Darkness Pov:
…Quien se mete con La Reina perderá la cabeza en todo el sentido de la palabra…
Volviendo al tema principal y regresando a las razones que me trajeron aquí. Mi investigación me llevó a tres sujetos que trabajaban para mí, ellos estaban robándome mercancía invaluable para venderlo a su propio beneficio, además de eso también faltaba dinero en las cuentas que me entregaban a mí para supervisar el dinero que ingresa a la organización y ¿Adivinen qué? Al parecer uno de los idiotas, que ahora debe estar siendo una mugrienta mascota en el infierno, estaba en contacto con este idiota y era trasferido gran parte del dinero en cuentas pertenecientes a Adam Müller para evitar levantar sospechas, pero les ha salido todo contrariamente, pues ya yo lo sé todo y cada uno de esos malditos ha tenido su merecido.
Ese dinero estaba destinado a la producción de armas para la defensa de la mafia Blood; además, muchas de las familias en Italia estaban indignadas por este hecho y me exigieron de manera unánime que me hiciera cargo de este hecho, ya que el dinero robado también iba a ser invertidos en ellos, esa fue otras de las razones por las cuales decidí hacerme cargo de esto yo misma.
A pesar de haber tenido tantas negativas….
— ¿Estás diciendo que la que está mal aquí soy yo? —pregunto con mi tono de voz áspero y veo que niega repetidas veces cuidando de no cortarse con la afilada daga en su cuello.
Me encanta jugar con la desesperación de mis presas, se me hace tan divertido…
— ¡No, no, no, no…! No me atrevería a tal estupidez…
—Ya yo lo sé todo, Adam; este mundo de mierda, lo gobierno yo. Cuando tu piensas que no sé nada, yo ya sé que hasta cuantas veces vas al baño—digo siendo fastidio de que este idiota con medio cerebro me quiera ver la cara de tonta— Si creíste vagamente en tu cerebro idiota que no me iba a enterar que tendrías tratos con los rebeldes que quisieron robarme, pues estas muy equivocado, Müller—me descruzo de piernas y echo mi cuerpo hacia adelante para mirar sus ojos plagados de miedo. Tiene que temer, porque yo no perdono a los traidores y Charlotte está más que ansiosa de que yo de la orden de ejecución— Tu error lo pagarás con tu mugrienta vida…
— ¡NO! Por favor…—llora como un mocoso y se inclina a mis pies rogando por su vida y humillándose ante mí— No me mate, me arrepiento profundamente, por favor perdóneme.
Y ahí vamos otra vez…
Suspiro con cansancio negando con la cabeza. Es todo tan rutinario y aburrido, todas las ratas que he exterminado han tenido la esperanza ciega en que el pedir perdón quitará mi ira y eliminará sus errores. Para mí el perdón es algo que se otorga solo aquellos que lo merecen o, al menos, a aquellos se lo han ganado, no a estas escorias que se arrepienten solo después de haber clavado el puñal traicionero. Si lo hubiesen pensado antes de hacerme venir a esta tierra que tanto odio no hubiesen muerto por una estupidez.
Su vida valía tan poco.
—Lo hubieses pensado antes de hacerme venir hasta acá—lo miro con total desagrado, mientras el desgraciado me ruega que no lo mate— si te portas bien puede que te de una muerte sin dolor alguno. Entrega tu vida sin pelear y te daré una muerte rápida y sin dolor.
Es irónico y algo chistoso ver a uno de los hombres más importantes del país a mis pies y llorando como un niño indefenso. Es tan desagradable y asqueroso. Él gran Adam Müller se encuentra humillándose a mis pies y a mis pies se encuentran naciones enteras que hacen lo que sea para agradarme a mí.
Tan inmenso es mi poder.
— ¡Señora, haré lo que sea! —Charlotte ríe a carcajadas ansiando que le permita matarlo, pero la verdad quiero verlo sufrir más, quiero verlo caer en su propia desesperación— L-Lo que u-usted me p-pida lo haré…
—Ya no me sirves para nada, idiota— digo con seriedad y le hago una señal a Charlotte para que continúe—No me sirven las malditas marionetas que se rebelan contra el hilo que las maneja. Así que…—él grita al sentir el cuchillo cortar levemente su cuello—Muere para que yo me sienta mejor…
— ¡ENCONTRARE AQUELLO QUE TANTO BUSCA! —grita desesperado queriendo salvar su vida y, debo decir, que lo que ha dicho me ha llamado la atención, hago otra señal para detener a Charlotte y ésta lo hace enseguida sin rechistar y guarda nuevamente su arma; un hilo de carmesí se desliza por el cuello del hombre desde la herida superficial que Charlotte acaba de hacerle, manchando con su escandaloso color el cuello blanco de su camisa—Y-Yo p-puedo buscar t-todo lo que d-desee…
Oh, interesante.
—Y, según tú ¿Qué es eso que yo busco? —pregunto alzando una de mis cejas.
—Soy consciente de su inmenso poder; nadie es comparable con su grandeza. He escuchado decir que usted es indestructible, pocos son sus rivales— dice con voz temblorosa, pero teniendo esperanza en lo que está a punto de decir ¿Esta halagándome para obtener mi piedad? Que estúpido —Pero sé que quiere hacerse con el poder de la mafia Donovan que gobierna gran parte del territorio en Europa y una porción considerable de terreno americano…—aprieto mis dientes y él al ver mi molestia empieza a temblar nuevamente— ¡Claro! ¡Comparado con su territorio es nada! Usted es la mujer más poderosa en el mundo y a usted le deben pertenecer esos territorios…
Charlotte y yo nos miramos las caras al oír ese nombre que no habíamos oído en un largo tiempo.
Mafia Donovan.
Donovan O´Brien…Había olvidado a ese maldito en medio de tantos pensamientos y créanme que me desagrada volver a recordarlo.
O´Brien es el jefe de la segunda mafia más poderosa y extensa del mundo, superado únicamente por mí. La mafia Donovan como muchos la conocen o simplemente mafia Dark, es una mafia oriunda de Irlanda que ha extendido su territorio hasta Reino Unido, Francia, Dinamarca, Noruega, Suecia y un sinfín de territorios más, e incluso, aquí en Estados Unidos tienen varias bases que han sido monitoreadas por mí, sin que ellos sean conscientes de ello, pues yo debo estar enterada de cada uno de los movimientos de mis enemigos. He querido en muchas oportunidades hacerme con el poder de Dark, pero su poderío me ha impedido dominarla y su jefe ha sido un verdadero grano en el culo desde que lo conocí. Se cree el puto dueño del mundo solo porque tiene tanto dinero que acabaría con la miseria de centenares de personas y eso es lo que más me cabrea. Un maldito que por ser hombre cree que tiene el derecho de dominarme y a subestimarme, creyéndose un ser superior cuando en realidad es inferior que cualquier mierda que encuentras en la calle.
Llegará el día en que yo destroné al jefe de la mafia Dark, lo juro por mi vida.
Resumiendo, quiero tener a Donovan O´Brien a mis pies, lamiendo el suelo por donde piso y tomar posesión de esa mafia que es experta en armas de fuego y rica en oro y demás metales preciosos, sin contar el amplio territorio que posee. Una mafia adinerada y poderosa de eso no hay duda, pero no pueden con la mafia Blood y tampoco se comparan con ella. Mi misión aquí es destruir a Donovan y tomar posesión de lo que es suyo.
Y lo voy a lograr.
Claro que lo voy a lograr, la mafia Dark caerá a mis pies.
Lo que me tiene pensativa es lo que está diciendo este tipo, quizás está diciendo disparates con tal de salvar su mugrienta vida, pero quiero ver que tan lejos puede llegar su ineptitud.
— ¿Y? — insisto queriendo escuchar sus estupideces un poco más.
—L-Lo que le p-propongo es que me perdone la v-vida y a cambio yo dedicaré todo lo que hay en m-mí para conseguirle información valiosa de esa mafia para que u-usted pueda doblegarla con su poder—me dice él esperanzado, mirándome rogante y asustado, como una rata de laboratorio que no saben que harán con ella.
Quiero reír. Sinceramente quiero reír pues el rostro de este hombre me da verdadera risa ¿En serio cree que lo perdonaré solo por eso? ¡Que no se crea el importante! Yo ya estoy actuando para dominar esa mafia, no lo necesito a él para nada. La verdad es que desde hace algún tiempo e infiltrado a mi gente en esa mafia, he conseguido buena información que me servirá en el momento justo.
Yo ya voy un paso delante de todo.
Me quedo mirándolo desde mi posición, como si estuviera considerando su propuesta, aunque la verdad es que no tengo nada que pensar. Jamás he perdonado a ningún traidor y está escoria no será la excepción. Pero, por alguna razón, siento la necesidad de jugar un poco con él.
Verán, los depredadores suelen jugar con sus presas malheridas hasta finalmente matarlas, el hermoso juego del sufrir que se le causa a las indefensas presas que, en medio de su ingenuidad, creen que sobrevivirán por medio de algún milagro. En mi caso, a mí me gusta darles esperanza a mis víctimas, me gusta ver en sus ojos arder la llama de la esperanza para que cuando acabe con ellos esa llama se apague de repente y solo quede la desesperación.
No hay mayor placer que ese.
Miles de planes retorcidos nublan mi mente en este instante, mientras las dos personas ante mí esperan una respuesta contundente. No puedo dejar pasar esto, pues no soy conocida por tener piedad, pero tengo ganas de jugar un poco.
Esto será divertido.
—Bien, Adam—accedo y puedo ver el tremendo alivio que se posa en sus ojos y como todo su cuerpo se relaja, hago un ademán para que mi compañera guarde su arma y lo hace enseguida; es entonces que miro a Charlotte y ésta parece confundida con mi decisión, pero le envío una mirada que ella entiende enseguida— pero tendrá que ser bajo mis condiciones…
— ¡Haré lo que usted diga! — se levanta de un salto al verse libre del arma que estaba a punto de rebatarle la vida.
Yo hago un gesto con mi mano para que vuelva a arrodillarse ante mí y él no duda en hacerlo. Este es el control que ejerzo, así como este hombre podría tener a cualquiera a mis pies, obedeciéndome cómo perritos falderos, pero en este caso yo solo quiero disfrutar un poco más de mi cacería.
—No será necesario que busques información de la mafia Donovan, no me sería útil si lo hicieras— es lo primero que le digo, pues si dejo que este imbécil averigüe allí podría meter la pata y enviar mi esfuerzo a la basura—Hay otra cosa que necesito que tú debes buscar, si es que quieres vivir tu mugrienta vida como siempre.
Él se sorprende, pero de inmediato asiente con gran esmero. Espero que está cacería, me distraiga de toda esta mierda que me pasa, por más que intento entender que es eso que me causa está inquietud no puedo saberlo y eso me cabrea pues yo ejerzo absoluto control sobre todo lo que me rodea.
Pero no puedo controlar mi interior.
—Vendré el viernes a darte tu tarea—digo sintiéndome algo distraída, pero no demostrándolo en lo absoluto— Te dejare está semana para que reflexiones en todos los errores que has cometido por tu estupidez, piensa cuál es tu posición y cuál es la mía…— me levanto de la cómoda silla de cuero en la cual me encontraba sentada hace poco, pero no dejo que él se levanté, sino que permanezca arrodillado en el suelo—Sabes lo que pasará si me desobedeces ¿Verdad, Müller?
— ¡Jamás la desobedecería! Le debo mi vida a su inmensa bondad, mi señora—dice él agachando la mirada en pose sumisa.
Si supiera que de igual forma va a morir…
Asiento manteniendo mi rostro neutro y empiezo a caminar hacia la salida. Ya quiero salir de aquí, me ahoga tanta inmundicia y me asquea su suciedad, es como si estuviese frente a una rata que come mierda de la basura para sobrevivir.
—Otra cosa— detengo mi andar girando mi cabeza levemente y mirándolo de reojo en el suelo— Si intentas escapar, te mataré sin dudarlo; así que sé prudente e inteligente en todo lo que hagas de ahora en adelante, tengo ojos y oídos en cada rincón de este país y en mis manos tengo al mundo entero.
Y sin más retomo mi caminata con Charlotte a mis espaldas pisando mis talones.
—Tu juguete tendrá que esperar, Charlotte —le informo una vez que nos encontramos fuera de la oficina del “gran” Adam Müller.
Gran idiota ha de ser.
—No te preocupes, Darkness; sé que tienes planes estupendos desarrollándose ahora mismo—dice feliz e ilusionada, sin importarle que haya incumplido mi palabra de regalarle un juguete.
Planes…
Claro, planes. La verdad, yo dije lo que dije solo para formar en esa pobre alma una llama de esperanza que pronto he de apagar. Es curioso, ni siquiera al pensar en la satisfacción que tendré al poder matar a esa escoria me hace sentir bien.
Está sensación me persigue como mi sombra y me agobia a niveles insoportables. Es una sensación bastante desagradable que nunca había experimentado y tampoco puedo explicar. Cada vez el vacío dentro de mí se expande y por más que lo pienso no puedo saber que es aquello que me está faltando y está haciendo que me sienta tan rara.
Quizás ya estoy enloqueciendo…