Capítulo 3: «Presión social»

2511 Words
═══════ ≪ •Logan• ≫ ═══════ —No le crees nada, ¿Verdad mamá? —pregunto a la única mujer que he amado en mi vida. —Ella no tendría porque mentir, así que sí, yo le creo. —¡Pero es una niña! Aún me duele la mejilla ante el bofetón que me ha dado, está completamente loca. —Ya no lo es, así como tú ya eres todo un hombre, ella también ha crecido y ahora es una mujer libre de hacer lo que quiera. —Pero... —No hay ningún pero hijo, tienes que ir a disculparte con ella, entiendo que siempre la hayas visto como una niña porque te sentías protector con ella, pero ya no lo es. Entiendelo. Ella sale de su Vestier y yo me quedo allí entre miles de prendas costosas que le ha comprado mi papá o ella misma. Aunque estoy un ochenta por ciento seguro de que todo esto han sido regalos de parte de mi padre, él ama ver a mamá como una reina y la llena de regalos que ella menciona son innecesarios, pero ama recibir del hombre con el que decidió pasar toda su vida. Mía es muy pequeña todavía, ella... ¡¿No es virgen?! Dios, no me quiero ni imaginar esa escena, me da asco el solo pensar en que alguien pudo tocarla. ¿Quién se atrevió a tocar a alguien tan puro como ella? Mía siempre ha sido bastante tierna, es muy amorosa y bastante divertida. Tiene un alma libre y es muy consentida por parte de todos, incluyéndome. No habremos sido muy unidos, más que todo paso mis días con su hermana, pero aún así ella tiene un lugar especial en mi corazón, ha sido parte de la familia toda la vida y siempre ha estado acá, la he visto crecer, la vi desde siempre y es por eso que no me cabe en la cabeza cual fue el momento en que ella ya no era esa niña fastidiosa que siempre quería abrazarme o meterse a mi habitación para hablar horas y horas conmigo. A veces era bastante irritante, pero muchas veces fue una muy buena compañía. ¿En qué momento pasó de ser la pequeña Mía a una chica con los pantalones bien puestos? ¿Tiene novio? ¿Le han roto el corazón? Vaya... Yo no sé nada de ella. Decido entonces que debo ir a hablar con ella, no quiero ser un imbécil para siempre, me ha tomado muy de sorpresa todo esto, realmente ha sido un shock en mi vida. Ni siquiera tengo que bajar al primer piso para buscarla, pues veo su cabello ahora rojizo en el balcón que da hacia afuera de casa, voy hacia allí y me siento a su lado sin decir nada durante algún tiempo. Tengo que reconocer que ese color de cabello le ha sentado muy bien y el corte la hace ver mucho más hermosa y mujer... ¿Cómo no me di cuenta de que ya estaba grande? —Lo siento, yo... Fui un idiota y lo reconozco, es solo que... —No tienes que dar ninguna explicación —ella está concentrada tecleando en su celular y me gustaría meterme a la pantalla para saber con quién habla. ¿En con él? —No tengo, pero quiero hacerlo porque realmente fui un idiota, siempre has sido la pequeña, siempre he querido cuidarte de todo y... —No tienes que hacerlo, no eres nada mío. —Por favor deja de estar a la defensiva y escúchame, sé que no tengo que hacer una mierda contigo porque no somos nada, pero lo hago porque te quiero, eres como de la familia y siempre te he visto como una hermana y... —Me tengo que ir. —Mía no te atrevas a irte —agarro su muñeca con un poco de fuerza, pero no lo suficiente como para llegar a hacerle daño o dejarle marcas —. Escúchame dos segundos y luego te puedes largar con tu novio. —Ni siquiera tengo novio. Eso me hace fruncir el ceño demasiado, ¿Cómo que no tiene? —¿Qué? Pero si tú —ella levanta las manos y me detiene, parece frustrada. —Mira, aunque nuestras familias parezcan cercanas, es obvio que no son nada y eso también significa que ni yo te conozco y mucho menos tú me conoces aún cuando pasamos tanto tiempo juntos, no tienes que cuidarme porque claramente yo no soy tu hermana y ya no soy una niña como para que sigas pensando lo mismo. Tengo una vida muy aparte de lo que soy acá y vuelvo y digo, no me conoces ni un poco, no sabes lo que siento, lo que quiero o lo que soy y... —Pues entonces cuéntame —su expresión de confusión me hace reír. —¿A qué te refieres? —Mucho gusto, soy Logan Cooper, tengo veintiún años, me gusta mucho el deporte y las motos, estudio negocios internacionales, a veces soy un poco nerd, me gusta salir de fiesta, conocer gente e ir de viaje a nuevos lugares. Amo estar con mi familia y algún día aspiro a ser tan exitoso como lo ha sido mi padre y quiero ser tan valiente como lo es mamá, mis hermanos pequeños me desesperan muchísimo, pero no podría vivir sin ellos. Mía suelta una pequeña risa que me hace sonreír y estrecha su mano con la mía que ya había levantado con anterioridad. —Ummm.. soy Mía Clark, tengo diecinueve años —piensa un poco más mientras levanta la mirada al cielo, sus ojos son muy lindos —, aún no sé qué quiero ser en la vida, tengo miedo de equivocarme y fallarles a mis padres, no sé si quiero dedicarme al mundo de los negocios como ellos y no quiero ver sus caras de decepción cuando se los diga, amo perderme horas y horas entre libros de romance y enamorarme de personajes ficticios, me gusta la nieve, amo el clima frío y creo que he estado obsesionada toda mi vida con algo imposible y es lo único que yo sé que quiero tener, pero también sé que es lo único que es casi imposible. Es mucho más posible que yo conquiste marte a que "eso" suceda. —Nada es imposible en esta vida. —Eso si, ahora más que nunca. —¿Y puedo saber qué es "eso"? —No, es algo que no puedo revelar. Es muy personal. Hago una mueca, no esperaba estar frente a una chica tan misteriosa, pero Mía de nuevo sorprendiendo. —Tus papás lo van a entender, ellos nunca esperan que seamos igual a ellos, en mi caso mis padres me apoyaron cuando tomé la decisión de negocios aún cuando yo sería responsable de cortar con una generación llena de abogados, ninguno de ellos me crítico o dio la espalda, tus papás lo entenderán, solo debes hablar con ellos. Antes de salir del colegio, también tuve el mismo miedo porque la generación Cooper siempre ha estado llena de abogados, fui el primer hijo de papá, el primer nieto de mi abuela y como era de esperarse se tenían bastantes expectativas de que yo siguiera sus pasos, el tener el apellido Cooper sería sinónimo de seguir ese legado, pero entonces yo supe que jamás sería bueno para ello, porque a diferencia de papá, yo soy bastante explosivo y no puedo estar frente a un asesino manteniendo la calma, no puedo defender a alguien que sé que hizo daño y actuar como si nada, simplemente no era para mi y con miedo, los testículos en mi garganta y una posible pérdida de herencia, me enfrenté a papá y le comenté lo que quería hacer y él lo único que hizo fue abrazarme y desearme suerte. Fue la primera vez que lloré ante él. Ahora es Trevor quien me ha ayudado mucho con mi carrera, incluso se está hablando de la posibilidad de hacer mis prácticas en Clarks y eso es un honor porque es una de las mejores compañías que existen en el mundo. Y puede que mientras Trevor este enseñandome a mi, sea más flexible con su hija, aunque es ridículo, él nunca ha sido un hombre de controlar a sus hijas, siempre las deja ser y por eso confío en que apoyará cualquier decisión que tome Mía. Yo tambien la apoyaré. —Habla con ellos, es tu vida y solo tú decides que hacer con ella —paso mi brazo por sobre sus hombre y la atraigo en un abrazo un poco raro. Sus pequeñas y delgadas manos pasan por detrás de mi cuerpo y entierra su cabeza en mi pecho. Ahora ya no es tan raro este abrazo. —¿Estás llorando? —ella niega con su cabeza, pero yo siento mi camisa mojada y la aprieto mucho más fuerte contra mi. Así que ya no es una niña y es difícil asimilarlo, pero ahora me doy cuenta. Mía ha crecido, es una adulta, pero sigue teniendo mucho miedo. —¿Es reciente? —ella saca su cabeza de mi pecho y me mira sin comprender. —¿Qué cosa? —De lo que estabas hablando ahora, tu... —¿Qué ya no soy virgen? —pregunta enarcando una ceja y yo asiento sintiendo amarga la boca, menos mal no tuve hermanas o hablar de esto habría sido extremadamente difícil, incluso cuando me enteré de que Laura ya no era virgen casi me da un infarto. —Eso mismo. —Ummm un poco. —¿Un poco es cuando? —pregunto y ella cruza los brazos y frunce el ceño. —No lo marqué en mi calendario como fecha especial —rueda los ojos y yo río un poco —. No lo recuerdo. —La primera vez siempre es especial y nunca se olvida. —Ummm, pues ese no fue mi caso. —Le dijiste a mamá que tú quisiste, ¿Le dijiste mentiras? —me estoy comenzando a enfadar porque no quiero ni pensar en que alguien la pudo obligar a algo. ¿Es por eso que ella ha estado tan apartada últimamente? Incluso cuando fui a su casa y estuve allí varios días, no se dejó ver en ninguno de ellos y no lo entendí porque siempre creí que le caía bien y le gustaba pasar el tiempo conmigo, pero entonces jamás salió incluso a solo saludarme y Laura era quien le llevaba la comida a la habitación o salía en altas horas de la noche cuando creía que ya todos estaban dormidos, pero yo no. —Si fue consensuado, pero yo tal vez no lo disfruté como debía —se encoje de hombros. —¿Te hizo daño? —Dolió —muerde su labio inferior con fuerza —, pero supongo que así es como tiene que doler. —No siempre tiene que doler, Mía —mis manos están hechas puño —, tu cuerpo aún no estaba listo y es por eso que te dolió. —Estaba lista, solo que no era la persona indicada. —¿Entonces porqué lo hiciste? —Porque ya todas mis amigas habían perdido su virginidad y cuando hablaban de lo rico que era el sexo y lo bien que la pasaban yo me sentía mal, había una presión social que quería quitarme, no quería ser la única virgen e inocente de mis amigas, también quería la experiencia... Entonces cuando llegó él y me lo propuso, no supe decir que no, porque si quería intentarlo y... —Para, para —detengo su parloteo sintiendome muy mal, como si estrujaran mi corazón. —¿Llegó él? ¿Quién es? ¿Es tu amigo ese rarito de cabello azul o...? —Solo un chico que había en una fiesta y... —¡Mía dime qué no te metiste con alguien que recién conocías! Ella abre y cierra la boca en repetidas ocasiones y yo comienzo a pasar mis manos por mi cabello desesperadamente. —Hijo de mil perra, dime cómo es y voy a mostrarle que le pasa si se vuelve a meter contigo. —Hey, no me arrepiento de lo que hice, realmente quería hacerlo, no lo disfruté, no dolió, pero no puedo arrepentirme porque yo me puse en ese lugar. Además tú también te metes con chicas que apenas conoces, es muy hipócrita que digas eso cuando eres el experto en hacerlo. —Mía, yo soy yo y tú eres tú —pone los ojos en blanco —, tu eres una chica más que perfecta, hermosa y muy dulce, yo no le haría daño a una mujer que fuera como tú, jamás me aprovecharía de la inocencia de una mujer, yo sé quiénes están dispuestas a una sola noche y ya y no me gustaría saber que esperabas que un hombre te trate solo como algo para usar y desechar. No eres para un solo uso. —Yo sé que a ti no te pasa, porque estás con todas las chicas que quieres, pero no es mi caso, me gusta alguien que no me ve de esa manera y habría sido muy pero muy difícil tener sexo con él. No soy tan afortunada para me regale aunque sea un beso. Así que tal vez me creas una tonta por lo que hice, pero al menos ya no soy virgen y puedo quitarme esa presión social que tenía encima. —Mía, tú mereces más que eso, cualquier hombre se moriría por un beso tuyo —me mira de reojo y niega con su cabeza. —Nunca nadie se ha fijado en mi. —Pues es porque los hombres son ciegos, porque realmente eres muy hermosa como para no ser notada. —O tal vez porque como tú, todos siguen pensando que yo soy solo una niña —lo dice con tanta molestia que me hace suspirar. —Lamento eso, eres más de lo que creí y la niña hace mucho ha dejado tu cuerpo. —Da igual. —Hey, no te desanimes, seguro ese chico se dará cuenta de lo especial que eres y te querrá igual. Suelta una pequeña risa que no trae humor consigo y de nuevo niega con la cabeza. —Y yo estoy segura de que es demasiado imbécil como para darse cuenta de que me gusta. —Hey, los están buscando desde hace rato para que bajen, ¿Todo bien por acá? —ambos miramos a Laura que está de pie junto a la puerta y tiene un plato con una carne asada que huele de maravilla. —Esta todo más que bien, Logan me ve como su hermana, ¿Increíble, no? Realmente todo es perfecto. Mía se va con una rapidez increíble y la boca de Laura cae abierta mientras me mira fijamente. —¿Eso ha sido sarcasmo? —le pregunto a mi mejor amiga y ella solo cierra los ojos con fuerza antes de encogerse de hombros y seguir a su hermana. He quedado con más dudas de las que tenía.
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