Unos días después…
POV’S Kenna:
Los días…Los siento transcurrir muy lento.
Suspiro con cansancio, mientras me dejo caer en la cama de la habitación que ahora mismo se encuentra habitada por mí. Aunque ya casi ha pasado una semana desde que llegué aquí, aún no puedo acostumbrarme a dormir en esta cama, no me he atrevido a tocar nada en esta habitación porque en realidad no me pertenece y nunca me pertenecerá.
La señora Wright se ha encargado estos últimos días de recordarme cual es mi lugar, cuales son mis obligaciones y como debe ser mi comportamiento, ha sido bastante difícil tener que aguantarla, pero es mejor eso a oír sus quejas sobre mí. Cada día me encuentro un defecto nuevo y se queja de ello de una manera bastante insoportable.
Pero ya se volvió más llevadero.
Cuando se pone muy insoportable, decido desconectar mi mente de mi cuerpo y sólo fingir que la estoy escuchando cuando en realidad no lo hago. Normalmente sus clases de etiqueta (a lo que yo le llamo entrenamiento infernal) son en la mañana, pero, a veces ella se encuentra ocupada en la mañana y las hace a cualquier hora del día sin falta.
Hoy parece que ella se encuentra ocupada, así que tengo la mañana libre y me encuentro tirada aquí como un cadáver sin vida. No tengo ánimos de nada. Normalmente no salgo de la habitación, pues hay ciertos hombres a los cuales evito con fervor, aunque hay situaciones en las que no puedo evitar encontrarlos.
En la cena, por ejemplo.
Cada noche, la familia Wright se reúne a cenar y, debo decir, que desde que estoy aquí no he cenado como debería ya que en ese momento es tan incómodo que a penas puedo comer unos bocados de comida. En el desayuno normalmente estoy sola, lo cual me permite comer a gusto, pero en el almuerzo me acompaña la señora Wright y, pocas veces, Aston quien se apresura a llegar solo para almorzar conmigo (según él.)
Mi relación con Aston…Bueno, sólo ha pasado una semana y él se ha comportado bastante amable conmigo, aún me siento incómoda por el hecho de nuestra boda, pues, como saben, no es una boda por amor. Solemos pasear en la noche en el jardín, según él, es para que nos conozcamos mejor y nos acostumbremos a la presencia del otro.
Él me ha contado muchas cosas sobre sí mismo y me ha preguntado muchas cosas sobre mí, me limito sólo a responder sólo lo que me pregunta.
Este tiempo me ha servido para conocerlo un poco mejor y me he dado cuenta de algo.
Es muy autoritario.
Conmigo se comporta amable y podría llegar a ser hasta dulce, pero también lo he notado demandante, pues le gusta que las cosas se hagan exactamente como él quiere y cuando él quiere, mientras yo estoy obligada a obedecer.
La señora Wright ha insistido mucho en eso, me ha dicho de mil maneras que debo obedecer completamente a Aston y que, por sobre todas las cosas, debo hacerlo feliz incluso por encima de mi propia felicidad.
Es bastante difícil.
En ese momento escucho como tocan la puerta y sé que es Amy, pues ella es la única que se acerca a mi habitación.
—Adelante— hablo lo suficientemente fuerte para que la persona al otro lado de la puerta me escuche.
Me incorporo en la cama cuando escucho la puerta ser abierta y, en efecto, se trata de la pequeña y linda mujer de corto cabello castaño que ahora ha entrado a la habitación.
—Buenos días, señorita…
—Amy, ya te he dicho que, cuando estemos solas, puedes llamarme por mi nombre— le digo con una sonrisa— Eres la única persona con la que puedo conversar libremente.
Así es.
Después de esa conversación que tuvimos en el jardín, Amy se volvió más amable conmigo e incluso ahora hablamos como si fuésemos amigas. No me molesta para nada, porque me hace sentir mejor tener a alguien con quién hablar y me siento más cómoda con Amy que con cualquier otra persona de esta casa.
La mujer me mira apenada y cierra las puertas a sus espaldas.
—Es que no puedo tratarla con tal falta de respeto, si la señora se entera me regañará y me echará de aquí— me dice caminando un poco hacia mí.
De eso no hay duda.
Hago una mueca y me levanto de la cama, mientras me acerco a ella. Amy es una mujer amable y me es fácil conversar con ella porque no necesito etiquetas y complicaciones, tampoco debo seguir un protocolo exhaustivo y complicado. Solamente hablar y ya, por eso me gustan mis platicas con ella.
—Te permito tratarme con formalidad frente a las demás personas para evitarte problemas— le digo con una pequeña sonrisa deteniéndome a algunos pasos de dónde ella se encuentra cerca de la puerta— Pero, por favor, cuando estemos solas, llámame por mi nombre, me haría sentir mejor.
Sus ojos verdes me miran de manera fija y la veo dudar, hasta que suspira con profundidad.
—Está bien, señorita Kenna— habla con resignación, pero yo me siento inconforme.
—Sólo “Kenna”, Amy— le vuelvo a pedir de manera insistente.
—No podría— vuelve a negarse luciendo nerviosa y apenada— Entiéndame, por favor, pronto usted formará parte de la familia a la cual sirvo.
Supongo que debería dejarlo así por el momento.
Suspiro de manera profunda y le sonrío. Amy es bastante preocupada por su trabajo y rinde mucho respeto a los que considera “sus superiores”, pero yo no quiero ser su superior, quiero ser “su igual” y que haga mi estadía aquí mucho menos amarga.
—Esta bien, Amy— me resigno y no puedo evitar que mi sonrisa se vea empañada por la tristeza— Entiendo tu posición y créeme que quisiera no tener tanto peso sobre mí…
Cada día que pasa siento que esta carga se hace cada vez más pesada. La señora Wright está buscando una fecha apropiada para dar a conocer mi compromiso con Aston y también para darle una fecha a la próxima boda, pero, la verdad, yo cada día me asusto más.
A veces quisiera sólo correr sin rumbo fijo.
—Señorita…—la voz de Amy se tiñe de preocupación al verme así de triste.
Me parece increíble verla así, al principio ella ocultaba cada una de sus emociones y sólo se dedicaba a ser eficiente en su trabajo sin decir una sola palabra, ahora no se preocupa en ocultarlas lo cual me gusta y también habla conmigo y me libera está inquietud que siento consumirme las entrañas.
—¿No le gustaría dar un paseo por el jardín?— me pregunta a modo de sugerencia— Hoy es un día hermoso, le hará bien tomar aire fresco.
Hago una ligera mueca al oírla. Tengo la mañana libre de mi “entrenamiento”, pero nada me asegura que después también tendré tiempo libre. Tengo tantas cosas en mi cabeza que no puedo pensar claramente, entre la señora Wright, mi boda, Aston y mi nueva vida siento que me van a volver loca, quisiera tener un momento para liberar todo esto que siento.
—Quizás sea una buena idea— considero seriamente— ¿Sabes dónde están los miembros de la familia?
Me es necesario saberlo para no toparme con ninguna sorpresa desagradable.
La razón por la que no salgo a explorar esta mansión es porque no quiero toparme con Aston, él me pide todas las noches salir, pero no lo acompaño por gusto, sino por obligación; tampoco quiero toparme con el señor Wright, él es muy callado y no hemos hablado nada, solo se limita a que yo cumpla con hacer feliz a su hijo; la señora Wright es una historia de terror cada vez que me encuentro con ella, así que no quiero enfrentarla a menos que sea cien por ciento obligatorio y con Aslan…
Mejor no opinemos.
—La señora Wright salió, parece que tiene una reunión con sus amigas— me informa ¿Esa señora tiene amigas? Vaya, deben ser muy amables (nótese el sarcasmo)— El joven señor Aston y el señor Wright salieron a trabajar muy temprano y el joven señor Aslan…— siento que mi corazón se inquieta al oír ese nombre aunque sé que no debería inquietarse sin razón alguna— La verdad no lo he visto, pero creo que también salió porque ni siquiera desayunó aquí…
Aslan.
Muerdo mi labio al sentir mi interior estremecerse al pensar en ese hombre, pensé que ya había enloquecido lo suficiente, pues se supone que ya debería mi mente de haber soltado la imagen de ese hombre, pero parece que cada día está más presente y quizás sea porque está tan cerca de mi, pero a la vez tan lejos. No sé que me pasa con él, no tiene ningún sentido pensar en él, pero es difícil soltar algo que no quieres dejar ir.
Sacudo mi cabeza para alejar mis ideas y concentrarme en Amy.
—Me parece bien dar un paseo— sonrío levemente en su dirección— Eso me servirá para aclarar mi mente de entre medio de tanto caos.
Ella asiente y me devuelve la sonrisa.
—¿Quiere que la acompañe o prefiere ir sola?— me pregunta.
Llevo ya varios días viviendo aquí y, aunque no salgo a menudo de estas cuatro paredes, ya conozco el camino hacia el comedor, el jardín y otros lugares que a veces frecuento con Aston quien parece entusiasmado en mostrarme su mundo. Creo que si voy sola al jardín no me perderé.
—Iré sola, Amy— expreso después de analizarlo un poco— Necesito un momento a solar para que mi mente se aclare por completo.
Amy me agrada mucho, es amable y buena conversadora, pero ahora necesito estar sola y pensar en todo lo que está pasando para poder darle tranquilidad a mi mente y organizar todos mis pensamientos.
Cuando la mente está intranquila los sentimientos se vuelven tempestad.
Amy me sonríe y asiente de acuerdo con mi decisión. Creo que sólo Amy y Aslan son los únicos que respetan mis decisiones y me obligan a nada y siempre me escuchan.
Sin más, ambas salimos de la habitación y caminamos juntas hasta llegar a la planta baja dónde ambas nos separamos y nos despedimos prometiendo vernos más tarde. Esta mansión sólo tiene dos pisos, pero es bastante amplia y su diseño antiguo es fascinante. Conserva su antigüedad, pero definitivamente no luce vieja.
Es bastante bonita.
Sin pensarlo dos veces, tomo mi rumbo hacia el jardín por el cual daré mi paseo. La verdad, es agradable la vista del jardín, el aire fresco y aroma de las peonías es bastante relajante. En total, existen dos jardines en esta mansión, uno en la parte delantera que le da la bienvenida a los visitantes y otro en la parte trasera que es para el disfrute de la familia y es en el cual he pasado más.
El jardín el cual frecuento (que es el trasero) es bastante grande, hay una gran variedad de flores y todas son hermosas, pero frecuento más el área de las peonías porque me gustan mucho esas flores y es el área que más conozco y no quiero aventurarme más por temor a perderme en este laberinto.
A penas salgo de la mansión, una ráfaga de aire fresco y limpio trae los olores florales que inundan el ambiente. Cuando ese olor toca mi nariz, inmediatamente siento que mi cuerpo se relaja y observo fijamente desde mi lugar el jardín colorido ante mí.
Fue bastante creativo hacer varias entradas hacia el jardín y que cada entrada estuviese adornada con un tipo diferente de flor, cada camino dirige al centro donde normalmente recibo mi entrenamiento y, aunque disfruto mi camino hacia ese lugar y el lugar en sí es hermoso, no puedo evitar sentir un malestar al pensar en ese lugar.
Parece que tengo un trauma.
Respiro profundo y empiezo a caminar dirigiéndome hacia la entrada de la vereda adornada por las peonías. Es el camino por el cual más he transitado y es el que considero más hermoso. Las primeras en recibirme son las peonías blancas que, aunque simple, son absolutamente hermosas.
Los sonidos de la naturaleza llegan a mis oídos tranquilizando mi alma. Sonrío y camino hacia las flores blancas llenas de pétalos y aroma fragante. Parece irreal verlas tan hermosas mostrándose al sol y presumiendo su belleza.
Toco suavemente sus suaves pétalos y me deleito con su suavidad. Es real, algo que parece un sueño puede ser real. Me alejo de esa flor y empiezo a caminar sobre la vereda de piedra que ya es conocida para mí.
Está parte del jardín luce tan clara y limpia debido a las peonías blancas que adornan los alrededores de la vereda. Ha sido verdaderamente difícil aguantar todo esto, es decir, pensé que sería peor, pensé que mi prometido era horrible y me trataría muy mal, pero, aunque no es lo mejor, tampoco es tan malo como yo llegué a imaginar que sería. La verdad, creo que esto se debe a que Aston dice que le gusto y es por ello que no me han maltratado tanto como creí que me maltratarían
Lo más aterrador no es lo que está pasando ahora definitivamente no lo es, lo más aterrador para mí es pensar en lo que pasará luego, cuando me case con Aston, por ejemplo ¿A dónde iré? ¿A dónde me llevará mi futuro esposo? ¿Qué pasará…En nuestra primera noche?
Todo mi cuerpo tiembla por un frío intenso que cala mis huesos y no puedo evitar abrazar mi cuerpo sintiéndome vulnerable. Lo he pensado mucho y no llego a una bonita conclusión, es más que obvio para mí que él se dará cuenta que no soy virgen y, quizás, eso sea mi boleto directo al infierno, pero, ni siquiera así, logro arrepentirme de haberle entregado algo tan valioso a Aslan.
Siento que no tomé la decisión equivocada.
Suspiro y continuo mi paseo bajo los refrescantes rayos del sol matutino, mientras siento como mi mente se pierde en medio de tantos pensamientos. Era algo obvio, debo prepararme mejor para algo que ya sabía que ocurriría, va a pasar, me voy a casar con Aston Wright y él exigirá sobre mí sus derechos de esposo, me tocará, me besará y…Me hará su mujer.
Muerdo con fuerza mi labio y siento ganas de largarme a llorar. Cuando seamos marido y mujer será inevitable que él no me toque así que tengo que prepararme aunque no lo quiera, pero, en medio de todo esto, hay algo que me da un consuelo y es que Aston Wright no tendrá el “premio” de ser el primer hombre en tocar mi cuerpo, pues ese “premio” preferí dárselo a un hombre elegido por mí y no a un hombre para el cual me vendieron.
Y ese hombre me enseñó un nuevo mundo de sensaciones.
La verdad, elegí a Aslan por muchas razones y son exactamente esas razones las cuales me hacen no arrepentirme de lo que hice. Él fue el primer hombre en decirme cosas bonitas y hablar conmigo de manera sincera, sin máscaras ni hipocresías, sólo un hombre y una mujer hablando de cualquier cosa, también fue porque, por muy alocado que parezca, con él me sentí segura y había algo dentro de mí que me decía que él no me haría daño.
En mi campo de visión empiezo ver como las peonías blancas empiezan a tornarse rosas y sé que estoy a punto de llegar al área donde se encuentran exclusivamente las peonías rosas. Justo en este lugar, fue donde Aston me dijo aquellas palabras que aún resuenan en mi mente.
Dijo que iba a “enamorarme” y eso hizo que mi mente fuese tan blanca como la Antártida. No creo que vaya a enamorarme de él, pero se vió tan seguro que temo que no afronte bien el rechazo y se ponga en un estado que yo no sea capaz de manejar. Es decir, él dijo que no soportaba el rechazo, un hombre que siempre obtiene lo que quiere es obvio que no sepa recibir un “no” como respuesta. Quizás sólo debería rendirme y resignarme en qué esta es mi nueva vida, quizás así todo sería más fácil y podría obtener toda esa paz que quiero.
Solo quiero encontrar el camino que debo seguir.
Reacciono cuando siento una ráfaga de viento un poco fuerte chocar contra mi cuerpo y tengo que cerrar uno de mis ojos, mientras sostengo mi cabello rizado, debido a que esa brisa ha sido tan fuerte que ha traído ciertas cosas, como el olor de las plantas y el olor a tierra.
Parpadeo múltiples veces para enfocar mi mirada y, al hacerlo, noto algo frente a mí que me llama completamente la atención. Mi mente tarda en procesar lo que mis ojos ven, pero, cuando lo hace, todo dentro de mí estalla.
Me congelo en mi lugar y todo mi mundo y mi corazón se detienen al presenciar semejante espectáculo ante mis ojos sorprendidos
Él…Está aquí…