CAPÍTULO 23

1130 Words
—Mm, cariño, lo tienes difícil—, se rió Jordan. Evelina se burló juguetonamente antes de volver su atención al hombre que medía cada rincón y g****a de su cuerpo. —No, no es cierto. Es que le tengo un cariño especial. Es tan inspirador, su honestidad, valentía, dedicación, que es imposible no mirar a ese hombre y sonreír—, sonrió. —¿Sabes? —No, no lo sé—, se burló Jordan de sus palabras, bromeando. Evelina solo sonrió en respuesta. Jordan ya le caía bien, sobre todo por las oleadas de simpatía que desprendía. —Dispara, no te estoy juzgando. Yo también estaría en el país de los laureles pensando en su buen trasero—, dijo él, enarcando una ceja mientras miraba a Evelina a los ojos. Sabía que no se equivocaba al decir que Adrián era un hombre realmente atractivo. A veces tenía que obligarse a apartar la mirada de él. —No estoy en el país de la la. Vamos, trabajo para él. Eso sería muy poco profesional por mi parte—, susurró la última parte más para sí misma. Evelina no pudo evitar suspirar al darse cuenta de que solo se lo decía a sí misma para intentar convencerse. En el fondo, sentía que era algo más que una relación entre empleador y empleada. Era más profundo que eso, pero no se lo permitía. —Chica, dices 'poco profesional' más que yo digo 'ropa'. Debo estar nadando en orina en un retrete con cisterna si esperas que me crea que hay algo profesional entre vosotros dos. Casi te desnudas delante de él como si fuera normal. No olvidemos mencionar que, cuando entré, parecía que estabas a punto de arrojarlo sobre su escritorio y devorar ese trasero como si fuera un perrito caliente envuelto en un bollo, cariño —le dijo Jordan, haciendo que sus mejillas ardieran de vergüenza. Evelina no sabía si reírse o quedarse congelada. Se quedó con la boca entreabierta al recordar el momento en que Jordan acababa de interrumpir su conversación con Adrián. No se había dado cuenta de que estaba siendo tan obvia. —No lo estaba—, se burló Evelina, hablando por fin. Él le dirigió una mirada mordaz justo antes de apartarse y anotar sus medidas en un cuaderno. —No es asunto mío, pero, cariño, los hombres así no esperan—, le guiñó un ojo antes de darse la vuelta y volver a su bolso. Evelina pensó en las palabras de Jordan. Intentó imaginarse a Adrián con otra mujer y no pudo. —Ninguna mujer sería capaz de entender a Adrián como yo—, dijo Evelina de repente. Jordan le sonrió. Se agachó para devolverle la ropa. Solo entonces se dio cuenta de que seguía medio desnuda. —Te llevaré el vestido a casa mañana a las diez. Hasta mañana, cariño—, dijo Jordan justo antes de acercarse a Evelina y darle un beso al aire a ambos lados de la cara. —Adiós, Jordan. Ha sido un placer conocerte—, sonrió ella. Él le devolvió la sonrisa de todo corazón justo antes de recoger sus cosas y salir del despacho, dejando a Evelina allí sola. Se puso rápidamente los pantalones, pero no fue lo suficientemente rápida porque la puerta se abrió de golpe. El corazón de Evelina no tardó en caer a sus pies cuando se le escapó un grito. La visión de Johnathan entrando en la habitación con la mandíbula desencajada solo aumentó su vergüenza. —Oh, uh, wow, lo siento. Estaba buscando al jefe—, murmuró antes de darse la vuelta rápidamente para quedar de espaldas a Evelina. Ella aprovechó la oportunidad para seguir vistiéndose con un profundo rubor cubriendo sus mejillas. —Bueno, es obvio que no está aquí—, dijo Evelina con calma, a pesar de cómo se sentía en realidad. Tuvo que soltar un suspiro para aliviar su frustración. Justo cuando se abotonaba la camisa, la puerta volvió a abrirse, pero esta vez entró Adrián. Evelina recordó lo que Adrián le había hecho a Johnathan cuando solo la había invitado a salir. No quería averiguar lo que él haría después de ver el incómodo encuentro entre Evelina y Johnathan. —Fuera—, dijo Adrián. Sus ojos se abrieron de par en par cuando lo miró, solo para ver que estaba hablando con Johnathan. No recordaba la última vez que Adrián había hablado delante de Johnathan, a pesar de la primera vez que lo conoció. Solo que entonces, todo lo que Adrián decía era en ruso. —Jefe...—, empezó, pero fue rápidamente interrumpido cuando Adrián abrió la puerta para indicar que no quería oír ni una palabra más. Sonriendo, Johnathan tiró un trozo de papel al suelo antes de salir furioso de la habitación. —Adrián—, gritó Evelina, solo para ver cómo él volvía a sentarse detrás del escritorio. Dejando escapar un suspiro, se acercó al papel que Johnathan había dejado. Sus cejas se fruncieron al desplegar el papel y ver un nombre garabateado con la letra más fea. Entrecerrando los ojos, consiguió descifrarlo. —Vincent Santos. Adrián, ¿quién es Vincent Santos y por qué Johnathan acaba de dejar un papel con su nombre garabateado? —preguntó Evelina, riéndose un poco antes de dejar caer el papel sobre el escritorio de Adrián. Él miró el papel antes de desmenuzarlo en la mano y tirarlo a una papelera. —Vincent es un hombre que he estado buscando para que me ayude a resolver un problema mío. Johnathan dejó su nombre porque Johnathan no es más que un niño inmaduro, incapaz de una pizca de inteligencia—, respondió Adrián. Evelina abrió la boca para preguntar más, pero decidió no hacerlo. Las vibraciones que desprendía Adrián no eran las más positivas. —¿Estás bien? —preguntó Evelina, acercándose a él. —No—, respondió él con sinceridad. Ella dejó escapar un suspiro antes de volver a sentarse en su escritorio. —¿Ah, sí? —preguntó Evelina. —¿Qué te preocupa? —Johnathan sabía que yo no estaba presente en mi despacho. También sabía que te estaban tomando las medidas—, dijo, apretando el puño. Evelina enarcó una ceja mientras procesaba sus palabras. Johnathan debía creerse muy astuto. —Bueno, es espeluznante—, murmuró Evelina. —También está despedido. Desde hoy ya no trabaja para mí. Por favor, notifícaselo—, le dijo Adrián. Ella asintió lentamente con la cabeza antes de levantarse y caminar hacia la puerta. Cuando estaba a punto de abrirla, se quedó paralizada. —¿Qué me pasará entonces? —preguntó. —Trabajas para mí, Evelina. Nunca has trabajado para Johnathan. Créeme cuando te digo que te quedas.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD