Darkness Pov:
No entiendo…No logro entenderlo…No puedo comprender…
Masajeo mis sienes para aliviar la molestia que tengo en mi cabeza al estar pensando tanto en un mismo tema que me tiene completamente inquieta y confusa. No sé cómo explicarlo, ni mucho menos como definirlo. Es la primera vez en toda mi vida que experimento algo como esto; la verdad, me han ocurrido cosas extrañas en este último tiempo.
Desde que lo conocí a él.
Me jode no darle una explicación coherente a lo que pasa y mucho menos tener el control de lo que está pasando; detesto no tener el control, pues yo soy la que manda por sobre toda las cosas, pero he estado sintiendo que pierdo mi control cuando estoy cerca de Alan Carter, alias, mi corderito. Es algo muy extraño para mí, es nuevo y lo que me desagrada de todo esto es que me está afectando más de lo que me gustaría admitir.
No sé cómo explicarlo con claridad, pero creo que me encuentro bajo una clase de hechizo o conjuro que solo él maneja. No puedo dejar de pensar en él, no hay siquiera un pensamiento en mi mente que no tenga que ver con él, siempre me preguntó que es lo que estará haciendo o dónde se encontrará, quiero saberlo todo de él y tenerlo cerca de mí; cuando lo pienso siento como mi cuerpo se estremece y los latidos de mi corazón de aceleran a un ritmo bastante atípico, es la primera vez que me sucede esto, además, mi estómago se siente inquieto cuando lo veo a esos ojos azules que son verdaderamente hermosos.
¿Habré enfermado?
Soy bastante resistente a las enfermedades, pero aún así cabe la posibilidad que me encuentre enferma. Una necesidad en mi pecho crece y crece, esa necesidad me obliga a querer estar cerca de ese hombre al cual deseo y mis pensamientos solo sean dedicados a él. No puedo concentrarme en mi trabajo, ni en mi vida, ni en mis planes, por pensar en él. Ya estuve con ese hombre que despertó mi interés de una manera asombrosa, pero aún no es suficiente, quiero mucho más de él ¿Qué es lo que quiero? Lo quiero todo.
Pero…
Aprieto mis puños y frunzo el entrecejo al recordar las molestas palabras que me dijo anoche cuando nos besamos.
Flashback…
No puedo permitirlo.
Me separó de sus labios un poco ya que el aire empieza a faltar en mis pulmones que aclaman a alaridos por una bocanada y estoy segura que en los sus pulmones también hace falta oxígeno. Su jadeante respiración se mezcla con la mía y yo siento como mis labios se encuentran hinchados ante este beso ardiente. Está sensación, no quería admitirlo, pero es muy diferente a cuando beso a otras personas. Nunca me gustaron los besos ya que los he sentido innecesarios, solo cuando me encuentro de buen humor es que puedo permitir que otra persona me bese, pero normalmente no siento nada; es como un peso muerto moviéndose con asquerosa humedad sobre mis labios, dejando a veces un sabor desagradable.
¿Por qué con él es diferente?
No dejo siquiera que se aleje, ya que aún le sostengo el rostro con mis manos y de inmediato vuelvo a devorar sus labios con absoluto frenesí queriendo obtener más de ese exótico sabor. No sabía que besar pudiera sentirse así de bien, aunque él no sea un experto besando se siente bastante bien; es por ello que no puedo permitir que estos labios pertenezcan a alguien más que no sea yo.
Nada más de imaginarlo besando a otra mujer, me hace sentir bastante enojada.
Estoy cabreadísima.
Gruñó audiblemente entre el beso y lo vuelvo más violento en un intento de castigar a este desobediente corderito que se ha atrevido a decir que quiere pertenecerle a otra mujer, cuando ya me pertenece a mí.
¡IMPERDONABLE!
No entiendo ¿Qué le ve mi corderito a esa mosquita muerta? Es una hipócrita que solo muestra lo que los demás quieren ver.
Todos son así…
Al principio de todo, todas estás escorias me destruyeron, me criticaron, me humillaron y se burlaron de mí, pero después que demostré mi valor posicionándome cómo la mujer más poderosa de esta mierda de mundo, ahí fue cuando todos se tragaron sus palabras de mierda y temblaban de pánico a la mera mención de mi nombre. Aquellos que un principio me señalaron, ahora se encuentran a mi lado adulándome y queriendo conseguir de mí más de un favor; eso solo demuestra que en este mundo cada persona tiene miles de caras y solo muestra en su momento la que le conviene más.
Somos seres complejos.
En ningún momento detengo mi beso y puedo oír levemente las suaves quejas de este hombre, pero las ignoro al estar presa de en mi propia rabia ¿Por qué la trajo hasta aquí para decirle todos aquellos disparates? ¿¡Porque la miraba tan fascinado y sonreía de esa manera tan cariñosa al verla!? Nunca había visto esa expresión en él y por ese momento quise ser yo la mujer que él mirase así. Quiero que me anhelé, que me desee y suplique por mí. Yo soy la única que tiene permitido estar cerca de él, solo yo puedo ser la dueña de sus miradas, de sus suspiros, de sus besos, de su cuerpo ¡De todo!
¿Cómo que quiere entregarle su vida a ella? ¡Tonterías! ¿Cómo que quiere ser de ella? ¡Jamás! ¿Por qué le dijo todo aquello? No entiendo nada, me siento confundida ¿Por qué…?
¿Por qué me duele…?
Muerdo su labio inferior con fuerza haciendo que Alan se queje debido al dolor producido por la reciente herida. Fue un impulso, no pude controlarlo y tampoco creo poder controlar está ira que me consume por dentro.
Él es mío.
Me alejo de él con rapidez para poder recuperar algo de mi control ya que si sigo así, no me importará el lugar, lo desvestiré y le recordaré a quien le pertenece dejando mi marca en su cuerpo. No lo soporto, no me siento bien y no entiendo que es lo que me está pasando, yo no soy así. Mi pecho está oprimido en un dolor incómodo que me asfixia, me duele; pero me rehusó a mostrar debilidad alguna. No sé porque me siento así, de todas maneras es solo un hombre como cualquier otro en la tierra, no entiendo porque me siento tan mal al saber que quiso estar con otra, no entiendo porque me enfurece tanto la idea de que él le pertenezca a otra persona y no entiendo porque le estoy dando tanta importancia a temas sin sentido.
No me ha importado que mis amantes hayan estado con otras mujeres, pero de solo imaginarlo a él con otra me hace sentir incómoda, muy molesta y con ganas de matar a toda persona que se atraviese en mi camino. Debo calmarme, no puedo perder la cabeza así y empezar una matanza por un simple hombre.
Pero…Este hombre es mío.
Él pasa su mano por sus labios que se encuentran hinchados y enrojecidos por mi culpa y veo como hace una mueca de dolor al tocarlos. Eso de alguna manera me satisface.
— ¿Qué…?
—Escúchame bien—me acercó a él nuevamente con mi mirada totalmente cargada en seriedad y veo como él tiembla ante esa mirada. Todos lo hacen, aunque yo no lo quiera, todos tiemblan al verme y eso es bueno, pues son conscientes de quién soy y que lo que yo digo es ley — Tienes completamente prohibido tocar a otra mujer que no sea yo y mucho menos se te ocurra estar de nuevo a solas con esa mosquita muerta de los Fiore ¿Me entendiste?
No quiero que esté cerca de ella
Él abre sus ojos como platos ante mis palabras, pareciendo sorprendido por las mismas; pero luego pasa algo que no me esperaba para nada y algo que ya había presenciado anteriormente.
La mirada asustadiza del corderito vuelve a cambiar, oscureciéndose más y más hasta hacerlo ver verdaderamente molesto. No puedo evitar sorprenderme ante ello, este hombre es magnífico, puede cambiar sus expresiones y convertirse en una persona diferente con tan solo una mirada. Esa es una verdadera mirada feroz que, en lugar de hacerme temblar de miedo, me estremece de placer. Quiero ver más de esas expresiones ¿Cuántas más puede tener? Quiero ver.
Oh, pero que interesante.
— ¿Con que derecho viene usted a prohibirme tal cosa? —cuestiona con firmeza y veo como aprieta sus puños a los costados de su cuerpo. Vaya, se ha molestado, pero que adorable presa tengo— Ni siquiera la conozco lo suficiente como para que me exija cosa semejante.
Así que el asustadizo corderito también tiene garras y puede ser feroz. Vaya, esto también es nuevo, nadie se había atrevido a cuestionarme o desobedecerme, pues son conocedores del peligro que represento y, si fuese otra persona la que me estuviese cuestionando, ya estaría muerto, pues no tolero que me contradigan; pero con este corderito me resulta bastante interesante. Está es la primera vez que alguien se planta frente a mí queriendo defender algo que es de su interés.
Tengo una mezcla de emociones ahora mismo recorriendo todo mi ser ¿Qué esto? Jamás en mi vida había experimentado está inquietud y no sabría decir si me gusta o me desagrada por completo; no sabría cómo explicarlo en simples palabras, solo sé que es verdaderamente nuevo todo esto que me está pasando. Me esperan nuevas experiencias estando cerca de este hombre.
—E-Esa mujer que estaba aquí conmigo es el amor de mi vida y planeo estar con ella por siempre y eso no es asunto de usted lo que yo haga con mi vida— expresa seguro de sí mismo, tocando con orgullo su pecho. Así que él también puede hacer esa expresión, al parecer el corderito tiene más carácter del que yo creía, pensé que él era más sumiso y obediente, pero me equivoqué, quizás deba educarlo mejor…— Ella es todo lo que deseo en esta vida y nadie puede negarme el derecho de ser feliz a su lado ¿Qué derecho cree que tiene para exigir que me aleje de ella?
Mi semblante no cambia ni un poco pues mantengo una expresión neutral, como si sus palabras no me afectasen para nada, cuando lo cierto es que cada palabra que sale de su sensual boca solo hace que me enfurezca más y quiera ir a quitar de la tierra a esa maldita Fiore. Nunca había tratado con ella, pues su existencia es tan insignificante para mí como la de cualquier cucaracha que corretea a mis pies, pero ahora mismo la estoy odiando lo suficiente como para encerrarla en mi mazmorra y torturarla cruelmente hasta que muera.
Debo controlarme.
Respiro profundo para controlar mis impulsos, pero lo que no puedo controlar es dejarle en claro la situación a mi corderito antes de que se siga haciendo ilusiones con otras mujeres, pues no he de tolerar que otras lo toquen. Nadie toca lo que yo ya he poseído.
—Yo creo, “cariño”, que nos conocemos muy íntimamente ¿No te parece? —gruño indignada al ver cómo mi hombre defiende a esa mujer. Este hombre es tan ingenuo que me puede llegar a preocupar que caiga en las manos equivocadas y terminé destruyendo su vida, conozco muy bien a los Fiore y sé que son expertos en el arte de la hipocresía, les gusta únicamente utilizar a las personas a su antojo— ¿Quieres saber que derechos tengo para exigirte que no veas a esa tipa?—lo encaro y me mantengo firme, mirándolo a los ojos sin dudar siquiera en una sola de mis palabras— Pues es muy sencillo, el derecho que me da el simple hecho de que hayas yacido en mi cama o qué ¿Acaso piensas que solo soy un maldito juguete para ti? ¿Piensas que soy una promiscua que se acuesta con cualquiera?— expreso furiosa; normalmente soy bastante controlada y no dejo ver ninguna emoción, pero es que este hombre tiene mi mundo hecho una pendejada y presiento que me traerá más de un dolor de cabeza; soy una masoquista. Respiro profundo nuevamente, ya que estoy perdiendo el control otra vez, lo mejor será que me tranquilice y piense bien en lo que voy a decir—No puedo creer que me hables de otra mujer, luego de lo que pasó entre nosotros ¿Ya lo olvidaste?—me río suavemente sin poder evitarlo al ver cómo su rostro es un verdadero poema; estoy enojada, pero no puedo evitar pensar que se ve tan adorable y delicioso—¿Quieres que te refresque la memoria, corderito?
Él me mira horrorizado y palidece enseguida debido a mis palabras. Yo no he podido olvidar el roce de su piel con la mía, mientras ambos nos fundimos en el deseo que nos consumía; entre jadeos y gemidos nos entregamos mutuamente y yo me juré en aquel momento no dejar ir a tan delicioso festín, pero parece que mi presa se rehúsa a ser atrapada. Claro que tengo derechos sobre él, si él no quiere hacerse responsable de lo que pasó, pues es su problema; yo claramente le dije que se iba a arrepentir al día siguiente, pero él quiso seguir nuestra noche de pasión y consumar ese acto, así que ahora que ya me pertenece no pienso dejarlo ir.
Es mío.
Está cacería ha sido la más emocionante de todas, además de la más estresante. Nunca había tenido que luchar tanto por tener a un hombre y mucho menos había tenido que perseguirlo.
No me importa que él ya tenga a otra mujer, pues yo fui quien lo tuvo primero y por esa razón declaró que él es mío, ninguna zorra puede manosear lo que yo toco, así que mantendré a todas alejadas de mi presa, pero creo que primero debo aclarar las cosas con este hombre. De nada sirve que yo las aleje si él las busca.
—Yo no trataba de ofenderla de ninguna manera— hace ademanes nerviosos con sus manos queriendo rectificar su error; ya cambio de expresión otra vez— Solo quiero aclararle que ya hay otra mujer que ocupa mi corazón y a ella le debo mi lealtad, pues la amo— Ahí está otra vez la palabra “amor” ¿Él siente amor por ella? ¿Entonces que siente por mí? No estoy entendiendo del todo lo que trata de decir, según mi entendimiento, eso quiere decir que mi corderito quiere hacerle…—Creo que es mejor que nos alejemos a partir de ahora, lo que pasó ya pasó y fui un imprudente por dejarme llevar; no es su culpa, es mía. Lo siento.
Quiere huir de mí…Otra vez.
Este hombre es verdaderamente inocente, no sabe a qué tormenta se está enfrentando y no sabe aún que no podrá escapar nunca de mí, pues no he quedado para nada satisfecha con lo que ha pasado.
No saben las ganas que tengo de llevarlo conmigo a mi mansión y encerrarlo en mi cuarto, para que pague con su cuerpo todo este enojo que me está haciendo pasar. Ya llegará el momento en el cual me ruegue por poseer mi cuerpo, ha de enloquecer por mí así como yo he enloquecido por él.
Lo juro por mi nombre.
—Te diré algo, corderito—me acercó aún más a él y veo como se pone alerta ante mi movimiento —No es aconsejable que te enfrentes a un depredador si tú eres su presa— elevó mi mano y la coloco en su duro pecho; una corriente eléctrica me recorre de pies a cabeza ante esto y lo único que pasa por mi mente son imágenes de su cuerpo desnudo debajo del mío, con ese rostro dominado por el placer.
¡Controla tu calentura, Darkness!
—No entiendo que es lo que dice…— expresa confundido el hombre parado frente a mí, quien me mira con evidente confusión.
—Exacto— quito mi mano de su pecho y me doy media vuelta dispuesta a dejarlo ahí solo, pues ahora mismo debo recuperar el control y si me quedo aquí lo más probable es que pierda mi buen juicio, pero antes de irme me detengo y giro mi cabeza para mirarlo de reojo—Hay tanto que no entiendes y esa adorable ingenuidad que posees puede ser tu ruina— Él es adorable e inocente, pero mucho me temo que esa inocencia puede llevarlo ciegamente hasta su destrucción —Tienes razón en que no nos conocemos, pero te diré que es mejor que no provoques al diablo, sino quieres conocer el infierno—por ahora no me atrevería a lastimarlo, pero de verdad quiero que se aleje de esa Fiore, tengo mis razones para que así sea y haré lo que sea para mantenerlo a salvo, así sea que me gane su odio— Aléjate de esa mujer, no la mires, no te quiero cerca de ella, si no me haces caso, me veré en la obligación de castigarte y verás de lo que soy capaz y no te gustará para nada averiguarlo, cariño.
Sin más nada que agregar sigo mi camino dejando a un muy asustado y confundido corderito. Quisiera llevarlo conmigo, pero sé que no es el momento adecuado para hacerlo, no puedo arriesgarlo más, solo me bastará por ahora que se mantenga lejos de esta familia de mierda. Pero que ni crea que por dejarlo en paz está noche, voy a ceder a dejarlo ir a los brazos de otra.
Ese hombre…Es mío.
Fin del Flashback.