Esto era demasiado incómodo, llevábamos más de tres horas en esa maldita lancha. No hablábamos, y no me había movido ni un milímetro de mi posición. Mi pánico aumentará considerablemente cuando al estúpido de James le daba por jugar con el agua y conseguir balancear la lancha de los cojones. - Necesito salir de aquí… me estoy mareando, necesito a mi hermano. —suplique. - No seas paranoica Lea, alguien aparecerá y nos sacará de aquí o la lancha se irá moviendo, como ha hecho en estas tres horas. - Cada vez estamos más lejos de la boya, no deberíamos alejarnos de ella.—pedí. - Está bien, intentaré atar la lancha a la boya ¿contenta? Me limité a intentar calmar mi respiración, mientras él se ponía de pie en la pequeña lancha. Cerré los ojos con fuerza, deseando no morir ahogada. - Y