LA BRUJA

ME ALEJARÉ

EIDAN

Corrí rápidamente hacia la habitación de huéspedes, mi padre se había llevado ahí a mi Matte cuando se la quito de los brazos a Kiron.

Todo paso rápidamente cuando los adultos se hicieron cargo y notaron qué ni Kiron y yo nos movíamos de nuestro lugar, retándonos con la mirada.

Esto ya había sucedido en el pasado y lo que menos querían era qué volviera a suceder, pero esta vez con nosotros.

- Lo que estás diciendo es que uno de ellos dos tiene que... - Mi madre se cayó en cuanto vio que entre a la habitación, sin embargo, sabía lo que había sugerido mi padre.

No tenía que escuchar toda la conversación completa para comprender qué Kiron o yo teníamos que renunciar a ella.

La cuestión era qué por ningún motivo yo renunciaría a ella; muy en el fondo sabía que Kiron tampoco y ahí el santo problema de esta situación.

Volteé para atrás cuando escuche unos pasos acelerados, Kiron había llegado, su cabello blanquecino brillando por la luz de la habitación, tan pronto como sus ojos dorados se encontraron con los míos, frunció rápidamente el ceño como lo hice yo con él, creo que los dos no queríamos qué el uno al otro se encontrará cerca de la chica de cabello azabache.

- Chicos - La voz de mi tío Tom retumbó por toda la habitación, ocasionando qué Kiron y yo apartáramos la mirada asesina qué nos estábamos lanzando. - Supongo que hablo por todos de que ustedes dos no deberían estar aquí.

- Es mi Matte - Soltamos al mismo tiempo los dos, haciendo qué nos volviéramos a matar con la mirada, nuevamente.

- En este momento ninguno de ustedes tiene una Matte hasta que resolvamos el problema - Dijo mi padre, mirándonos - ¡Por la diosa luna!, mírense, hace solo unos minutos ustedes se veían como hermanos y ahora como enemigos mortales.

Apreté mis labios, virando la mirada, él tenía razón, pero el impulso de querer matar a Kiron por solo ver a mi Matte era más grande que todo lo que había sentido por él antes.

Abrí mis ojos ante esos pensamientos, ¿Qué era lo que estaba pensando?, Acaso había dicho que tenía ganas de matar a Kiron.

¿Acaso mis impulsos eran más fuerte porque ahora era un Alpha?, mire a Kiron de solazo para posteriormente salir de la habitación como si me persiguiera un mismísimo oscuro.

Cuando llegue a mi habitación me encontré con Náyade, una ninfa que es amiga de Gaia, corriendo hacia mí.

Fruncí el ceño, no me gustaba que entrarán a mi habitación, pero parecía que Náyade no comprendía lo que era la privacidad.

- Eidan - Murmuró mi nombre mientras me abrazaba, haciendo qué me incomodara un poco las flores, qué siempre portaba en su cabello rubio, golpeándome la mejilla - Me contó Gaia que encontraste a tu Matte... Por favor dime que no es verdad.

Voltee los ojos tratando de despegarme de ella, otra cosa que no me gustaba era qué Náyade se había hecho historias fantasiosas sobre nosotros desde que éramos unos niños.

Parecía que no podía comprender qué yo no podía llegarme a enamorarme de ella si no era mi Matte y a mí no me encantaba engañar a las chicas prometiéndoles amor cuando no sería cierto.

- ¡Por su puesto que es verdad! - Exploté, empujándola para luego calmarme, toda esta situación ya me estaba fastidiando - Perdón... - Agregué, tocándome con una mano el puente de mi nariz - Por favor sal de mi habitación, no estoy de humor y lo que menos quiero es desquitarme contigo.

- Pero Eidan, yo... - No la deje terminar, así que tomándola de un brazo la jale hasta que pude sacarla de mi habitación para después cerrar mi puerta en su rostro.

Pocas veces podía tolerar a Náyade, aun cuando estaba encima de mí, hostigándome, pero esta vez no puedo controlar mi carácter, hoy no, no cuando mi Matte se encuentra en una habitación debajo de la mía, no cuando sé que tendré que dejarla ir, porque Kiron no podrá.

No podía dejar de pensar en como sería esa sensación de rechazo, si sería tan dolorosa como pensarlo.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por el toquido de la puerta, bufé yendo hacia ella.

- No te dije que me dejaras en paz - Gruñí, sin embargo, me lleve una sorpresa de que la que estuviera al otro lado fuera mi madre. - Mamá.

- ¿Náyade? - Preguntó.

- No preguntes si ya sabes - Contesté, encogiéndome de hombros. - Pasa.

Me volteé para caminar hacia el ventanal y recargarme de una esquina de la pared, viendo hacia el bosque.

- Me alejaré de ella - Murmuré - Kiron será su pareja, si es que viniste hablarme de eso.

- No te mentiré que vine por eso, pero al recibirme con esta noticia no sé si felicitarte por dejar a un lado tu amor y pensar en tu manada como un buen Alpha o darte un golpe en la cabeza para ver sin en verdad estás pensando con claridad - En cuanto termino de hablar deslice mis ojos hacia ella.

- No sé que quieres mamá, tú escuchaste a papá... - Me encogí de hombros. - Uno de los dos tenemos que dejarla ir.

- Hijo - Entrecerró sus ojos, tratando de leerme - Me enorgullece, por una parte, que dejes a la chica, pero... ¿Por qué? ¿Por qué tú quieres dar este paso sin siquiera escuchar lo que Kiron dirá?

- Kiron... Desde que tengo memoria él cree que no es buen Alpha, solo por escuchar a los lobos de su manada de que no es el Alpha original, aparte de que es un año menor que yo - Mi madre se acercó más a mí hasta envolverme en sus brazos.

- Entonces vas a sacrificar tu felicidad por la de tu primo - Susurró - No sé si eso quieras amor, pero solo será tu decisión... - Agregó - Sin embargo, te pediré que lo reflexiones bien antes de decírselo a Kiron.

- Si, mamá - Murmuré de vuelta, abrazándola con fuerza y posteriormente dejarla ir de mi habitación.

Sabía que mi madre no le diría a mi padre lo que habíamos estado conversando, pero es que no quiero soltar a mi Matte y si no lo hago Kiron sufrirá por mi culpa, uno de los dos tenía que sacrificar su felicidad, y ese tenía que ser yo, Kiron ya tenía mucho con lo que lidiar desde que era un niño pequeño.

Ya lo tenía decidido, así que a la mañana siguiente, cuando me dijeron que se había despertado, ni siquiera me pase por ahí.