Capítulo 5.

2326 Words
Querido lector hace un mes que no viene Ethan, ha roto su promesa una y otra vez, ya me decidí, apenas hablé con él esta noche terminamos. Ya llevo dos meses encerrada en esta ciudad y la inauguración es este fin de semana, apenas para el inicio del verano. Gracias a mí, vendrán muchas personas importantes desde New York, Londres, Paris y algunos árabes millonarios. Ya tengo listos los planes, uno de ellos una rumba electrónica en un lugar paradisiaco, y sorprendentemente logré convencer a mi padre para que invirtiera en una de mis ideas. Yo sé, yo sé, siempre me emocionó y me aceleró contado las historias, pero ustedes quieren los chismes por partes, y aquí es donde empiezo a develar mi secreto, pero shhhhh. A la semana siguiente después de la rumba electrónica donde me reencontré con Ethan, quién pronto volverá a tener el título de ex, le solicite a Carlos que me averiguará lugares para hacer rumbas de ese tipo y colocar glamping y carpas con la marca de nuestro hotele, contratar algunos dj´s famosos que rotarán uno diferente cada mes y ¡voilà! , inicialmente era cada fin de semana, pero ese pequeño detalle no le quita que sea la mejor idea de mi vida. Luego de revisar número y ajustarlos, cosa que no sabía que se me daban tan bien, sólo lo había hecho en la universidad y para prácticas con papá, Jeffrey junto con algunos del área financiera los revisaron y le dieron el visto bueno. Me estoy comiendo las uñas mientras estoy en espera que mi padre responda, obviamente la llamada fue concertada y agendada con Marie, porque vamos a hablar de negocios. - Hola Blue, mis hombres de financiera me han dicho que tienes una buena idea entre manos, te escucho. - Padre, hace unos días fui a una rumba maravillosa a la orilla del mar, en un yate nada elegante, es algo que podríamos mejorar, la vista del lugar… - Blue mi billetera y yo necesitamos velocidad, si me quieres contar de la rumba maravillosa de hace unos días podías llamarme de noche, pero si quieres hablar de negocio ve al grano. - Está bien padre, quiero que el hotel invierta en rumbas de ese tipo en una isla paradisiaca los fines de semana y en temporada alta podría hacerse varias veces a la semana, dependiendo como vea que reaccione el mercado. - Una vez al mes y te lo apruebo, cuando me des números favorables podemos hacerlo más seguido. - Acepto-. Sé que es la mejor respuesta de mi padre, así que no valía la pena discutir-. Pero hago una para el fin de semana de lanzamiento. - Aprobado, pero con la condición que no ingieras ni una gota de licor, deberás coordinar el fin de semana de lanzamiento en el hotel y en la isla donde tendrás el evento paralelo, además alquílalo por anualidad aunque no esté en uso, sale más económico que sólo por fines de semana y no corres el riesgo de encontrarlo ocupado cada vez que lo requieras. Por cierto, tú hermano irá en mi representación yo no podré estar, tengo otro compromiso con tu madre. - Tranquilo papá ese tema lo tengo cubierto, además no es la primera vez que vamos en tu nombre y representación a los eventos, tu disfruta el tuyo y yo me encargo del mío. Sólo que te esperó pronto para que veas todo lo que he trabajado. - Iré pronto hija y ahora hazme sentir orgulloso. No podía creer mi buena suerte, logré el apoyo económico de mi padre y palabras halagadoras de su parte, eso no sucede todos los días. Durante las semanas siguientes trabajé con dedicación y disciplina en el lanzamiento, planeamos las comidas que van a ser servidas, preferiblemente locales, revisamos la música, habitaciones, reservas y miles de detalles más, de los cuales Carlos se encargará; al final lo deje él a cargo del área de logística y eventos, conoce mucho más que yo la ciudad y el área, para mi contraté una asistente local para que me ayude con las cosas del diario, también para evitar ramos de flores con notas anónimas. Todo transcurrió en calma, afortunadamente, no volvió a dañarse nada, la piscina está funcionando sin problemas y lo mejor de todo, empecé a tomar clases de cocina, ya no soy un desastre universal. ahora puedo hacer cosas básicas de cualquier adulto, aunque algunas me cuestan más que otras, yo sé lo que muchos dirán y criticaran aludiendo que no es tan difícil, pero para mí que nunca moví un dedo en casa, créanme que es difícil, incluso algo tan simple como tender la cama. Estoy a una semana de la gran inauguración, los nervios se apoderan de mí y cómo le prometí a mi padre, ni una gota de licor, y estoy dispuesta a cumplirle la promesa; antes de salir a la pasarela tomaba algunas copas de champagne para controlarme pero esta vez no podré. Mi hermano llegará el próximo viernes, el mismo día del evento y será el primer huésped en registrarse, tengo ganas de volverlo a ver y abrazarlo, me he sentido muy sola en estos días, en especial porque pensé que Ethan sería mi apoyo, pero no es así, me ha dejado abandonada todo el tiempo. Estoy llamando a Ethan, ya es hora de terminarlo y enfrentar la inauguración soltera, pero no responde, ya ni eso, estoy maldiciendo con todo mi ser mi malas decisiones cuándo el timbre suena, es el portero avisándome que Ethan está en la puerta del edificio esperando mi autorización para seguir. No me pregunten por qué pero la rabia me recorre, me dan ganas de decirle en cara unas cuantas verdades, enviarlo a comer un poco de la que sabemos y por si las dudas tirarle la puerta en la cara, pero adivinen que, soy la mujer más tonta del planeta tierra, sé que me miente y no cumple sus promesas pero cuando abrí la puerta y lo vi con un gran ramo de rosas, chocolates, un peluche hermoso en forma de conejo diciendo perdóname y lo mejor de todo una bolsa de Five Napkin Burger con mi hamburguesa favorita con todos sus acompañantes. Me abalance sobre él y le di un beso, casi lo desnudo en la puerta, entramos a mi habitación dándole la mejor bienvenida de todas, las flores quedaron en la sala junto con el peluche, las hamburguesas quedaron en el mesón de la cocina. Lo desvestí lentamente, bese cada parte de su cuerpo, lo bese mientras lo que quedaba de enojó se deshacía como las nubes de tormenta al salir el sol, me entregue a él en cuerpo y alma, siendo honesta era la primera vez que lo hacía, me dejé llevar, por sus besos y caricias, cerré los ojos permitiendo que el gobernará sobré mi cuerpo, abrí mis piernas para recibirlo, sentí el calor tan ardiente como el clima de esta ciudad. Comimos las hamburguesas con papas y malteadas, no sé cómo se las ingenió para que estuviera fresca con ese viaje tan largo, y desconozco como sabía que la JUST THE BEEF es mi favorita. Esa noche dormirnos uno junto al otro sentí paz con el compás de su respiración y leves ronquidos, podía verlo dormir plácidamente, su barba que volvía a aparecer, sus pestañas largas, su piel lejos de estar bronceada estaba blanca como siempre, sus labios rosas delgados que provocan ser besados; deslizó mi mano sobre su cuerpo, sus brazos fuertes y tonificados, su abdomen marcado producto de horas de gimnasio, roso sus piernas con las mías, y esa parte de su anatomía me invita a perderme en ella, dejarlo deslizar dentro de mi cuerpo, mi alma y mis pensamientos. Y pensar que hasta hace unas horas lo quería terminar. El sol se cuela por la ventana, es sábado, pero al estar tan cerca la inauguración no hay tiempo de descansar, hoy toca coordinar en la isla el evento inagural paralelo, porque cómo todo lo que hace Blue Golman, es a lo grande y rogando no morir en el intento. Contario al yate en el que viajamos la vez pasada, ahora vamos en una lancha rápida que nos traslada en menos tiempo y a menos costo, la primera vez que subí a una de esas casi me muero, son bajitas y el golpeteo de las olas contra ella hace que saltemos, golpeando mi hermoso trasero cada segundo, pero debo admitir que el golpe del viendo en mi rostro despeja ideas y me hace ver la vida de otros colores, mas nítidos. Al llegar al muelle dónde nos espera la lacha, la cara de Ethan hace que rompa de la risa, no puedo parar de carcajear al ver sus ojos abiertos tan grandes que sus ojos azules podrían salir de sus cuencas, sin embargo, enderezó su espalda y siguió caminando. - Pensé que íbamos a ir en yate como la vez pasada. - Ahora nos movemos en lancha, ahorro más de una hora de viaje, tranquilo son sólo veinte minutos. Carlos me hace una gesto con su mano en señal de saludo apenas me ve desde la distancia, indicándome que todo está listo y esperando por mí, me saluda con efusividad, su sonrisa grande y relajada se va perdiendo poco a poco al ver que Ethan nos acompaña, quise decirle algo, pero preferí evitar, su rostro ahora es serio. - Hola Carlos, perdón por no avisarte que alguien más venía con nosotros, ¿recuerdas a Ethan, mi novio? - Tranquila señorita Blue, siempre hay espacio para alguien más, no se olvide que aquí eres la jefa. Se da media vuelta y sube al yate, me tiende la mano para ayudarme a subir, dejando a Ethan de pie haciéndole una señal vaga para que suba y se acomodé donde pueda, por seguridad uso un chaleco salvavidas que compré solo para mí, no podría usar uno comunitario, ¡qué asco!, mi novio ocupa un lugar junto a mí y entrelazamos nuestros dedos, las palabras quedan atrapadas en su boca cuando el rugir brusco de la lancha impulsa de forma salvaje nuestros cuerpos hacia atrás. La primera vez mi cabello, que llevaba suelto, se enredó tanto que para desenredarlo tuve que usar un montón de productos que me ayudaran a quitarle los nudos, así que ahora me hago un moño alto improvisado que evita que mi cabello baile al compás del viento y entre a mi boca. Durante el tiempo que estuvimos revisamos la instalación de los glamping y carpas, las ubicaciones de las distintas áreas, me hace sentir satisfecha y feliz, todo esta quedando hermoso y perfecto, no puedo creer qué en tan poco tiempo ya esté listo, antes de iniciar con esto pensé que era más difícil, pero para mi sorpresa creó que lo llevo el ADN. Hablo con Carlos todo el tiempo, nos reímos de nuestro chistes, acá es normal intercambiar apreciaciones de forma jocosa y la mayor parte del tiempo en español, no van a creer que cada día lo entiendo mejor y lo hablo mas rápido, incluso con algunos modismos de ellos y eso me hace sentir tan orgullosa de mi que no paro de repetírmelo. Todo el momento Ethan estuvo demasiado callado, aún en el camino de vuelta a casa, aún no tengo auto, pero el trayecto es tan corto que lo hago feliz caminando, hasta a eso empiezo a acostumbrarme. - Ethan, amor, ¿estás bien? - Sí, estoy bien. - Entonces, ¿Por qué tan callado? - Porque no tengo nada que decir. - ¿Estás seguro? - Ya que insiste, porqué no me gusta ese Carlos, no puedo con su presencia. Quiero, exijo que lo despidas. - Lo siento Ethan, pero no lo voy a despedir, dentro de lo poco se de él, es quien mantiene a su madre y hermanos menores, así que no voy a dejar una familia sin comer y menos por un capricho tuyo. Además es mi mano derecha en todo esto, conoce muy bien el negocio y hacemos buen equipo, dime ¿Por qué debo despedirlo? - Porqué no me gusta, y punto. - A mí nadie me da órdenes, salvo mi papá, aquí yo soy la jefa, y para tu información ayer estaba a un pelo de enviarte a freír espárragos, porqué tu ausencia y falta de interés en lo que parece ser una relación conmigo me tenía hastiada, así que dime si quieres continuar conmigo ahora o mejor dejamos hasta aquí. Camino más rápido dejándolo a él atrás, no quiero sus explicaciones o reproches, desde el día que encontró el ramo de flores de mi admirador secreto trae a ese pobre hombre entre cejas y cejas. Lo escucho correr para alcanzarme, me toma de la parte de atrás del codo obligándome a parar. - Lo siento Blue, me da celos verte trabajar hombro a hombro con otro hombre que no soy yo, viéndote reír con él y siendo tú, sin tus típicas actitudes pedantes, perdóname en serio, pero me cuesta mucho ver a lo que es mío con otro. - Lo que es tuyo, yo no soy tuya, yo soy mía y de nadie más. si quieres un ser vivo de tu propiedad cómprate un perro. Y si tan pedante te parezco entonces que haces aquí. - Perdóname Blue en serio, no use bien las palabras, déjame y reorganizó mis ideas, pero ahora no termines conmigo, dame la oportunidad de demostrarte lo mucho que te quiero. - Estas a prueba, no te olvides de ello. Caminamos de la mano de vuelta a casa, y para ser sábado por la noche pedimos pizza y nos sentamos a ver Netflix luego de bañarnos, si me hubiesen preguntado hace unos meses si me vería en este plan, la respuesta hubiese sido una sola, un contundente y renuente NO. - Ethan, ¿vas a acompañarme a la inauguración como mi novio? - Sí.
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