"Me corro, papi"

2444 Words
Mi hijastra se paseaba por la cocina solo con albornoz. No podía creer que siguiera tan ciegamente las órdenes de un desconocido. Bien podría haberle metido. Estaba casi desnuda frente a mí, su padrastro. Era de locos que fuera capaz de llegar tan lejos solo para contentarlo. —¿Qué quieres para desayunar, papá? —me preguntó tímidamente, inclinándose frente al cajón de los cereales. El albornoz tapaba poco más que su culo. La polla se me endureció solo de imaginar lo que había entre sus larguísimas piernas desnudas. —Con un café me basta —carraspeé. —¿Quieres que te lo prepare? —¿No te importa? —Claro que no. Mientras fingía leer el periódico, mi hijastra puso dos tazas de leche en el microondas, una con café para mí y otra con cacao en polvo para ella. Estaba seguro de que se había dado cuenta de que la miraba, pero cómo no iba a hacerlo con ese cuerpo. Estaba buenísima y se me exhibía con descaro. Noté que me estudiaba por el rabillo del ojo. —¿Cuántas cucharillas de azúcar? —me preguntó sonriendo. —No, sin azúcar. Gracias. Puso la taza enfrente de mí inclinándose más de la cuenta. El albornoz medio abierto me regaló unas memorables vistas de los puntiagudos montículos que tenía por pechos. Eran una preciosidad, y parecían la cosa más suave del mundo. No era lo mismo verlos en una pantalla que en directo, ni que me los mostrara a mí en vez de a quien ella creía que era un extraño. Me moría de ganas de aparcar ese teatro y deslizar mi mano por su escote. Necesitaba tocarla, sentirla. Quería auparla a la mesa y follármela ahí mismo. —¿Papá? —dijo. Parpadeé como saliendo de un trance y la miré a la cara. Ella sonreía fingiendo no darse cuenta de dónde habían estado mis ojos. —¿Quieres algo más? —repitió. —No. Gracias. Entonces se sentó a mi lado en la pequeña mesa. Normalmente lo hacía enfrente de mí, más lejos. Estaba desnuda. Pensé en su coño, húmedo en la silla. Podía deslizar una mano bajo la mesa para acariciarle el muslo, no tenía nada de raro que un padrastro tocara así a su hijastra, me dije. Pero sí lo era, claro que lo era. Traté de centrarme en la jornada laboral que tenía por delante. Pero me costaba mantener las manos lejos de ella, sobre todo si me miraba con esos ojitos traviesos por encima de la taza de cacao mientras notaba la piel de su rodilla rozando la mía. Me buscaba con la pierna. Parecía imposible que mi hijastra, a quien hasta hacía poco consideraba una niña inocente, disfrutara torturando a su propio padrastro. La muy puta sabía que me la ponía dura. En cuanto tomó su móvil supe a quién le iba a escribir. No podía dejar que lo hiciera, no mientras no tuviera forma de responderle. —Nada de móviles en la mesa —dije, autoritario. —Es solo un momento. —¿Qué he dicho? —le advertí. —Pero papá… —Ni peros ni peras. —Papá, es importante… —Pues se lo mandas después. Hizo caso omiso a mis advertencias mientras tecleaba. No solo me torturaba, también me estaba desafiando. Ni hablar. Le arrebaté el móvil de las manos sin previo aviso, antes de que enviara el mensaje. —¡Papá, lo siento! —gritaba. —¿Qué era tan importante? —No es nada, te lo juro. Perdona, perdona. —¿Con quién hablas? —¡¡Papá!! —me suplicaba casi llorando. En el fondo soy un blandengue, no soporto ver sus lágrimas. Le pedí que se calmara mientras le devolvía el teléfono con la condición de que no lo usara hasta que termináramos de desayunar. —Perdona… —No es nada, princesa. No tendría que habértelo quitado. —¿Puedo ir a mi cuarto? —preguntó con un hilo de voz. —¿Necesitas intimidad para hablar con tu novio? —No tengo novio —dijo a la defensiva. —Entonces es un amiguito. —¿Puedo ir a mi cuarto o no? Evidentemente dejé que se fuera. Nada más verla salir de la cocina desbloqueé mi móvil esperando su mensaje. “mi padrastro se ha enfadado conmigo” “Qué ha pasado?” “quise escribirte mientras estaba con él”“para decirte lo que hacía”“pero no me dejó”“casi me quita el móvil” “Estás bien, princesa?” “sí papi”“por suerte solo fue un susto”“pensé que vería nuestro chat”“casi me muero jajajaja” “No llegó a ver nada, no?” “nop”“menos mal”“creyó que me escribía un novio”“jajajajaja” “Si se enfadó por un novio qué hubiera hecho al descubrir que te escribía tu amo? Jajajaja” “eres mi amo?” “Claro, y tú eres mi sumisa” “Eres mi sumisa, mi esclava, mi puta, mi zorra” “Pero también eres mi princesa” “eso me gusta”“me gusta ser todo eso” “Imagina que llega a leer el chat” “O que ve tus fotos desnuda” “bueno, me lo ha visto todo…”“hice lo que me dijiste” “Entonces lo hiciste?” “Eres una buena putita, muy obediente” “sí, papi”“lo fui a ver con solo el albornoz”“me agaché para que me viera el culo” “Qué putita más traviesa…” “No te pedí que hicieras eso” “papi, me vas a castigar?” “No, me pone que tú solita decidieras hacerlo” “también me incliné para enseñarle las tetas” “Le mostraste las tetitas?” “sí, papi” “se las quedó mirando”“creo que le gustan” “Normal, a quién no?” “Estoy seguro de que quería tocártelas” “eso me pareció jajajajaj” “Cómo hubieras reaccionado?” “no lo sé jajajajaj” “Hubieras dejado que lo hiciera?” “jaajajajaja”“estás loco papi” “Cómo dices?” “Nadie te pidió que te inclinaras frente a él” “Putita.” “Lo hiciste porque quisiste” “perdón papi, no quise decir eso” “Tú solita le enseñaste las tetas y tu culo” “Eres una zorra muy pervertida” “sí, lo soy”“lo siento” “Por qué lo hiciste?” “no lo sé, papi”“pensé que te gustaría” “Te gustó a ti?” “Eso es lo que importa” “sí, mucho”“estaba nerviosa pero me excitó” “Estás mojada?” “mucho…” “Estás mojada por nuestro chat?” “O por haberte mostrado frente a tu padrastro?” “por las dos cosas, papi” “Estabas mojada mientras lo tentabas?” “sí, mucho”“pensaba que me iba a desmayar…” “Notaste si se le puso dura?” “no lo sé, estaba sentado en la mesa”“o sea no me agaché a verlo jajajaja” “Podrías haber dejado caer una cucharilla” “no lo pensé papi”“perdona”“no me hagas volver a comprobarlo”“porfa” “Es que volverías si te lo ordenara?” “no lo sé, papi” “Pensaba que eras obediente” “sí, pero… eso mejor no” “Está bien, tranquila. Jugaba contigo” “Pero trata de imaginar que lo hubieras hecho” “Estás con él, dejas caer la cucharilla, te agachas…” “Y descubres que se está haciendo una paja bajo la mesa” “ufff… me muero ahí mismo” “Estás segura?” “Eres una putita muy atrevida” “Puedo imaginarte gateando bajo la mesa” “pero él pararía de pajearse” “No lo sabes” “Qué harías si no parara?” “Serías tan puta como para chupársela?” “Probarías su corrida directamente de su polla?” “me excita imaginar que s픓pero no creo que lo hiciera”“o sea si pasara de verdad” “Por miedo? Por vergüenza?” “es que es mi padrastro…” “Pero te excitaste chupando su corrida” “bueno, sí… del pijama…” “Entonces te excitaría más con su polla” “no sé… jajajaja”“o sea me excita”“pero…” “No te atreverías a chupársela?” “no creo…” “Pero verías cómo se masturba?” “Eso seguro que sí lo harías.” “Eres una putita muy curiosa” “Te quedarías bajo la mesa a ver cómo termina” “dios… me pone imaginarlo…” “Tan solo trata de visualizarlo” “El olor de su corrida” “Idéntico al que probaste” “Más fresco, más intenso” “La corrida recién echada” “Imagina una gota en su punta” “Eso sí lo probarías, verdad?” “esto es muy sucio, papi…” “Tú eres muy sucia, putita” “No le darías un besito en la punta?” “Niégalo si te atreves” “no sé… puede… jajajaj”“me pone muy cachonda” “Entonces chuparías también lo del suelo” “Lamerías el suelo como la perra que eres” “OH..DIOS…” “Estás cachonda, putita?” “mucho”“estoy muy mojada papi” “Admite que se la chuparías a tu padrastro” “quiero probar su corrida…” “Qué zorra eres” “mucho”“soy tu zorrita”“tu putita”“estoy muy húmeda” “No te toques, no te he dado permiso” “por favor, papi…”“no tengo mucho tiempo…”“tengo que ir a clase” “Puedes tocarte con una condición” “cual papi” “Cuéntame qué crees que haría tu padrastro si viera este chat” “me castigaría sin móvil” “Estás segura?” “Estaría enfadado, verdad?” “Pero también le excitaría saber que eres tan puta” “Tú misma dijiste que notabas que te miraba” “Cuando leyera que quieres probar su corrida…” “Qué crees que haría?” “dime más, papi” “Eso te pone cachonda, eh” “Estoy seguro de que estás mojadísima” “Muéstrame” Era una mala foto, tomada con prisa. La muy puta estaba abierta de piernas en la cama con una mano metida entre los muslos. “Él te haría beber su corrida directamente de su polla” “Puede agarrarte la cabeza, obligarte” “No tendrías opción” “uuff….”“sí…DIOS” “Estuvo a punto de hacerlo” “Cuando casi te quita el móvil” “Lo hubiera hecho si supiera las cosas que dices” “Estabas mostrándote frente a él” “Lo provocaste como una zorra” “En el fondo tú querías que perdiera el control” “Sí o no, zorra?” “me encantaría que me follaras, papi” “Responde” “no sé, papi…”“dime más cosas” “Qué hubiera pasado si llegara a ver el chat?” “papi…” “Puedes visualizar su polla en tu boca?” “sí… uffff” “Entrando y saliendo de tu garganta” “ahogándome” “Las manos de tu padrastro en tu cabeza” “Empujando sus caderas, usándote” “Estoy seguro de que te insultaría mientras lo hace” “Puta, zorra, ramera de mierda” “Usaría tu boca mientras se pregunta qué hizo mal” “lo siento, papi…” “Eso es lo que le dirías mientras se corre en tu cara” “sí… uffff dios…” “Recuerdas su sabor?” “Hace menos de una hora probaste su corrida seca” “Ahora fantaseas con que use tu boca” “Esta tarde se la estarás chupando” “mmmmm… dios…” Mientras le escribía guarradas me dirigí a su cuarto. Llamé a la puerta lo bastante fuerte como para asustarla. Pretendía que por un momento creyera que iba a hacer realidad sus fantasías, que iba a castigarla con una buena follada de boca. En vez de eso, adopté el papel de padrastro paciente y la avisé de que se le estaba haciendo tarde. —No llegarás a tiempo al instituto —le dije. No respondió, probablemente porque estaba ocupada tratando de alcanzar el orgasmo. En seguida tuve su confirmación por chat. “está llamando a la puerta”“dime más, papi”“uffff… me corro…” —Todavía no te has vestido? —la regañé, abriendo la puerta. Pegó un salto en la cama, la pobre apenas alcanzó a taparse con el albornoz. Estaba muy mona con esa carita toda roja de vergüenza. —Ni siquiera te has secado el cabello —me seguí quejando. —¡Papá! ¿Puedo? Me pidió que me marchara señalando la puerta. Me daba igual que se sintiera incómoda o que estuviera medio desnuda, cuando adoptaba esa actitud tan infantil la veía como a una niña, ni más ni menos. No iba a dejarme amedrentar por una cría con la cara ruborizada. Había perdido su poder sobre mí. Era hora de vengarme. —Anda, ve secándote el cabello mientras preparo tu ropa —le ordené. Obedeció a regañadientes. Era excitante hacerme pasar otro, pervertirla y todo eso, pero no iba a dejar que faltara a clases. En el chat era su papi, en casa era su padrastro. Los dos teníamos obligaciones. Preparé su uniforme escolar y la ropa interior sobre su cama. Sostén blanco, el que pasa más desapercibido bajo la blusa, y unas braguitas muy simples. En la pared estaba colgado el horario con sus clases, así que también le dejé lista la mochila con los libros necesarios. —No hacía falta que me escogieras la ropa interior —masculló. —Princesa, no seas tan gruñona y vístete. Te espero fuera. Nada más salir de su cuarto, recibí un mensaje de ella, de mi sumisa. “papi, sabes qué?” “hoy iré a clase sin ropa interior”
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD