Capítulo 4

2077 Words
Querido lector, ¿recuerdan que en el capítulo anterior les conté que cuando llegue con Ethan a la oficina el lunes me hizo una escena de celos nada propia de él?, pues se me olvido contarles una gran parte. La verdad me desconcertó mucho ya que en los años en que fuimos novios la primera vez jamás lo hizo, siempre fue muy seguro de nuestra relación, pero ese escenita de novela mexicana me hace dudar un poco si continuo con la relación, sin embargo, a quien no le gusta un poquito de atención, en especial a mí, así que por esta vez se lo deje pasar. Pero como sé que los chismes deben contarte completos y por partes, aquí les va. Después que hicimos al amor en la oficina, sobre el escritorio, sobre la silla, intercambiando posiciones y de todas las formas inventadas en el Kama Sutra y quien sabe que más, agradezco en silencio por quien se inventó el aire acondicionado. Salimos hambrientos, pero una punzada de dolor se apodero de mi corazón, y si queridos lectores, tengo un corazón que late que por momentos se descongela, no van a creer lo que vi y me hizo conmover, el ramo de flores que momentos antes había sacado Carlos de la oficina estaba en la caneca de basura con nota incluida, no me pregunten porque, pero saque la nota y las flores llevándolas conmigo. Claro todos pensaban que era Ethan quien me las había regalado haciéndole elogios, yo solo veía como su rostro cambiaba a diferentes tonos de rojos. Para cuando llegamos al resturante su furia estaba en el punto máximo, la forma cómo me hablaba y su cara sudada, me daba señales que su nivel de rabia contenida podía hacerlo estallar como reactor nuclear. - Blue, se puede saber quién te dio esas flores, pensé que no te gustaba nadie y que las flores daban moscos. Pensé que en verdad no conocías al remitente de la nota sin firma, pensé que en verdad te gustaba yo y que habías aceptado volver conmigo porque me quieres. vamos Blue no tienes en esta ciudad ni quince días, pero eres igual de perra que siempre, como crees que voy a poder confiar en ti… - Te calmas ya Ethan,- le gritó más alto de lo que me proponía - no me gusta nadie, no sé quién es mi admirador secreto- inevitablemente sonrió- pero las flores no tienen la culpa, me dio tristeza verlas en la basura… - Pero si es alguien del hotel, no te hagas la tonta, muy seguramente así es porque como más tendría acceso a tu oficina en un hotel sin inaugurar, así que tu famoso admirador ahora va a pensar que recibiste el regalo. Puede ser ese tal Carlos… - No puede pensar nada, porque no me gusta nadie, ni tengo nada con nadie diferente a ti, deja de pensar en Carlos, el solo hace su trabajo. Pero si tan perra te parezco entonces terminamos y se acabó, fue un buen fin de semana de sexo, y ya. Gracias por el fin de semana y adiós. Alzo la mirada y todos nos ven peleando, algunos con la comida a medio camino de sus bocas, no sé qué tanto entendieron o escucharon, pero disimuladamente todos volvieron a sus puestos de trabajo y sus comidas mientras yo me ponía de pie con mis flores y salía del restaurante. Qué pena, no tengo ni quince días en esta ciudad y ya estoy armando un escándalo. Camino tan enojada que no me doy cuenta en que momento llego al hotel y estoy sentada en la oficina, resoplando y respirando para controlarme, recuerdo mis clases de yoga, respira, inspira, expira, ooooooommmmmmm. Estoy en ello cuándo la puerta se abre, en este hotel todos entran sin restricción a mi oficina e interrumpen mi vida, voy a tener que poner seguro y guardas de seguridad personal, me giro en la silla para verle la cara a Ethan con un ramo de flores gigantes, que no sé de donde sacó, y lo mejor de todo, comida. - Por favor perdóname Blue, no entiendo lo que pasó conmigo. Yo no acostumbró a ser así, pero tengo miedo de perderte, como no voy a poder estar contigo tiempo completo, voy a tener que ir y venir de New York cada vez que pueda escaparme, vas a estar mucho tiempo sola, por lo menos este año. Tengo miedo de perderte. Perdóname por decirte perra. Y saben que es lo peor, que creí en sus palabras y me deje engatusar, no hay peor asesora que la tristeza y la soledad. Así que sin dudarlo me puse de pie y lo bese, comimos sobre mi escritorio y coloque las flores en agua adornando un rincón de la oficina, confieso que las otras no puede botarlas, así que acomode todas en el mismo jarrón. Pero como todo lo bueno se termina los días de descanso de Ethan se acabaron y dos días después de nuestra discusión le tocó viajar y volver a trabajar. Así que cuando regrese a mi apartamento se sentía más vacío que de costumbre, teniendo que enfrentar otra vez tareas que odio, por lo menos él había aprendido a cocinar y yo no; me conto que en alguna ocasión tomo clases de cocina para no pasar pena en cada programa de televisión que le invitaban al volverse la cara visible de la compañía Cargill. Así que sin dudarlo busque clases de cocina, tenía que hacer algo con mi tiempo libre, lo mejor de todo es que era a domicilio los días que yo quisiera una chef llegaría a casa en las noches a enseñarme los platos que deseara aprender. Desconocía el por qué la ausencia de Ethan me hacía sentir triste, como si algo hiciera falta a mi vida, además mis amigas seguían con su vida y yo también lo deberé hacer. Viernes por fin, hoy tengo en la noche mi primera clase de cocina y no puedo creer que hace dos días me despidiera de Ethan y lo más curioso aún es que lo extraño. Al llegar al hotel vi en buzzfeed el último escándalo de Ivy, al parecer la noche anterior se había estrellado en su Audi teniendo un alto grado de alcohol en el cuerpo, es extraño porque casi siempre que salíamos en plan de embriagarnos contábamos con los servicios de alguno de los choferes de la familia mía o la de ella, precisamente para evitar esos accidentes, eso sin contar que normalmente salíamos perseguidas por los paparazzi así que ellos ayudaban a que no nos tomaran tantas fotos en ese estado tan deprimente. Sin dudarlo tomo el teléfono y la llamó, me responde muy rápido, algo que me sorprende. - Tenía que estrellarme y salir en todos las revistas de chismes del mundo para que me llamaras - No Ivy, es que últimamente he estado muy ocupada - Ocupada nada, soy tu mejor amiga y a mí me tienes que llamar todos los días de ser posible - Para ya Ivy, que no me siento bien. - Te lo perdonó solo porqué te tienen viviendo en el tercer mundo y tal vez ni el internet exista en medio de la selva. - Para ya Ivy y si hay internet y no es una selva, pero cuéntame ¿cómo estás?, ¿Esa fue la fiesta que me contaste el otro día? Y ¿porque estabas conduciendo?, para eso están los choferes. - Siiiii, fue fabulosa y conduje porque me dio la gana en medio de la borrachera, no me preguntes qué me paso que ni yo me acurdo, solo salí como loca, tome las llaves y me subí al carro-. Habla con la voz ronca intentando ser alegre y efusiva. - Ivy, ¿Qué paso? No te creo ni un poquito, tú no eres así de loca-. Digo en tono pausado. - Está bien tienes razón, la verdad estaba peleando con el tonto de mi ex, que me lo encontré con el tonto de tu ex-. Dice en un tono que no descifro, tal vez tiste, tal vez enojada o preocupada. - ¿Estaba Ethan en la fiesta? ¿estaba acompañado? - No te conté que estaba con el tonto de mi ex, ellos estaban con un grupo del que no conozco a nadie y eran personas digamos que muy particulares, jamás los había visto y debo aceptar que conozco a casi todo los miembros de las mejores familias que puedan costear ese tipo de fiesta. - Al punto Ivy, que fue lo que paso que hizo que salieras como loca. - Sabes que, creo que he hablado mucho, estoy en el hospital aun y me duele todo por eso golpe tan feo que me di, cuando podamos encontrarnos te cuento con lujo de detalle esa noche, ahora si me disculpas voy a descansar. Y si más me colgó, lo más extraño del mundo que Ivy jamás deja un chisme a la mitad, me hace pensar el punto que Ethan estaba con personas extrañas, no me contó que iba para esa fiesta, es más se fue un día antes diciéndome que ese día tenía una reunión muy importante, ¿será que está saliendo con otra?, hoy no me ha llamado, y mis pensamientos estaban tomando un rumbo extraño cuando me obligo a parar, me veo en el reflejo de la ventana con las piernas cruzadas y el celular apoyado contra los labios. Me obligo a confiar, quizás salió de esa reunión tan importante para la fiesta, a veces los grandes negocios se cierran de esa forma, pero que hacia Robert, el ex de Ivy, con ellos. Sin pensarlo le marco al celular antes que mi cerebro estalle de tantas posibilidades que estoy barajando y no me gusta lo que empiezo a sentir, Celos. Es el sentimiento más feo que una persona pueda pensar o sentir, estar insegura y preocupada saca arrugas. - Hola amor mío, ¿Cómo estás? supiste del accidente de Ivy-. Le digo en tono alegre apenas me responde. - Hola Blue, estoy saliendo de una reunión para entrar a otra, pero no sabía del accidente de Ivy, no he tenido oportunidad de ver la sección de chismes el día de hoy. - ¡Oh!, perdóname por molestarte, sólo quería saber si podías hacerle llegar un ramo de flores de mi parte. - Claro que si amor, envíame un mensaje con la dirección y con gusto se lo hago llegar de tu parte. - Gracias amor y por cierto que hiciste anoche, no me llamaste y te extrañe mucho. - Después de un largo día de trabajo me fui a dormir temprano, estaba agotado y también te extrañe mucho - Tan lindo mi amor-. La voz sale más estridente de lo quería -. Cuando vuelves necesito verte pronto, me haces tanta falta. - No se Blue, creo que la próxima semana me escapo uno días. - Siiiii, te espero. Y así como así, en mi cara me mintió y saben que es una de las cosas que más odio, la mujer toxica que habita en mi ha despertado, sin dudarlo busco en todas la r************* fotos de la noche anterior y no podrán creerlo, pero no sale en ninguna de frente ni él ni el tonto del ex de Ivy con que pueda incriminarlo, así que hervía por dentro, no puedo creer que alguien me este mintiendo, vi fotos de mi amiga con muchas personas, vi videos con una persona a lo lejos que parecía a Ethan, pero nada que pudiese comprobar, cualquiera puede parecerse de espaldas. Estoy en ello cuando el golpe de la puerta me hace volver a la realidad y justo antes que comprara de forma desesperada un pasaje de avión con rumbo a New York. - Señorita, que pena molestarla-.dice Carlos en un tono apagado y sin mirarme a los ojos-. Pero la necesitan en el primer piso de forma urgente. Y sin más se fue, no sé qué le sucede a ese hombre, pensé que nos llevábamos bien, pero tengo tantas cosas en mi cabeza que aparto esos pensamiento, para encontrarme con el primer piso del hotel totalmente inundado, uno de los tubos que se encarga del llenado de la piscina se había roto y había agua por todos lados, y para mi mala suerte ese atrasa la inauguración por lo menos una semana. Y mi primera clase de cocina quedó aplazada.
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