Dariel Pov:
Observo detenidamente el lugar con mucha parsimonia.
Una edificación muy bien hecha se levanta orgullosa ante mis ojos; ladrillos de color blanco pulido, la puerta está adornada por un marco bien elaborado de fino y limpio cristal con adornos en dorado. Observo todo con curiosidad, es un lugar bastante hermoso se ve enorme y muy bien cuidado. Se ve que es un lugar bastante lujoso.
Si les soy sincera; siento una extraña mezcla de emociones, un poco de ansiedad, nervios y emoción por la nueva aventura que nos espera a Aleckey y a mí, más a mi que al aburrido que Aleckey. Quiero ver lo que me depara en este nuevo lugar, siento que me divertiré y mucho.
Pocas son las personas que se están fuera de la hermosa estructura, sé que todos son estudiantes por sus uniformes similares al de mi hermano y el mío. Observo a las chicas, todas muy hermosas con andares de superioridad y arrogancia; es de esperarse, la mayoría de las personas que estudian aquí son multimillonarios, es un instituto de gran prestigio por lo que pude investigar. Mis curiosos ojos pasan de las chicas a los chicos; muerdo mi labio al ver lo buenos que están, se ve a leguas que son hijo de mami y papi, pero eso no les quita lo caliente.
Si que me voy a divertir.
-¿Tienes miedo, piojo?- me pregunta Aleckey burlesco.
Volteo a mirarlo con una ceja arqueada y una mirada incrédula.
-¿Miedo?- pregunto divertida; eso es algo muy gracioso a mi parecer- Me conoces Alec y sabes que el miedo no va con mi estilo.
-Lo sé- dice sonriente- solo lo digo para joderte un poco.
Me rio ante eso que me dice. Amo a este idiota aunque lo joda todo el tiempo.
-¿Listo?- le pregunto con una sonrisa ladeada.
-No me gusta estar rodeado de personas- dice observando el lugar con mirada fastidiada. Es verdad, en eso se parece a papá, o mejor dicho nos parecemos, aunque yo tolero más la compañía humana que él- Pero si estoy listo.
Salgo de la camioneta con una máscara de frialdad; una de las cosas que mi padre nos enseñó desde pequeños es que las emociones son algo que algunas veces es necesario ocultar cuando se nos antoje, pues ellas pueden hablar por sí solas y a veces es necesario callarlas.
Todos voltean a vernos, los pocos que se hayan afuera, las chicas parecen impresionadas al observar a mi hermano; créanme cuando les digo que estoy muy acostumbrada a qué mi hermano llame la atención y más la atención femenina. Puedo ver como lo devoran con la mirada. Mi hermano es un verdadero adonis, no lo puedo negar, lo que tiene de idiota lo tiene de guapo.
Frunzo mi ceño mirado a las chicas que observan nuestro andar con detenimiento. Lanzo unas miradas a los chicos que me miran fijamente sin parpadear ni una vez. Hay muchos guapos, pero ninguno que me interese lo suficiente como para perder mi tiempo; así que solo sigo caminando al lado de mi hermano y lanzo una mirada fulminante a las mujeres. Sí, soy celosa con Aleckey, es algo de siempre, yo pienso que ninguna es lo suficiente mujer para mi hermano. Y él no se queda muy atrás conmigo.
En la entrada del instituto me llama la atención una chica de piel morena; lo que más me impresiona de ella es su hermoso y oscuro cabello es tan extenso, abundante y rizado, es precioso; es una estudiante, lo sé por su uniforme. Ella mira a todos lados confundida como si buscara a alguien. Hasta que sus ojos chocan con nosotros, parece indecisa como si no supiera que hacer.
Al acercarnos más a ella parece que toma una decisión y nos sonríe alegremente haciendo que unos hoyuelos se marquen en sus mejillas.
-Hola, mi nombre es Alice Miller- nos extiende su mano yo se la tomo primero y le regalo una pequeña sonrisa.
-Me llamo Dariel Kozlova, un gusto.
Seguidamente se la toma Aleckey con dos pequeñas diferencias; la primera que la mano de Alice se ve mucho más pequeña y la segunda que Aleckey no sonríe.
A veces puede ser un total amargado.
-Aleckey Kozlov- su voz ronca y fría no se hace esperar.
Sí, él siempre ha sido así de gilipollas con las demás personas, solo con nuestra familia es diferente, digamos que más cálido, pero con mi papá se lleva mejor ya que ambos se parecen en personalidades y parece que se entienden a la perfección.
-¿Son hermanos?- nos pregunta mirándonos a ambos.
Hay algo diferente en esta chica. Las demás chicas se devoran a Aleckey con los ojos y me miran a mí con cierta envidia; pero Alice no, Alice nos mira como dos personas normales y con mucha simpatía; por ahora.
-Gemelos- respondemos al unísono Aleckey y yo a ala pregunta que Alice nos hizo.
Ella se ríe sutilmente, a mí esta chica de piel café me resulta muy tierna y bonita.
-Ya veo- dice con una enorme sonrisa- bueno hermanos…¿Kozlov?- ambos asentimos y ella continua- sean bienvenidos a este instituto, yo soy la encargada de enseñarles el lugar.
Ambos asentimos y ella nos hace una seña para que la sigamos.
Por dentro es incluso más elaborado y detallado que pon fuera. Un hermoso jardín central nos recibe con su más verde esplendor, incluso se localiza una fuente de mediano tamaño en el medio del inmenso jardín, el piso está hermosamente elaborado al igual que las paredes.
-Como podrán observar este instituto cuenta con una amplia cantidad de salones al igual que una inmensa cantidad de estudiantes- nos explica la morena mientras seguimos caminando por los casi vacíos pasillos.
Yo observó a mi alrededor. No veo a mucha gente por aquí , es más el pasillo por el cual transitamos está casi vacío, salvo por unos cuantos alumnos que están dispersados en diversos grupos.
-¿Dónde están los demás?- le pregunto curiosa a Alice.
-Oh…están en clases- dice ella sonriente- Verán aquí todo se divide en grupos y esos grupos cuentan con un horario estricto y algunas veces esos grupos se encuentran en clase al mismo tiempo un ejemplo es este- señala para el vacío y enorme pasillo- es por eso que solo hay pocos estudiantes en los pasillos- nos explica. Me entretengo observando a un grupo de chicas que inmediatamente nos miran, aunque más a mi hermano que a mí, ruedo los ojos Ofrecidas a la vista- algunos es posible que hayan llegado tarde y nos los dejarán entrar al salón, ya saben profesores ogro- ella se ríe y yo únicamente sonrió en cambio mi hermano tiene la misma cara de amargado de siempre- Bien continuemos que aún hay mucho por recorrer y tenemos que llegar a clase.
Que diversión…por favor que se note mi sarcasmo
. . .
-Y finalmente ustedes pertenecen al grupo…- revisa uno de sus bolsillos y saca un papel, frunce si ceño leyendo y luego levanta su mirada hacia nosotros- A22.
-¿A22?- pregunto.
-A22- afirma, y se detiene frente una puerta blanca brillante.
Mis oídos logran captar apenas unos murmullos dándome a entender que dentro de este lugar se encuentran personas. Sinceramente Alice me cayó muy bien, es muy habladora y divertida, me reí un par de veces de sus malos chistes; Aleckey es otro cantar, se la paso muy callado en todo el recorrido como suele hacerlo cuando estamos rodeados de personas.
-Mi grupo es el A20 – se señala haciendo énfasis a sus palabras, salgo de mi mini ensoñación al escucharla- Ahora los dejo mi clase de Física Relativista ya va a comenzar, nos vemos luego.
Se despide con la mano dejándonos a Aleckey y a mí solos en el pasillo.
¿Quieren que les diga la verdad? Me siento extrañamente decepcionada, no he podido elegir una victima para divertirme. He de decir que he visto algunos chicos muy apuestos que me han mirado con agobiante deseo, pero ninguno me ha interesado.
Demasiado fáciles.
Sueno como un puto mujeriego; bueno lo acepto, soy un puto mujeriego sin p**o.
-Dariel- me llama mi hermano quién me mira fijamente- ¿Estás bien? Te noto algo ida.
Lo observo directamente a sus orbes azul grisáceas; Aleckey es muy parecido a papá, ambos tienen esa extraña habilidad de averiguar qué esconden las personas en sus ojos; pero de él también heredé yo el poder ocultar lo que siento.
Ya es una ventaja.
-Estoy bien, Alec- le sonrió dulcemente, es una estrategia para distraerlo un poco, no le puedo decir que este lugar me decepciona solo porque no he podido ver a la futura presa de mis encantos- solo algo nerviosa.
Él entrecierra sus ojos observándome con cautela y mucha intensidad, como si quisiera sacar la verdad de mis ojos a la fuerza.
-Deja de mentir y dime la verdad- ¡Joder me ha pillado! ¿Cómo mierda lo hace?- La palabra nerviosismo no está en tu diccionario y mucho menos en tu sistema, así que dime ¿Qué te sucede?
Lo reto con la mirada dispuesta a guardar silencio absoluto, no pienso decirle la verdad; Aleckey es demasiado celoso conmigo, nos gusta molestarnos pero nos celamos mutuamente y si le digo la verdad no se va a separar de mí ni un minuto y no podré hacer mis movidas.
No, eso jamás.
Sin que él se lo espere tocó la puerta de pulida madera que se encuentra a nuestro lado.
Él al ver mi acción frunce sus labios con fastidio al no poder sacarme la información que deseaba y yo le sonrió con suficiencia.
¡Gane! De nuevo.
-Has jugado sucio- dice con molestia.
Dentro del salón todos detiene, el mínimo murmullo cesa, solo se logra oír unos pasos que parecen acercarse más y más.
-En el amor y en la guerra todo se vale, hermanito.
Justo en el momento que termine de hablar la puerta es abierta y por ella se asoma una figura masculina desconocida.
Es el profesor.
Los sé por el enorme libro que tiene en sus manos y la expresión fuerte e inteligente que porta en su rostro. Además del hecho que se ve un poco mayor.
-Buenos días- nos dice con voz ronca y cansada que refleja un poco su edad de experiencia, nos observa fijamente a los dos- ustedes han de ser los alumnos nuevos ¿Me equivoco?
Ambos negamos y el profesor se aparta de la puerta para que podamos pasar al salón.
Observo un poco antes de entrar. Todos, absolutamente todos se inclinan sobre sus mesas para poder ver quienes fueron los que interrumpieron su clase.
Me atrevo a dar el primer paso y Aleckey me sigue, todos nos observan con mucho interés y curiosidad, estás miradas no me intimidan, soy de esas personas que les gusta tener las atención de las personas. Intensas miradas nos lanzan a Aleckey y a mí, recorro los rostros de cada uno sin vergüenza alguna.
A la lejanía logro ver a un chico que me mira fijamente sin parpadear. Es muy, muy guapo, excelente candidato para ser mi próxima víctima. Me emociono por eso, por fin encontré lo que buscaba. Es un pelinegro, de mandíbula marcada y masculina, con una mirada cargada de sensualidad.
Él al ver que mi mirada fijada en él con gran intensidad, me regala una seductora sonrisa ladeada y yo le guiño el ojo.
Esto se está poniendo interesante.
-Alumnos les pido su atención- habla en voz clara y alta el profesor.
Yo por mi parte no puedo apartar mi mirada del guapo pelinegro que tampoco deja de mirarme a mí, esto será más fácil de lo que pensé. Un sentimiento algo arrogante me embarga, nunca ningún hombre se ha resistido a mí y yo creo que ese pronto será mío.
En un momento aparto mi mirada y observo a las chicas que miran a Aleckey. Me quiero reír veo que algunas casi babean, mirándolo, otras cuchichean y otras lo miran con deseo, mientras se muerden el labio.
Zorras
-Hoy tenemos dos nuevos alumnos- el profesor nos señala y yo vuelvo a dirigir mi mirada al hermoso pelinegro que me mira con intensidad- espero que hagan que se sientan cómodos y a gusto en este instituto que es nuevo para ellos.
Claro que me sentiré a gusto.
En cierto momento una mata de cabello castaño oscuro llama por completo mi atención. Es un chico, un chico que no puedo ver con claridad puesto que tiene su mirada clavada en lo que parece ser un libro o un cuaderno.
Frunzo el ceño extrañada. Es el único en este salón que no mira hacia donde estamos Aleckey y yo; pero ¿Por qué? No puedo apartar mis ojos de él; ha de ser porque no le he visto el rostro y tengo curiosidad por conocer su rostro.
-Por favor digan sus nombres- nos dice el profesor a Aleckey y a mí.
La verdad no le prestó atención a lo que dice el profesor solo me fijo el en chico cabello castaño, no sé porqué me llama tanto la atención pero lo hace. Me causa curiosidad, quiero ver su rostro, sí tan solo levantara la vista aunque sea por un simple momento.
-Mi nombre es Aleckey Kozlov- oigo el suspirar suave de más de una de las chicas.
La verdad sólo me centro en el misterioso chico, en nada más. Un pequeño codazo de mi adorado hermano me hace volver a la realidad.
-Soy Dariel Kozlova- hago que mi voz se oiga fuerte y firme, aunque con un toque aterciopelado a propósito.
Entonces pasa, al fin el chico levanta la mirada de su libro…
Wow...
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