Darkness Pov:
Que jaqueca.
Suspiro de manera profunda y froto mis ojos para aliviar la tensión que en ellos se encuentra haciéndome sentir terriblemente estresada. Revisar estos papeles me dan dolor de cabeza porque por más que lo leo no entiendo lo que dice, pues mi mente no se encuentra conmigo, sino atrapado en los ojos de mi adorable corderito. Aquellos ojos que me han cautivado desde el momento en que los vi mirarme de esa manera tan inocente.
Quiero verlo.
Cubro mi boca, perdiéndome en un momento en mis pensamientos. Ahora mismo me encuentro sola, así que no debo preocuparme por otras personas, solo debo preocuparme por la soledad que me invade al estar atrapada en estás cuatro paredes, ansiando tener en mis brazos aquel objetos de mis deseos.
Mi tierno corderito.
Tengo una tremenda necesidad de verlo. Anoche estuve atenta a tener una oportunidad de estar con él o para seducirlo y así accediera a pasar la noche conmigo, pero es una presa escurridiza que ante cualquier mirada se escondía de cualquier manera para que yo no pudiese verlo. Esa noche no me atreví a aceptar a otro hombre que no fuese él, porque mi hambre solo puede ser saciada en su piel y otra piel solo frustrará mis ansias e incrementará mi hambre de poseer a mi presa. Ha sido lo más frustrante y excitante que he experimentado hasta ahora, pues normalmente tengo todo lo quiero, pero por alguna razón siento tan lejano a ese hombre que quiero hacer lo que sea para acercarlo a mí.
Que infortunio.
Charlotte, por su parte, se decidió por uno de los hombres que estuvo con ella desde el principio y ambos se fueron para el reservado dejándome a mí sola disfrutando de las bebidas y una muy, pero muy buena vista. Cada movimiento que él hacía era observado atentamente por mí y no perdí siquiera una de sus sonrisas; pero, por algún motivo que desconozco, esas sonrisas me hacían sentir tranquila, aunque no fuesen para mí. Eran más cordiales que genuinas, pero eran hermosas y dulces, lo hacían ver más perfecto; quiero poseer esa sonrisa, por algún motivo que desconozco, quiero que esa sonrisa sea dirigida a mí y sea solo para mí.
Interesante.
El vacío que siento dentro de mí persiste, pero cuando mirada esa sonrisa me sentía mejor ¿Por qué? Quizás sea porque ya encontré un motivo para divertirme y ese motivo es atrapar es mi adorable presa.
¿Qué más podría ser?
Charlotte no comentó nada sobre lo que le dije del corderito y yo tampoco mencioné nada al respecto; ella sabe muy bien lo que significaron mis palabras y, aunque se sorprendió, no dijo nada sobre ese tema. Aun no sé ni siquiera el nombre de mi corderito pues quiero averiguarlo con mis propios medios, pero puede que en cualquier momento lo mande a investigar para saber todo sobre él.
Sé que le gusté, pues cada tanto me miraba, pero cuando yo le devolvía la mirada la desviaba asustado y eso me resultaba solo más adorable. Nunca dudé de mi atractivo, es más creo que me aprovecharé de él para así poder seducir a mi corderito sin ningún problema. No me gusta recurrir a trucos sucios para conseguir al hombre que deseo, pues nunca ha sido necesario porque ningún hombre me ha rechazado, ninguno salvo…
Mi corderito.
Ahora solo lo quiero a él, solo a él. No sé por qué, pero mi llama ha quedado encendida por su causa y, desgraciadamente, es algo que solo él puede aliviar. Digo desgraciadamente porque ningún otro hombre provocó en mí ese interés que él despertó con tan solo esa mirada, así que estoy segura que si no es con él esta necesidad no menguará hasta tenerlo.
¿Será su rechazó el que impulsa mi deseo? Puede ser, ningún otro hombre me había rechazado y huido de esa manera de mí, quizás por esa razón estoy tan interesada en él ¿Es solo deseo? No lo sé, pero tengo unas inmensas ganas de atarlo a mi cama hasta saciar mis ganas de él y dejarlo completamente seco ¿Cuántas veces serán necesarias para apagar este fuego? Las veces que sean necesarias, pero lo cierto es que quiero a ese hombre en mi cama y lo quiero ya.
Quizás debería ir a verlo.
Sonrió y mi corazón empieza a palpitar con fuerza sintiendo la adrenalina que me ocasiona este encuentro. No sé si esta noche será mío al fin, pues no deseo obligarlo a tocarme, pero intentare seducirlo para que caiga en mis garras y caiga en la locura que caí por su piel, pues no he logrado sacarme su imagen de la mente y cada vez que pienso en él me estremezco.
Me quiero quemar en su ardor.
Me levanto de mi asiento con una clara intención en mi mente y un deseo atroz recorriendo mis venas. Mandé a Charlotte a cumplir ciertos encargos, así que no me acompañará hoy. Así es mejor, podré concentrarme únicamente en mi cacería y no en otras cosas. No descansaré hasta que sea mío.
Relamo mis labios y mis ojos se tiñen de perversas intenciones, imaginándome todo lo que haré cuando tenga a ese hombre a mi merced.
Prepárate corderito voy a devorarte…
Alan Pov:
—Muchas gracias por acompañarme hoy, Dominic— le agradezco a uno de mis mejores amigos, mientras ambos nos encontramos en los vestidores del establecimiento Éxtasis, el lugar donde trabajo, cambiándonos para empezar otra nueva jornada laboral— La verdad hemos tenido mucho trabajo y poco personal aquí, lo cual nos da mucho más trabajo…
—No hay problema, amigo— dice él abotonando su camisa manga larga color blanco que es de uso obligatorio ya que es el uniforme del lugar— Necesito el dinero, pero mi tiempo es poco, así que este trabajo me cae como anillo al dedo.
Mi amigo, Dominic Martin, es una excelente persona y un gran amigo, se ha ganado por completo mi confianza y mi admiración en todos estos años que llevamos de amistad. Es una persona gentil, también es un poco reservado en sus pensamientos, pero siempre me aconseja y me dice lo que cree que debería saber. Lo conocí hace alrededor de 6 años atrás cuando vivía en Portland con mi hermana. Lo conocí justo después del nacimiento de Melissa y puedo decir que cuando pise Portland cambio mi destino para siempre. Ese acontecimiento trajo a mi vida personas maravillosas que quiero con toda el alma y una de esas personas es Dominic.
Creo que Dominic y yo nos llevamos tan bien porque somos de edades similares, solo es un año mayor que yo y nos cuidamos mutuamente como si fuésemos hermanos. Nuestros pensamientos e ideales son similares y eso nos ha llevado a, casi, conocer los pensamientos del otro.
Nunca tuve amigos en mi niñez por todo lo que paso con mi madre en aquel pueblo que, aunque me vio nacer, quiero dejar en mi pasado, pues esa versión de mí es la que no quiero recordar. Ninguna de las madres de aquel vecindario en el cual vivía quería que sus hijos jugasen o tuviesen tratos con el hijo de una traición. Un bastardo que llegó a arruinar a una floreciente familia que aparentemente vivía feliz; eso me condenó a vivir en soledad, ya que hasta mi propia familia evitaba tener contacto conmigo.
Mi semblante se llena de tristeza, pero la disperso de inmediato porque ahora no quiero recordar momentos amargos. Gracias a los cielos eso quedó atrás y ahora estoy rodeado de amigos y personas maravillosas que hacen que mis dolencias del pasado sean menos…
— ¡Ey! —me quejó sonoramente al sentir como Dominic me golpea la cabeza haciéndome salir de manera estrepitosa de mis pensamientos confusos. Volteo a mirarlo con mi ceño fruncido— ¿Qué te pasa?
—Estabas en tu universo, quería ayudarte a aterrizar— dice él de manera inocente alzando sus manos. Yo niego con la cabeza y procedo a atarme la corbata negra que es reglamentaria para el uniforme— ¿En qué pensabas?
Dominic es un excelente amigo y le cuento la mayoría de mis cosas, pero hay algunas que mantengo en la oscuridad más profunda, para que sean olvidadas, incluso por mí . Un ejemplo de eso es mi pasado, no quiero recordar aquello y por lo tanto evito hablar de ello.
—En cosas— digo con voz floja terminado de anudar mi corbata.
—Mi amigo…—expresa él en medio de un suspiro colocando su brazo en mi hombro—Esas “cosas” en la que estás pensando lleva el apellido Fiore adornándolo ¿Verdad?
Me ahogo con mi propia saliva y toso frenéticamente en consecuencia de ello.
— ¡¿Q-Que cosas dices?! — digo nervioso y sonrojado al escuchar ese apellido, pues la persona que lo porta ha representado en mi mente más de un sueño en mis noches y en mis días mis pensamientos más hermosos.
—No te hagas el tonto, Alan— dice él riendo al ver mi reacción y se aleja de mí para terminar de arreglarse— Sé que estas profundamente enamorado de la gran señorita Nicolle Fiore— aprieto mis labios y mi corazón se acelera a la mera mención de ese dulce nombre; veo únicamente su espalda pues se encuentra poniéndose el chaleco n***o— Pero sinceramente no creo que sea buena idea que estés enamorado de la señorita Fiore.
Una sonrisa algo triste se posa en mis labios y mi semblante decae ante sus palabras, pues sé perfectamente a qué se refiere.
— ¿Acaso sienten las diosas del olimpo sentimientos tan mundanos como el amor? — cuestiono con tristeza y me coloco mi propio chaleco, sintiendo como a mi corazón lo invade la tristeza— Sé que no tengo oportunidad con ella, pero no puedo negarle a mi corazón a amar a la dueña de sus latidos— suspiro con pesadez al sentir una gran amargura inundarme por completo—No puedo darle la vida que ella se merece y mucho menos soy digno de pretender una mano tan fina como la suya…
Él con rapidez se voltea negando con frenesí; además me mira con una mezcla de preocupación, culpabilidad y arrepentimiento.
—¡No, amigo! No lo he dicho para herirte ni para menospreciarte…—dice con rapidez, corrigiendo sus anteriores palabras— Eres una gran persona y sé que tus sentimientos son honestos y genuinos sin ninguna pizca de maldad; es solo que…—lo veo hacer una mueca y mirar hacia otro lado en busca de las palabras correctas— La señorita Fiore nunca…Nunca me ha terminado de convencer.
No entiendo…