POV’S Kenna:
…Elegiré con quién perder mi virginidad...
El misterioso hombre que me acompaña se detiene por completo y puedo ver como claramente palidece ante mi atrevida proporción. Sé que es inesperado, sé que es una completa locura, pero eso ya no me importa. Quizás el alcohol haya causado más estragos en mí de lo que parece, pero no decisión está tomada.
Si pierdo mi virginidad esta noche entonces no le daré la satisfacción al hombre para el que me han comprado. No quiero entregarle algo tan preciado a un hombre al que ni siquiera he visto la primera vez. Además, este que se encuentra acompañándome me gusta, aunque no sé si aceptará pasar la noche conmigo.
Ya no hay marcha atrás en este punto.
—V-Vaya, eso si que es inesperado— habla luciendo nervioso, mientras mira para todos lados buscado algo que lo saque de este problema— Creo que estoy malinterpretando las cosas…
—No ha malinterpretado nada— continuo segura de lo que estoy haciendo— Quiero tener sexo con usted esta noche.
Se lo he dicho con mayor claridad.
Aunque eso hizo que mis mejillas se tonaran carmín debido a la vergüenza que me da decir eso, pero no quiero dar marcha atrás ahora. Puede que mañana me arrepienta o en un futuro no muy lejano, pero ahora de verdad me hallo desesperada por todo lo que está pasando en mi vida. Sólo quiero, por un segundo, sentir que estoy tomando mis propias decisiones.
Mi acompañante parece no saber que hacer o que decir, pues mira para todos lados buscando una ayuda divina o algo así. Entiendo que él pueda estar confundido y desconcertado con mi propuesta, pero, por el momento, no quiero a otro que no sea él. Pienso que él será gentil y, al menos, intentará que sea una buena experiencia, otro sólo se aprovecharía de mi inexperiencia para su disfrute.
No quiero eso.
Él empieza a reír suavemente de manera nerviosa, mientras se rasca la nuca y me mira como si yo fuese un complejo enigma japonés imposible de descifrar.
—Oh, señorita, veo que usted desea llevarse mi virtud— ahora la que está completamente sorprendida soy yo— ¿Va a responsabilizarse por ello?
¿¡Virtud!?
Boquiabierta y sin aliento, pregunto con suavidad.
—¿Quiere decir que usted también es virgen?
Vaya, eso sí es inesperado para mí. Con ese rostro tiene muchas posibilidades de tener mucha experiencia con el sexo femenino, pero ¿Es virgen? ¿De verdad?
—¿Cómo que “también”?— me pregunta él luciendo más sorprendido que antes, incluso puedo notar que se encuentra pálido— ¿Quiere decir que me hace tal propuesta sin tener siquiera experiencia?
Me encojo en mi lugar sintiéndome más avergonzada. Pude haber fingiendo ser una mujer con experiencia que disfruta de encuentros apasionados de una sola noche, pero, la verdad, me sería imposible porque no sé cómo se comportan las mujeres experimentadas. No creo que esté logrando seducir a este hombre, es más, parece más espantado que cautivado.
Respiro profundo para armarme de valor.
—¿Qué importa si tengo o no tengo experiencia?— me defiendo lo mejor que puedo— Si no tengo experiencia puedo aprender y ya.
Él abre su boca, pero la vuelve a cerrar al haberse quedado sin palabras y repite esta acción unas cuentas veces, antes de suspirar profundamente.
—Me ha tomado por sorpresa— expresa cruzándose de brazos y mirándome de manera fija, tanto que creo que. Me arrancará todos los secretos con una sola mirada— Puedo saber ¿Por qué me hace a mí tan tentadora petición?
Era una pregunta que veía venir.
Aprieto mis labios, escuchando en mis oídos el propio latido de mi corazón. Nunca pensé que me atrevería a pedirle esto a alguien alguna vez y menos a un completo desconocido, pero los tiempos desesperados requirieron medidas desesperadas, además, el alcohol en mi cabeza no me deja pensar con claridad.
—Porque estoy segura que usted será gentil y hará que sea una buena experiencia— expreso sin pensarlo dos veces dejando en estado de shock a mi acompañante— La verdad...Tengo miedo.
Esa es la verdad.
Escuché que las primeras veces son un poco dolorosas y no soy muy tolerante al dolor y tengo mucho miedo de que me duela más de la cuenta. Podría dejar las cosas así y sólo seguir mi destino, pero, estoy segura que mi noche de bodas sufriré más de la cuenta. Ni siquiera sé cómo será mi futuro esposo, no sé si es alto, bajo, feo, guapo, viejo, joven, no sé nada de él, sólo puedo imaginarlo como una persona horrible y desagradable.
Él sólo me mira en silencio, como si no supiese que decir en ese caso. Repito que sé que es una completa locura todo lo que le estoy pidiendo esta noche, pero no me queda más opción, siendo un poco más codiciosa, pediría que esta noche fuese inolvidable y la mejor de todas para recordarla toda mi vida.
—Si tiene miedo, entonces ¿Por qué hacerle tal propuesta a un completo desconocido?— me pregunta de nuevo pareciendo confundido y lo entiendo ya que no soy capaz de explicarme de buena manera— Su primera experiencia tiene que ser con una persona especial, para que sea capaz de generarle un buen recuerdo y una buena experiencia. Tiene que ser alguien digno, alguien que usted pueda querer…Alguien que sepa hacerla feliz.
Tiene razón.
Es una decisión precipitada y ya lo sé. Cuando estuve en secundaria escuché a muchas chicas decirse entre ellas como sería su primera vez soñada y no pude evitar imaginar como sería la mía. Pensé que me gustaría algo romántico, dulce y que hubiese mucho amor, pero esa idea se fue desvaneciendo conforme fui creciendo y empecé a pensar que no había ningún hombre para mí en este mundo. No pedía una vida extravagante llena de lujos, pues he vivido en una vida así desde siempre y, carente de amor, sentía que me faltaba todo y ahora…
Siento que pierdo la vida.
Aprieto mis manos a los costados de mi cuerpo y es entonces que a soltar un sinfín de palabras sin control alguno.
—No pido que me ame, mucho menos pido ser la única…— trago grueso antes de continuar— Quisiera pedirle que finja que soy una mujer y, aunque soy terrible seduciendo, quiero sentirme deseada de algún modo— evito mirarlo, pues siento vergüenza, pero ya no puedo detener todas las palabras que se escapan por mis labios— Usted…Usted me gusta…
Creo que me estoy excediendo…
Alzo mi mirada con los ojos bien abiertos al ser consciente de las palabras que he dicho y, al alzar mi mirada, descubro que mi acompañante se encuentra más pálido que un papel y más tieso que una estatua antigua.
—N-No me malinterprete, por favor…— alzo mis manos mientras niego de manera insistente— No hablo que me gusta en un término romántico, jamás pondría ese peso sobre su consciencia— expreso con rapidez tratando de rectificar lo que he dicho— Como dije no pido amor, sólo pido una noche, una noche en la cual pueda elegir con quién…
Será sólo una noche.
Nunca creí que sería capaz de querer tener una aventura de una noche. Si tengo que pasar toda una vida al lado de un hombre que no he visto jamás, entonces también deseo pasar una noche al lado de un hombre que me gusta. Quisiera tener el suficiente tiempo de conocerlo, pero es tiempo justamente de lo que carezco. Supongo que así se sentía Cenicienta aunque ella cambio su zapatilla de cristal por una vida feliz al lado de su príncipe y yo…Sólo pido una noche el príncipe que se encuentra delante de mí.
—Dijo que le gusto ¿Es por mi físico que usted quiere que pase la noche a su lado?— me pregunta y puedo ver como pasa fugazmente una expresión dolorosa en su semblante.
Una brisa fría choca contra nosotros, pero nuestras miradas se encuentran atrapadas la una en la otra sin remedio alguno. Parece que de verdad quiere una respuesta y tengo que decirle la verdad. Sólo la verdad.
—Ciertamente, usted es el hombre más guapo que he visto…— respondo su pregunta con voz suave y con toda la sinceridad que hay en mí, es entonces que veo que su semblante se empieza a descomponer— Físicamente me gusta, pero lo superficial no es lo que me interesó de usted— le aclaro y él me mira luciendo bastante interesado de repente— No lo conozco muy bien, es claro que nos hemos conocido hace poco más de media hora, pero, a través de su mirar, las palabras que ha dicho y su manera de expresarlas fue lo que más me gustó de usted— es increíble que esté diciendo estás palabras con tanta tranquilidad, pero presiento que, cuando se aclare por completo mi razonamiento, sentiré mucha vergüenza— En sus ojos puedo ver que no es una mala persona y es por ello que me atrevo a hacerle esta petición.
Además no tengo a nadie más para pedírselo.
Él es un completo desconocido, lo sé, pero por eso mismo será más fácil para mí dejar pasar esta noche como una “aventura” nada más. Sería más complicado su fuese una persona a la que tuviese que ver todos los días, pero ya que es poco probable que nos volvamos a ver, entonces será más fácil tomarlo como sólo un bonito recuerdo.
Espero que sea un bonito recuerdo.
Él parece analizar con detenimiento mis palabras y parece debatirse internamente sobre lo que debe hacer y lo que no debe hacer. Es una propuesta inesperada y temo que lo más probable es que me rechace y me tome por una loca pervertida, pero eso me tiene sin cuidado ahora mismo.
—Una última pregunta— expresa él después de un breve silencio— ¿Qué hará si yo rechazo su propuesta?
Muerdo con fuerza mi labio inferior, sintiendo como mi corazón da un vuelco feroz ante lo que dice este hombre. Ya me temía que me rechazase, bueno, al menos lo intente, supongo que no soy tan bonita como para convencer a este hombre, pero tampoco deseo humillarme más. Aunque sea poco, aún conservo un poco de orgullo.
—Buscaré a otro— miento de manera descarada queriendo sonar completamente desinteresada, pero mi voz tiembla de manera leve.
Es mentira que buscaré a otro hombre, no soportaría otro rechazo. Supongo que ahora debo aceptar lo que viene, esta fue una medida desesperada para no darle mi preciada virginidad a ese hombre que, aunque no conozco, siento que lo odio por haberme comprado.
Mi acompañante guarda rotundo silencio por, lo que yo siento, una eternidad. Debe pensar que soy una de esas mujeres que disfrutan los placeres promovidos a través del sexo, pero él sabe que es mi primera vez así que no sé que estará pasando por su cabeza en estos momentos. No quiero buscar a otro hombre que se aproveche de mi inexperiencia para hacer lo que quiera conmigo, el hombre que se halla en silencio frente a mí es un completo desconocido, pero al menos se ve que no buscará su propio placer, si fuese así no le estaría dando tantas largas a esta plática.
De pronto una sonrisa ladeada se empieza a extender por su rostro y me sonrojo al pensar que se ve muy seductor de esa manera. De verdad este hombre es muy atractivo.
—Eso…No puedo permitirlo— dice con voz baja y ronca y siento como todo mi cuerpo se estremece y mi sangre hierve.
Lo veo dar un paso en mi dirección y yo me contengo de retroceder, aunque siento como lo corazón martillea con fuerza dentro de mi pecho. Eso que ha dicho ¿Se supone que aceptó? No lo sé, sólo sé que siento que de mis oídos sale vapor debido a lo caliente que se siente mi cuerpo.
De la nada él toma mi cintura y me pega contra su cuerpo y no puedo evitar soltar un chillido de la sorpresa. Un olor almizcleño y fuerte toca mi nariz, es un olor delicioso que puede ser fácilmente adictivo. Su agarre es firme, pero gentil, no llega a lastimarme, sólo siento que en cualquier momento me derretiré debido al profundo calor que siento.
Elevo mi rostro rojo como un tomate para poder ver el suyo, mientras me siento agitada por su cercanía. Él está…Muy cerca.
—Si es así como la señorita lo prefiere…— su voz se dulcifica, como si tuviese miedo de asustarme, mientras sus ojos se mantienen pegados a los míos como si estuviese bajo aún hechizo— Por favor, permítame acompañarle esta noche, haré mi mejor esfuerzo por complacerla.
Espero…No arrepentirme de esto en un futuro.