—¿Sabes qué es lo más estúpido? —me eché a reír, en medio de un ataque de hipo. Felipe me observó, sentado frente a mí en una de las mesas más alejadas de su café. Estiró su mano, tratando de quitarme la botella de Jack Daniels, que tenía en mis manos. —Shhhhh quieto —le dije, negando con mi índice mientras alejaba la botella de sus manos. —Chaparra, ya es suficiente. No puedes tomar en mi café —amenazó, frunciendo el ceño en mi dirección. Me eché a reír otra vez, dando pequeños golpecitos en la mesa con el puño. —Claro que puedo. ¿Qué crees que diría Nina si se entera que tú me echaste? El castaño gruñó con exasperación, pasando ambas manos por su rostro, giró su cuerpo hacia atrás, viendo detenidamente hacia la puerta. —No quiero que tu padre venga como loco a reclamarme de algo qu