Capítulo 4

1272 Words
Veo a mi hermano caminar de un lado para otro con dos sentimientos latentes: Ira y dolor ¿así me veré yo? Fue inútil ocultarle la verdad cuando él mismo acaba de verla por si solo. Así que me arme de valor y le conté absolutamente todo, pero solo al comienzo fui valiente, a medida que iba avanzando me hacía más pequeña y lloraba sin parar. -¡Trevor enloquecerá cuando sepa esto!- jala su cabello rubio y maldice muchas veces. Tiene razón, nuestro hermano mayor es demasiado sobre protector conmigo, más ahora que está Wanda en nuestras vidas. Si Iam parece un león enjaulado, Trevor sin duda es el oso libre en el bosque esperando a atacar a su presa -¡Isabella, te juro que cuando lo tenga al frente lo mataré!- niego y él me ve incrédulo. -No puedes hacer tal cosa- respondo simulando una calma que ni yo misma me creo -Es el padre de mi hija, y aunque desearía verte partirle la cara, no es correcto Iam. Al final del día, la única que tiene ese derecho soy yo. Y sinceramente, no sé cómo actuaré cuando lo tenga justo frente de mí- el cólera en los ojos de mi hermano me intimida un poco, pero por mucho que ame que me defiendan o cuiden, al final del día, no tienen ningún derecho de arremeter contra de él. -¿Entonces prefieres que él se salga con la suya?- pregunta al borde de la ira -¡Te dejó embarazada de su hija! ¡Fingió su muerte! ¿Y todo para qué? Para irse a meter en las piernas de esa mujer- dice con desprecio y verdad, verdad que suelta, que me duele, me hiere y me rompe por dentro -¿Acaso no era mejor pedirte el divorcio y evitarnos tanto dolor?- no respondo a nada, no lo haré. -¡Tíííííío!- la voz cantarina de mi hija se oye fuerte en la sala, ambos volteamos y la vemos correr emocionada hacia su tío. Mi hermano cambia por completo su semblante y la recibe en sus brazos cargándola y llenándola de besos. -¡Brujaaa!- exclama con felicidad. Penny se acerca y puedo ver la preocupación en su rostro. Ella de seguro ha escuchado todo, y mi hija siendo una niña está ajena al gran problema que estamos enfrentando en casa -¿Cómo está la niña más hermosa de todas?- -¿Te me trayiste?- es lo primero que suelta sin vergüenza alguna y ambos nos reímos un poco. Wanda a pesar de que habla muchísimo, aún no sabe pronunciar ciertas palabras. -Te traje algo delicioso. Pero tendrás que ir con Penny al auto a buscarlo. ¿Te parece?- ella siente eufórica. Penny se acerca y la toma en sus brazos mientras veo que mi hermano le da las llaves de su auto a ella para que busque tal sorpresa. Vaya, nunca había visto a mi hermano ser tan amable con Penny. Ambas salen de la casa y no necesito pedirle a ella que distraiga a mi hija, Penny es muy inteligente y sabe que estamos hablando algo muy delicado -Le traje muchos M&M, espero no te moleste- niego despreocupada, ya que así son mis hermanos con ella, siempre que vienen, le traen alguna golosina, dulce, postres, cualquier cosa que esté llena de azúcar y se sientan con ella afuera a comerla. -No sé qué hacer, Iam- suelto frustrada mientras me paso mis manos por mi rostro -Todo ha sido tan rápido, doloroso para mí y muy confuso también. Me siento herida, engañada, traicionada y muy molesta. ¿Es normal que sienta odio hacia él?- pregunto con el nudo en la garganta mientras tomo asiento en el mueble. -Considero que tienes derecho a sentirte así. ¿Has pensado en buscarlo?- -No. Ni siquiera sabría por donde empezar hermano. Hasta esta mañana él estaba muerto para mí. ¿Cómo se supone que busque en una gran ciudad a alguien que está muerto?. Wendy se ofreció en ir al cementerio tres veces por día, pasarse por allá a ver si lo encuentra nuevamente en una de esas idas- suspiro y me limpio las lágrimas de mi rostro. El timbre de la casa suena y me parece extraño, ya que Penny carga siempre una llave con ella en el bolsillo de sus pantalones. Mi hermano va directamente y la abre haciéndome ver al único que me ha comprendido de verdad. -¿Puedo pasar?- pregunta cauteloso y yo me levanto y corro a sus brazos. Jack me abraza con fuerza mientras yo comienzo a llorar como nunca ante él. A pesar de que discutimos temprano, Jack es mi amigo, el único que ha sabido como me he sentido durante todo este tiempo, y aunque me ha declarado su amor muchas veces, nunca me ha tratado mal, salvo el día de hoy. Supongo que hoy fue su límite -¿Qué sucede Isa?- toma mi rostro rojo, hinchado y lleno de lágrimas en sus manos. No puedo responder y es mi hermano quien le muestra las fotos -¿Qué es esto?- yo me aferro a él mientras él tiene las fotos en sus manos mirándolas incrédulo. -¡Tu amigo. El que tú declaraste muerto, milagrosamente anda viviendo su vida!- dice con odio e ironía y yo lo suelto de inmediato mirándolo dejando de llorar. -¿Cómo es que tú lo declaraste muerto y él sigue con vida?- cuestiono de forma cautelosa y él me ve serio. -Ese día no nada más estaba al cuidado de Will Isa, y tienes razón. Yo lo declaré muerto, luego de ello, me fui a seguir con mi trabajo, pues no era el único paciente allí que necesitaba de mi atención. Él había muerto, yo no tenía más nada que hacer allí. Si hizo algo antes de mí, y después de mí, lo desconozco totalmente- lo veo realmente preocupado e impactado con la noticia. Aunque no recuerdo mucho lo que ocurrió ese día, fui sedada por él debido al escandalo que tenia y lo descontrolada que estaba. -Te creo- le sonrío y lo invito a pasar. No soy tonta, sé lo mucho que Will confiaba en su mejor amigo. Ellos se reunían por horas encerrados en el despacho de Williams tramando no sé qué. Desde que discutí con Wendy esta mañana, y todo lo que me he enterado, ya no confío ni en mi propia sombra, por ello, decidí parecer ingenua ante Jack que alejarlo de mí con mi desconfianza. Algo él tiene que saber, y eso yo lo voy a averiguar de forma muy sutil. -Increíble. No puedo creer lo que mis ojos ven y lo que me han contado- se lleva las manos a su cabeza y niega varias veces ¿Realmente no sabía nada? -¿Qué piensas hacer ahora?- -No lo sé. Solo estoy segura de que tengo que comenzar a buscarlo- digo suspirando y tomando asiento nuevamente. -No puedes hace eso, Isa. Tú has pasado por mucho y realmente no creo que sea prudente para ti tener que pasar por algo tan fuerte nuevamente. Yo podría encargarme de hacerlo y darte noticias apenas sepa- lo miro atentamente mientras sopeso lo que me dice. -Tienes razón. Encárgate tú. Está semana que comienza tengo muchas cosas que hacer -él sonríe y se me acerca, me toma la mano y me mira intensamente -Siempre estaré para lo que me necesites Isa- me deja un beso delicado en la mejilla y por alguna razón, Judas, el discípulo que traicionó a Jesús a través de un beso, viene a mi mente.
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