La Obsesión de La Villana

Capítulo 14 (Part.2): Dejándose llevar

Darkness Pov:

…Un corderito que se ha revelado contra su depredador…

—Quise controlarme…— su rostro se entierra en mi cuello y siento como aspira mi olor, me estremezco al sentir su aliento chocar contra mi piel—Quise no dejarme llevar por la tentación que supone tu cuerpo y tu piel—gimo y doy un respingo al sentir como me muerde y luego lame el lugar afectado.

No sé que es lo que detonó este comportamiento tan seductor en este hombre, pero debo decir que me está gustando mucho está faceta suya.

—Pero siento que me vuelvo loco— siento como una de sus manos acaricia mis muslos desnudos y, aunque ahora mismo quiera verse como el macho alfa, soy capaz de percibir su nerviosismo cegado por el deseo que lo consume— S-Sé que no está bien, no estoy pensando claramente, pero siento que no he tenido suficiente…— Vuelve a su posición original para mirarme directamente a los ojos, parece un poco asustado, pero seguro de lo que está haciendo. Yo sigo sin poder creer que este hombre que me mira con tal ardor sea el mismo hombre que se negaba a mis caricias; ahora me será imposible resistirme. Corderito…Te estás metiendo en la boca del lobo— No he tenido suficiente, porque siento que por dentro me quemo con las ganas de tenerte…

No puedo más.

Lo abrazo por el cuello y tomó como rehenes a sus dulces labios de nuevo entre los míos. Al fin ha flaqueado y enloquecido por su deseo, es majestuoso verlo así de decidido a tomarme, juro que jamás vi a un hombre de esta manera, es una mezcla entre la inexperiencia y lujuria desenfrenada. Los hombres con tal de verse hombres crean su propia máscara bañada de machismo y experiencia para impresionar a las mujeres, pero a mí no me interesa la experiencia, a mi solo me interesan los hombres que se dejen dominar por mí.

Pero, por ahora, dejaré que este delicioso hombre haga lo que quiera conmigo. Quiero ver que tan lejos puede llegar su deseo por mí.

Sus labios se mueven sobre los míos queriendo seguirme el paso, pero quedándose corto de momentos. Quisiera esperarlo, pero es que me muero de las ansias de estar con él, quiero ver hasta donde es capaz de llegar su anhelo por tenerme, he corrompido a este dulce corderito que ahora se asemeja a un lobo feroz que quiere comerme. Mi lengua toma vida propia y delinea sus labios, para luego meterse sin permiso en su boca para saborearlo a mí gusto.

Mis manos ansiosas por tocar su piel proceden a quitar de su cuerpo la camisa desabotonada para tocar con libertad su gusto. Su piel es tan suave y su olor me envuelve por completo, quiero seguir tocándolo, quiero saborearlo entero y dejar mi huella en su piel.

Me separo de sus labios para tomar una bocanada de aire que mis pulmones exigían, pero sin previo aviso y sin tardar él empieza un sendero candente de húmedos besos con dirección a mi cuello, mientras sus manos se pasean por mi cuerpo evitando lugares deseados por la timidez que aún conserva su cuerpo.

No puedo evitar gemir ante esos besos anhelantes que deja sobre mi cuello. De seguro me dejará una marca, pues chupa y muerde ciertos trozos de mi piel en medio de su frenesí por poseerme. Me esta volviendo loca este lobo disfrazado de tierno corderito, normalmente yo soy la que poseo y dirijo mis encuentros sexuales, pero estoy tan excitada que creo que estallaré en cualquier momento. Esto también es nuevo, con ningún otro hombre sentí mi cuerpo reaccionar de tal manera, con estás terribles ganas que tengo, jamás desee con tal fiereza a un hombre y es por este mismo deseo que no puedo permitir que nadie más lo tenga.

Es solo mío.

— ¿Estás seguro de esto?... ¿No te arrepentirás de esta decisión? —le pregunto con la poca cordura que aún conserva mi cuerpo, pero entre caricias y besos pierdo cada vez más el control que conservo sobre mi propio cuerpo. Debo recordar que este chico es virgen y por su manera de hablar puedo deducir que solo quiere perder su virginidad con una persona “especial” para él.

Esta claro que no dejaré que nadie más lo tenga, pero quizás no es el momento para consumar la unión de nuestros cuerpos. Puedo esperar, puedo esperar que él esté preparado para pertenecerme, pero entre tantas sensaciones puedo perder la razón.

—Estoy seguro de lo que estoy haciendo—dice sin separarse de mi cuello y continuando con su labor de dejar besos en mi cuello— No pienso arrepentirme de algo que deseo con todas mis fuerzas.

Creo que mañana se arrepentirá cuando el efecto de la droga haya pasado, pero ya no tengo fuerzas para contradecirlo y mucho menos para frenarlo, pues yo también deseo esto y lo deseo más que nada en este mundo. No sigo pensando en ello y solo me dejo llevar por sus inexpertas caricias y sus besos desenfrenados que cada vez me enloquecen un poco más.

De verdad quiere esto…

Mi ansiedad dentro de mi cuerpo crece al sentir su deseo, pero hay algo que a estado dando vueltas en mi mente y tiene dando vueltas desde hace algún tiempo. Tomo entre mis manos su cabello para separarlo de mi cuello, porque quiere que me mire.

—Dime tu nombre—ordenó con suavidad, acariciando con delicadeza su hermoso rostro y mirándolo con fascinación.

Este rostro debería ser cuidado, su piel es tan hermosa y perfecta que podría darme envidia debido a su perfección; esa expresión que posee su rostro es inigualable y maravillosa con su respiración irregular y sus ojos como si estuviese atrapado en un sueño.

—Alan…—dice entre su jadeante respiración y su mirada cargada en lujuria— M-Me llamo Alan.

Por fin pude averiguar su nombre, mi dulce corderito tiene un nombre y debo decir que su nombre también suena dulce y le queda perfectamente al atractivo hombre que se encuentra encima de mí.

—Alan…—saboreo su nombre y veo lo mucho que le complace que yo lo llame por su nombre, sonrió de medio lado y lo acerco a mi rostro haciendo que nuestras respiraciones se mezclen—Ese será el único nombre que saldrá de mis labios está noche.

Él parece cautivado por mis palabras y yo me encuentro cautivada por él desde nuestra primer encuentro.

Desde ahora solo me pertenecerás, Alan.