Le dije al conductor que me dejara donde mismo Diana y yo lo habíamos abordado, pretendía regresarme el cambio que aún con las dos carreras me quedaba del billete, pero preferí que se quedara con ello, tampoco era mucho y bastante hizo esperando a que terminara de hablar con Diana antes de que se bajara definitivamente. Bajé del auto y tras cerrar la puerta correspondiente me encaminé hacia el boulevard, mirando a todas partes con cautela, escaneando cada rincón que ya era devorado por la noche. Caminé unas cuantas cuadras, la zona estaba prácticamente sola y únicamente algunos pocos transeúntes que posiblemente estarían yendo a casa, más los vendedores de comida rápida, de resto, nadie más parecía tener el ánimo de permanecer en las calles sin ningún