Desperté algo aturdida, abrí mis ojos poco a poco. Pude ver que por mi ventana ya se veía el cielo oscuro. ¿Cuántas horas dormí? Bostece mientras me estiraba, pero apenas pude hacerlo ya que no podía mover mis brazos.
Unos brazos se aferraban a mí, por mi espalda y no eran de Adam, porque no eran pálidos y no eran sus inusuales manos. Giré mi cabeza encontrándome de narices a Ian James, totalmente dormido.
Quería despertarlo y pegarle una buena bofetada por la confianza que se había tomado. Pero no podía mover los brazos y en parte me daba lástima, se veía cansado y dormía como si fuera un bebe, al punto de roncar.
Conseguí sacar uno de mis brazos y alcanzar mi teléfono en la mesita de noche. Entre en los chat, tenía demasiados, pero sólo me interesó el de mi hermano. Adam me envió u
