Capítulo 4

2823 Words
Brooke Pov: ¡Estoy exhausta! Suspiro largamente y me dejo caer en la suave superficie de mi pequeña cama individual y de inmediato mi cuerpo se queja por haberlo sometido a tal cantidad de estrés. Se siente tan bien llegar a casa después de una larga jornada laboral y bañarse con agua tibia para aliviar a mi aquejado cuerpo que me está exigiendo un descanso. No es mi culpa ser así, es culpa de mi cuerpo. Soy tan poco atlética que nada más al ver a las personas hacer ejercicio ya me siento cansada; eso quiere decir, que yo recibo su cansancio, pero no sus resultados ¡No es justo! Quizás debería empezar una vida más enérgica, no puedo creer que a mi edad me sienta así de agotada. Todo este cansancio se los debo a las personas de mi departamento, es decir, a mis compañeros de trabajo, que me ven cara de corredora olímpica, porque me mandan a llevar y traer papeles como loca, cuando ese no es mi trabajo. No importa, de todas maneras no puedo quejarme ¿Con quién me quejaría si nadie me escucha? Hoy ha sido un largo día de trabajo, de verdad me siento muy cansada de estar revisando y verificando papeles, además, de andar correteando de aquí para allá como una desquiciada sin control, pero ese es mi trabajo y prefiero estar metida entre esos papeles y entre libros de contabilidad que pensar en lo patética que es mi vida. Me gusta entretenerme de esa manera. Bueno, desde muy pequeña me ha gustado esconderme de cualquier manera, pues tener que lidiar con las personas siempre era doloroso; no importaba cuantas veces intentaba encajar, nunca lo lograba. Siempre que se intenta encajar en un mundo que no te acepta, pierdes una parte de tu esencia para complacer a ese mundo que solo te da la espalda; pierdes un pedacito de ti mismo solo para que el mundo te acepte y no vale la pena cambiar por cosas que valen menos que tu cambio, si vas a cambiar que sea para mejorar y no para encajar. Algunas veces ser diferente puede costar muy caro y pocas personas pueden pagar ese precio. Yo, Brooke Valerie Jones Vargas, ya tengo 25 años de edad luchando contra mis problemas y toda mi vida estuve lidiando con diferentes tipos de problemas y uno de ellos fue, principalmente, por mi apariencia. Mi madre es latina y mi padre es americano, aunque soy la mezcla de dos culturas diferentes eso no me ha afectado en nada ya que no le he tomado mucho interés en mis orígenes, dicen que físicamente tengo más características americanas que latinas, pero me hubiese encantado ser más latina. Las mujeres por parte de mi familia materna son tan fuertes, hermosas y admirables, siempre están sonriendo, llenas de energía y festejando por cualquier cosa y, cuando la tristeza embarga a la familia, siempre están juntos, apoyándose y dándose muestras de cariño; quisiera parecerme más a ellas, pero yo simplemente soy yo y ser yo está muy alejado de parecerse a ellas. Amo mis dos raíces porque esas raíces forman lo que soy. Amo de igual forma mi familia paterna, aunque debo decir que ellos son más reservados que mi familia latina y, algunos miembros de mi familia, rechazan a mi mamá por razones estúpidas que aún no logro entender, pero mi mamá siendo tan fuerte ha sabido lidiar con eso y siempre muestra una sonrisa ante cualquier provocación convirtiendo el ambiente incómodo en uno agradable, eso es lo que me gusta y admiro de ella, además, estoy segura que eso es lo que enamora más a papá. Él quiere mucho a mi mamá. Si hubiese podido elegir, me hubiese gustado también ser físicamente más parecida a mi lado latino que a mi lado americano, pero eso ha sido imposible. Para empezar mi piel es demasiado pálida, mi cuerpo es demasiado simple y mi cabello es muy lacio, sin forma, ni sentido. Toda mi vida he sufrido bullying y burlas por mi apariencia, pero agradezco que pocas eran las veces que se metían con mis orígenes, pues ese era mi punto débil; pero había personas crueles que se basaban en absurdos estereotipos para definirme a mí y eso me lastimaba mucho, porque algunas de esas personas se excedían mucho. Para los latinos soy americana y para los americanos por mis venas corre sangre latina; soy el punto intermedio de dos culturas que se creen divididas, pero que están más unidas de lo que creen. Esto de ser solo medio latina medio americana me ha costado muchas lágrimas; soy persona, estoy viva, puedo sentir y he sufrido mucho por personas a las cuales nunca les hice daño ¿Por qué ese afán en lastimarme? No lo sé, solo lo hacían y yo terminé acostumbrándome a ser golpeada por la vida. No me avergüenzo de ser lo que soy, pero parece que hay personas que les molesta que solo sea la mitad de algo a ser gran parte de un todo. Pobres ignorantes. Reconozco mis raíces, estoy orgullosa de ser lo que soy a pesar de que me han pisoteado más de una vez y han querido acabar conmigo más veces de las que me gustaría contar ¿Qué les molesta? ¿Mi apariencia? ¿Mis raíces? ¿O el hecho de que no me he rendido a pesar de todo? Bueno, tampoco les daré el gusto de verme completamente destrozada, la herida sanará en algún momento y yo seguiré adelante, porque detrás de mí solo se encuentran mis pedazos y esos pedazos siguen doliendo a grandes magnitudes, pero prefiero ignorarlos para que no duelan tanto. Me refugié en mi familia y en mis pasiones para crear un mundo ideal para que yo pudiese vivir. Me encanta la pintura y el dibujo; es por eso que tomé clases, no para volverme una profesional en la materia, sino para poder plasmar en un lienzo ese mundo que solamente veía en mi mente. De alguna manera cuando veía una obra terminada me sentía en paz, como si yo hubiese creado ese mundo y eso me hacía sentir mejor. Solo mi familia han visto mi trabajo, ya que los tengo encerrados en el sótano de la casa de mis padres y los que he hecho después de mudarme, ninguno está terminando. No he tenido tiempo de terminarlos. Me acomodo mejor en la cama y cierro mis ojos dejando mi mente volar lejos, a un sitio que donde yo no la podría alcanzar. En mi adolescencia, en mis años de secundaria, decidí esconder mi cuerpo en ropas holgadas y feas para evitar llamar la atención de las personas para que no me molestasen, mi cuerpo con sobrepeso parecía molestarlos y por eso me agredían, yo nunca me burle de ellos y nunca los lastimé, así que no entendía porqué me hacían eso. No era mi culpa verme así, pero aún así me molestaban y me decían cosas horribles; para una adolescente con serios problemas emocionales y de autoestima eso era el infierno, pero no me rendí. La ropa holgada se convirtió en mi escudo, por eso nunca me sentí segura usando ropa ajustada por más que mi mamá me decía que cambiase un poco mi estilo, porque, según ella, mi imagen no representaba verdaderamente quien era. ¿Quién soy? Un pequeño cofre de inseguridades. Logre graduarme e ingrese de inmediato en la universidad donde todo se hizo más pacífico, mi cuerpo fue cambiando cada vez más y más, mi época de frenillos en mis dientes había quedado atrás porque ya no los necesitaba, pero aun así seguí usando ropa holgada para que nadie notase los cambios de mi cuerpo y me sentía más segura vistiendo de esa manera. Yo diría que mi vida universitaria fue un sueño ya que todos me ignoraban por completo, mi presencia era tan débil que incluso los que estudiaron en mi sección no me conocían; así que me dediqué solamente a estudiar en ese paraíso. Siempre estuve sola en todos mis años de estudio porque nadie se me acercaba, a menos que fuese necesario. Estudié para ser analista financiero, no es lo que quería realmente, porque a mí me gusta es dibujar, pero solo quería ahogarme en cualquier cosa para olvidar lo miserable de mi vida, así que decidí encerrarme en el mundo de los datos, las estadísticas y la economía de las empresas para olvidarme de todo. Cómo sea, a pesar de no ser de mi agrado me gradué y de inmediato empecé a buscar trabajo para sobrevivir sin el cuidado de mis padres. Se dice que cuando un polluelo deja el nido y alza el vuelo, jamás vuelve a él y empieza a vivir por su cuenta. Luche mucho para tener empleo debido a mi apariencia desaliñada y descuidada. Mis padres, en especial mi madre, me aconsejaban que cambiará un poco mi aspecto ya que, según ellos, yo soy muy hermosa y que mi belleza era opacada por mi manera de vestir. No les hice caso, no porque no quisiera, sino porque no sé cómo arreglarme y me incómoda mucho la ropa ajustada ya que mi cuerpo tiene muchas imperfecciones que me llenan de mucha inseguridad. No quiero mostrar al mundo quien verdaderamente soy, porque el mundo solo me pateara de nuevo, así que solo quiero esconderme detrás de estos harapos y ser ignorada por el mundo que nunca me ha aceptado. Tuve muchas malas experiencias. Después mucho buscar trabajo, encontré unos cuántos en algunas empresas pequeñas en las cuales no dure mucho por mi aspecto y otras muchas me rechazaron solo con verme. Estaba aburrida y cansada de todo lo que estaba viviendo, desde que me mudé de la casa de mis padres he estado viviendo en este pequeño y modesto departamento aquí en Newark (Nueva Jersey); quise independizarse después de graduarme, así que deje la casa de mis padres, pero no me atreví a alejarme demasiado de ellos. Mis padres viven en el mismo estado, pero en South Orange que se encuentra bastante cerca de donde me encuentro yo, así que puedo visitarlos a menudo; al ser su única hija no quise irme lejos y dejarlos solos, los iba a extrañar si lo hacía. Ellos siempre me ayudaron y apoyaron en todo. Así que al principio de mi independización ellos me ayudaron a mudarme y me estuvieron pasando dinero de forma regular para mantenerme bien. Pero llegó un momento que no quise aceptarlo más, así que por eso empecé a trabajar. Cuando me lo permitían. Me iba a rendir de buscar trabajo en mi ámbito laboral hasta que escuche que estaban contratando en Beauté, una empresa internacional de origen francés que se encuentra especializado en cosméticos, cuidados de la piel y la belleza y que había abierto una sucursal en el centro de Newark, además, la marca Beauté era muy famosa, incluso yo que soy anti-moda la conocía, ya que era la marca de cosméticos favorita de mi mamá. La verdad como logré encontrar trabajo ahí fue un verdadero milagro. El departamento de personal me había rechazado sin siquiera ver mi currículum solo porque no representaba la imagen de una mujer Beauté, ellos dijeron que las mujeres Beauté son hermosas y representaban la imagen de la mujer de ensueño y que no querían personas que con su imagen manchasen el buen nombre de la empresa, así que me rechazaron a penas pise la empresa. No saben lo mal que me sentí cuando me dijeron que no me aceptaban solo por mi apariencia ¿Importaba más mi apariencia que mi capacidad? Eso fue decepcionante. Yo de verdad había luchado en estudiar esta carrera, había estudiado tanto para ser una buena profesional, pero a nadie parecía importarle mis capacidades en mi ámbito laboral. Que decepcionante. Estaba tan triste y deprimida, dispuesta a rendirme, cuando mi torpeza me llevo a tropezarme y caer al suelo donde se regaron todos los papeles que encontraban en la carpeta que traía en mis manos. Nadie me ayudaba y solo se reían de mí, mirándome con cierto toque de asco y burla. Yo por mi vergüenza quise recoger todos los papeles con rapidez y salir de ahí para no enfrentarme a esas personas que solo parecían estarse entreteniendo conmigo, pero una persona se agachó a mi altura y me ayudó a recoger mis papeles y esa persona notó que yo era conocedora en español (por mi parte materna) e hice un curso intensivo de francés ya que me llamaba la atención ese idioma, también hice uno de italiano y sé algo de portugués y alemán… Bostezo ruidosamente y me estiró acomodándome en la cama sintiéndome en extremo cansada. Puede que sea difícil trabajar en Beauté por todo lo que me hacen allí, pero estoy muy agradecida con la persona que me dio la oportunidad de trabajar allí. A ella no le dio importancia mi apariencia y ni siquiera me miró de manera extraña por mis ropas. Solo me sonrió con amabilidad y me ayudó como si fuese cualquier persona. Odette Lefebvre. Me sorprendió que una persona de tal importancia se interesase en mí y en mis capacidades. Ella es la propietaria y fundadora de las empresas Beauté, una mujer francesa de gran belleza, es sorprendente que una mujer tan hermosa sea tan amable, bondadosa y exitosa, es tan joven e inteligente, una persona digna de admirar. La investigué y me di cuenta que es solo un año mayor que yo, pero desde muy joven estuvo envuelta en el mundo de la moda ya que su madre es una reconocida diseñadora en Francia y ella había sido modelo de varias de sus marcas. Según lo que investigue la señorita Lefebvre quiso hacer su propio legado separándose del negocio de su madre y creando el suyo propio; de allí, de los sueños de esa mujer, nació Beauté, la conocida empresa de cosméticos que ha logrado posicionarse como una de las más importantes y reconocidas del mundo. Esa mujer de tal importancia no tuvo prejuicios hacia mí y es por su confianza que permanezco allí; si una mujer tan importante cree en mis capacidades, entonces tengo que esforzarme en hacer las cosas bien. Le debo mucho a ella, es tan amable y, aunque no pueda verla mucho ya que siempre está de viaje, sé que es una buena persona, nada más basta con verla a los ojos para saber que es una buena persona. La señorita Lefebvre me dijo que mis capacidades eran impecables y que era la persona idónea para el puesto ya que mi conocimiento en otros idiomas iba a servirle a la empresa y que era una persona muy valiosa. Sus palabras me hicieron sentir algo diferente a lo miserable y más con su mirada grisácea que me miraba de una manera especial, como si lo que dijo fue verdad. Solo mis padres me miraban diferente al desprecio Y así empecé a trabajar. Fue hace alrededor de dos años que empecé a trabajar allí y no me arrepiento de esa oportunidad que me fue otorgada. La señorita Lefebvre es un verdadero sol, cada vez que visita la sucursal en la cual trabajo me dan ganas de verla así sea de lejos, pero nunca tengo esa oportunidad ya que siempre está rodeada de personas. Mi secreto deseo es poder hablar más con ella, pero por ahora me conformo con continuar trabajando sin rendirme. Aunque sea difícil, más duro es rendirse a medio camino... Creo que es mejor descansar ya. Es tan tarde y estoy tan cansada, fue duro es trabajo hoy. Lo bueno es que mañana es viernes y después podré descansar, quizás vaya a visitar a mis padres este fin de semana o me quedé en casa a pintar. Hablando de lo que sucedió hoy, lo que dijeron aquellas brujas me hizo recordar aquella vez en la que perdí el control e hice “eso” con un completo desconocido del cual no recuerdo ni el nombre. Mi primera vez. Hago una mueca, mientras me encuentro completamente adormilada. Esa fue una locura, desde entonces no he bebido tanto para no cometer otra imprudencia cómo esa. Debo decir que ese hombre me trató muy bien, no fue rudo conmigo y eso hizo que no fuese peor, pero al día siguiente solo pude morirme de la vergüenza y desear que la tierra me tragase y me escupiese en alguna isla paradisíaca para olvidar tal cosa. Lo bueno es que nunca volveré a verlo, ni siquiera recuerdo bien como era. Nunca volveré a ver el hombre que tomó mi primera vez. Y con ese pensamiento me dejó llevar por los brazos de Morfeo, pero, antes de ser arrastrada por la oscuridad, la borrosa imagen del hombre que me hizo sentir lo que sentía estar en los brazos de un hombre se presenta en mi mente… Otra vez él…¿No se cansa de aparecer en mis sueños?
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