Campbell, al observar al rey Alexander profundamente adormecido en esa íntima parte del cuerpo de la joven, decidió no interrumpir su profundo sueño, optando por permitirles descansar un poco más. Despertar a Alexander podría resultar peligroso para la muchacha por dos razones muy importantes: la primera, la mayoría de las veces, el rey despertaba de mal humor, y la segunda que el mayordomo consideraba la peor, era que Alexander en medio de su mal humor o imprudencia, podría regresar a su forma humana en frente de la jovencita, lo cual sería una cuestión indeseable en ese momento. Con extrema cautela, Campbell abandonó la habitación y decidió esperar pacientemente hasta que Alexander y Emily despertaran por sí mismos. Aún era temprano, por lo que no había prisa para que la joven comenzara