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Hasta Mi Última Palabra

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Blurb

Isabella Smith, una joven madre que quedó viuda debido a la muerte de su gran amor, Williams Parker.

Luego de ese traumático y fuerte evento, Isa, pasa por una fuerte metamorfosis. Quedando embarazada, con una fuerte depresión, problemas de ansiedad y vivir con el dolor de una pérdida, nuestra Isa decide salir adelante.

Por amor propio y una hija ya nacida, ella decide comenzar des cero. Cerrando el ciclo que la tuvo cautiva, despidiéndose al fin de su amor, y comenzando a retomar su vida. Nuestra Isabella madura, se supera, es una excelente madre y tiene al fin una vida estable.

Pero eso durará poco. Secretos comienzan a salir a la luz, el pasado vuelve con todo para volver su vida una montaña rusa, y el hombre que tanto amó, que tanto lloró, y que un día enterró; vuelve destruyendo toda la estabilidad que ella logró un día alcanzar. ¿Podrá Isa perdonar a Williams?

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Capítulo 1
Narrador Omnisciente Un hombre tres años atrás despierta en la cama de algún hospital por los lados de Rusia. El mismo hombre se encuentra desorientado, aturdido y muy asustado, las enfermeras y la doctora que lo asistieron tratan con todas sus fuerzas tratar de calmarlo, pero aquel hombre a pesar de haber despertado de una cirugía bastante complicada, cuenta con una fuerza y energía bastante sorprendente. -Sédenlo- demanda la doctora con autoridad. Su equipo toma sus órdenes y sedan al hombre para así poder tener algo de tranquilidad en la habitación. El mismo hombre despierta muchas horas después, el sentimiento de desorientación aún sigue latente en su mente, pero esta vez no pelea, no forcejea debido al efecto de aquel tranquilizante que le suministraron. -¿Dónde estoy?- pregunta el hombre. La doctora lo mira atentamente, le parece un hombre muy guapo a pesar de que está delgado, pálido y algo demacrado, aun así le sigue pareciendo un hombre hermoso. -Estas en el hospital, ¿no recuerdas nada?- pregunta la mujer muy cautelosa. -No, no recuerdo nada, me siento perdido, ni siquiera sé por qué llegué acá- el hombre está asustado, nervioso y muy molesto también. La mujer mira a ambos lados, asegurándose de que no haya nadie en el lugar, piensa su jugada de forma rápida y de inmediato le da una respuesta. -Llegaste hasta acá porque necesitabas ser operador de emergencia. Tenías un tumor cerebral en una zona muy delicada. La cirugía era un riesgo total, pero aun así firmaste estando de acuerdo en hacerla. Te encuentras en Rusia, y acabas de despertar luego de unas 12 horas de haber estado en quirófano ¿Recuerdas tu nombre?- El hombre la mira extrañado, pero aun así responde. -Me llamo Williams Parker- -¿Algo más?- indaga. -Solo recuerdo mi nombre. ¿Yo te conozco?- pregunta en defensa. La mujer sonríe triunfante. -Por supuesto, soy Doctora especializada en cirugías un tanto complicadas, como por ejemplo la tuya. Y aparte soy tu pareja- El hombre la analiza ¿realmente está mujer es mi pareja? Piensa dentro de sí. Si fuese su novia estaría  seguro que debería de recordarla. -¿Por qué no te recuerdo? ¿Por qué no recuerdo nada antes de la cirugía?- por supuesto que la mujer ya tenía una respuesta, pero quiere ser lo más profesional posible. -Debemos hacerte unos estudios Williams, pero estoy muy segura de que has perdido la memoria- el hombre se desespera -Es el riesgo que tomaste, ahora, puede que sea temporal, como puede que no. ¿Qué recuerdas con exactitud?- -Recuerdo mi nombre perfectamente, también recuerdo que trabajaba en alguna oficina, no sabría decirte, mi mente está en blanco. A ti no te recuerdo, pero supongo que dices la verdad- la mujer sonríe, le toma su mano y le habla. -Tranquilo Williams, haré todo lo posible para que tu recuperación sea exitosa, y no lo digo nada más porque soy tu doctor, también lo digo porque te quiero- la mujer no lo quería, por lo menos no en ese momento, solo sentía una atracción s****l al hombre recostado en la cama -Tengo una carpeta con todos tus datos, tanto íntimos como los de rutina, cuando salgamos de todos los estudios te los daré para que tú mismo los leas- eso tranquilizó un poco al hombre, ya que allí debe de haber algo más que lo ayude a recordar quien era antes de todo eso. La doctora se encuentra en su despacho mientras que le hacen los estudios mandados al hombre que le robo el aliento una vez lo vio. Toma el teléfono y hace una llamada internacional. -Despertó- le dice al hombre en la línea. -¿Cómo está?- pregunta. -La cirugía fue un éxito total, logramos extirpar el tumor de manera exitosa, pero hay un detalle- -habla- -No recuerda nada. Ya sabes las complicaciones de esto y lo frágil y delicado que es el cerebro- -¿No recuerda nada?- pregunta mientras se ríe. -Solo su nombre, y algunos fragmentos de su antiguo trabajo. No sabemos si la amnesia es temporal o para siempre- -Llama a su padre y decláralo muerto, dile que no pudo resistir a la cirugía y que enviaras sus cenizas cuanto antes- la mujer se ríe. -¿Estás loco? Puede demandarme por eso- -Ya lo hicimos una vez, que lo hagamos dos veces no quiere decir nada. Además, velo cómo una oportunidad- -Ok- responde la mujer con una sonrisa tenebrosa -Yo me encargo de él- -No lo dudo. Yo me encargo de ella-   Los meses pasaron y aquel hombre no recordaba aún su antigua vida. La carpeta que la doctora, su pareja le entregó, no tenía mucho que decir, solo su nombre, su profesión, donde nació, donde vivía, el nombre de sus padres y el de su hermana. No quería llamarlos, no quería hablar con personas que aun cuando compartían su misma sangre, él no lograba recordar quienes eran, así que simplemente se resignó a seguir con su vida al lado de la mujer que lo apoyo desde que despertó. Casi tres años habían pasado, aquel hombre estaba recuperado por completo, ya no era aquel muerto viviente, ya no estaba pálido, ni demacrado. Aquel hombre, con la ayuda de su novia la doctora, se recuperó muy bien, comenzó a alimentarse como se debía, adoptó una rutina de ejercicios, y consiguió un trabajo en un pequeño despacho de abogados de la ciudad. Aquel hombre estaba en su mejor momento, le iba bien donde trabaja, tenía una hermosa novia, y ¿su cuerpo? Su cuerpo estaba en mejor forma que nunca. Pero aun así, aquel hombre sentía un vacío dentro de sí que no sabía cómo explicar, y jamás se atrevería a decirlo en voz alta. Por mucho que hacía el amor con su novia, no sentía nada, por mucho que le daba besos y le decía palabras bonitas, él no sentía nada, pero se acostumbró tanto a su presencia, que se le hacía difícil desprenderse de ella. Una noche, cuando salieron a cenar a un elegante restaurante, aquel hombre tuvo un momento muy extraño. Cuando estaban cenando, una joven comenzó a tocar una pieza para mantener el ambiente del lugar, la joven estaba tocando su Cello, y la melodía que interpretaba se le hizo familiar. Cerró sus ojos y en su mente tuvo un flash. Una mujer desnuda tocando en Cello, luego la misma mujer tocándolo a él como si fuese un instrumento, sintió a fuego vivo sus dulces caricias, sus manos trazando líneas, y por último sus besos, solo bastó ese recuerdo para que su corazón se acelerara y su hombría saliera a relucir. -¿Tú tocas el Cello?- pregunta el hombre con un brillo en sus ojos. La mujer se ríe y niega. -Odio la música clásica, no es mi estilo, y no comprendo cómo es que la siguen tocando en lugares así- la mujer sigue comiendo, mientras el hombre la mira atentamente. Aquel recuerdo se sintió tan real, tan vivo, que en ese momento comenzó a cuestionarse muchas cosas. La chica sigue tocando, y él vuelve a cerrar sus ojos tratando de hacer volver el recuerdo, pero fue imposible, y cuando decidió dejarlo pasar, a su mente vienen unos hermosos ojos almendrados, con un toque de verde y gris. El hombre mira a la mujer que tiene al frente y detalla el color de sus ojos, pero estos son de un azul intenso como el cielo. La duda es instalada en su corazón y decidido a obtener respuesta, comienza a investigar por su propia cuenta sin levantar sospecha alguna. Aquel hombre se encuentra en Nueva York, porque ese hombre descubrió muchas cosas, contrato a un investigador privado y se enteró de muchas verdades. Una de ellas, es que era un hombre poderoso en su ciudad y en el mundo donde se desenvolvía, también supo que estaba casado, y lo más fuerte para él, es que se enteró que fue declarado muerto en ese país hace tres años. Decidido a retomar su vida, comenzó a seguir a las personas que eran su familia en las sombras, supo quiénes eran sus padres, también supo que se mudaron a la ciudad al poco tiempo de él morir, conoció a su hermana una noche de fiesta, donde ella estaba con unos amigos y él la observaba a lo lejos. Y por último, comenzó a seguir a quien era su esposa, o la viuda que dejó atrás. Su belleza lo impacto desde el primer momento, su corazón se volvió loco cuando sus ojos la observaban, y estaba dispuesto a acercarse, pero siempre estaba acompañada de otro hombre que una vez fue su amigo, y con ella siempre iba una niña, la cual él consideró hija de ambos, así que solo por eso no se atrevía a secarse a ella, y también porque no recordaba nada. Pero no por eso no dejo de seguirla, de admirarla, y de observarla. También se enteró del lugar donde fue supuestamente enterrado su cuerpo, nunca tuvo el valor de ir hasta allá, sentía miedo, ya que su memoria aún no volvía y no sabía cómo iba a reaccionar su cerebro, pero aquel día decidió hacerlo, sentía que tenía que hacerlo para así cerrar un ciclo o abrir uno nuevo. Se vistió formal, deportivo, y con una chaqueta con capucha para medio tapar su rostro de ser necesario. Llegó al cementerio, su corazón no paraba de latir, se sentía ansioso, nervioso y desesperado por terminar con aquello. Camino seguro, buscando donde estaba la lápida, la cual encontró unos minutos después. Se quedó allí de pie, observándola con una opresión en su pecho, sus lágrimas salían de sus ojos ¿Qué fue lo que hice? Se preguntaba una y otra vez, su cabeza comenzó a dolerle de una manera descomunal, así que por temor pensó que lo mejor era irse. Unos pasos lo alertaron, así que disimulo y camino hacia otra lápida mientras se colocaba su capucha. Oye un suspiro y una dulce voz. -Mi Will, mi amado. Prometí visitarte una vez al año, pero temo decirte que esta será la última vez, mi psicóloga me recomendó dejarte ir, mis padres y hermano también me dicen que no es sano para mí no soltarte. Así que vine a despedirme, vine a decirte adiós, aquel adiós que nunca pude darte porque no me dejaron. Quiero que sepas que siempre te amaré, y que jamás dejaré de recordarte, pero esta vez tomo distancia, dejaré de venir y espero en el alma que puedas perdonarme. Hoy no vine sola, traje a una acompañante, ella me preguntaba mucho por ti, así que decidí ser valiente y traerla a que te conozca. Es tan inteligente como lo eras tú, sé que la hubieses amado con locura- aquel hombre siente su pulso descontrolado, de alguna manera, las palabras de esa mujer lo están afectando más de lo normal, y por más que trata de recordarla no puede. Decide irse, así que camina hacia el lado contrario, pero la dulce risa de una niña roban su atención haciéndolo detenerse, y dispuesto a observar se oculta detrás de árbol donde no puede oír, pero si mirar. La niña corre a los brazos de su madre, ve que la mujer la recibe con alegría, mientras observa al mismo hombre de siempre venir a su lado, no sabe por qué motivo siente celos hacia ese hombre, pero aun así decide ignorar esos sentimientos. Luego de un momento los tres se van del lugar, y cuando no los ve, decide acercarse nuevamente hacia la lápida. Ve las flores que la mujer acaba de dejar, son unas margaritas blancas y en su mente viene un recuerdo de un jarrón verde limón con las mismas flores. Nota también que dejaron un pequeño bolso rosado, así que lo toma curioso. A unos metros, se encuentra una mujer dentro de una camioneta negra buscando el bolso de su hija. La dulce niña le dice que lo dejó en el lugar donde su papi duerme. El hombre que la acompaña se ofrece a ir a buscarlo, pero la joven mamá se lo prohíbe de forma amable, así que ella misma se baja y va nuevamente al lugar donde se acaba de despedir. La joven mujer ve a lo lejos a un hombre al frente de la tumba de su esposo, por alguna razón su corazón se desemboca porque su mente reconoce esa contextura, esa espada ancha, y sin querer pensarlo, también ese trasero, así que sabiendo ella que es solo su mente, decide caminar de manera silenciosa hasta donde está el intruso. Cuando está muy cerca, la joven mujer llama su atención tocándole su espalda con su dedo. Aquel hombre estaba tan ido en su mente que no se percató que alguien había llegado, sino hasta que sintió un fino dedo tocar su espada y por reflejo voltea a mirar de quien se trata. La mujer, al mirar el rostro de aquel hombre abre su boca sin dar crédito a lo que mira. Se queda en estado de shock consternada con lo que ve. Siente su corazón latir de manera desesperada, siente que su aire le falta, su cuerpo tiembla, y su mente es un caos. Atreviéndose a pronunciar una sola palabra, se arma de valor y habla. -¿Will?- Isabella   -¿Will?- Pregunto aún con el aire faltándome -Will, ¿eres tú?- llevo mi mano temblorosa a mi boca -¡Dime algo por favor!- suplico en un lamento doloroso. Trato de acercarme y estiro mi mano para tocarlo y sentirlo, pero este se va hacia atrás mirándome extrañado. -No se quien eres- responde con hostilidad. Mi corazón se ha roto una vez más, llevo las manos a mi pecho sin poder creer lo que mis ojos han visto y lo que mis oídos han escuchado -Creo que estas confundida- retrocede sin querer hacer contacto visual conmigo y se da la espalda para así marcharse y dejarme allí de pie sola. Reacciono a los minutos y corro para alcanzarlo, al llegar a él lo tomo con fuerza por el brazo. -¡Mírame!- le grito -¡Ten las agallas para mirarme a la cara Williams Parker!- siseo llena de furia, dolor y lamento -¿Era esto lo que querías? ¿Fingir tu muerte para dejarnos? ¿¡Y HACES CÓMO SI NO ME CONOCIERAS!?- grito aún más. -¡QUE NO TE CONOZCO MUJER!- se zafa de mí agarre y se acomoda su suéter -¡No se de que hablas, no sé quien eres y no sé porque estoy hablando contigo!- habla exasperado con odio en su mirada. Este no es mi Will. Cuando me dispongo a hablar, se da la vuelta y camina rápido perdiéndose ante mis ojos. Me quedo allí de pie sin dar crédito a lo que acaba de pasar. Mis cuerpo tiemblan, mi corazón late muy rápido y mi aire falta. Siento una mano colocarse en mi hombro, pero no me muevo, me quedo allí de pie mirando por donde él se acaba de ir. -Isa, ¿por qué tardaste tanto?- no respondo -Isa, ¿Estas bien?- volteo mi rostro y lo veo a él. -Era él- digo consternada. -¿De qué hablas, Isabella? -Era él, Jack. Will- Me mira seriamente sin mostrar ninguna expresión. -Creo que estas alterada por estar aquí Isa- lo veo confundida. - No estoy loca Jack. Era él. ¡YO SÉ LO QUE VI- le grito. -Creo que es mejor que nos vayamos a casa Isa- me lleva por el brazo, arrastrándome prácticamente hacia la camioneta. -Jack, suficiente. Yo vi a Will parado frente de su tumba. ¿Cómo se supone que eso sea posible?- estoy alterada, me suelto de su agarre con brusquedad. -Isa, debes de calmarte. Tu hija está en la camioneta sola esperándonos. -Tienes razón- me sujeto mi cabello tratando de sentir algo de fresco en mi rostro y cuello -Pero yo sé lo que vi Jack, y sé qué frente de esa tumba estaba mi difunto esposo, y por alguna extraña razón se hace el que no me recuerda- aceleró el paso y camino hacia la camioneta mientras me limpio las lágrimas que salen de mi rostro a mares. Cálmate Isabella, me repito una y otra vez hasta llegar a la camioneta. Entro con una sonrisa disimulando el gran impacto que acaba de tener. -¿Estaba mi bolso, mami?- me pregunta mi dulce bebé. -Si mi amor- le respondo con dulzura, veo a Jack llegar y se sube encendiendo la camioneta sin decir ninguna palabra. Yo tampoco le digo nada, ambos quedamos en un incómodo silencio el cual es ahogado con el sonido de la canción infantil de la película animada que mi hija está mirando en la pequeña pantalla.   El camino se hace eterno, los minutos pasan de forma perezosa, me siento ahogada, impactada y muy alterada. ¿Habrá sido producto de mi imaginación? ¿Por qué ese hombre actúa como si de verdad jamás me conociese?  Yo lloré su muerte, yo vi su cuerpo cubierto con una sábana blanca, incluso estuve allí el día del funeral hasta que su urna quedó totalmente cubierta de tierra negra. All llegar a casa ayudo a mi hija a bajarse de la camioneta. Ella corre hacia dentro feliz de ir a jugar, mientras que yo tomo su bolso, y mis cosas disponiéndome a entrar también. -Isa- Jack toma mi mano -Tenemos que hablar- le sonrío sin ganas. -No quiero hablar Jack, solo quiero irme a descansar. Gracias por llevarnos y traernos- hago a caminar pero él vuelve a sujetarme. -No es bueno que te encierres en ti misma. Creo que deberías de hablar conmigo sobre lo que sucedió Isabella- me mira con dulzura y yo suspiro. -Realmente no tengo ganas de nada en este momento- le respondo tratando de parecer tranquila para que no insista -Pero estoy bien Jack, tal vez tengas razón. Pudo haber sido mi mente que me jugo una mala pasada- Él me mira atentamente, luego se me acerca y me acaricia la mejilla. -¿Sabes que te amo verdad? Puedes contar conmigo Isabella- la forma en que me mira me desconcierta un poco. ¿De cuándo acá esa actitud? Volteo mi rostro y tomo aire. -Lo sé, pero…- -¿Nunca seré suficiente para ti. ¿No es así?-  tengo tantas emociones encontradas en este momento, que lo menos que necesito es a un Jack intenso. -Jack, creo que no es el momento de hablar de esto- tomo distancia. -¿¡Y CUANDO ES EL MOMENTO ISABELLA?!- su grito me sobresalta. -¡No ve vengas con esto ahora!- le hablo de forma amenazante -¡No hoy. No justamente después de haber visto a mi esposo el cual consideraba muerto, cara a cara. Así que si eres tan amable, por favor, sal de mi casa y déjame sola!- Jack me mira sorprendido, jamás le había hablado en ese tono. Asiente y sale del porche de mi casa, sube a su camioneta y se va dejándome más alterada de lo que estaba. Entro a la casa, asegurándome antes de que mi hija está con Penny, la muchacha que mis padres contrataron hace tres años atrás para que me ayudará con ella. Están en la cocina horneando algún postre, le hago señas de que estaré en mi habitación, y una vez dentro, al cerrar la puerta comienzo a llorar en silencio por lo que hoy vi. Will está vivo, y no logro entender porque fingió su muerte.  

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