MAXWELL
Abro los ojos lentamente, quisiera poder decir que anoche dormí, pero sería decir una vil mentira, creo que ni diez tazas de café me podrían sacar de este entumecimiento. Una y otra vez, cada sueño se recrea en mi cabeza, jodiendome por completo.
Toda la jodida noche soñé con una pelirroja despampanante.
¿Acaso estuve ciego por completo todo este tiempo?
¿Que había sido aquello? La mujer que fingió ser mi novia anoche no podía ser mi asistente, no tengo palabras para describir lo que sucedió anoche, todo se arremolina en mi cabeza, Sadie estuvo… dios, no hay palabras, es decir, claro que note siempre lo bonita que es porque, aunque no es mi tipo hay que ser ciego para no notar su belleza. Pero la mujer de anoche no era para nada como la asistente que veo a diario, esta versión de Sadie era confiada y sexy y había estado impresionante.
Tan encantadora…
Siempre me jacte de ser una persona que abraza la perfección y Sadie anoche había estado perfecta. Se apodero de toda la velada y la convirtió en algo único, y creo que en gran parte por la mirada de Kate hacia ella cuando la vio conmigo. La despreciaba y solo escucharme decir que Sadie era mi cliché favorito la encolerizo, lo vi en sus ojos y supe que quizás había una oportunidad.
Quizás si fingía por un tiempo que ella…
No, era una locura, había mucho margen de fracaso en una cosa así, todo lo que empieza con una mentira termina garrafalmente mal. Decidí levantarme y darme una ducha para empezar mi día, quizás lograba concéntrame lo suficiente para dedicarle una buena cantidad de horas al trabajo, que al fin de cuentas era lo único que me satisfacía lo suficiente.
No importaba si era fin de semana, nada más tenía sentido para mí más que trabajar. El agua caliente relajo mis músculos y una vez satisfecho apagué el agua y salí para secarme y ponerme ropa cómoda.
Iba por mi segunda taza de café cuando la puerta de mi piso sonó, no esperaba a nadie por lo que me sorprendió un poco, yo no solía recibir visitas de nadie porque la mayoría del tiempo me gustaba estar solo.
Abrí la puerta para encontrarme con mi hermano Samuel, el mismo que me había dejado plantado unas noches atrás, mi hermano era una versión mía, pero más delgada, jovial y simpática.
El irradiaba de su personalidad todo lo que no era ni podría ser nunca.
―Buenos días― dijo con una sonrisa cuando abrí―. Hay más café ¿Verdad? ― pregunto señalando mi taza.
―Siempre― me aparte para que entre y fue directo a la cocina, él era la única persona con la que compartía mi espacio. La única persona que conociéndome lo suficiente seguía a mi lado.
―Siento lo de la otra vez y lo de anoche― dice sentándose y tomando la taza que le ofrezco―. Algunos problemas. ¿Qué tal estuvo la gala? ¿Algo divertido? Escuche cierto rumor que te involucra Max.
―Digamos que si― tomo mi taza y bebo un sorbo―. ¿Que son esos rumores que escuchaste?
―Que la arpía de tu ex, Kate es la flamante futura esposa de Henderson― no digo nada―. Y que tú has presentado a una hermosa pelirroja anoche como tu novia.
Exhalo y me pellizco el puente de la nariz.
―Es cierto― aun no sé qué voy a hacer con Sadie o si voy a llevar a cabo lo que estoy pensando por eso de momento prefiero no decirle a mi hermano que lo de anoche fue solo un montaje―. Kate se comprometió con el idiota de Henderson, desconozco desde hace cuánto tiempo y sí, estoy en una relación con alguien.
―Increíble ¿Y se puede saber quién es?
―Sadie Evans― susurre sin mirarlo―. Mi asistente.
Se echó a reír, el muy cabron se empezó a reír cada vez más fuerte. Estoy seguro que piensa que esto no es algo propio de mí, no porque Sadie sea mi asistente sino porque jamás mezclo el placer con el trabajo, nunca. Ese espacio es sagrado para mí, además no soy un hombre de relaciones, no se manejar mis emociones.
Todas mis relaciones o intentos de ella fueron un fracaso.
―Eso es nuevo Max― volvió a reír―. Es tan cliché que no se puede creer y menos viniendo de ti ¿Desde cuándo el serio y recto Maxwell Black mezcla los negocios con el placer? Bueno― dijo limpiándose las lágrimas―. En tu defensa las pocas veces que la vi y traté con ella parece ser muy cálida y amable, además de muy hermosa.
―Si, lo es― dije con molestia, de golpe ese comentario no me gusto, pero antes de que pueda procesar eso mi hermano se puso serio de repente y eso llamo mi atención porque él no era usualmente así, de los dos, él siempre fue el más cálido―. ¿Qué pasa?
―Anoche no pude acompañarte porque tuve un problema con el trabajo― mi cuerpo se tensó.
― ¿Que paso?
―Un exceso de inversiones que no salieron bien, la cuestión es que, aunque no eran mi cuenta van a suspenderme unos días hasta que todo se aclare.
― ¿Que? ― no podía creer toda la charla estúpida que habíamos estado teniendo antes―. ¿Porque no me llamaste? ¿Cómo te van a suspender si eres socio Sam?
―Porque no había nada que pudieras hacer y además no quería molestarte― le puse mala cara, él era la única persona por la que yo dejaría cualquier cosa―. Es protocolar, hasta que la investigación se cierre, me tomare esos días para remodelar la casa.
―Tienes mi apoyo en todo y si necesitas ayuda hay varias personas que me deben algunos favores, el dinero no es problema Sam― soltó un suspiro.
―Gracias hermano― sonreí―. ¿Cuando me vas a presentar formalmente a tu chica?
―Ya veremos― me levante―. Tengo trabajo que hacer, puedes quedarte todo lo que quieras.
―No, debo ir a organizar mis cosas― se levantó y lo acompañe a la puerta.
―Avísame cualquier cosa que necesites Sam, lo digo en serio.
Una vez mi hermano se fue, fui a mi despacho y me encerré ahí. Me recosté sobre la silla y me masajee la cabeza, todo esto tenía el potencial de volverse un caos y yo nunca me lleve bien con eso, sin embargo, estaba esta idea que no dejaba de rondarme la cabeza, tener a Sadie como mi falsa novia era un buen plan para darle celos a Kate y que se diera cuenta que yo era mucho mejor que el imbécil de Drew Henderson.
Porque ciertamente lo era y la quería de vuelta.
La mentira estaba ahí flotando en el aire, anoche había sido creíble y si lo llevaba a cabo ella tendría que venir a vivir aquí conmigo, no solo porque la noticia se regaría como pólvora entre los medios y por ende lo haría aún más creíble, sino porque el jefe de prensa de Henderson vivía dos pisos más abajo que yo, si Sadie eventualmente no se veía por aquí siendo mi pareja la notica llegaría a sus oídos más rápido que cualquier otra cosa.
Si iba a hacerlo, lo haría a la perfección, darle al mundo la vista de una pareja enamorada seria la comidilla de la prensa y Kate ciertamente enloquecería.
El problema era que mi hermano quería conocerla y se daría cuenta que era una vil mentira, pero yo manejaba una empresa multimillonaria y era un maldito genio que podía hacer cualquier cosa si me lo proponía.
¿Qué tan difícil podía ser convencer a mi asistente de este plan? Hacia negocios todos los días, podía forjar un trato con ella que durara solo unos meses, hasta que Kate vuelva conmigo.
Iba a convencer a Sadie porque anoche me había demostrado que era perfecta para este papel.
Estaba seguro que sería la novia perfecta.