―¿Pueden venir esta noche a cenar en nuestra casa? ―¿Cuál es la ocasión especial? ―le pregunté a Charles, mientras pasaba un martillo por el código de barras. Esa mañana era monótona en exceso, con clientes escasos y un apremiante calor que nos obligaba a encender los ventiladores de la tienda. ―Erika y yo queremos decirles algo. ―¿Te parece buena idea? ―inquirí, cobrándole al Sr. Forman. Le entregué una bolsa reciclable y al despedirlo salí de la caja y me senté en los taburetes―. Angie y Erika se han visto un par de veces, nada más ―continué antes de soltar todo lo que ocultaba de las miradas inquisitivas de Charles―. Además, no quiero que a tu esposa se le desate la lengua y comience a hablar de Andrea frente a ella. He estado evitando el tema de las parejas anteriores desde que nos