07

1698 Words
Desperté por la alarma de mi teléfono, dios me quedé dormida toda la tarde. El idiota de Adam estaba igual de dormido que yo, pero en su caso con la boca abierta. Lo que me enfadó fue ver a Geum haciéndonos fotos. - ¡Geum! Me levanté a toda prisa para arrebatarle el teléfono, pero él es tres veces yo. Por más que intentara arrebatarle el móvil, era imposible. - ¿Por qué hacen tanto ruido? Ni dormir dejan, par de estúpidos. —se quejaba Adam, aún adormilado. - Estaban tan tiernos durmiendo abrazaditos, las publicaré en mi i********:, para que todos vean lo tiernos que son y no piensen que solo se tiran del pelo en la calle. Geum debía estar de broma, eso sería el fin de mi poca vida social. - ¡No! No publiques eso, soy inspectora, necesito mantener mi estatus. El me da igual, que se joda el burro de Adam. - Cierra la boca gorila, que no se te entiende. Sólo escucho uh uh uh. —se burló aún tumbado en el sofá. - ¡Serás burro! Iba directamente a subirme encima de Adam para golpearlo, pero Geum me levantó en brazos, impidiendolo. - ¡Suéltame que lo mató! Media hora después, me estaba preparando en mi habitación. ¿Cómo debo vestirme? Llamé a Jena por teléfono y me ayudó a elegir un atuendo. No es mi primera fiesta, de hecho he ido a varias… Mi atuendo consistía en unos jeans rotos a la rodilla y un top blanco de tirantes, que hacía juego con mis converse negras. Blanco y n***o siempre pega y suele ser elegante. Iría en vestido, pero no me agrada mucho, bastante que llevo escote… soy más de pantalón y a las justas de falda. Me terminaba de maquillar, apenas uso el rimel de pestañas y dos cosas más… con todo chicos en casa, como para saber algo de maquillaje. Estaba por irme, pero me asuste al ver a Adam de brazos cruzados apoyado en el marco de la puerta. - ¿Cuánto tiempo llevas ahí? - El suficiente para querer arrancarme los ojos… no creo que debas ir. —volvió a repetir. - No es mi primera fiesta, Adam. - Lo se, pero han matado a alguien. Entende que me preocupe por ti… y por el asesino, porque menuda tendría que aguantar. Rodé los ojos, para después agarrar mi teléfono y salir de la habitación con él siguiendome los talones. Salí de casa a toda prisa, para que no me siguiera más. Pero llegó a salir al porche. Justo un todoterreno n***o aparcaba en la puerta de casa. Era Ian James, puesto que era su coche. Tan llamativo y oscuro, como él y su aura. - No llevas ningún abrigo... Lea Walker no entres en ese coche. - Yy la puerta se está abriendo, Adam… debería entrar. - ¡No lo hagas Lea..! Amenazaba con su dedo índice. Le sonreí ampliamente. - James me dejará su abrigo, tengo que irme, burro. Entre en el coche ignorando a mi hermano que seguía amenazándome. Ian me miraba con el ceño fruncido. - Vamos, no quiero escuchar más a ese burro. - No voy a dejarte mi chaqueta, Walker, bastante que Jimin me convenció de venir por ti. Arrancó el coche, dejando atrás los llamados de un Adam Walker más que enfadado. Me encogí de hombros. - Tampoco dije que lo quisiera. Era una excusa para escapar de mi hermano. - Ajam… El camino a la fiesta fue incómodo, muy incómodo. En la radio sonaban puras canciones de pop románticas. Gracias a dios, llegamos por fin a la fiesta. Fiestas en lugares abandonados, son las mejores. Lo digo por experiencia. Lo malo es que hace frío y hay mucho borracho. Lo bueno, es más fácil sacarles información. Pero claro, llegamos pronto. Tendríamos que esperar a la una de la madrugada, para preguntar por Yina. Los dos bajamos del coche, al instante sentí el frío calandome los huesos. Maldito Adam y su faceta de súper papá mandon. Me dirigía directamente a donde estaban las chicas, Ian me seguía los pasos desorientado. No es un chico de fiestas, a pesar de su aspecto. Parece todo lo contrario, chico musculoso, con tatuajes y va de sobrado por la vida. Típico fiestero de universidad. Las chicas me saludaron e inmediatamente nos dieron un vaso de plástico. Los típicos rojos y azules. Con a saber que dentro. Pegue un gran sorbo, terminándolo. Mire al chico, quien ponía caras de asco. Lo aleje un poco de los demás, agarrando su brazo. Me estaba dejando un poco en ridículo. - ¿Pero qué te pasa? Parece que en tu vida hubieras ido a una fiesta. - Es que no he ido a ninguna fiesta… no soy un alcohólico y un porreta como tus amigos. - Eso no lo negaré… pero yo voy a fiestas y no soy así. Ir a una fiesta, no te convierte en un delincuente. Intentamos adaptarnos a la fiesta, pero era notable que él no estaba a gusto. Me aleje de las chicas y estuve caminando con él en silencio, mientras buscábamos a los amigos de Yina. Para eso, nos tuvimos que adentrar en la zona oscura de la fiesta. La zona peligrosa de toda fiesta, donde están los borrachos, delincuentes (concretamente macarras, buscadores de peleas o ladrones de pequeños hurtos) era la zona en la que estaban los amigos del novio de Yina, frecuenta esta zona, porque es parte de los chicos de cazadoras de cuero. No me gustaba estar en esta parte, apenas entran chicas en esta parte de la fiesta. Por algo sería. Las que entran, lo hacen acompañando a sus novios. También llamé a Toby advirtiéndole de que al final no iría a su casa, porque el idiota de Adam quiere que regrese a casa directamente. - ¿Oye? —intenté llamar su atención. - ¿Qué? - ¿Por qué viniste a mi casa, si quedamos que me recogerlas en casa de Toby? - Vives al lado literalmente de Toby. Sólo fue coincidencia, te vi y paré delante de tu puerta, pero iba a la siguiente casa. - Cierto… vivimos a lado. Las horas iban pasando, ya eran alrededor de la una de la madrugada. Ya eran evidentes los borrachos, cuanto más caminábamos, más oscuro se volvía la situación. Llegamos al punto de llegar a la zona x de la fiesta. En la que todos estaban sobrepasados de todo. Miles de parejas enrollándose en coches, bebiendo sin desenfreno y fumando de todo. Tuvimos la estúpida idea de separarnos, yo buscaba a la amiga de Yina y a el novio. Pero terminé encontrando al novio y no en un buen momento. Estaba discutiendo con otros dos tíos, intente no hacer ruido, pero pise una botella de cristal y los tres me miraron. - Hola ¿do-donde estoy..? Me hice la borracha. Tampoco creo que fuera buena idea, estaba en mitad de la nada y con tres tipos para nada amigables. Lea Walker, la cagaste. En menos de dos minutos ya me estaban acorralando contra el coche, que deduzco que es de alguno de ellos. - ¿nil Sean? - ¿De qué sabes mi nombre? - Vamos a la misma universidad… y eres lindo. Mis dotes de coqueteo no son muy buenos. Apenas llegue a tener una pareja en toda mi vida y duró menos de un mes. Y encima fue en secreto, si Adam se hubiera enterado, Jun estaría muerto. - No te recuerdo, pero estoy seguro de que mis dos amigos podrán disfrutar de un buen rato contigo. Ella a cambio de mi libertad, chicos. - ¿Qué? ¿Libertad? - Mira bonita, no es nada personal, les debo dinero y tu eres un buen negocio. Ellos pasan un buen rato contigo y yo soy libre. — De acuerdo, Nil, la verdad creo que esto es mejor que 100 dólares. —soltó uno de los dos tipos, tocando mi pelo. - Entonces todo en orden con nosotros. Disfruten de la noche, chicos. Se fue sin más, no se dio la vuelta en ningún momento. No le importó que esos chicos tuvieran malas intenciones conmigo. Lo que me lleva a pensar en él como sospechoso. Lo veía alejarse, mientras uno de los chicos me besaba el cuello y me tocaba de más. Era imposible escapar de ahí, eran dos y yo solo una. Luché todo lo que pude para quitármelos de encima, uno de ellos abrió el coche, seguramente con intención de meterme en él. Lea Walker, te metiste en la boca del lobo. Me asqueada a mi misma, mientras sentía las manos de ese tipo tocarme de más. Quería salir de ahí, quería llorar. Cerraba mis ojos con fuerza deseando con todas mis fuerzas ser transportada mágicamente a mi casa, concretamente a los brazos del burro de mi hermano. Sentí un fuerte golpe y después el alivio de que el tipo se alejó. Cuando abrí los ojos, los dos estaban en el suelo. Ian James soltó la barra de metal, con toda la adrenalina del momento. Con el traía a la amiga de Yina, Nora Shin . Se acercó a mí, poniendo sus brazos en mis hombros. Estaba asustada, así que, prácticamente me lance a abrazarlo. El dejó sus brazos en alto, sin saber cómo responder a mi acto. - ¿Te hicieron algo? - No… gracias, te debo una. - La idea de separarse fue mía, en parte tengo la culpa. Vámonos a casa, llevaremos a Nora también, apenas puede andar de lo borracha que va. No me negué, moría por llegar a casa, ducharme urgentemente y abrazarme como lapa a mi hermano. Los tres llegamos al coche de Ian, le tocó llevar a Nora tal cual saco de patatas de la borrachera que llevaba y lo peor es que yo me abrazaba a su otro brazo tal cual niña pequeña asustada. Le ayudé a meter a la chica en los asientos traseros y después entre de copiloto, el también entró en el coche. Pero no arrancó, se limitó a poner el seguro en las puertas. - Aprovechemos para sacarle información, después la llevaremos a casa.
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