Alan Pov:
Que incómodo.
Aprieto con fuerza mis labios y agachó mi cabeza al estar rodeados del silencio que nos embarga a Nicolle y a mí. Sinceramente, no sé cómo romper este silencio tan incómodo que se encuentra sobre nosotros. Ahora mismo no me siento en condiciones de hablar sobre lo que ocurrió la noche anterior, es más, he evitado pensar en ello por la simple razón de que ya me estaba empezando a doler la cabeza de tanto pensar; pero me ha llegado una gran sorpresa hace poco a mi puerta y me ha dejado con la mente en completo blanco.
¿Qué hace aquí Nicolle?
Me sorprendió verla aquí, pues no esperaba su visita. Digamos que después de mi declaración fallida no estaba en condiciones de volver a enfrentarme a ella, pues no tuve valor de volver a verla. No podía hacerlo, me sentía confundido, abrumado y muy triste, además de asustado. La inesperada interrupción de esa mujer ha ocasionado en mí más de mil pensamientos que no sabría decir si son buenos o malos.
Estoy tan confundido ahora; no sé siquiera en que pensar.
—Lan…—me llama la hermosa mujer que se encuentra sentada delante de mí en uno de los desgastados sillones de mi pequeño hogar; aún sentada en un sitio tan humilde se ve gloriosa ante mis ojos, pero ahora al verla sigo sintiendo la inquietud en mi pecho, como si algo malo fuese a pasar si ella continúa aquí. Está inquietud es como un muy mal presentimiento.
Tal vez estoy siendo paranoico.
— ¿Sí? —respondo con suavidad a su llamado, animándola a continuar hablando.
Ella parece nerviosa, pues agacha su cabeza y juguetea nerviosamente con sus delicados dedos sobre su regazo. Me siento un poco apenado debido a todo lo que vivimos anoche, ella no pudo darme una respuesta a mi confesión debido a la interrupción que nos surgió en aquel momento y yo no puedo evitar pensar que esa mujer no mentía en lo que decía.
Me siento también un poco molesto e indignado por algunas cosas que ha dicho, pero debo admitir que otras cosas me asustaron debido a la seriedad que expresaban, además, esa mujer emana un aura de completa peligrosidad que haría temblar incluso a la persona más valiente.
—Verás, Lan…
No entiendo su comportamiento.
Sin poder evitarlo me pierdo en mis pensamientos, mientras veo como ella mueve sus labios sin escuchar lo que dice realmente, ya que me encuentro verdaderamente distraído.
Esa mujer.
Por más que lo intento, no puedo entenderla con claridad, no entiendo porqué se comporta así tan posesiva, como si yo le perteneciera a ella. Entiendo que, quizás, le gustó mi físico y por ello quiso tener relaciones conmigo, pero eso ya pasó y ella ya me tuvo en su cama, eso es lo que ella quería, eso era lo único que ella buscaba de mí ¿Por qué sigue persiguiéndome? Me amenaza, me acosa e intenta alejarme de la mujer que amo simplemente porque le da la gana.
¿Qué lógica poseen sus extrañas acciones?
Me habló de amor, pues recuerdo en medio de la bruma que dijo que me amaba, pero es imposible que me ame, ya que el amor es un sentimiento que se desarrolla con tiempo y yo a esa mujer a penas la conozco, además, sigo desconociendo su nombre ¿Cómo pudo decirme que me amaba? ¿Qué quería decir con eso? ¿Por qué hablaba del amor en una situación así?
Es increíble.
Ella es una mujer tan hermosa que podría tener a un batallón de hombres a sus pies, pero en lugar de eso decide ir tras de mí, buscando que sé yo que cosas y queriendo obtener algo que es un misterio. No puedo entender porque una mujer así tiene que andar detrás de un chico tan simple como yo.
Todo en ella es un misterio, un fascinante misterio.
Cada vez que pienso en ella tengo la sensación de que debería saber que es lo que quiere, no es normal que me sienta así por una mujer que no conozco; tanto su comportamiento, como su pensar tienen mi mente dando giros tratando de descifrar que es lo que ella quiere. No sé porque me persigue de esa manera tan extraña, me hace estremecer el pensar las posibilidades que se encuentran detrás de sus acciones.
Ella me da miedo.
— ¿Lan? ¿Estás oyendo lo que digo? — en ese preciso momento salgo por completo de la nube de pensamientos que me tenía atrapado y me concentro en la mujer que tengo al frente.
Es…La mujer que amo.
Hago una mueca invisible y me doy cuenta que estaba tan sumergido en mis pensamientos que no siquiera le preste atención a ninguna de sus palabras.
Maldición.
¿Cómo puedo ser tan imbécil? He estado ignorando a la mujer que amo solo para estar pensando en esa mujer que se ha convertido en mi tortura. Todo por pensar en esa mujer que parece haberse metido en lo más profundo de mi mente y no quiere abandonar ninguno de mis pensamientos. Ella ha vuelto mi vida un verdadero enredo inentendible, pues todo ha cambiado desde que la conocí, sabía que ella era alguien de cuidado, pero jamás pensé que llegaríamos tan lejos.
Esa mujer…
—Discúlpame, Nicolle— expreso con la profunda pena que me invade al haberla ignorado sin intención de lastimarla. Normalmente le prestó atención a cada una de sus palabras no importa que tan minúsculas sean, pero en este momento me siento tan confundido que creo que no puedo ni pensar con claridad. No soy yo mismo últimamente— Estaba pensando en…Mi trabajo.
No puedo decirle que estaba pensando en lo desconcertado que me tiene otra mujer, aunque sea una verdad no puedo decirle tal cosa o me ganaría su odio, así como yo también me estoy odiando solo por el hecho de sentirme tan confundido por una mujer que ni siquiera conozco. Le estoy mintiendo porque temo enfrentarme a la verdad, pero hay una cosa que tengo que tener muy en claro y grabado en mi mente.
Yo amo a Nicolle Fiore.
Mi amor solo le pertenece a ella y no pienso cambiar de opinión.
Pero…