Vi que Diana enarcó las cejas apenas, parpadeando y mirando tranquilamente hacia otro lugar, procediendo a pagarle a la señora Grace y posteriormente encaminarse hacia algún sitio, supuse que hacia la salida de la universidad. Yo en cambio me quedé en el mismo lugar, dispuesta a terminar el sándwich de atún y planificar qué cosa haría esa noche en cuanto al grupo de cuervos que graznaban en torno a Diana, entonces sonreí a labios cerrados, al tener más o menos una idea. Eran las ocho de la noche, ya me había vuelto a duchar y en ese momento me disponía a mirar el noticiero nacional, donde una reportera hablaba acerca de los últimos sucesos ocurridos en la ciudad principal de Venezuela. Me llevé a la boca otra cucharada de los coloridos cereales nadan