3. Ian

1589 Words
Maldije por lo bajo cuando choque contra otro cuerpo, estaba enojado, mi día no había sido el mejor de todos y habíamos decidido venir con Luck a despejarnos un poco. La empresa marchaba de maravilla, pero acabábamos de perder un gran acuerdo y eso no era bueno, necesitábamos expandirnos y conseguir más personal, pero para ello necesitábamos dinero, dinero que hoy mismo nos enteramos que nunca llegaría. Observe mi ropa mientras sacudía mi mano, mi cerveza termino derramada por esta y parte de mis zapatillas, pero no era nada comparado con el desastre que le ocasione a la chica con la que acababa de chocar. ¿¿De dónde salió?? No puedo ser tan ciego, definitivamente necesitaba un descanso, un buen descanso.   -   ¡Uh! ¡Lo siento! - dijo la muchacha mientras agitaba su ropa.   -    No pasa nada, creo que fue mi culpa   Escuche una maldición de sus labios y sonreí de lado, la vi mover sus manos por la ropa mientras balbuceaba muchas cosas en voz baja, tome su brazo intentando que parara, su cuerpo se puso rígido y el mío reacciono de forma extraña. Y me refiero a extraña porque una corriente eléctrica subió por la columna, mi mirada se encontró con la suya y fue como si me golpearan con algo en el pecho. Tenía los ojos grises, pero no cualquier gris, era uno claro con tintes de celeste y verde, su pelo n***o y lacio le caía en cascadas hasta unos pechos exuberantes, sus rasgos eran finos, con su rostro algo redondeado y nariz perfilada.   -   Fue... Fue mi culpa, ando muy distraída- se acomodó el pelo detrás de la oreja mientras desviaba la mirada - Te compro otra cerveza - señalo mi vaso tranquila - Es lo mínimo que puedo hacer. - me sonrió tímidamente.   -    No es necesario- la seguí mirando, parece que ha estado llorando, tenía los ojos hinchados y rojos - Pero si me acompañas, puede que la acepte - le señale la barra del bar y sonrió   -    Creo que tendré que negarme, vengo con una amiga - apunto a la mesa de billar- Pero si nos encontramos en otra ocasión, puede ser... - volvió la mirada hacia mí y levanto su mano - Me llamo Ann, por cierto.   -   Ian- le estreche la mano sintiendo como la corriente se apodera otra vez de mi cuerpo - Bueno Ann, creo que será en otra ocasión – solté su mano despacio asegurándome de no cambiar nada en mi actitud, pero tengo la leve sensación que a ella le ha pasa lo mismo que a mí con nuestro contacto.   -  Bueno Ian, un placer, nos vemos. Y perdón otra vez - se alejó dejándome con la palabra en la boca y una sonrisa en la cara.   Me quedé parado en el mismo lugar como un idiota mientras Ann caminaba hasta la mesa de billar donde estaba su amiga con dos vasos de cerveza ¿Por qué no las vi recién? Digo no es como si fueran mujeres que pasaran inadvertidas, de hecho, la mitad de los hombres aquí presentes la observaban, incluso el barman. Verla caminando hasta su amiga no ayudo en lo más mínimo, la mujer desprendía seducción por todos sus poros, era como ver a una musa caminar para el deleite de su pintor. Me sentía como un maldito adolescente en este momento, el compás de sus pasos, la forma en que su jean se ajustaba a sus caderas o como su pelo lacio y brillante se novia de un lado para el otro, aprete mi mandíbula y me gire hacia mi mesa cuando las cosas por mi pantalón se pusieron apretadas e incomodas, estaba teniendo una erección, una erección con solo mirarla. pero… ¡¡que carajos!! >> Regresé a mi mesa con Luck que me miraba con la ceja derecha levantada.   -   ¡No pierdes el tiempo amigo! - dijo con una sonrisa en la cara.   -    ¿¿De qué estás hablando? - ¿¿acaso no vio lo que acababa de pasar???- Si para vos el tirarle una cerveza a terrible mujer es ligue, tengo que decirte, que estarás solo toda tu vida – reí un poco y él negó con su cabeza.   -   Hubo chispas – comento tranquilo. -   No lo veo así -    ¡Vamos! no sé cómo lo haces - dijo mientras tomaba un trago de su cerveza - Hasta cuando no haces nada, dejas a todas babeando.   -  No creo que ella babee por mí - mi frustración se notaba - La ofrecí que tomara algo conmigo y no quiso, dudo que este soltera.   La mesera se acercó a nosotros con una enorme sonrisa en su rostro, Luck le sonrió con galantería mientras yo observaba a las mujeres que jugaban una partida y se reían entre ellas, desvié mi vista cuando la mujer que llegó hasta nuestra mesa, me dejó un chopp nuevo de cerveza. Era bastante atractiva, pero nada con parado con la morocha exuberante que acaba de chocarse conmigo.   -  Es de parte de la señorita - dijo y se marchó para llevar el resto de los pedidos.   Llevé mi mirada hacia la morena de pelo n***o que me sonrió y afirmó con la cabeza mientras levantaba un trago en su mano, le devolví el gesto y sonreí, era mucho más linda cuando sonreía, su piel brillaba al igual que sus ojos, su amiga le dijo algo captando su atención y ambas rieron mientras seguían. Mis ojos se desviaron a la segunda, era una mujer muy bella, su cabello rojo estaba suelto y lleno de pequeños rulos, era delgada y de curvas marcadas, parecía que eran de la misma altura y al igual que Ann, su amiga tenía ojos claros.   -  Sabes… - Luck me saco de mi acoso - …nunca me he tirado una pelirroja - no pude evitar reírme con el comentario de mi amigo. -   ¿¿No?? Estaba seguro que te habías follado a medio Seattle - nos reímos los dos mientras miraba el terrible culo de Ann a la distancia, ese pantalón sí que era favorecedor.   -  ¡Vamos! – mi amigo se levantó y me hizo señas con su cabeza - Invitemos una partida, capaz que podemos irnos acompañados esta noche.   Luck trabajaba conmigo de seguridad desde hace años, nos enlistamos juntos para ser agentes y desde entonces éramos amigos, no recordaba ningún momento importante donde mi amigo no estuviera, simplemente estuvo ahí desde el día uno, siempre a mi lado, siempre dispuesto a ayudar o simplemente para regañarme. Hoy en día manejamos nuestra propia empresa y tenemos más de 40 hombres a nuestro mando, parece poco, pero cuando uno recién comienza es genial. Una risa me distrajo, las mujeres estaban a punto de terminar su partida, y llevaban varias copas encima. Luck me miró, asentí para luego levantarme y dirigirme con él hacía la mesa, las chicas estaban ajenas a nuestra llegada mientras Ann levantaba los brazos victoriosa y se burlaba de su amiga que ahora mismo tenía el ceño fruncido.   -     ¿Qué les parece una competencia chicas? - dice Luck apenas llegamos. -    ¿Están preparados para perder? - pregunta la pelirroja con una sonrisa enorme. - Porque les aseguro que eso es lo que va a pasar - las dos se ríen al mismo tiempo, vaya que están tomadas.   -  Bueno, si están tan seguras de que van a ganar – comente tranquilo - Deberían aceptar entonces - desafío a Ann que me mira. -   Esto va ser interesante...- Ann nos mira a ambos - Pero mejor apostemos algo, así se hace más entretenido...   La picardía de su gesto envió descargas a todos mi sistema haciendo que mi amigo cobrara vida nuevamente, definitivamente estaba en modo puberto. La pelirroja empezó a reírse achinando sus ojos un poco, pero se lograba ver su color, un verde oscuro como la esmeralda asomaba entre sus pestañas, ahora que la miraba de cerca podía jurar que su cuerpo era el de modelo de pasarela, aunque no era fea, no tenía las curvas de la despampanante morocha.   -  ¡Me parece bien! - dijo Luck con una sonrisa pícara - Si nosotros ganamos, nos dan sus números de teléfono y nos dejan llevarlas a casa...- ambas se miraron por un segundo.   -  ¡Bien! Pero si nosotras ganamos, ustedes pagan los gastos de esta noche. - nos reímos los dos a la misma vez.   -   ¡¡Aceptamos!!   Mi lerdo ni perezoso mi amigo se dirigió con la colorada, sus dientes asomaron en una enorme sonrisa que yo denominaba como “la baja bragas”, pues, así como suena, esa era la mirada que utilizaba para sus propósitos siempre que conseguía alguna nueva chica para llevar en su tour de sexo por doce horas y luego esfumarse tan rápido como llego. Yo no era así, aunque muchas veces quise tener su capacidad para coquetear nunca se me hizo fácil y natural, ligar no era lo mío, no servía para esas cosas, con suerte lograba conquistar alguna chica con charlas largas y salidas románticas, digo con suerte porque mi repertorio amoroso era escaso y la novia seria que tuve, fue hace algunos años. Sacudí mi cabeza y me concentre en Ann, su cuerpo se movía con gracia alrededor de la mesa mientras preparaba la mesa para jugar, esta mujer era afrodita en persona, relamí mis labios y le sonreí cuando me observo, este juego sería interesante, muy interesante.
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