Prólogo
Lunes, veinticuatro de diciembre. Justo un día antes de Navidad. Hacía un frío abrumador en la calle, la nieve inundaba toda la ciudad. Volviéndola de un color blanco.
Eran las 7 de la mañana, la inspectora Lea Walker había recibido una llamada de su nuevo compañero, el inspector James. Un nuevo caso se avecinaba. La emoción en la inspectora Lea era evidente, adora resolver los casos, sobretodo los más difíciles y complicados. Saber cómo piensan los asesinos, ese era su trabajo. Meterse en la mente de un asesino.
Divisó a lo lejos a su compañero, junto a la forense Aria Park. Un cuerpo yacía en el suelo, llegaba a distinguir a una mujer joven. Cruzó la cinta policial, hasta llegar junto a su compañero.
- Buenos días, inspectora.
- Siento que será un buen día, James.
La chica le alcanzó el café, al inspector. Quien no dudó en cogerlo, después de quitarse uno de sus guantes. La forense seguía centrada en el cadáver.
- Me asusta tu entusiasmo en el caso, Walker...
Habló el chico de cabello n***o, mientras miraba el café capuchino que le había traído su nueva y rara compañera.
- ¿Que tenemos inspector?
La chica se centró en el cadáver. El chico suspiro, para después sacar una pequeña libreta que guardaba en el bolsillo de su abrigo.
- Mujer, de nacionalidad Rusa. Entre los treinta o treinta y cinco años.
- Veo que murió estrangulada ¿o me equivoco, Aria?
La forense levantó su mirada, sonrió cómplice a la chica. A pesar de llevar un año en el cuerpo, y de que este era su primer caso oficial, parecía toda una experta. No es para menos viendo de qué familia viene… toda una dinastía de policías, había en su familia. Aunque la mayoría se negaron a entrar en homicidios, era un puesto muy duro. Ver cadáveres, no es lo más agradable. O eso piensa el resto de su familia, para ella es algo fascinante. Llegar a ver por sus propios ojos la crueldad que puede llegar a tener el ser humano, ver lo despiadados y miserables que somos. Algo que no a todos les gusta asumir.
- Estás en lo correcto, murió de asfixia. Al parecer lo hicieron en otro sitio, deduzco que la lanzaron desde un coche en marcha. Por las marcas de neumático en el suelo, fue a gran velocidad. También se puede ver en el cadáver, que presenta varios hematomas por todo el cuerpo.
- Parece una buena chica, ¿Quien le haría algo así?
- Y a un día de navidad. Eso sí que es crueldad... —susurró la inspectora.