TE MIRAN PORQUE ERES SU LUNA

1087 Words
GINGE Seguimos caminando hasta que llegamos a otra plaza un poco más grande que la anterior, en esta si había personas en las calles; pequeños puestos de verduras y frutas. Me sentí algo incómoda ya qué tan pronto como llegamos las personas dejaban de realizar lo que estaban haciendo para voltear a observarnos o mejor dicho voltear a verme a mí. —No te preocupes, no te harán nada, solamente que como eres la luna de ellos, por eso te miran de esa forma –Me susurro Gaia, al notar la incomodidad en mi rostro. —Y por esa razón quieren acercarse a ti, sin embargo, saben que aún no estás lista para aceptarlos, así que solo se dedican a mirarte con fascinación de lejos para no asustarte. —Creo que su mirada no ayuda en nada. –Susurre de vuelta, haciendo qué Gaia se carcajeará. —Concuerdo contigo. –Asintió con una sonrisa en su rostro, saludando a unas que otras personas a lo lejos. Seguimos caminando sobre la calle en pedrada, admirando el lugar, no negaba que cada vez que conocía mejor a la manada, más podía decir que era un sitio mágico, sacado como de un cuento de hadas. —¡Gaia! –El grito de una chica de cabello púrpura llego a nosotras. Ella se detuvo volteándose a verla un tanto preocupada. —¿Qué pasa? –Preguntó. —Qué bueno que te encuentro, Nuna te está buscando por algo de Náyade –Soltó la chica casi sin aliento por venir corriendo hacia nosotras, y aun así su bonito rostro no se desfiguraba por sus cachetes rojos. Era una ninfa definitivamente, ya estaba diferenciado a las lobas con las ninfas. Las lobas tenían unas facciones más remarcadas como Riga, y las ninfas eran más finas en la forma de su rostro, como si estuviera contemplando a unas muñequitas de porcelana vivas. —Ah –Resoplo. —Creo que ya sé dé que se trata... ¿Le urge mucho verme?, porque le estaba mostrando la manada a nuestra luna –Hizo un movimiento con la cabeza haciendo qué la chica se volteara hacia mí, notando mi existencia. Ella rápidamente se puso blanca igual a la nieve y posteriormente colorada como una puesta de sol cuando me divisó. —Perdóneme mi luna –Soltó haciéndome una reverencia que me resultó de lo más graciosa —Pero tengo que llevarme por un momento a la ninfa Gaia. —No te preocupes –Fue lo único que pude decir al observar lo apenada que se encontraba. —Regreso en seguida te dejo en manos de Riga, así que sigan viendo la manada. –Me sonrió soltándome el brazo para, en cambio, tomar mis manos y apretarlas suavemente. —Riga porque no le muestras los rosales y el parque. –Dijo volteando a verla, solamente espero a que ella asintiera ante sus palabras para poder soltarme, dándome una última mirada. Gaia rápidamente se fue con la chica dejándonos solas, y eso me beneficiaba porque así sería más rápida mi huida sin cuatro ojos vigilándome. —¿Seguimos mi luna o prefiere ir a descansar? –Habló de repente, Riga, haciendo que la volteará a contemplar, notando tal vez su diversión de verme sufrir —Lo digo por sus tacones. –Voltee los ojos. —Prefiero ir al parque. –Indique mirando al frente nuevamente. —¿Está usted segura? –Volvió a preguntar. —Los rosales quedan más cerca. —Sí. –Camine adelante de ella dándole a entender que continuáramos, por mucho que quisiera descasar, no podía, tenía que escapar, ya no quería seguir aquí por más tiempo. Riga se posicionó a mi lado, entrelazando uno de sus brazos con los míos, como lo estaba haciendo Gaia hace unos momentos atrás, y se lo agradecía internamente porque no sabría cuanto podría durar en andar así sola con las zapatillas. —Es hermosa, la manada no cree –Murmuró sin mirarme, observando como las personas caminaban apresuradas a nuestro lado haciendo sus trabajos. —Sí, bastante hermosa y organizada, por lo que puedo observar –Respondí en su mismo tono de voz. —Es una lástima que tenga tantos enemigos –Susurró, afligida —Y una pena que los niños de aquí lleguen a morir quemados por errores del pasado. Me detuve un momento haciendo que ella también lo hiciera. —Lo dices muy segura. –Entrecerré mis ojos hacia ella. —¿El qué? –Preguntó, tranquilamente, como si no hubiera dicho lo que dijo o talvez no se había dado cuenta. —El morir quemados. –Dije tratando de que fuera obvio. —Bueno... Es algo que pasara en cualquier momento –Explicó, volviendo a caminar, haciendo que hiciera lo mismo —... Pero usted no se preocupe mi luna... Yo la voy a cuidar, solamente preocúpese de hacer feliz al Alpha. —¿Cuál de los dos? –Alce las cejas. —Al que usted quiera –Se encogió de hombros —Sé que no debería de decirlo, pero... El Alpha original es Eidan. —¿No te cortarán la lengua por decir algo como eso? –Pregunte con diversión, mirándola, Riga era divertida, aunque a veces tenía sus momentos melancólicos. —Solo digo que si hay una guerra puede que el Alpha Kiron muera antes que Eidan –Su ceño se frunció, tal vez pensando en la escena. —¡Ay! –Gritó, cuando le pellizque el brazo. —No digas tonterías –Solté sin ninguna emoción. —... ¿Te importan? –Preguntó con una sonrisa, mirándome sin detener su andar. —Apenas los conozco, pero tengo entendido que tú deberías de darles las gracias por no ser más una rogue o eso es lo que dijiste. –Solté, mirando a mi alrededor para posteriormente mirarla a ella y encontrarme con sus ojos color azul cielo. Qué bonitos eran. Ella se quedó cayada por un momento, girando su rostro al frente y a los lados, tratando de averiguar si alguien nos había escuchado por lo que le dije. —Tiene razón mi luna –Murmuró, mordiendo su labio. —No se lo diga a los Alphas. —Claro que no –Hice una mueca. —Nunca te metería en problemas, Riga. No hablamos más en el camino hasta que llegamos al parque, el lugar era bastante agradable y tranquilo, no había muchas personas al rededor, solo unos cuantos niños jugando a los lejos, por lo que me sería muy fácil distraer a Riga.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD