él se levanta llamando la atención de todos los que nos encontramos en la mesa ¿Ahora que hace?— Dado que la señorita y yo no nos conocemos, quisiera tener la oportunidad de enseñarle el jardín y así podamos conocernos mejor… ¿¡Cómo!? Puedo ver la expresión horrorizada de Kenna y eso hace que la sangre que corre por mis venas hierva como la lava de un volcán en plena erupción. Es claro que sus intenciones es estar a solas con ella y dudo que mi madre a estas alturas se niegue, pero se nota que Kenna no quiere estar a su lado ¿Pretende obligarla? —Está bien— accede mi madre y puedo ver la mirada asustadiza de Kenna— Ve con el, Kenna… No debería sentirme sorprendido. Mi respiración se vuelve irregular y siento que voy a explotar en cualquier momento. Normalmente no suelo ser una persona de emociones descontroladas, pero cuando se trata de la mujer delante de mí siento que pierdo el control de cada una de mis emociones. Veo como él sonríe victorioso y extiende su mano hacia Kenna quien parece desesperada por encontrar una excusa. Sé perfectamente que esto está siendo muy difícil para ella, prometí que haría que su estancia aquí fuera lo más llevadera posible, pero hay líneas que no puedo cruzar. —Señorita…—la llama porque la pelinegra parece no reaccionar— ¿Podría acompañarme? Es más que obvio que no quiere. Aprieto con fuerzas mis labios, mientras todo se sumerge en un sepulcral silencio y Kenna duda en tomar la mano ofrecida por mi hermano. Es increíble, Kenna se nota visiblemente incómoda ¿Por qué él insiste? No, la respuesta es simple. Quedó encantado con ella. —Yo… —Señorita Phillips— por primera vez se escucha la voz de mi padre hablar con una firmeza indudable— Por favor acompañe a mi hijo. No planea negarse ¿Verdad? Incluso papá. Miro a mi padre quien parece relajado, pero su tono de voz ha dejado en claro que no aceptará una negativa por parte de nadie. Mi padre es un hombre serio y severo, pero ama profundamente a sus hijos y siempre hará cosas para complacernos a Aston y a mí, él también debió notar lo mucho que a Aston le gustó Kenna. La hermosa mujer de cabellos rizado tembló ante el tono de mi padre y, pareciendo resignada, decide tomar la mano que mi hermano lo ofrece aceptando en silencio la invitación. Al ver como ella toma la mano de Aston, siento una presión intensa en el pecho y un gran malestar dominar mi cuerpo. Él se la lleva, él la está tocando y él se deleitará con su belleza, entiendo que él se convertirá en su esposo, pero mis emociones siguen inestables. Esto es insoportable, no sé cómo describir tan terrible sentimiento. —Un momento…—no puedo aguantar más y antes que los dos den un paso más— ¿No crees que es imprudente, hermano? Todo queda sumergido en el silencio y las miradas de todo el mundo caen en mí, pero yo solo me dedico a observar a la pareja que se encuentra de pie al otro lado de la mesa que nos separa. Kenna me mira con sus ojos negros consternados y más pálida que un papel, mientras mi hermano me mira seriamente como si estuviese analizando mi pregunta y, al mismo tiempo, se estuviese preguntando porqué estoy interviniendo. —No sé a qué se debe tu pregunta, Aslan— me responde con sequedad después de un silencio efímero— La señorita Kenna y yo sólo daremos un paseo por el jardín ¿Qué hay de imprudente en eso? Obviamente él no lo ve. Mi ceño se frunce de manera inevitable y me siento molesto por su falta de empatía ¿Piensa que es normal que hayan comprado una novia para él? Aston debió ser el primero en negarse y tratar de convencer a nuestros padres de cometer semejante locura, pero prefirió estar en silencio y sólo dijo que después de verla tomaría la decisión. Al parecer la decisión es clara. Respiro profundo para aquietar mi furia. De nada serviría enojarme, además, estaría exponiendo a Kenna y no puedo permitir eso. —La señorita Phillips tuvo un día pesado hoy— doy una excusa aceptable para ayudarla— ¿No crees que es complicado mudarse a una casa repleta de extraños? Deberías darle tiempo para que se adapte al ambiente, además…—mis ojos caen en ella inevitablemente— Debe estar muy cansada. Lo sé. La miro con tristeza e impotencia desde mi lugar, pues ella se ve claramente cansada, pero parece que soy el único en notarlo lo cual me molesta mucho. Veo como el ceño de mi hermano se frunce ante mis palabras y parece inconforme. Mi hermano es como todo humano, así como tiene virtudes también tiene sus defectos y debo decir que uno de esos defectos es que siempre quiere tener el control de cada situación, pero, después que nos volvimos millonarios, todos sus defectos parecen haber sido fortalecidos de alguna manera, aunque pienso que no es una mala persona. Eso quiero creer. —Agradezco que te preocupes por mi prometida…— su voz es suave, pero firme— Pero no te preocupes de más, podría crearse una idea errada que si podría resultar imprudente— su voz empieza a llenarse de amenaza y sé muy bien a lo que se refiere— Quisiera, hermano, que no intervinieras en asuntos que no te competen, además, seremos extraños sólo hasta que nos conozcamos mejor ¿Y como conoceré a mi prometida si no puedo pasar tiempo a solas con ella?— sisea dejando ver su molestia— Será un recorrido breve, no le quitaré toda la noche, así que…Métete en tus asuntos. Abro la boca dispuesto a oponerme a él, pero de pronto algo llega a mi mente: “Finge que no me conoces, si me ves cerca aléjate, haz…Haz como si yo no existiera para ti.” Muerdo con fuerza mi lengua e imponente asiento en dirección a mi hermano, mientras evito mirarlo, pues la sola imagen de él llevándose a Kenna hará que pierda el poco control que ahora poseo. —Bien, que tengan buenas noches— es lo único que le oigo decir a mi hermano para después oír los pasos de él y Kenna alejándose. No sé que expresión tendría Kenna mientras se iba con él, pero es mejor no perder los estribos y cometer una locura. Le prometí que fingiría no conocerla, pues podría revelarse nuestro secreto y eso mancharía su imagen. ¿Por qué es tan difícil? —Aslan— oigo la voz de mi madre, pero no me giro a verla, pues sé que dirá algo sobre mi comportamiento— ¿Qué te pasa esta noche? Normalmente no eres tan desobediente, mereces una buena reprimenda por ese comportamiento tan malo… —Será mañana, madre— me levanto de mi asiento sin verlos, pues, por algún motivo, me siento como un animal herido y rabioso— Ahora mismo estoy cansado y he perdido el apetito. Los veo mañana. —¡Aslan…! —Déjalo, mujer— interviene mi padre deteniendo a mi madre y es cuando decido mirarlo— Que descanses, hijo. —Gracias, padre— le agradezco y sin más camino hacia mis aposentos, queriendo dejar atrás mis inquietudes. Camino con rapidez como ladrón que desea abandonar rápidamente la escena del crimen, pero esta presión en mi pecho y este sentimiento de malestar no me abandona por nada. Se supone que debo olvidarla, ella se convertirá en la mujer de mi hermano, la han comprado para eso y no hay nada que evite esa unión, pero me mata está sensación de lava ardiente corriendo por mis venas al imaginarme a Kenna en los brazos de mi hermano. Yo sabía que esto pasaría, no puedo decir que me sorprende, pero, lo que sí es una sorpresa, es mi reacción ante semejante situación. Nada tiene sentido. Coloco mi mano derecha encima de mí corazón que parece estar muriendo y chasqueo mi lengua ¿Cómo puedo olvidarme de ella? Tengo que hacerlo, dejar todo atrás y olvidarme de lo que pasó, he fallado al prometer fingir no conocerla, pues quizás pudieron pensar que mi comportamiento esta noche era extraño y por ende empezarían a sospechar de mi interés excesivo por la futura esposa de mi hermano. No puedo dejar que eso pase. Suspiro con tristeza y continuo mi camino sin mirar atrás. Tengo que olvidarme de ella para no causarle problemas, como le prometí debo distanciarme y fingir que nada sucedió aunque mi mente no quiere abandonar ese recuerdo. Es peligrosa la manera en la que reacciono al estar cerca de ella, si no tengo cuidado, entonces… Podría quedar atrapado en un juego prohibido.
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