CAPÍTULO VISe detuvieron a la sombra de un roble, ya afuera del bosque. Amanda temblaba, no tanto de miedo, como de ira, de indignación. —¿Cómo se atrevió?— exclamó—. ¿Cómo se atrevió a una traición así? Me había dado su palabra… Peter movió la cabeza de un lado a otro. —Sé justa— dijo—. Lord Ravenscar te prometió que no permitiría a los soldados, registrar sus jardines y terrenos. No están buscando en ellos. Están sólo esperando, con la certidumbre de tener un blanco seguro. Amanda se cubrió el rostro con las manos. —¡Asesinarte a sangre fría!— exclamó—. ¡Hacer eso… es monstruoso! Ese hombre es una bestia. Todo lo que me habían dicho de él es cierto— con voz llena de horror añadió—. ¡Y yo estoy comprometida con él! ¿Qué voy a hacer? —Esperar… tratar de ganar tiempo— contestó Peter—,