—Mm, cariño, lo tienes difícil—, se rió Jordan. Evelina se burló juguetonamente antes de volver su atención al hombre que medía cada rincón y g****a de su cuerpo. —No, no es cierto. Es que le tengo un cariño especial. Es tan inspirador, su honestidad, valentía, dedicación, que es imposible no mirar a ese hombre y sonreír—, sonrió. —¿Sabes? —No, no lo sé—, se burló Jordan de sus palabras, bromeando. Evelina solo sonrió en respuesta. Jordan ya le caía bien, sobre todo por las oleadas de simpatía que desprendía. —Dispara, no te estoy juzgando. Yo también estaría en el país de los laureles pensando en su buen trasero—, dijo él, enarcando una ceja mientras miraba a Evelina a los ojos. Sabía que no se equivocaba al decir que Adrián era un hombre realmente atractivo. A veces tenía que obligars