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1859 Words
Viernes 11:27 de la mañana. Estaba a punto de terminar la clase de química. Se me estaba haciendo eterna. Toda la semana se me a hecho eterna. Necesitaba meterme de lleno en el caso, y las clases no me dejaban. Solo podía pensar en el caso, en quien pudo hacerle algo así a Yina. Cada clase me la pasaba observado a las personas que eran cercanas a ella. A algunos se les notaba el dolor de la pérdida de alguien conocido, pero otros estaban tan normales. Como si Yina nunca hubiera existido. Puede ser un estado de negación, pero en algunos noto que no les importa una mierda lo que le pasó. Salí de mi trance cuando toco el timbre que daba comienzo a la hora libre. Recogí mis cosas y salí de la clase a toda prisa, me dirige a mi taquilla y allí deje todas mis cosas. A lo lejos vi a Jun, cerré la taquilla y fui tras él. - ¡Jun Song! —grité. El chico iba con el resto del equipo, me tocó tirar de su brazo para alejarlo. Nos quedamos cerca de los vestuarios masculinos. - ¿Que haces Walker? - Tengo que hablar contigo. - ¿Quieres volver? Hablo el chico, mientras rodeaba mi cintura y me apegaba contra la pared. - ¿¿Que?? No, no. Haber te estas yendo de contexto. - Podemos intentarlo de nuevo, Lea… - Ajam, a lo que venia. —solte cambiando de tema, ignorando su coqueteo.— La fiesta empezá a las 23:30 ¿cierto? - Si, ¿vendrás? puedo ir a recogerte, Lea. - No es necesario, voy con Ian. - ¿con Ian? ¿¿Ian James?? - Eso dije, Jun. - no puedes ir con Ian, él no va a fiestas. Y no te veo con James, eres una Walker. Todo el mundo sabe la historia de los Walker y los James. Intenté soltarme de su agarre, pero el chico seguía sujetando de la cintura. - Pues ahora ira. Jun, eso no te incumbe. Debo irme. - Espera Lea. Si me incumbe, fuimos algo ¿recuerdas? - Lo recuerdo Jun , no tengo memoria de pez. Pero como ya sabes, ahora mismo no hay nada. Nada de nada. Osea que debe importarte tres pepinos y medio lo que hago o dejo de hacer. - ¿Walker? ¿Qué haces aquí? Di gracias porque el idiota de Ian llegará justo en este momento. Jun se distrajo con la llegada del chico de cabello n***o, así que, aproveché para zafarme de su agarré. - Un placer hablar contigo, Jun. Pero debo irme, tengo cosas mejores que hacer. James, camina. Ordene, mientras me llevaba a este del brazo. Lo guíe hasta una de las esquinas alejadas del pasillo. - Bien, tenemos que estar a las once de la noche, Ian. Debemos estar allí a esa hora. —Solté ignorando lo sucedido hace apenas segundos. - ¿Ni un gracias, Walker? Te salvé el culo con Jun Song. - Ajam, tampoco te pedí ayuda, Ian. El soltó un bufido y se llevó las manos a la cadera. - Bien, a las once en la fiesta ¿no? - No espera, Ian, tienes que recogerme a las diez y media en mi casa. - ¿Qué? No, ¿por qué haría eso? —se negó aún con las manos en su cintura. - ¿Por qué somos compañeros? No tengo coche James. - No voy a recogerte, buscate la vida, Walker. Dicho eso se alejó por el pasillo, dejándome con la palabra en la boca. - ¡Eres insoportable, Ian James! Le grite, el chico se limitó a enseñarme el dedo del medio mientras seguía caminando tranquilamente. Idiota. Volví a mis clases, aún me quedaban unas pocas, elegí refuerzo de matemáticas, ya que son necesarias o eso dice mi padre. Mientras los demás van a sus clases de deportes, yo voy a resolver ecuaciones… genial ¿verdad? No me gusta correr de gratis, solo cuando es detrás del idiota de mi hermano. Y para pegarle, claro. 『 °*• ❀ •*°』 Unas cuantas horas después, llegué a casa agotada. Adam Walker no fue a buscarme el muy idiota. Estaba molesta, así que dejé caer la pesada mochila en la entrada y me dirige firmemente hasta su habitación, entré sin previo aviso. El chico se espantó al instante, estaba en ropa interior. Parecía haberse duchado y acaba de salir del baño. - ¿¡Qué mierda haces!? ¡Lea! - Ni que me emocionada, por dios. No eres Lake el capitán del equipo… ¿¡Por qué no viniste a recogerme!? - Trabajo, mucho trabajo. Me dio la espalda y comenzó a ponerse los pantalones, todo sonrojado. Es tonto… - No es excusa, mientras venías a casa podrías haberme recogido. Además ¡Te ha dado hasta tiempo de ducharte! - Ya déjame en paz, no quise ir por ti y ya está. - Eres cruel con tu hermanita pequeña, ¡se lo diré a mi papa! - No lo hagas… ¡Lea Walker! - Se lo diré de manera adorable, y mi papá te regañara. —Solté en un tono infantil. - Odio que seas mi hermanastra… si no lo fueras podría echarte de casa. - Saldré esta noche, no le diré nada a papá de lo que me hiciste, si tu no te metes en mi salida. - ¿Por qué haría eso? —se cruzó de brazos, alzando una de sus cejas. - Porque eres mi hermanito mayor y me quieres. Necesito que me cubras esta noche, tengo que conseguir pistas para el caso. - No puedo dejarte salir de madrugada, Lea. - No es de madrugada, saldré a las diez y media y volveré antes de las doce y media, lo prometo. El quitó terminó de acomodarse los pantalones, para ponerse la camiseta y terminar con su típica pose de embarazada.. - ¿Con quien saldrás? Iniciaba su interrogatorio. - Pues con gente. Ahora era yo, la que salía de su habitación, y el, el de las preguntas molesto. - ¡Ya no hagas eso! Me perseguía mientras bajábamos las escaleras, frene en seco y me di la vuelta de inmediato, terminando estampado mi cara contra el pecho del pálido. - ¿¡Pero qué haces, mocosa!? - No no no, ¡Está el señor lucifer ahí! ¡Sácalo! La bola de pelo gris, estaba justo en el primer escalón de la estrecha escalera. Le tengo pánico a ese gato desde pequeña, una vez me atacó y terminé en urgencias por su culpa. Desde entonces es verlo y entrar en pánico. - Es solo un gato viejo y muy gruñón… no es para tanto, Lea. - Claro, como no fue a ti, a quien atacó, Adam… - Bien, bien, ya lo sacó Este se encargó de coger al gato en brazos y de llevarlo a la habitación de Geum. Cuando pasó por mi lado, el gato me bufo, consiguiendo asustarme. Baje corriendo el resto de escaleras que quedaban, justo mi padre entraba por la puerta. Termine abrazandolo, tal cual niña pequeña. - ¿Otra vez peleándose? ¡Adam Walker, baja de inmediato! - No, no papá, fue lucifer el que me bufo. - Yo no hice nada, lo prometo papá. Este bajaba las escaleras a toda prisa, asustado por el llamado de nuestro padre. - Por dios Adam, tienes la cremallera del pantalón abierta, ¿¡Que tanto hacías arriba!? - Es un pervertido papá, seguro estaba viendo cosas indebidas… —me metía en el regaño de mi padre metiendo más zizaña. - ¡Pero si tu estabas contigo! - ¿Qué? ¿¿Qué estabas haciendo que con tu hermana teniendolos pantalones asi?? —indago nuestro progenitor. - No, no, no, papá no. No hay nada indebido, ella me grito, yo le grite y pum el gato, no me dejo vestirme tranquilamente porque no la fui a recoger, luego me grito de nuevo y el gato bufaba… no hice nada indebido... Bueno no con ella delante, obviamente en la ducha hice cosas. - Has hablado tan rápido, que no he entendido una mierda, Adam. Te he dicho miles de veces que no habes tan rápido, porque parece que estés rapeando. - Jamás, pero jamás vería a Lea como una mujer, papá. Es mi hermana y para mi es un gorila de circo, no una mujer. - ¡Será burro! ¡Papá me insultó delante de ti! ¿¡Cómo que gorila!? ¿Acaso viste el tremendo trasero que tengo? El me miró arrugando su nariz, con asco. - Ya paren los dos, gorila y burro, vayan a preparar la comida, tengo hambre y me duelen los pies. Dicho eso, subió las escaleras dejándonos en un duelo de miradas enfurecidas. - Te odio, Burro. —Solté. - No más que yo, Gorila. De un momento a otro, los dos empezámos a reírnos como estúpidos. Así somos los Walker, nos gritamos, discutimos, pero siempre terminamos riendo y de buena manera. No podemos estar enfadados, al menos Adam y yo. El y Geum si que se pelean de verdad y no se hablan por una semana entera. Supongo que eso es orgullo de chicos… Entre los dos preparamos la comida, unas cuantas horas después, estaba tirada en el sofá. No dejaba de darle vueltas al caso, Yina… nunca fui cercana a ella, ni siquiera me agradaba. Pero no era mala, puede que un poco arrogante. - ¿Estás bien? Se quedó en el marcó de la puerta, llevaba un bol con mandarinas ya peladas, listas para comer. Al verlo sonreí ampliamente, este escondió sus mandarinas. - Ahora que estás tú, estoy más que mejor. Ven aquí hermanito. - No… yo no quiero ir, Lea. - ven aquí Adam… Puso los ojos en blanco, para terminar viniendo al sofá. Se sentó a mi lado y aproveche para utilizar su regazo de almohada, mientras le roba pedazos de mandarina y el suspirar rendido. - ¿Como llevas el caso? - Nada bien, Adam… estoy estancada y Jimin no deja de mandarme stikers de gatos llorando. - ¿El rubio pollo? - Ese mismo... - ¿Ese es el que irá contigo esta noche? —indago. - No, iré con Ian James. El chico casi se atraganta con una mandarina, empezó a toser exageradamente. - ¿¡Como que James!? No puedes ir con el. - Empiezó a creer que eres demasiado sobreprotector o tienes un serio problema de celos, muy turbio, conmigo... - Soy tu hermano, es normal que no quiera que andes con chicos y menos si es Ian James. - Sabes que me da igual lo que pienses ¿verdad? no quiero nada con Ian James, es trabajo, parece mentira que no me conozcas. - Te conozco, pero a él no. Solo ten cuidado y si llegara a pasar algo raro llámame de inmediato, no dormiré hasta que vengas. - Esta bien, no llegaré muy tarde lo prometo. Los dos nos quedamos viendo un programa de televisión, la verdad es que no preste atención y terminé quedándome dormida. Estaba agusto y también cansada.
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