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1782 Words
Esto era demasiado incómodo, llevábamos más de tres horas en esa maldita lancha. No hablábamos, y no me había movido ni un milímetro de mi posición. Mi pánico aumentará considerablemente cuando al estúpido de James le daba por jugar con el agua y conseguir balancear la lancha de los cojones. - Necesito salir de aquí… me estoy mareando, necesito a mi hermano. —suplique. - No seas paranoica Lea, alguien aparecerá y nos sacará de aquí o la lancha se irá moviendo, como ha hecho en estas tres horas. - Cada vez estamos más lejos de la boya, no deberíamos alejarnos de ella.—pedí. - Está bien, intentaré atar la lancha a la boya ¿contenta? Me limité a intentar calmar mi respiración, mientras él se ponía de pie en la pequeña lancha. Cerré los ojos con fuerza, deseando no morir ahogada. - Ya estoy casi, suerte que había…. ¡Aaah! Abrí los ojos, la lancha se balanceó aún más, cuando el chico cayó a mis pies asustado, llegando a abrazarse a mis piernas. - ¿¿Qué haces pedazo de idiota?? ¡Has conseguido alejarnos un metro de la boya! Ya no podremos llegar a ella. - Encontré a la pareja de Nil… o al menos a quien pertenece la ropa que encontraste. Hay una mujer atada a la boya… muerta. - ¿¿Qué?? ¿También la mataron? —pregunté sorprendida. - Un tiro en toda la frente… me da que primero la mataron a ella, por la sangre de la esquina de la lancha. Después el agresor se llevaría a Nil… pero no entiendo muy bien esta mierda de caso. - Quiero irme a casa… —lloriquee. - Yo también. Pero sigue sin haber señal y ya es por la tarde, pronto empezará a irse el sol. Debemos mantener la calma e intentar acomodarnos bien en la lancha, sin estropear pruebas. El chico aprovechó que teníamos el maletín de inspección, para recoger las posibles pruebas y guardarlas en este. Cogió muestras de la sangre y de algún fluido poco agradable de la lancha. Por suerte pudimos limpiar esa horrible zona y acomodarla para poder tener más espacio y cubrirnos un poco de la noche que cada vez estaba más cerca y presente. - Ven, ahí estás más descubierta al frío. - No cabemos los dos, esta mierda de lancha no es ni un poquito ancha. - ¿Eso fue una rima, Lea? - Lo siento, cuando me siento un poco nerviosa digo rimas estúpidas… es por culpa de mi hermano. El chico me agarró el brazo y me hizo sentarme entre sus piernas, no era nada cómodo. Me rodeó con sus brazos, consiguiendo que no hiciera tanto frío. - No te emociones, es solo porque no quiero morir de hipotermia y parte de la culpa de estar aquí es mía. No dije nada, tampoco tenía nada que decir. Estaba demasiado tensa, debía intentar relajarme. Intenté relajar mi respiración y apoyé mi espalda en el torso de Ian James. Podía sentir como su respiración también estaba alterada, también estaba asustado. - ¿Crees que mañana nos sacará de aquí? - Supongo que si, Lea, alguien se dará cuenta de que hemos desaparecido y nos buscarán… a unas malas, es probable que mañana estemos en la orilla o al menos cerca de esta. - ¿¿Y si no nos busca nadie?? - Pues viviremos juntos en esta lancha, aprenderé a pescar y comeremos peces crudos. Tendremos una bonita lancha y de vecina un cadáver… ¿Quieres algún hijo? Porque muchos no cabemos aquí y la comida no es que sobre. —bromeó. - Ya no bromees así, en serio tengo miedo… - A unas malas, nos lanzamos al agua y andamos hasta el muelle. —soltó. - Ya te lo he dicho no sé nadar. - Pues te llevo a la espalda, pero debemos na… - Casi muero ahogada con mi madre, ella murió delante de mí…. El chico se quedó en silencio, necesitaba contar la historia para que él dejara de insistir. Y a la vez necesitaba contarlo y desahogarme. - Era una noche de frío diciembre, concretamente el sábado 20 de diciembre. Mi madre y yo salimos de casa, por mi culpa… Le pedí a mi madre que comprara para hacer galletas navideñas, insistí demasiado hasta que ella aceptó. A pesar de estar lloviendo muchísimo ella aceptó ir. Me dejó subir de copiloto en el coche, algo que normalmente no hacía, pero ese día por suerte lo hizo, si no, yo estaría muerta. Todo iba normal, estábamos por llegar e íbamos cerca del río Han. Pero alguien disparó, aún no se sabe si fue directamente a mi madre o si solo fue una bala perdida que iba para otra persona. El coche se le fue, consiguiendo perder el control de este… caímos por el pequeño barranco hacia el río. Ella estaba mal herida y el agua se iba metiendo en el coche ahogándonos. Recuerdo que el agua estaba teñida de rojo y que mi madre luchaba por conseguir quitarme el cinturón… ella lo consiguió, me soltó de mi asiento y bajó su ventanilla con las pocas fuerzas que le quedaban me sacó de ese coche… Lo siguiente que recuerdo es despertar en el hospital. - Yo realmente lo siento mucho, Lea. - Bajo ningún concepto me meteré en el agua, lo siento. Sentía el agua recorrer mis mejillas, mierda, estaba llorando. El chico me abrazó con más fuerza, me giré un poco y me abrazó a su cintura, dejando mi mejilla sobre su pecho. Él dejó su cabeza sobre la mía. No quiero hablar más, de hecho cerré mis ojos con fuerza intentando no pensar más en ese momento, pero no podía dejar de ver como me alejaba dejando a mi madre en ese coche… Antes también tenía miedo a los coches, me costó más de tres años conseguir subir a uno y superar ese miedo a base de terapia y apoyo por parte de mis hermanos y padre. No sé cómo, pero terminé quedándome dormida en esa fría noche. Desperté porque el sol me daba en toda la cara, el mareo era tanto, que todo me daba vueltas. Pero no había comido en todo el día de ayer, así que no tenía nada que poder vomitar. Levanté un poco la cabeza, para ver qué hacía el chico, pero fue una mala idea. Mi nariz rozó con la suya y justo él abrió los ojos. - amh… buenos días, Ian…. - ¡Ah mira! Estamos más cerca del muelle. Creo que puedo lanzarme al agua e intentar llegar al muelle. Desde el coche puedo llamar a asistencia en carretera y que vengan a ayudarnos - Pero entonces me dejaras sola… El chico suspiró, para después bostezar y estirarse. - La otra opción es que me tiré al agua y tire de la lancha. - ¿Estás seguro de que puedes, Ian? - ¿Bromeas? obvio que puedo. Venga, ten cuidado, voy a levantarme. Me eche para adelante, para que él pudiera levantarse. Empezó a quitarse los zapatos, para continuar con la camiseta y por último los pantalones. - ¿¿Pero qué haces?? - No voy a mojar la ropa, después tengo que entrar al coche. No rechiste, era algo lógico. No iba a mojar su queridísimo Mercedes AMG G 63. Se lanzó al agua sin previo aviso, salió a los segundos agitando su pelo. Le pase la única cuerda que había en la lancha… con la que nos íbamos a atar ayer a la boya. Y empezó a tirar de ella. Había pasado una hora y media y aún estábamos a mitad de camino. El chico descansaba agarrándose a la lancha. Hasta yo me cansaba de verlo. Pero por suerte, otra hora después llegamos al maldito muelle de los cojones. Si hubiéramos estado a la distancia que estábamos anoche, hubiera tardado cuatro horas más en llegar al muelle y sumándole que era de noche. Lo ayudé a subir a la barca y los dos nos subimos al muelle dejándonos caer en este. - ¡Por fin suelo! La emoción fue tanta por parte de los dos, que nos abrazamos al punto de terminar el encima de mi, empapado y en calzoncillos. - Amh… deberíamos irnos y llamar a comisaría, ¿no? Él asintió, se quitó de encima de mí y me ayudó a levantarme. Cogió su ropa y se vistió antes de entrar al coche. Condució hasta que al fin tuve señal y llamé a John enviándole del nuevo cadáver y de que mandara una patrulla preparada para meterse en el agua. Le comentamos en altavoz lo que había pasado. Nos dijo que nos fuéramos a casa y descansaramos un poco. Debo admitir que me dormí en el coche de Ian James. Desperté cuando ya estábamos en casa y me asusté porque lo primero que vi fue a Adam abrir la puerta del coche todo asustado. Ian James venía junto a él, como si hubiera ido a llamar a Adam, para que este viniera por mi. Me agarró la cara, preguntándome miles de veces si estaba bien, pero como me apretaba la mejillas no podía hablar. Después me abrazó de tal forma que casi muero por asfixia a manos de mi hermano. - Estoy bien, en serio Adam. - Vamos ahora mismo a casa, John me ha contado todo lo sucedido. Has pasado una noche muy mala, no voy a dejarte salir de casa en todo el día. James, entra en casa puedes darte un baño y te dejaré ropa… pero no te acostumbres, me has pillado en un día de buenas. Los tres entramos en casa, Adam me obligó a quedarme en mi habitación y a no salir de esta. Ian se dio una ducha en el baño de Adam y este le dejó ropa, ya que a la media hora vino a mi habitación con ropa de Adam. Se dejó caer en mi cama, a mi lado. - ¿Cómo es que mi hermano te ha dejado entrar en mi habitación? —pregunté sorprendida. - No lo a hecho, de hecho me pidió expresamente que no entrara. Pero soy un revele. - Ya, en serio. Adam te matará si te ve aquí. - Lo digo en serio. Pero ha tenido que salir por un problema en su restaurante con una abeja asesina y un tal Jorge o algo así. Salió a toda prisa y me dijo que me quedara contigo hasta que él volviera. - Ahg muero de sueño… Dije mientras bostezaba, se lo contagie a él, quien acomodó su cabeza en mi almohada. Mis ojos comenzaban a pesar, al punto de quedarme dormida.

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