Darkness Pov:
—Parece que estás más animada, Darkness —escucho que me dice Charlotte en voz feliz una vez me encuentro de nuevo en la mesa donde hemos estado desde que llegamos— ¿Pasó algo interesante?
Claro que estoy más animada.
Me siento ansiosa, como un hambriento depredador que al fin ha encontrado una deliciosa presa. Mi imaginación me lleva a terrenos peligrosos, dónde se reproducen imágenes candentes, dónde el protagonista es esa presa escurridiza que quiere escapar de mis garras. Ese hombre, ese hombre tiene que ser mío ¡Joder! Tiene que serlo, a mí nadie me dice que no y menos un hombre que, además, está buenísimo. Me dan ganas de amarrarlo a mi cama y dejarlo completamente seco para que aprenda que a mí nadie me rechaza. Puede que sea capricho o mi falta de acción (llevo mucho ya sin estar con un hombre) pero lo cierto es que es ese hombre al que quiero.
Y lo quiero ya.
—Digamos que mi humor mejoró— digo sin más, pues no quiero darle mucha información, aunque Charlotte cuando quiere saber algo es insoportable; ahora me encuentro de mejor humor ahora ya que encontré a alguien con quién entretenerme. Mi mirada de mantiene fija en Charlotte y noto algo nuevo que no había notado hasta ahora — ¿Dónde están tus hombres?
Intento distraerla con mi pregunta para que así no indague en la causa de mi repentino buen humor. No quiero contarle sobre el delicioso hombre que me he encontrado ahora.
Su semblante cambia de inmediato a uno más travieso, mientras se acomoda en su asiento arreglando su vestido.
—Los envié a buscar nuestras bebidas— dice ella con una sonrisa de oreja a oreja; sé lo que piensa, pero dejo que siga con sus fantasías —No sé que pasó, pues ya sé ha tardado mucho nuestro pedido y nuestras bebidas ya se acabaron— rueda los ojos mientras bufa—Pensé que este lugar era más eficiente…
Ya había notado antes que ella la ausencia del mesero.
Coloco mi mano derecha en mi barbilla y sin querer me pierdo justo en aquel momento hace poco dónde me encontré con mi anhelada presa. Ese hombre es totalmente lo que busco, cumple con todas mis expectativas y quizás más que eso. Su figura varonil y cincelada en estos momentos están inundando mi mente dejando volar mi imaginación a lugares prohibidos en donde él y yo tenemos una ardua batalla en mi cama y son justamente esas imágenes las que hacen que mi fuego se encienda corriendo con frenesí por mis venas. Me gustan los hombres fieros, pero que sepan que serán dominados por mí; al estar bajo mis órdenes deben tener esa ingenuidad característica de la juventud e inexperiencia. Mi corderito tiene una mirada cargada de inocencia, pero tiene un cuerpo de pecado.
Es mi cóctel prohibido.
Muerdo mi labio deseando poder poseer a mi presa. Tiene que ser para mí, la cacería será tan divertida y más cuando mi presa quiere escapar con tal desespero de mí. A mis pies se encuentra todo lo que deseo y ese hombre ahora ha capturado por completo mi atención.
Tiene que ser para mí.
—Dime ¿Ya encontraste a alguien con quien pasar la noche? —me pregunta ella sacándome de mi neblina de deseo y yo la miro con fijeza; parece contenta, ignorante de todo lo que me ha pasado— Yo aun no me he decido, hay mucho entre lo que se puede elegir y todos son tan guapos que…
Claro que lo he encontrado.
No sé porqué despierta tanto mi interés ya que siento una emoción profunda con tan solo pensar en el festín que tendré al tenerlo ante mí, mi corazón palpita acelerado de solo pensar en esa mirada y asumo que es la adrenalina que me recorre. Ha de pagar con su cuerpo su rechazo, no lo dejaré ir hasta que satisfaga cada uno de mis deseos. Me resulta interesante pensar en como esa expresión inocente de ese hombre cambiará en un momento de pasión. Quiero verlo, quiero verlo lleno de placer y que yo sea la causa; me resulta muy interesante el imaginarme cómo ha de reaccionar en un momento de pasión.
No puedo evitar desear corromperlo, desear mirar en esos ojos de corderito asustadizo la mirada de un lobo feroz dispuesto a devorarme por completo ¿Será posible eso? Sin poder evitarlo me cuestiono esa posibilidad. La verdad me resulta difícil imaginarme a ese frágil corderito como un feroz depredador, solo puedo imaginármelo como una presa muy adorable y deliciosa…
—B-Buenas noches, señoritas—mi cuerpo entero se estremece al oír esa voz temblorosa y asustadiza.
Corderito.
Volteo a mirarlo de reojo y respiro profundo para aquietar las ganas que tengo de lanzarme encima suyo y desvestirlo para saciar esta hambre que crece dentro de mí por él ¿Cómo puede verse tan perfecta si está temblando más que un papel? No lo sé, pero eso me enciende más.
—Disculpen la demora, aquí están sus bebidas—dice con rapidez dejando las bebidas en la mesa y evita por todos los medios mirarme lo cual hace que me salga una sonrisita.
Es tan divertido verlo queriendo huir lejos de mí, pero sé que tarde o temprano terminará en mi cama. Por las buenas o por las malas terminará rendido a mis pies y enloquecido por mi cuerpo.
Analizo sus nerviosos movimientos y puedo notar que sus manos tiemblan levemente denotando así su estado alterado. Puedo deducir que quiere salir corriendo lejos de mí y eso lo hace más adorable a mi vista y por ende más irresistible. Mis ojos no se demoran en recorrer su cuerpo y devorarlo como su fuese el más delicioso de los alimentos.
— ¿No quieres hacernos compañía, hermoso? — ¿Qué mierda ha dicho? Mi mandíbula se tensa y siento la ira bullir dentro de mí ante la pregunta atrevida de Charlotte en tono coqueto; el corderito empieza a temblar nervioso y al verlo así me siento más molesta—Prometo tratarte bien…
—Suficiente— gruño audiblemente haciendo mi voz más amenazante de lo habitual en dirección a Charlotte para que deje de decir tales disparates, ella agacha la cabeza a modo de sumisión al ver mi mirada de furia. No quiero que lo toque, no quiero que lo vea siquiera, ya yo lo elegí para mí y será mío. Mis ojos se fijan en el atractivo hombre que nos atiende—Por favor, trae otra ronda.
Adrede suavizo mi tono de voz para él y le sonrió, mirándolo con mis ojos bañados en el deseo que le exprese hace poco. Veo como aprieta con fuerza la bandeja contra sí queriendo usarla como escudo contra mí. Me parece muy adorable que él piense siquiera que puede huir de mí, pues desde que llamó mi atención absolutamente todo de él me pertenece y sé que pronto será mío por completo. De ahora en adelante las demás mujeres tienen prohibido verlo y desearlo.
Él es mío.
—Con su permiso—dice con rapidez dándose la vuelta y yéndose casi corriendo de aquí.
Otra vez huyendo de mí.
Se me hace tan adorable que intente escapar de mí. No importa lo que haga será solo mío, así lo he decidido.
—Darkness ¿Quién es él? — me pregunta Charlotte cuando nos encontramos a solas. Me esperaba por completo sus preguntas ya que es una chismosa nata, pero tampoco me importa, solo quiero ver a mi dulce presa—Te veías muy interesada, dime ¿Es alguien importante?
Alguien importante…
Agarro entre mis manos una de las copas que acaba de traer mi tierno corderito y me tomo de un solo trago todo su contenido deleitándome con su embriagante sabor dulzón.
— ¿Qué si es alguien importante? —repito en medio de una risita algo floja y baja. Es el primer hombre que se ha negado a entrar en mi cama y además él es mi tipo ideal de hombre, eso hace que el deseo que siento por él se vuelva casi insoportable. Mi corazón palpita acelerado y emocionado al pensar en el pronto festín que le daré a mis deseos, esto tiene que ser el “amor” del cual me habló Charlotte—Ese hombre…—volteo a mirarlo y como si sintiese mi mirada sobre él me mira fijamente haciendo que nuestras miradas choquen en un momento y no puedo evitar dedicarle una sonrisa ladeada— Es mío.
Tan mío y de nadie más…