Emilia
Me levanté muy temprano, estaba rebozando de alegría, había quedado con Thomas para que él se encargara del papeleo y no diera mucha información de la nueva socia.
Thomas era muy diligente, sabía que él haría siempre las cosa tal cual como yo le decía.
¿Quién es Thomas? Se los diré.
Thomas Swan, es el único hijo de mi adorado tío Dylan Swan, que es asistente de nada más y nada menos que Roger O'Connor mi padre.
Siempre teníamos en mente que éramos hermanos en desgracia, ya que su madre murió al darlo a luz y la mía me abandono por la fama y el dinero, desde ese entonces se crio bajo la protección del apellido O'Connor.
Dueño de unos hermosos ojos color del océano profundo, si un aquamarina excepcional, con cabello castaño corto, muy bien peinado, nariz perfilada, cejas gruesas y unos labios cereza finos que invitan a probarlos, tiene un cuerpo de infarto, un sixpac en el que cualquiera se quisiera perder, brazos fuertes y una espalda ancha
Las grandes marcas de moda mueren por su colaboración, pero él no lo hace por mí, sabe que eso fue la ruptura total en mi vida, es tan blanco como la nieve y más de una cae rendida a sus pies.
Por eso tengo que estar pendiente de cuanta mujercita se le acerque, nadie puede dañarlo o siquiera pensar en usarlo, porque se encontraran con nosotros ¡y en serio no quieren eso!
Baje las escaleras, me dirijo al comedor, encontrándome con la grata sorpresa que mi padre madrugo a la oficina, desayune algo muy ligero y salí, el chofer ya estaba listo esperándome.
Mientras iba rumbo a la oficina recordé algunas cosas que me trajeron nostalgia y otras dolor, pero esa era la vida, ¡ahora a cobrar deudas pendientes!
Llegamos muy rápido, el chofer se bajó a abrirme la puerta, le agradecí y se fue.
Entre, salude en recepción, más no me anuncie, me encamine directo al ascensor del Ceo, encontrándome en el camino con Thomas que me saludo muy cariñoso como siempre.
—As dejado a todos en shock —dijo riendo Thomas.
Eso era lo que buscaba, así podremos saber en quién confiar y en quién no. Separar la basura, de lo bueno y lo intermedio, sabes que odio los chismes de oficina o los que se ganan el dinero haciendo nada.
—Tranquila Mérida yo estoy de tu parte
Rio fuerte, contagiándome su risa y riendo con él.
Al salir nos encontramos una escena muy familiar para nosotros, obvio esta en casa, aquí en la empresa jamás, nos acercamos y estaban tan metidos en la discusión que no notaron nuestra presencia.
Estábamos como en el juego de pin pon, de aquí para haya, claro nuestros ojos eran las pelotas. ¡Hasta que al fin lograron vernos!
El tío Dylan se giró hacia nosotros, me abrazo dio un beso en mi frente, y lo mismo hizo con Thomas y nos saludó después.
—Niños, perdón por este exabrupto, es que aquí él “señor” presente no entiende que partimos mañana y no tiene nada listo.
—¡Tonterías!
Bufo mi padre y se acercó a nosotros, nos dio un beso en la frente y comenzó el relato.
—Niños no le crean a este “señor”, la vejez le está afectando susurro mi papá, Parece radio descompuesta niños, me exaspera.
¿Tienes la maleta hecha con todo lo necesario? ¿Sabes en qué nos iremos en el coche o con chofer? ¿Tomaremos un vuelo comercial o privado?
Arremedándole en todas las poses que el tío le había preguntado.
—Claro todo en la vida se hace con orden, contesto tío Dylan molesto.
Iban a enfrascarse de nuevo, pero Thomas se apresuró.
—Tío, papá tranquilos todo está arreglado, nosotros señalándonos lo hicimos por ustedes, el chofer los recogerá en la casa, los llevará al hangar privado de Emi y de hay partirán. Al llegar los esperara otro chofer que los llevara al muelle donde tienen que embarcar, equipaje y todo lo que necesitan está listo no tienen que preocuparse por nada.
Tío respiro tranquilo
—Que bueno, niños no saben lo pesado que se pone cuando algo le falta.
Ganándose una mirada afilada de mi padre.
Ok, ya está solucionado toda verdad, ahora si a lo que vinimos. Todos no pusimos serios, ya nada de niños, tíos o papas.
Señor Swan, esta lista la directiva en la sala de juntas. Como usted dispuso señorita O'Connor, contesto tío Dylan.
Thomas vamos, dije tomando el brazo de este para ir a la reunión, nosotros no éramos como papá y tío Dylan éramos mucho más apegados.
Roger
—Míralos como han crecido, que bellos se ven, ojalá nuestro deseo se cumpliera comento Dylan.
Lo hará, recuerda que ahora pasaran mucho más tiempo juntos y solos, sin supervisión lo codeo para que entienda.
Estábamos riendo parados en el mismo lugar, sin darnos cuenta que los niños ya iban a entrar.
—Ustedes dos ¿No van a venir? llamo Thomas.
Si claro, claro cambiamos nuestros semblantes nuevamente al entrar a la sala.
Buen día, caballeros y damas presentes saludé.
La reunión urgente a la cual se les citó, es por el cambio de gerente en la empresa. Nuestros sucesores tomarán nuestros puestos, espero el mismo respeto y buen trabajo que han desempeñado en años, dije muy serio.
Les presento a mi sucesora y nueva Ceo, la señorita Emilia O'Connor, mi hija desde mañana ella estará a cargo de todo, estando de la mano con Thomas Swan que es como mi hijo, no tengo que recordárselo
Espero sepan darle su lugar, dije sombrío, acordándome de algunas cosas que le hicieron a Dylan cuando era más joven y un novato recién llegado.
—Todo el mundo asintió, estaban petrificados pegados a sus asientos, conocían bien el carácter del señor O'Connor, y lo sobré protector que era con su familia y los Swan lo eran.
Sin más que decir, nosotros nos retiramos, dije asiéndole señas a Dylan para salir de ahí.
Hoy los dos llevábamos un estilo muy relajado, muy fuera de su costumbre en el trabajo.
Todo queda en sus manos hijos míos, este es como su primer hijo. Recuerden que es su patrimonio, dije antes de abandonar la sala con Dylan, se sorprendieron mucho al escucharlo, ya que yo les había dicho que ellos no heredarían nada, solo lo que con esfuerzo ganaran cada uno.
Eso solo fue para darles incentivos, para que puedan valerse por si solos y no sean los niños de papi, esperando herencia y al parecer lo hicimos muy bien, estábamos tan orgulloso de ellos.
Convencer a Dylan, de que aceptara la herencia que estaba dejando a Thomas en mi testamento costo un mundo, pero todo esfuerzo valió la pena.
Emilia
Regresando de nuestro asombro, tomamos los lugares que nos correspondían, con una variante, Thomas no se sentaría atrás en el escritorio, sino a mi lado dejando a más de uno boquiabierto y disgustado.
—Señorita O'Connor, le comento que los asistentes van atrás, señalo un hombre mayor con aspecto arrogante.
Señor.......¿? No sé su nombre, me lo dice por favor. El hombre se enorgulleció y un rastro de emoción paso por sus ojos.
—Gustavo Hancks
Señor Hancks, le recomiendo que ponga sus ojos, en su departamento de trabajo. Creo que haya lo necesitan más, yo por lo consiguiente haré como si no hubiera escuchado nada, el puesto de mi asistente es al lado mío, no detrás ¿entendió? dije sonriente, pero mi sonrisa no llegaba a mis ojos fríos y penetrantes.
—Claro señorita.
Está bien, alguien más tiene alguna objeción.
Todos negaron con la cabeza.
Antes de terminar con la sesión, les diré que para mañana necesitaré sobre el escritorio de Thomas, sus reportes de todo el año, sin más podemos retirarnos.
Todos se pararon con disgusto obvio en sus caras
—¡Esta niña está pidiendo reportes a estas alturas!, terminarían al amanecer y nunca se irían que fastidio.
Primer asalto ganado, dije a Thomas ya estando solos.
—Es solo el primero, vendrán muchos más contesto Thomas.
Es lo de menos, estando juntos los derribaremos, además papá y tío no dejarán que traten de mover un dedo en contra de nosotros, le aclare, o no los conoces.
Eso es obvio, tienen que haber dado sobre aviso a todos los socios y proveedores, conociéndolos como los conozco, dijo Thomas.
—Pero lo que más me preocupa es la adquisición que quieres hacer, mañana es la cita y él obviamente la encabezara.
No te preocupes querido Thomas, tú estarás conmigo verdad, además no me perdería la cara de asombro al verme, su estupidez lo hará pagar poco a poco.