La partida comienza a dar giros inesperados y los movimientos audaces de Emily desconciertan aún más a Alexander. Cada jugada de la joven parecía tener un propósito y un plan oculto detrás. De un momento a otro, la chica se convierte en una implacable inquisidora, desmantelando las defensas de Alexander mientras sus piezas se mueven con coordinación y una estrategia magistral. Thomas, Campbell y Jaime observan en silencio, el sonido de las piezas de ajedrez y el crepitar de la leña en la chimenea son los únicos sonidos que llenan el salón. La sonrisa burlona de Alexander ha desaparecido y su expresión muestra apuro, ya que Emily lo está acorralando. Aunque el partido aún no ha terminado, está claro quién será el ganador.
—Oh no... —murmura Thomas en un susurro, sin apartar la mirada del j
