Darkness Pov:
…Esta noche no podrá regresar a su hogar…
Sonrió ladeadamente regalándole una mirada traviesa y, sin que él se lo espere, empiezo a desabotonar con parsimonia la camisa negra que tengo puesta en estos momentos, dejando ver mi brassier. El pobre corderito abre sus ojos como platos y me mira asustado, sin entender cuáles son mis intenciones.
Que adorable.
— ¡¿Q-Que está haciendo?! —pregunta alterado mirándome intensamente, su razonamiento se niega a ceder, pero sé que él también quiere esto; yo solo lo miro de manera atenta midiendo cada una de sus reacciones y guardándolas en lo más profundo de mi mente.
Es tan adorable.
—Desvistiéndome— digo obvia, mientras continúo desabotonando mi camisa, sin importarme que me mire; él al ver como mi brassier de encaje n***o empieza a asomarse aparta la vista avergonzado, como un niño que ve algo que no debe mirar. Eso solo me causa mayor gracia— Para lo que vamos a hacer, la ropa solo estorbará.
—¿Para lo que vamos a hacer? —su mirada vuelve a mí por una fracción de segundo y la aparta al siguiente al ver como me despojo la primera prensa de mi cuerpo haciéndola caer al suelo.
La verdad, no puedo negar que estoy ansiosa porque comience el festín, este hombre es verdaderamente ardiente y lo único en lo que pienso en estos momentos es en lanzarme encima suyo para devorarlo hasta que no quede nada de él; pero debo controlarme, por su bienestar debo suprimir mis impulsos.
No puedo dejarme llevar por la lujuria que consume mis venas.
—Así es, haremos…Cosas de adultos—digo en tono seductor, entreteniéndome con sus interesantes expresiones.
He dejado mi arma escondida para no incomodarlo o asustarlo con ella, lo mismo hice con las otras armas que traía escondidas para defensa personal, ahora mismo podría considerarse que me encuentro indefensa ante este hermoso hombre que me pone a mil. Mi piel entereza aclama por su toque, mientras mi cuerpo se ve envuelto por esta excitante escena. Él quiere, sé que quiere tocarme así como yo quiero que me toque, es solo que ahora mismo se debate internamente entre lo que está bien y lo que está mal, pero mi rol como villana me impulsa a arrastrarlo conmigo para que nos portemos mal.
Muy mal.
Procedo a desabotonarme el pantalón sin apartar la mirada de la presa que pronto voy a devorar. Quiero ver cómo sus ojos se llenan del deseo de tomar mi piel entre sus manos y fundir nuestros cuerpos en la infinita danza del placer.
Pronto llegará la hora del festín.
—No e-entiendo porque hace e-esto…—dice él, mientras yo me despojo del pantalón quedando solo con un juego de lencería de encaje n***o frente a él. La verdad, no pensé que hoy tendría acción, pero me alegro de haber elegido este juego de lencería tan sensual y provocativo. Mi respiración se agita anticipando lo que pasará después, al encontrarme semi-desnuda frente a este hombre que agita mi ser hace que me sienta ansiosa por pasad a la siguiente fase de mi plan —Pero n-no e-esta nada bien, a-así que le pido por favor…—me subo a la cama y gateo hasta donde él se encuentra haciendo caso omiso a sus palabras y parece que mi corderito aún no ha notado que me estoy acercando a él ya que se encuentra mirando muy fijamente hacia otro lado para evitar apreciar mi desnudez. Es un poco gracioso verlo hablar incoherencias, mientras me acercó a su cuerpo—Le pido q-que detenga esta locura…
—No tienes por qué contenerte— susurro yo con mi voz bañada en deseo, mientras me subo a horcadas encima de él con gran rapidez para tenerlo a mi merced sin darle oportunidad a que se escape.
Mi corderito se sobresalta ante esto e intenta alejarse de mí, pero yo no se lo permito. Su cuerpo duro se amolda al mío a la perfección, mientras me acomodo mejor encima de él. Está cercanía entre cuerpos que se desean es verdaderamente candente, tanto que por un breve segundo sentí que perdía el control.
Mi piel emana el calor que me provoca la excitación que me consume, además tengo mi pulso alterado debido al caliente cuerpo que se encuentra debajo de mí.
—¡E-Espere! —en un impulso por querer apartarme agarra mis caderas desnudas haciendo que su piel y mi piel se toquen directamente.
Jadeo ante ese pequeño, pero ansiado contacto y él se queda petrificado mirándome fijamente debido a mi reacción. Maldición ¿Por qué un simple toque se siente tan bien? Nunca me sentí así con ninguno de mis amantes ¿Por qué el corderito es diferente? Su olor me inunda por completo enloqueciéndome una y mil veces, además sus manos sobre mi piel hacen que todo mi cuerpo vibre. Estás sensaciones despiertan a mi cuerpo del letárgico efecto del estrés de mis días, pero por alguna razón estás sensaciones son más intensas de las que recuerdo; quizás sea porque a este hombre lo deseo con mayor fuerza.
—Sé que lo deseas—digo moviendo mis caderas encima de él incitándolo a caer en mis redes y dejarse llevar por la creciente lujuria que nos esta consumiendo; él gime debido a mis atrevidos movimientos y aprieta sus labios para contenerse, pero hay otra parte de su cuerpo que hace notar su excitación, además sus ojos se encuentran bañados en un ardiente deseo que quema mi piel y mis sentidos. Se siente tan bien, mi cuerpo hormiguea solo con sentir la dureza que se encuentra debajo de mí—Dime…
Me abrazo a su cuello, mientras él se encuentra embelesado mirándome con sus ojitos de corderito, pero bañados en oscuridad debido a su creciente lujuria; le sonrió de manera ladeada y me acerco a su oído deleitándome con el suave y dulce olor que desprende, ese olor tiene ese toque masculino que incrementa mis hormonas y domina mis sentidos. Siento como tiembla debajo de mí y como su agarre se aferra sobre mis caderas para controlar mis movimientos. Soy conocedora de mi atractivo y sé que si me lo propongo puedo tener a cualquier hombre a mis pies, el juego de la seducción es pan comido para mí. Voy a aprovecharme de mis atributos para hacerlo caer.
Quiero que caiga conmigo.
— ¿No quieres perderte conmigo el infinito espiral del placer? —dibujo con mi lengua un sendero en su cuello hasta llegar a su oreja y él gime inevitablemente retorciéndose debajo de mí— adelante, puedes hacerlo; no contengas siquiera uno de tus deseos; pues en estás cuatro paredes eres libre de hacer lo que desees.
Atrapo el lóbulo de su oreja entre mis dientes y presiono levemente para arrancarle un sonoro gemido de placer. La droga debe estar consumiéndolo por dentro así, como lo consume el deseo, pero aún así se resiste a ceder ante mí.
Vaya que tiene resistencia.
—E-Esto n-no esta bien—escucho como habla entre los dientes queriendo contener lo que ya no puede ser contenido y la prueba de ello es el evidente y duro bulto que se encuentra debajo de mí que cada vez se endurece un poco más.
— ¿Ah no? —cuestiono juguetona haciendo más fricción entre nuestros cuerpos y sintiendo el placer recorrerme debido a este íntimo contacto. Sé que está a punto de perder el control, la droga que recorre su sistema lo hará entregarse por completo al placer y yo estoy más que dispuesta a darle ese empujoncito extra que necesita— ¿Por qué no estaría bien complacer a nuestros cuerpos con el deseo que se acumula dentro de ellos?
—Y-Yo…— lo escucho respirar con dificultad—Jamás he t-tocado a una mujer, porque me he g-guardado para la persona que amo— admite con rapidez y su respiración jadeante. Yo ya suponía que mi corderito era virgen, pero escucharlo decir eso me hace sentir una gran satisfacción dentro de mí, aunque debo decir que en cierto punto me desconcierta ¿Quiere decir que se ha estado guardando hasta encontrar a la persona que despierte su el candente deseo de su cuerpo? ¿O que ninguna mujer le ha provocado dicha sensación de lujuria? — Estos actos t-tienen que hacerse con amor, donde la e-entrega sea mutua y el amor verdadero.
Amor…
Puedo entender que él quiera tener sexo solo con la persona que desee o que al menos despierte su interés s****l, pues yo soy igual solo puedo tener sexo con hombres que me atraigan y que despierten mi interés. La lujuria solo despierta con aquellos que logran seducir nuestros instintos para llevarnos al placer. Yo sé que yo he despertado el deseo en este hombre, soy capaz de sentir su excitación, entonces ¿Por qué poner tantos peros cuando ambos deseamos lo mismo? Quizás le avergüenza decir la palabra “sexo” y por ello usa su sinónimo que es el “amor”
Después de todo sexo y amor son la misma cosa.
—Tranquilo—susurro y me separo de su oído para mirarlo directamente a los ojos los cuales parecen tener una guerra interna entre el deseo y la razón; pero lucen tan encantadores como siempre— Yo te enseñaré todo lo que debes saber del placer y te guiaré en este nuevo sendero— me acerco a él muy lentamente, sus carnosos labios se encuentran entre abiertos incitándome de manera silenciosa a tomarlos como míos. Todo de él me pertenece—Y por lo otro no te preocupes…—digo refiriéndome al tema del amor, puede que no sepa mucho de ello, pero al menos sé lo esencial, pues hablé con Charlotte sobre eso y ella supo explicarme su definición.
Me acerco a su boca hasta que nuestras narices se rozan y nuestros alientos se mezclan. De verdad, estoy haciendo todo lo que esta en mí para ir con calma y no asustar al corderito, pero es endemoniadamente difícil resistirse a semejante manjar cuando lo tengo en frente tentándome. Es como pasar varios meses de hambruna y al fin tener un plato de comida delante de ti. Parece embelesado mirándome y yo parezco una pendeja mirándolo a él ¿Cómo puede existir un hombre tan ardiente y adorable? Es una verdadera locura, mi propia locura.
—No tienes porque preocuparte, pues yo…— mordisqueo su labio haciendo que su deseo por mí crezca, quiero enloquecerlo, así como él me ha vuelto loca a mí. Jugar con fuego ardiente es el mayor de mis pasatiempos. Quiero que sea mío, quiero descubrir con él las delicias del amor y que quiera pertenecerme—Te amo a ti.
Y sin más tomo posesión de esos labios sellando así las palabras que he dicho.
Ahora nada ni nadie me separará de mi presa.