Capítulo 21 (Part.1): Atrapado en un mundo desconocido

1268 Words
Narrador Omnisciente: Un gran evento que reunía a la gran Élite de la ciudad y personas importantes de la sociedad. Personalidades de gran importancia se encontraban charlando de manera animada en aquel recinto plagado de lujos y brillos por doquier, la decoración era absolutamente exquisita y minuciosa, dónde predominaba el color rosa pastel, el dorado y blanco que hacían que todo pareciese un sueño de cuentos de hadas. Había flores que le daban frescura al ambiente y una música tenue que era opacada por el gran bullicio de las personas adineradas que se encontraban en aquel lugar hablando de cosas triviales y otras de gran importancia. Cada persona llevaba un antifaz que protegía su identidad, así que a duras penas se podían reconocer entre sí. Algunos llevaban sencillos y otros tantos llevaban otros más vistosos y coloridos, pero todos los antifaces eran hermosos y daban ese toque de misterio que se quería lograr en aquella reunión. Los hombres hablaban de negocios, presumiendo sus riquezas y disfrutando de sus fortunas; las mujeres hablaban de la moda del momento y alardeaban con orgullo sus extravagantes vestidos, sus costosas uñas y maquillaje, y, algunas otras, hablaban de la próxima cirugía plástica que se iban a realizar. Todo el ambiente era animado, pero había una persona que no se sentía para nada cómoda entre aquella gente y miraba a su alrededor de manera inquieta, queriendo encontrar algo para entretenerse. —Gracias— agradeció con sencillez y una sonrisa el joven hombre de antifaz n***o a uno de los meseros que iba pasando y le ofreció una copa que él aceptó de inmediato, mientras se dispuso a seguir observando el lugar con detenimiento, queriendo adaptarse a su entorno. Se encontraba solo entre aquella multitud que lo sofocaba y hacía que se sintiese ansioso a niveles altos debido al hecho de estar entre tantas personas desconocidas para él, pero reconocidas por la sociedad. Su amigo lo dejó solo hace ya largos minutos, ya que tenía que hacerse cargo de otra cosa que era muy importante para la familia Fiore o eso le había dicho. Alan removió su copa en círculos haciendo que el contenido se menease al compás de sus movimientos. Realmente no quería beber, pero aceptó la copa como una excusa para entretenerse, pues se encontraba solo, nervioso, asustado y en medio de un mundo que era muy diferente del cual él provenía; además se sentía incómodo por alguna razón desconocida, pero se lo atribuyó a los grandes nervios que lo consumían, pensando que quizás todo aquello era producto de su activa imaginación que le estaba jugando sucio. La protagonista de aquella noche aún no había hecho su entrada triunfal y eso solo lo ponía más ansioso. Se cuestionó muchas veces si había sido lo correcto haber ido a aquella celebración cuando, claramente, él no se sentía cómodo entre tanto lujo, pero era una voz que venía desde lo profundo de su corazón que le gritaba que estaba en el lugar correcto y que solo debía esperar que apareciese su amada. Solo esperar. —Padre…—susurro una hermosa jovencita llamando a su padre en voz suave, quien estaba hablando con unos socios sobre un nuevo negocio que estaba planeando llevar a cabo. El señor de avanzada edad volteo a mirar a su hija quien se escondía de manera discreta detrás de la espalda de su padre, pues se sentía tímida entre las miradas de los socios de su padre. —Dime, querida—se apresuró el padre queriendo volver a su charla sobre sus negocios con sus socios, pues era un tema de gran importancia. La hermosa joven de vestido carmesí dirigió una tímida mirada hacia un costado antes de formularle a su padre la pregunta de su interés. — ¿Sabes quién es aquel joven que se encuentra solitario por allá? —señaló de manera discreta hacia el lugar donde se encontraba Alan Carter entretenido con la copa que se encontraba entre sus manos, como si fuese lo más entretenido que hubiese en el mundo. El joven hombre de antifaz n***o ignoraba por completo la atención que estaba recibiendo de las jóvenes casamenteras que habían ido a esa fiesta por órdenes de sus padres para encontrar algún buen pretendiente con el cual comprometerse y forjar alianzas que sirva para fortalecer las fortunas de sus familias. El joven hombre estaba ensimismado en su propio mundo, soñando despierto en mil y un fantasías era por ello que no sabía que era el centro de atención de varias personas que se preguntaban quién era él, no se podía ver bien su rostro debido al antifaz que cubría su identidad, pero se notaba que era un joven apuesto, que llamaba la atención por su figura esculpida que se notaba a través del traje que estaba usando. El hombre de edad avanzada miró fijamente hacia el lugar señalado por su hija y se quedó unos segundos analizando al joven por el cual su hija sentía tanta curiosidad, pero no pudo reconocer a cual de las familias influyentes pertenecía. —No logro reconocerlo, hija mía—admitió el hombre y, al ver el interés con el que su hija miraba a aquel joven, se emocionó— Debe ser de alguna familia respetable y acaudalada de la ciudad—concluyó el hombre seguro de lo que decía—Está es una fiesta de los Fiore, nadie que no sea importante entraría a este recinto, aunque no logro reconocerlo con el antifaz que cubre su rostro, debe pertenecer a alguna familia importante. Nada más alejado de la realidad. Pues, Alan no provenía de ninguna familia influyente y su presencia allí no era porque poseía riquezas, sino porque se ganó el cariño de la familia Fiore y había vivido junto a ellos hace algunos años atrás. Nadie allí lo conocía además de la familia y por ello todos pensaban que provenía de alguna familia influyente. — ¿Estás interesado en él, hija? —Sonrió de manera avara el hombre con un toque de codicia en sus ojos— Podemos averiguar de que familia proviene y así arreglar un compromiso lo antes posible, ya estás en la edad de casarte… —Me temo que eso no será posible, mi estimado señor— saltó una tercera voz entrando a la conversación sin precio aviso, mientras su rostro enmascarado tenía una sonrisa radiante y encantadora—Disculpe por interrumpir tan grata conversación, pero no puedo ignorar a una señorita tan encantadora— como todo un galante caballero tomo la mano de la señorita que debajo de la máscara se ruborizó ante el encantador derroche de coquetería que aquel hombre de rubia cabellera derrochaba derrochaba—Como le decía, señor; me temo que será imposible que aquel joven se comprometa con alguna otra mujer. Eso extrañó al hombre mayor, que veía al rubio hombre con confusión por sus extrañas palabras y por sintió curiosidad corroerle las entrañas. — ¿Por qué sería eso, joven? —quiso saber el hombre. El joven rubio extendió en su rostro una sonrisa ladeada, mirando a su muy confiable amigo que se encontraba en la lejanía. Se supone que debía mantenerlo vigilado, pero su padre le había exigido prestarle atención a otros asuntos de mayor importancia y era por ello que se había tenido que distanciar, pero no podía permitir que otras mujeres se acercasen a él o se metería en serios problemas. Muy serios problemas. —Muy sencillo—se dirigió de nuevo al hombre de avanzada edad y una sonrisa de malicia se posó en sus labios—ese hombre…Es el prometido de mi hermana Nicolle…
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