Capitulo tercero.

3695 Words
Es extraño despertar como cualquier domingo, con el olor a desayuno invadiendo el ambiente, mis padres cantando felices y seguramente bailando; y yo despertar abrazada con un hombre, Oliver rodea mi cintura con fuerza, nuestros cuerpos están uno junto al otro, puedo sentir su olor, su respiración, y lo mas interesante de todo, es que no hemos tenido, ya saben… sexo. Creo que me sonrojo cuando Oliver exclama que durmió conmigo, yo pensé que había tenido novias o lo que sea antes de mí, por lo que sin meditarlo pregunto. — Pensé que habías tenido novias antes de mi… Ya sabes, con sexo y todo eso. — Si, pero nunca dormí con ellas, realmente me acostumbre a siempre dormir en mi cama, ya sea la de mi casa o la habitación de hotel que tengo asignada, salvo cuando me quedo con mis amigos y caigo borracho en algún lugar, aun así, trato de llegar a mi casa para que mi madre no se preocupe. — No había pensado en eso, creo que deben estar preocupados, llámalos. — Si tienes razón – dice estirándose para alcázar su celular que casualmente esta descargado – solo que vas a tener que prestarme tu celular, el mío se murió anoche. Sonrió ante la expresión de Oliver y al tiempo que le tiendo mi celular, me cuesta acostumbrarme a que en mi vida este presente un hombre que no sea mi padre, Camilo no cuenta, con excepción de algunas ocasiones siempre fue una de nosotras. Mi madre esta en la puerta de la habitación sonriendo de oreja a oreja. — Bajen a desayunar… — Mamá – me apresuro a decir – anoche no paso nada… — No te preocupes, se que tuvieron la puerta abierta toda la noche… tu padre estuvo muy pendiente – dice en un susurro – prácticamente se quedaron dormidos una vez empezó la película y después de comer, ahora a desayunar. Oliver con la ropa del día anterior y yo en pijama bajamos al comedor, donde mi padre esta esperando, nos sentamos tal como estamos en las sillas que nos señalan, debo confesar que estoy nerviosa, no sé cómo comportarme en estos casos, se supone que no estoy haciendo nada malo, solo estoy trayendo a casa un chico que conocí y que somos novios desde hace menos de veinticuatro horas, así que me quedo en silencio observando el plato que mi madre me sirvió, con el tenedor en la mano, mientras él empieza a comer alegremente. Para mi sorpresa mi papá es quien rompe el silencio — Oliver, ¿a qué te dedicas? — Yo estudio en la universidad ingeniera mecánica automotriz, termino el próximo semestre, además que soy piloto de auto de carreras… — Emma también termina el próximo semestre, y cuéntame como es eso que corres autos de carrera. — Si, ayer Emma me acompaño a una competencia, ahora estoy reiniciando mi carrera luego de un accidente que sufrí hace dos años, pero ayer me fue muy bien y ya estoy cerrando el trato para irme a Europa, realmente me quieren ya, pero como mi madre insiste en que debo terminar la carrera, me graduó en diciembre y en enero estaría volando. — Muy sabia tu madre, primero termina la universidad, además ya la tienes casi lista. — Si señor – responde muy formal. — ¿Cómo es eso que Emma te acompaño ayer a una carrera? ella no soporta casi ni un deporte, al menos que sea tenis, el cual practica desde que es una niña. — Yo la invite, ella acepto y ayer me acompaño… Emma – dice mirándome a los ojos con una expresión neutra que nunca antes había visto – si no quieres ir a las carreras, dímelo sin pena ni remordimiento, yo entiendo que no es fácil. Siento como un calor me invade, y gracias a mi padre quiero que la tierra me trague, claro que no siento la más mínima pasión por ese deporte, pero Oliver hace que me gusta verlo correr, bueno, realmente solo voy por él, de lo contrario me quedaría en mi casa viendo alguna película, hablando con mi hermana o saliendo con mis amigas, pero aun así debo darle una respuesta. — Tranquilo, cuando no quiera acompañarte te aviso, solo voy porque tal vez requieras asistencia médica y no tengas una persona calificada para hacerlo. — No sé cómo rebatir tu respuesta – dice sonriendo y escucho por lo bajo la risa de mi padre – pero ya sabes, si algún día no me quieres acompañar estas en tu derecho de decir que no. — Es un trato. Y como si no fuese suficiente la vergüenza que siento, mi padre lanza otra pregunta, de esas de hacen que cualquiera quiera salir corriendo, aun así, me sorprendió la respuesta de mi novio. — Oliver, ¿Qué quieres con mi hija? como sabrás ella junto a su hermana son mi vida, aunque no tuve el placer de engendrarlas como tal, llegaron a mi vida para convertirme en un mejor hombre, y por lo tanto me he esmerado los ultimo veinte años en cuidarlas y protegerlas. — Señor, realmente su hija me gusta, apenas estamos empezando a salir, así que no puedo prometerle nada, pero si quiero pedirle la oportunidad de conocerla, que me permita demostrarle lo mucho que me hace sentir en este momento, y porque no, si sale bien, si en verdad nuestro amor crece y sentimos que es favorable, tener una relación más formal con ella, por ahora solo déjeme ser su novio. — No es mi respuesta favorita, pero te la valgo – dice mi padre con una media sonrisa. El resto del desayuno la pasamos en calma, hablamos de todo un poco para luego mi padre acapararlo para hablar de autos, pilotos de carrera y esas cosas que honestamente no entiendo nada. Cuando terminamos de desayunar, mis padres lo invitan a almorzar, lo que él acepto gustoso. Caminos hasta la puerta donde nos despedimos. — Emma, voy a mi casa, me baño, me cambio, aplaco la furia de mi madre y regreso para el almuerzo con tus padres. — Dale, yo te espero, pero tengo una pregunta – digo dudosa. — ¿Qué quieres preguntar? y siempre pregúnteme sin problemas, aquí estoy – dice mientras sostiene mi rostro y me mira a los ojos. — ¿Qué fue lo que lograste ayer que estabas tan eufórico? — Logré que me seleccionaran para hacer una prueba para la formula 3, vamos a estar en Europa y muy cerquita de lo que quiero. — ¿Vamos? – pregunto confundida. — Si claro, es en unas semanas, creo que estaremos de vacaciones para esa época, tu hermana vive en Europa, ¿Por qué no vamos juntos? — ¿Está seguro? — Total, y plenamente seguro. — Debería hablar con mis padres, pedir permiso, y pues ya sabes, el dinero para los gastos… — Por los gastos no te preocupes, yo podría correr con ellos… — No, yo me encargo de lo mío – digo segura – no te preocupes, si me quieres invitar algo allá te lo acepto, pero mis gastos son míos. — Está bien, no quiero discutir de eso ahora, lo importante primero es que tus padres te dejen ir, ahora me voy para poder volver rápido y hablamos con calma a mi regreso. Nos despedimos en la puerta donde me quedo de pie viendo como se pierde de mi vista, para luego entrar a casa, bañarme, arreglarme y pensar en cómo hablar con mis padres sobre irme de vacaciones a Europa en las vacaciones de verano, ¿será que invento una mentira o le digo la verdad? primero debo hablar con Annie, tengo que organizar un plan. — Annie, tengo que contarte algo super importante y urgente – digo en tono acelerado apenas ella responde. — ¿Qué paso hermanita? por ese tono de voz creo que es algo emocionante – dice riendo – dime que ya no pasas todo el día estudiando y encerrada en la casa, cuéntame que has salido de rumba a algún lugar, que conociste algún chico, no se dime algo emocionante. — Pues, para eso te llamo… - suspiro antes de soltarlo todo – conocí un chico se llama Oliver y quiere que lo acompañe a Europa. — ¿Cómo es eso? – grita emocionada – debo contarle a Camila, dime que vas a venir con él… — Eso quiero y justo quería preguntarte como hacemos, le digo a mis padres la verdad, le digo que me voy a quedar contigo, él dice que corre con mis gastos, pero yo no quiero… ¿Qué hago? — Espera… - dice en tono autoritario - ¿tiene dinero? ¿Es millonario? ¿Por qué vendrían a Europa de vacaciones? — Pues no se si tiene dinero, solo se que va a hacer una prueba con la Formula 3… — ¿En dónde? ¿En que ciudad van a estar? —No me ha dicho, solo se que me pregunto hace un rato que, si lo acompañaba a Europa, después de desayunar con mi mamá y mi papá. — ¡Espera! Como es eso que desayunaron juntos… — Si, anoche paso la noche aquí, pero no hicimos nada…. – me apresuro a decir – solo que nos pusimos a ver película y nos quedamos dormidos… — ¡Ahhh! que emoción, mi hermanita por fin tiene novio – dice en voz estridente – tráelo y ven con él, quiero conocerlo. — Pero mamá quiere verte en verano… — Lo sé, cuadremos agendas, ven unos días, yo voy otros, y con eso todos felices. — ¿Le digo a mis padres la verdad? — No sé, yo no le daría mucha información, pero como eres tú, es mejor que le digas que vienes a visitarme con Oliver… mejor diles la verdad, después la culpa te come y no vas a poder estar tranquila, además ya eres mayor de edad… — ¿y si no me dan permiso por decirles que voy a viajar con él? — Emma, tienes veinticuatro años, estas casi a terminar la universidad, eres mayor de edad hace mucho y no tienes que pedir permiso para todos tus movimientos… — No me siento cómoda siendo así, no quiero que se sienta mal, ellos me adoptaron, me dieron una oportunidad de vida, te adoptaron a ti, me han dado todo lo que he querido y de sobra, ¿dime porque debo decirles mentiras o no cumplir con mis notas y todas las cosas? ellos me han dado tanto a mí, lo mínimo que debo hacer es devolverles eso…. – digo en tono enojado. — Calma Emma, solo digo la verdad, ya eres mayor de edad y puedes tomar tus propias decisiones, es cuestión que te empoderes de tu vida, y hagas lo que quieras con ella. — Sabes que, no debí llamarte… hablamos después Annie. Y cuelgo la llamada totalmente frustrada, no sé porque para mi hermana todo es tan fácil. Las dos estuvimos en el mismo orfanato, vivimos las mismas situaciones, aun recuerdo el trato frio con que crecí, las normas de no poder jugar, no tener nada, la comida asquerosa y escasa, pasar a tenerlo todo y de sobra fue tan extraño, tanto que al principio no me sentía capaz de jugar con las cosas que me daban o usar los hermosos vestidos que me compraron, eso sin contar que extrañaba a mi hermana y en cuestión de meses mis padres movieron cielo y tierra para dármela, y también invitaron a sus mejores amigos para que hicieran lo mismo y pudiéramos estar los cuatro juntos, no entiendo como para ella es tan fácil tener su propia vida como si nada y yo siento que le debo todo a mis padres, hasta el aire que respiro, y me siento culpable cada vez que les fallo. Estoy recostada en la cama con todas esas cosas dando vueltas en la cabeza con el celular aun en la mano luego de colgarle a mi hermana, cuando mi madre se acerca, al parecer escucho toda la conversación, como siempre ella tan sonriente y conciliadora, se sienta junto a mi y antes que yo pueda decir algo ella habla. — Emma, te adoptamos para darte una mejor vida, para darte oportunidades, para que fueras feliz, para que vivieras cosas maravillosas, no nos debes nada, nosotros te debemos a ti darnos la dicha de ser padres, pero tu a mi no me debes nada, yo elegí tenerte, yo te elegí a ti, y en parte tu me elegiste a mí. — ¿Escuchaste lo que hable con Annie? — Si, fue imposible no escucharlo, no acostumbras a gritar, así que se escuchó por toda la casa y creo que hasta la próxima cuadra. — Mamá, lo siento… — No debes disculparte por nada, eres una mujer hermosa, adulta e inteligente, que puedes tomar tus propias decisiones. — Pero yo siento que debo cuidarlos y estar en casa con ustedes, y hacer bien las cosas, no sé, debo ser la hija ejemplar que ustedes adoptaron. — Y lo eres, pero también eres una persona que tienen que hacer su propia vida, que se case, tenga hijos, viaje por el mundo, trabaje en lo que desee, además no estamos tan viejitos como para requerirte todo el tiempo en casa. — ¿Está segura? — Si, totalmente, sabemos que eres una mujer muy inteligente y sabes tomar tus decisiones, puedes salir sin permiso cuando quieras, ya no tienes quince años, eso sí, si vas a pasar la noche por fuera debes avisarnos para no estar preocupados. — ¿Me estás hablando en serio? — ¿Por qué no lo estaría haciendo? Se que estabas peleando sobre eso con Annie… Además, ya tienes novio, solo pido lo de siempre, no quedes embarazada antes de tiempo y no traigas una enfermedad, aunque como casi medica ya lo sabes. — Si mamá, eso lo se… Solo que no es fácil, siento que desde que conocí a Oliver hace unos días por casualidad toda mi vida empezó a cambiar en cuestión de segundos, como si no pudiese comprender todo lo que sucede. — No tienes que comprenderlo, simplemente vívelo, no sabes cuanto van a durar, tal vez sea para siempre, pero deja de intentar controlar las situaciones, solo hazlo y ya – suspira mientras sonríe - ¿Y qué es eso que tanto te preocupa? — Que Oliver tiene que hacer unas pruebas en Europa y quiere que lo acompañe, pero yo no estaba segura en decirles a ustedes, es mas no estoy segura de ir, además que el dice que paga todos mis gastos y yo le dije que no, que yo me encargaba de lo mío. — Entonces no te preocupes, Si quieres ir a Europa, vez, solo que ya sabes las reglas, además de estar en contacto permanente con nosotros y si sería bueno que Annie te acompañara, y si pueden arrastren a Camila, no quiero que te quedes sola en otro país con él… — ¿Te preocupa que pueda hacerme daño? ¿tu crees que me haga algo malo? — No creo, no tiene ese aspecto, pero me preocupa que nunca antes habías salido con alguien y esto es algo nuevo para ti, y viajar tan lejos recién empezando… - se queda en silencio un rato como organizando las ideas – hija, no es que no confié en ti, lo hago y mucho, pero tengo miedo que te rompan el corazón, él es un joven apuesto, acostumbrado a una vida veloz, llena de experiencias, ha viajado por medio mundo, seguramente ha salido con muchas y tu eres una niña de casa, la que se enfrenta a una experiencia por primera vez, temo mucho que te hagan daño. — ¿Entonces que hago? – pregunto asustada. — Vivir, no puedes hacer otra cosa, vívelo, disfrútalo, y sin miedos, no se si es para siempre o terminaran en algún momento, solo eso, vívelo y ama… — ¿y si no funciona? — Lloraras, harás el duelo y vendrá otro para ti, y lo disfrutaras igual, y volverás a amar, solo eso, los años pasan rápido hija y cuando quieras reaccionar tendrás mi edad, y que quieres, una vida llena de momentos para recordar o pensar que no has hecho nada, simplemente encerrada en tus cosas… — No lo sé mamá, tengo miedo… — Es normal, el día que no sientas miedo es porque seguramente estas muertas y ahora hija termina de vestirte que creo que en un rato estará llegando. Y como si mi madre lo hubiese predicho el timbre de la puerta suena, me asomo por la ventana y efectivamente es él esperando afuera a que le abran, sin pensarlo, me coloco el primer jean y camiseta que encuentro en mi guardarropa, me peino y bajo descalza corriendo las escaleras para abrirle la puerta. — Hola Oliver – sonrió de oreja a oreja, al final mi madre tiene razón, solo puedo disfrutar el momento y las sensaciones maravillosas que todo esto me hace sentir. — Hola Emma, estas hermosa… — Si, anoche dormí bien acompañada y descansé mucho. — Me alegro mucho de eso – sonríe mientras me da un beso en los labios. Aprovechamos el buen clima para ir hasta el patio de la casa y acomodarnos en la hamaca al tiempo que hablamos de todo un poco, realmente es una relación extraña, hace una semana no lo conocía, ni sabia de su existencia, hemos vivido en el mismo barrio toda la vida y nunca nos habíamos visto, bueno, él vivió algunos años en el exterior, pero aun así es casi imposible que teniendo la misma edad, viviendo en el mismo lugar toda mi vida no nos hubiésemos cruzado antes, pero tal vez es mejor así, pienso que tal vez nos cruzamos en el momento perfecto y solo minutos antes había instalado la aplicación de Uber, de casualidad yo salí de primero cerca de su casa y el resto es historia. — ¿Qué piensas del viaje a Europa? ¿Me acompañas? — Si, ya hablé con mi madre, solo que debo ir con mi hermana… — Después que no sea tan molesta como la mía, no tengo problema – dice riendo. — ¿A que parte de Europa vamos? — Estaremos en Alemania, esta semana estaremos concretando información, y otras cosas más, que luego te contare en detalle. —¿Por qué tanto misterio con ese tema? – pregunto poniendo mirada sospechosa. — No hay misterios, es que no tengo mayor información, son tantas cosas nuevas para mi que no se como funciona, estuve hablando con mi padre antes de llegar a visitarte para que se encargue de algunos temas. — ¿A que se dedica tu padre? — Él es abogado, y siempre se encarga de esos detalles, así que mañana se pondrá en contacto con ellos para organizar todos los pormenores. — Que bien que tu padre se ponga al frente de esos temas, te tengo una pregunta, ¿Por qué tu madre no va a las carreras? — Porque le da pánico, tiene miedo que me accidente, me pase algo y ella este viéndolo, ella dice que si me mato en uno de esos carros no quiere estar presente. — Pero… ¿Por qué deberías accidentarte de esa forma? ¿Por qué habría riesgo de muerte? tengo entendido que esos autos son muy seguros. — Si, los autos son muy seguros, solo que mi madre tuvo una pésima experiencia… - respira, sostiene el aire en sus pulmones y luego exhala, para mirarme a los ojos - mi tío amaba la velocidad, así que en esa época corría clandestino hasta que se accidento, al parecer se estrelló y falleció de forma instantánea, tenia mi edad en ese momento y como sabrás no alcance a conocerlo. — Y por eso tu madre tiene miedo, cree que te podría pasar lo mismo. — Si, ella piensa que en cualquier momento me puede pasar algo y después del accidente de moto ese tema en casa es vetado. — ¿Qué paso con la moto? — Mi pasión es la velocidad, amo los autos como no tienes idea, pero las motos ufff el poder se siente en cada parte de tu cuerpo, en cada fibra de tu ser, algún día te llevare – me observa con esa mirada soñadora que tanto me enamora – la cosa es que ese día estaba con un amigo probando una moto, él tenia una carrera ese fin de semana y le hacíamos algunos ajustes, me subí a la moto no me dejo frenar en una curva, y me estrelle contra el muro de contención de la pista donde estábamos practicando, como no tenia el equipo de seguridad completo, me fracture no se cuantos huesos, me salve de morir porque tenía el casco. — ¿Qué paso? — Me hicieron no sé cuántas cirugías, terapias de rehabilitación, no tienes idea cuantas horas pase en el hospital, mi cuerpo aún tiene las cicatrices de todos esos momentos, al final mis padres me devolvieron al país, los médicos decían que si volvía a caminar sería un milagro… — ¿tus padres donde estaban en ese momento? _ Ellos estaban aquí, yo vivía solo, estudiaba allá como intercambio, aparte estaba corriendo en lo que amo con piloto de reserva en la IndyCar, era cuestión de tiempo en seguir subiendo de nivel, para tener mi oportunidad y lo perdí todo, aparte que mi madre ahora me trata como niño chiquito. —Tus padres te quieren mucho, solo tienen miedo de perderte… ¿le tienes miedo a la muerte? — No, solo le temo hacer sufrir a mis padres… — Te entiendo, yo quiero ser la hija perfecta para los míos. Se hace un silencio entre nosotros, es la primera vez que cuento algunas cosas de mi vida a alguien diferente a mi familia, mis amigos de la universidad apenas me conocen. Nos acercamos un poco mas hasta quedar totalmente abrazados sentados en el pasto del patio bajo un viejo Eucalipto que mis abuelos plantaron hace muchos años.
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