Capítulo 27 (Part.2): Máscara rota

2511 Words
Alan Pov: …Pero… —Entiendo, Lan; debe ser muy difícil para ti trabajar en ese sitio hasta tan altas horas de la noche, debe ser muy agotadora tu jornada—No puedo evitar sentirme mal al verla triste por mi causa; yo le conté que trabajaba en un club nocturno como mesero, pero para evitar preocuparla aún más, decidí no contarle sobre los demás detalles oscuros que empapan el lugar donde trabajo, creo que sería algo que una delicada señorita como ella no podría soportar, no quiero que ella se entere de las maldades de este mundo, prefiero mil veces que siga atrapada en su burbuja de fantasía—Yo…Yo… Ay, no. No, no quiero verla así; pareciera que estuviese a punto de desmoronarse en llanto y eso lastima demasiado mi corazón. Ver a la mujer que amo a punto de llorar es doloroso. —Nicolle…—la llamo con suavidad al ver que se encuentra al borde de las lágrimas. Me duele verla así, soy un desgraciado, por mi culpa ella está así, la he herido por culpa de mis innecesarias confusiones. Me levanto de mi asiento y camino hasta ella quien mantiene su mirada gacha y percibo como aprieta fuertemente los puños en su regazo. Me estoy sintiendo tan mal, por todo esto que está ocurriendo, me siento tan confundido y por ello he lastimado a la mujer que ama mi corazón con desespero. Tengo que arreglar mis errores. Al llegar dónde ella se encuentra me agachó para estar a su altura y tomó sus manos entre las mías. La suavidad de sus manos deleita mis sentidos, pero me concentro en lo que voy a decir a continuación. —Discúlpame, no te sientas mal por ello, toda la culpa es mía—sin quererlo mi voz se rompe debido al dolor que me provoca su tristeza— No tienes porque preocuparte por eso—le susurro con dulzura queriendo consolarla y alejar de ella la tristeza que la embarga por mi culpa; acaricio su mano en un gesto de consuelo—Solo me distraje un momento, pero ya toda mi atención es tuya, dime todo lo que quieras, te voy a escuchar. Escucho como sorbe su nariz de manera adorable y yo acaricio con suavidad sus delicadas manos. Me duele verla así y más por mi culpa por haberla ignorado al estar perdido en mis propios pensamientos confusos. No fue con intención de lastimarla, es que de verdad siento que me pierdo en mis propios pensamientos y es algo que desgraciadamente no he podido controlar. Debo organizar mis ideas para poder pensar con claridad y no cometer el mismo error que he cometido. Me duele pensar que por mi culpa se sintió mal, no quiero hacerla sentir mal de nuevo. —No es nada la verdad— dice ella con voz frágil que hace que mi corazón se achique debido a su fragilidad, debo dedicar mi vida a cuidar a esta delicada flor—Solo…—con lentitud alza su cabeza para mirarme con sus ojos cristalizados con lágrimas que ha estado conteniendo—Quería terminar la conversación que iniciamos anoche… Anoche… Mi corazón da un brinco y se detiene al mismo tiempo debido a lo que ha dicho. Claro que recuerdo cada palabra que he dicho anoche cuando estuvimos a punto de afianzar el juramento de amor que estuvimos haciendo juntos, pero en ese momento llegó aquella mujer que domina mi mente con su persistente recuerdo. De verdad, pensé que anoche iba a ser perfecto ya que todo estaba a mi favor, pero no contaba con que ella aparecería a arruinar el momento. Recuerdo que quería jurarle amor eterno a Nicolle, yo quería dedicar mi vida a ella y solo a ella. La mujer a la cual le dediqué aquellas palabras de amor se encuentra aquí frente a mí y yo me encuentro sin palabras para decirle ¿Debería continuar con lo que estaba diciendo anoche? ¿Es el momento? Abro la boca, aunque no haya recuperado del todo la capacidad del habla. No sé si es el mejor momento, mis sentimientos por ella no han cambiado, pero… “Aléjate de esa mujer, no la mires, no te quiero cerca de ella, si no haces caso a mi advertencia, me veré en la obligación de castigarte y verás de lo que soy capaz y no te gustará para nada averiguarlo, cariño.” Aprieto mis labios fuertemente, conteniendo las palabras que querían salir de ellos y tiemblo al recordar esa amenaza tan firme. Tengo la sensación de que esa mujer es muy peligrosa, tan peligrosa que es capaz de cualquier locura para conseguir lo que quiere. Ella no estaba jugando en lo que decía, no la conozco, pero no soy tan idiota como para no darme cuenta de que esa mujer es sinónimo de peligro, cada poro de su piel emana un aura bastante densa y oscura. Es fascinante, pero da miedo. Al verla sabes que es el tipo de persona con el que no deberías meterte ya que su sola presencia te hace sentir dominado, debido a lo fuerte que es su presencia. No creo que esté amenazando en vano y eso solo me da más miedo. No es alguien con el que se debe jugar. Trago grueso. No quiero hacerle caso a sus palabras, pues ella no tiene ningún derecho a alejarme de la mujer que amo, pero aún así hay algo que inquieta mi interior. Ella no me quiere cerca de Nicolle, ¿Qué pasará si la desobedezco? Es decir, Nicolle ya está aquí y dudo mucho que esa mujer tenga tanto poder como para enterarse que Nicolle está aquí en mi hogar ¿Qué pasaría si se enterará? Es muy mala idea que esa mujer se entere que Nicolle ha venido a visitarme y que la he desobedecido al estar cerca de ella, pues siendo franco, le temo mucho a esa mujer. Le temo a sus ojos. —Nicolle…—los ojos negros de esa mujer me aseguran que cumplirá su amenaza— Verás…— Su manera de mirar es única, con tanta supremacía y a la vez seducción; quiere tener a todo ser vivo a sus pies—Yo pienso que lo mejor es dejar eso para después. En ese preciso momento reaccionó y soy consciente de lo que acabo de decir. ¿¡Que he dicho!? No, eso no era lo que quería decir, no de esa manera que se oye tan cortante y despiadada ¿Qué he hecho? ¿Qué me está pasando? ¿¡Estoy enloqueciendo!? Empiezo a sudar frío y al mirar a Nicolle me doy cuenta que sus ojos han perdido el brillo que poseían anteriormente para adquirir un extraño tono sombrío que me confunde a grandes niveles, pues jamás había visto ese tipo de mirada en ella. Normalmente siempre es tan cálida y dulce, pero ahora se ve bastante fría y oscura. ¿Qué…? —N-No es lo que quise decir…—me justifico con rapidez queriendo aclarar la extraña situación que estoy viviendo, suelto sus manos para hacer gestos de negación con ambas manos ¿Cómo mi dulce Nicolle puede tener una mirada así de sombría? No parece la misma persona por la cual mi corazón se encuentra enloquecido—Lo que trataba de decir es que no creo que ahora sea el momento, ni el lugar más adecuado para continuar un algo tan importante como lo de anoche, además…—muerdo mi labio. Estoy tan nervioso, mi corazón va a mil por hora y no sé que hacer; tengo el presentimiento de que algo muy malo va a pasar si Nicolle continúa aquí, pero no quiero lastimarla con palabras provenidas de mi propia paranoia debido a esa mujer que me amenazó. Quizás estoy exagerando todo, quizás solo quizás…—P-Perdí en un descuido el anillo que iba a regalarte… El anillo se ha perdido, así como la oportunidad que teníamos… No sé en qué momento pasó, pero cuando me di cuenta el anillo ya no estaba y no pude encontrarlo en ningún lugar, aunque en ese momento tampoco es que tuviese mucha mente para pensar en eso. Ahora que lo pienso con detenimiento debió pasar cuando esa mujer me tomó desprevenido y me besó de esa manera tan posesiva y agresiva como si quisiera marcarme como suyo. Aprieto mis labios debido a esos pensamientos que ahora invaden mi mente ¿Por qué no puedo dejar de pensar en ella? Por un momento, solo por un momento quisiera que ella no dominará mi mente, pues me altera y tengo cosas más importantes las cuales atender, un ejemplo de ello es la mujer que me mira fijamente sin siquiera pestañear. ¿Qué pasará por su mente? —Así que…¿Era eso?…—en ese momento ella suspira aliviada calmando los nervios que dentro de mí crecían con a gran velocidad; no le mentí, pienso que no es el momento adecuado para continuar aquello, tampoco estoy en condiciones de hacer semejante juramento, debo primero darle orden a mis pensamientos para así no afectar a la persona que amo. Quiero darle lo mejor, incluso de mí— Entiendo, no hay problema; solo me sentía algo ansiosa eso es todo. De pronto vuelve a ser la dulce Nicolle de la cual llevo gran parte de mi vida enamorado en silencio, una sonrisa adorable se posa en sus labios similares a las flores de cerezo y en ese momento olvido lo sombría que se encontraba su mirada que fue cambiada ahora por unos ojos que brillan como el mismísimo sol. Ella ahora conoce de mis sentimientos y no los ha rechazado en ningún momento eso quiere decir que quizás tenga una oportunidad con ella, quiero estar con ella para siempre. Mi precioso sol. —Supongo que ya es hora de que me vaya —dice ella levantándose del asiento con una sonrisa resplandeciente adornando su rostro, yo también me levanto ya que aún me encontraba agachado—Sé que tienes que trabajar está noche, así que te dejo para que te prepares correctamente. Trabajar… Lo había olvidado, hoy me toca trabajar ya que es sábado. Los días han pasado rápido últimamente. Estaba tan metido de mis pensamientos y preocupado por mis problemas que no me percaté de tal verdad, gracias al cielo que Nicolle me lo recordó porque si no estaría perdido. Por la fiesta de anoche pedí esa noche libre a cambio lo compensaría con horas extras hoy. Tendré una larga jornada de trabajo. Que agotador. Asiento de acuerdo con Nicolle y no puedo evitar regalarle una sonrisa llena de todo el cariño que le siento por ella. De verdad esto del amor puede ser complicado, pero es tan dulce como la miel; solo me basta con ver esos preciosos ojos azules para saber realmente lo enamorado que me encuentro de este ángel me salvó hace ya años. Mi ángel. Camino a su lado hacia la entrada y en ese corto trayecto me pongo a pensar en como haré para encontrar un momento ideal para volver a confesarle mi amor y esta vez quisiera que nadie nos interrumpa. En especial ella. —Agradezco tu visita—expreso en medio de una sonrisa una vez abro la puerta para permitir la salida de la hermosa mujer que ha venido a visitarme. De alguna manera me ha aliviado verla, aunque me siento molesto conmigo mismo por no haber dejado de pensar en esa mujer y haber ignorado a Nicolle. Eso es inaceptable. Ella antes de irse gira sobre sus talones para encararme nuevamente. —Fue muy grato visitarte, Lan— me dice ella con una sonrisa de oreja a oreja— Mis padres me han dicho que quieren que nos visites pronto…—en ese momento un pequeño y extraño destello cruza por sus ojos, pero es por un momento tan efímero que creo que ha sido producto de mi imaginación—Bueno, nos vemos. Yo me quedo en la puerta observándola con atención, pues quiero verla partir hasta que su silueta ya no pueda verse. Antes de darse la vuelta me dedica una última sonrisa. —Adiós…—Me despido de ella. Pero en ese momento pasa algo que no me esperaba para nada y me quedo hecho una verdadera estatua ante la inesperada acción de mi dulce amor. Me…ha inyectado algo. —Ah…—gimo adolorido al sentir una extraña sustancia recorrerme entero y un ardor en mi cuello bastante molesto. Duele. Abro los ojos como platos y éstos se cristalizan ante el dolor que crece dentro de mí ¿Qué…? ¿Por qué? ¿Nicolle? ¿Cómo? Ella solo ha hecho un rápido movimiento y de la nada ha sacado una jeringa de su pequeña bolsa y la ha clavado en mi cuello, inyectándome algo extraño y doloroso. Ha sido tan rápido y sorpresivo que no me dio tiempo de reaccionar debidamente, es más, apenas ahora mi mente ha tenido tiempo de digerir y crearse miles de preguntas en medio de su incredulidad. Me alejo de ella a pasos temblorosos y cubro con mi mano la zona afectada sintiendo un leve escozor y un gran dolor en mi cuerpo ¿Cómo pasó esto? ¿Cómo fue que…? Mi mirada se torna borrosa y siento como mi cuerpo se debilita, alzo mi mirada para enfrentar a la causante de todo esto y la encuentro sonriendo como una desquiciada. ¿Ni…Nicolle? No, está no puede ser la misma Nicolle… —Te has portado muy mal y yo no soy tan paciente…—lucho con todas mis fuerzas, pero no puedo evitar desplomarme en el suelo, mientras siento como mi respiración se agita—No me gustan los perros desobedientes que no quieren obedecer a sus amos, me duele más a mí que a ti, créeme— a duras penas puedo estar consciente y alcanzó a ver cómo ella se acerca a mí a pasos lentos y con una expresión macabra en su rostro. Esto no esta pasando, tiene que ser una pesadilla —Tengo que educarte cómo es debido para que seas un buena mascota, pero tranquilo…—incluso su voz ha cambiado, ya no es dulce ni melodiosa, ahora es áspera y muy sombría; me dejó caer por completo al suelo sin poder luchar contra la sustancia que me domina el cuerpo ¿Está es mi dulce Nicolle? Esto no es posible, esto no está pasando, tiene que ser una horrible pesadilla— Cuando despiertes pensarás que todo fue una pesadilla y estarás a mi lado para siempre, mi querida mascota. Intento hablar, pero mi garganta se encuentra muy seca y de ella solo pueden salir sonidos y balbuceos sin sentido. En la lejanía escucho una risa desquiciada y aterradora, mientras mi cuerpo cede y soy arrastrado por el feroz abismo de oscuridad que me devora. Esto tiene que ser una pesadilla, esto no es real ¡Nicolle nunca haría algo como esto! Ella es mi ángel… Mi dulce, dulce ángel ha roto su máscara para mostrar su maldad…
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