El Pushkin Patisserie es una de las más famosas cafeterías de Moscú, clásico y con atmosfera francesa que transporta a todo aquel que entre a la época de Maria Antonietta. Lucifer, en su forma humana y vestido elegantemente con varias capas de ropa para hacer de cuenta que se estaba protegiendo del invierno otoñal que ya golpeaba a la de por sí siempre fría Rusia, entró al local y pidió dos cafés sin azúcar y dos trozos de la más famosa (y cara) tarta de dicha cadena de cafeterías. Pasaron unos minutos hasta que alguien se sentó a su lado, y entonces Lucifer sonrió torcidamente y le tendió el café y la tarta. -No vine a comer tartas – dijo Raziel, acomodándose su gruesa bufanda. -Has cambiado tu forma humana, te ves más viejo que yo – dijo Lucifer, mirándolo de pies a cabeza y aguantan