Alan Pov:
¿Cómo es posible que sea tan hermosa?
Verla así de perfecta, me quita el aliento y hace que mi corazón palpite inquieto dentro de mi pecho queriendo pertenecerle a la dueña de esos adorables ojos azules. No hay duda, está es la mujer a la que quiero amar, la mujer que quiero para pasar el resto de mis días a su lado haciéndola feliz.
Pero viéndola tan sublime como un sueño, la siento tan distante como una ilusión.
Una sonrisa amarga se posa en mis labios, mientras mis ojos permanecen clavados en aquella hermosa figura que me arranca los suspiros más profundos de mi ser ¿Mi amor bastará para alcanzarla? ¿Es suficiente la felicidad que deseo ofrecerle? Soy un simple Donnadie delante de ella, sin nada que ofrecer, ni siquiera un hogar digno de ella, eso me hace sentir miserable. Quiero darle siempre solo lo mejor y, aunque ahora sea un mediocre, quiero que sepa que me tiene a mí, enteramente quiero pertenec…
De repente un temblor me invade y siento una presencia asesina acechando ¿Qué es esto? Es como si me estuviese vigilando la mismísima muerte y estuviese con su mirada clavada en mí. Con disimulo miro para todas partes queriendo encontrar que es aquello que me inquieta. Es como un peso, un enorme peso que cae sobre mí y, por un breve minuto, siento que mi vida peligra.
¿Qué es esta inquietud?
— ¿Lan? —mi cuerpo entero se tensa hasta el punto de parecer una estatua cuando escucho esa voz tan dulce y angelical llamarme de esa manera tan suave, como si estuviese acariciando mi nombre—¿Estás bien?
Intento ignorar la presión que sobre mí se hace más fuerte, pues ahora solo debo tener ojos para mi amada Nicolle. No sé de dónde provendrá ese sentimiento de ira y rabia que quiere sofocarme, pero ahora mismo no me importa, pues tengo a la persona más importante justo delante de mí.
¿Qué más puedo pedir teniendo a la mujer que amo?
Respiro profundo para alivianar mis nervios y me volteo con lentitud para enfrentarme a ella. Hago que una sonrisa se extienda en mis labios para enfrentarla, pero la misma se borra de manera repentina al contemplar la extrema belleza que emana la dulce mujer que se encuentra delante de mí.
Me ha dejado sin palabras.
Sinceramente, me ha dejado sin palabras con verla así de hermosa. Sus ojos azules brillan de manera majestuosa debido a la alegría que la embarga y la dulzura de sus facciones solo la hace más sublime ante mí. Pueden existir mil mujeres de gran belleza, pero mi corazón siempre elegirá a la dueña de esos preciosos ojos azules que se han convertido en mi sol. Está es una de las mejores vistas que me ha podido ofrecer mi vida; poder verla hace que mi corazón se sienta tranquilo, que sienta que no existe nada malo en este mundo tan cruel; su dulce belleza es como brisa fresca para mí alma.
Nicolle…Te amo tanto.
—Lan…—me llama al verme inmerso en mi momentánea ensoñación.
Sacudo mi cabeza para concentrarme en la hermosa mujer que parece una divina diosa ante mí. Ya no lo soporto, al verla delante de mí este sentimiento no lo puedo contener, tengo que decirle lo mucho que me gusta, lo mucho que deseo que me deje amarla. Quiero abrazarla, cuidarla y protegerla por el resto de mis días.
Solo quiero que me permita amarla.
—Nicolle…—aprieto mis labios y contengo las palabras que estaban a punto de salir de mis labios. No, no puedo decirlo ahora, debo contenerme solo un poco más —Estás...Muy hermosa— la halago en medio de un suspiro de hombre enamorado y no miento, creo que la palabra “hermosa” no le hace justicia a su belleza, pues ella es majestuosa en cada uno de los sentidos y la perfección que emana es verdaderamente magnífica. La amo — Feliz cumpleaños.
Sé que está noche he de confesar mi amor por mi amada dama, pero ahora no es el momento para eso; ella merece solo lo mejor de este mundo y lo que más quiero es que ella me acepte, pienso que una confesión tan importante tiene que ser en un ambiente más íntimo y romántico dónde broten las emociones y pueda abrir mi corazón. Por desgracia en estos momentos estamos rodeados de muchas personas y no es el mejor ambiente para declararle a esta hermosa dama todo lo que experimenta mi corazón al verla. Además, también tengo que darle su regalo.
Un regalo muy especial.
Le sonrió de manera amplia queriendo trasmitir por medio de esa sonrisa la alegría que me produce ver esos ojos como trocitos de cielo plasmado en su dulce mirada que llena de dicha mi corazón.
Es entonces cuando la sonrisa en el delicado rostro de Nicolle se ensancha, haciéndola ver más radiante lo cual la hace ver más majestuosa.
—Gracias, Lan —dice ella con alegría y quedó aún más rendido a sus pies. Tengo que decírselo, siento que el corazón me duele de tanto amor que le tengo—Sé que está noche será muy divertida.
Está noche…Será especial…Muy especial...